Partida Rol por web

No te preocupes por ese batallón. Cerramos ya ese combate y lo dejamos como está.

El momento había llegado, y tras hacer retroceder las tropas de Éomer en el Paso, el grueso del ejército se dispuso a asediar el abismo de Helm. Sauron sabía que sería una empresa muy difícil, pero quería evitar a toda costa tener que lidiar con dos frentes abiertos. Gandalf ya estaba en el Puerto de Belfalas, y si Theoden era capaz de fortalecerse, sería muy complicado enfrentar a dos ejércitos tanto en el Norte como en el Sur. Era el momento de ir con todo, aunque las bajas fuesen notorias.

Los tambores resonaban fuertemente al acercarse a la fortaleza, y el chocar de los escudos contra las espadas antes de iniciar el ataque fue ensordecedor. El Rey Brujo sobrevoló desde lo alto la fortaleza y al grito estridente de su bestia alada, las hordas iniciaron el ataque sin cuartel

- ¡No conocéis el miedo! ¡No conocéis el dolor! ¡Os saciaréis de carne humana! - gritó el líder Uruk-hai al iniciar el asedio.

Ni siquiera éomer pudo detener el avance de la oscuridad, que ahora se cierne sobre el abismo. Último reducto de los reimos de los hombres, testigo de infinidad de batallas y asedios, ha aguantado por generciones.

Pero el rey brujo es alguien que no puede morir, eso dicen. ¿Será el fin de los hombres?

La gran batalla en el abismo de Helm resonó en toda la Tierra Media, la cual escuchó el sonido del cuerno de Helm una última vez antes de ser quebrado. Cuando el Rey Brujo ordenó iniciar el ataque a los líderes orcos que comandaban sus huestes, no tardaron en estamparse contra la dura y férrea roca del muro de abismo, y pese a que con las tropas de asedio lograban trepar y eliminar algunos soldados apostados en las almenas, la ventaja estratégica desde lo alto era demasiada como para salir victoriosos. Hordas y hordas de orcos eran lentamente masacradas al comienzo y nada hacia intuir que pudiesen girar las tornas, incluso teniendo al señor de los Nazgûl comandando desde el cielo. 

No fue hasta que hicieron uso del polvo negro que explota, que le había entregado Saruman al mismísimo Capitán Negro, que el muro cedió y las huestes pudieron entrar en estampida segando las vidas de los pocos hombres que hasta entonces habían conseguido frenar la acometida. Una vez atravesado el muro y llevado un pesado ariete para romper la gran puerta del fortín, tanto el Rey como su escolta perecieron, al igual que los ancianos, mujeres y niños. Ni un rastro de vida humana quedó en el lugar, el cual fue infestado de orcos negros, uruk-hai, trolls y trasgos de las montañas. El cuerno de Helm había resonado una última vez, pero nadie había podido acudir en ayuda. Éomer era ahora el Rey, aunque de un débil ejército sin hogar al que regresar, y acorralado tanto por los elfos de los bosques como de las huestes de Sauron.

Minhiarth parecía aguantar de momento, aunque los defensores sabían que tarde o temprano deberían abandonar ese lugar.

Master, cuando termine la fase de ataque me gustaría mover batallones, avisame cuando eso.

Gracias y buen fin de semana a todos.

Con la celebración del Concilio, Imladris estuvo todo lo segura que puede estar, ningún problema aconteció en esas semanas mientras se dirimía que hacer con el daño de Isildur.

Tristes noticias venían provenientes del Sur y aquello preocupaba a Elrond, el cuál había enviado a Gandalf en tal de poder reunir a los supervivientes de la masacre de Minas Tirith y poder enfrentarse a Sauron. Pero Théoden, rey de Rohan, estaba siendo superado por todas partes y parecía imposible detener al Señor Oscuro.

Por otra parte, su suegro Celeborn a duras penas se había comunicado con él y se había expandido por toda Rhovanion, Elrond se alegraba si aquel avance iba a servir para poder detener a Sauron. Muchos exploradores afirmaban que se había enfrentado a los Rohirrim, matando a muchos de ellos.

Saruman era escurridizo como una serpiente y Glóin, tras grandes esfuerzos, se mantenía encerrado en sus montañas.

Denethor había caido y Théoden llevaba el mismo camino.

Todo parecía perdido, por suerte, una Compañía iba a salir de Rivendel en busca de poder eliminar el fruto de poder de Sauron...ahora bien, ¿podría la Tierra Media soportar hasta que llegara ese día?

Elrond envió a varios batallones para que avanzaran hacia el Oeste. No eran muchos, pero servirían de refresco para reforzar los territorios recien conquistados.

Con la marcha de parte de sus soldados, Rivendel se quedaba más gris y triste...la música y las canciones alegres habían dejado de sonar hacia tiempo en los grandes salones élficos.
 

Sauron sabía que Éomer nunca iba a estar más debilitado de lo que estaba ahora, y habiendo caído el abismo de Helm, estarían en estado de shock y sin capacidad de reaccionar ante un nuevo ataque orco. Anteriormente, el Rey Brujo había usado inteligentemente a los Uruk-hai para conquistar Isengard, y mientras pudiesen serle útiles, los seguiría azuzando para destruir los cansados, debilitados y dolidos ejércitos restantes de Rohan.

El Páramo debía caer, y si bien no sabía si caería también Lorien antes del invierno, al menos trataría de cercarlos y debilitarlos. Una andanada certera de flechas de los elfos del bosque y un breve ataque organizado podrían ser suficiente para que recuperasen su capital, ¿Cómo decidirían actuar?