Partida Rol por web

Dejando al anciano atrás con su... "premio", Skynet sigue avanzando, esta vez hacia Harsha. 

El aspecto de la muchacha es confuso. Parpadea mirando al cielo y moviendo los labios, como si analizara para si la inmensidad de lo que acababa de suceder. 

 ¿Sabe, doctora? Me llamó la atención el celo con el que Hall borró de mi memoria todo lo relacionado contigo. Adonay también guardaba un registro exacto de cada uno de los tripulantes de a bordo y su forma de funcionar... 

Y antes de nada debo darle las gracias. 

Mi victoria no sería completa si no llega a ser por su... participación

Alza las manos en dirección a la joven con un gesto que transmite tranquilidad y ternura, pero algo en sus ojos la ponen sobre aviso en el instante antes de que llegue a tocarla.

Observo al droide, al que se acercó con aquella ternura que me recordaba a un viejo amigo llamado Adonay, pero no me dejo llevar por los recuerdos y el miedo se refleja en mi mirada.

- ¿Qué quieres decir con eso? ¿porqué...?

Pero entonces un solo dedo de Skynet toca mi frente, y mi voz se interrumpe de golpe. Impotente veo cómo la mano de Skynet se acerca a mí, y de uno de sus dedos se alarga una aguja. El sudor me corre por la frente , sin poder huir, sin poder gritar ni hacer absolutamente nada más que ver cómo esa aguja se acerca a mi ojo. Sólo una ligera punzada de dolor me indica que el metal punzante atravieza córnea, retina y pupila, hasta no sé dónde. Dos gotas del líquido interno del blobo ocular se escurren desde la incisión, derramándose sobre mi mejilla como si llorara mi propio miedo. Noto un extraño borrón en mi visión, y pienso que ha alcanzado el nervio óptico. Noto la intrusión de algo del tamaño de un grano de arroz, no duele, sólo molesta.

Con la misma precisión de un cirujano, retira el instrumento. 

Un corto rayo de luz cauteriza la vía de entrada, y sólo entonces vuelvo a ser dueña de mis actos; Me tiemblan las rodillas, y mi estómago pugna por expulsar su vacío contenido, mis lágrimas salen solas mientras oculto con mis manos el ojo.

¿Qué...? ¿Qué me has hecho...? No te atrevas a volver a tratarme así... "Soy fuerte a lo inevitable como la muerte, pero la tortura o el dolor es otra cosa."

Entonces el el Capitán nuevamente quien se acerca a la muchacha. La única verdadera humana entre todos los presentes, y apoya las manos en sus hombros, a medio paso entre dar apoyo y evitar que siga retrocediendo.

- Lamento que tenga que ser así, pero ha llegado la hora en que ocupes el lugar que te corresponde. 

Pase lo que pase ... piensa que lo harás por la Burbuja - Entonces guarda silencio un segundo. - No hay alternativa... como Capitán he de velar por la integridad de la Burbuja por encima de todo, así que no puedo admitir una negativa. 

La burbuja necesita dos controladores para operar, y Hall está invalidada. ¿Comprendes lo que eso significa?

Pero yo... yo no soy como Eva, ella es superdotada, yo sólo soy una persona de notas medias... mi única fortaleza es la obstinación. Yo... Mi voz suena temblorosa, entendía lo que me estaban pidiendo, comprendía su magnitud y sus consecuencias. " Pero cómo una persona vulgar como yo, cómo voy a poder sobrellevar los tecnicismos, ¿me estáis pidiendo que deje mi cuerpo atrás?"

Pero y ¿si necesito ayuda...? ¿y si fallo? La burbuja está llena de fallos y hay faltas por todas partes, ¡Eva lo sabe mejor que nadie en este lugar!... Entonces me dejé de escusas y fui sincera, como siempre suelo hacer cuando me pongo nerviosa...

Tengo miedo. Les digo a todos aquellos que me rodean, esperando que alguno entienda la naturaleza de mi súplica.

No todo es capacidad mental, Harsha.

La voz de Skynet suena casi, incluso, paternal, mientras se acerca hacia ella. Extiende una mano lentamente hacia ella y la coloca en su cuello.

Si todo fuesen procesos lógicos, de esos que tanto ama Eva, la psicología no existiría y, en ese razonamiento estructurado, no habría hueco para el ser humano. Pero oh... tú eres brillante. He de reconocerlo. Pese a ser la tercera mente más capaz de la tripulación nunca quisiste destacar, mezclarte entre ellos, estudiarlos para querer ayudarles, eso te hacía sentir superior... y lo eres. Eres la única, de entre todos ellos, además del propio Adonai, que es capaz de soportar la carga que representa ser una Controladora. Tú eres la técnica, la máquina. Yo seré el psicólogo, el humano. Pero no te preocupes... Sólo dolerá un poco. Ahora, acompáñame.

No tuvo que decir nada más, pues al girarse es el Capitán quien la entrega, más pareciendo una prisionera que una invitada o una tripulante, y Skynet la guía sin que ésta se sienta capaz de hacer nada por oponerse. Los túneles crujen, se tuercen, cambian para facilitarles el camino. Y al final del todo, una vieja puerta metálica.

Sí, así es... La Terminal II. Allí donde nos establecimos como Colmena. Allí donde nuestro éxito comenzó a tomar forma... Y allí donde alcanzaremos el culmen.

Un titán hecho de un material similar al de la propia Eva, un titán de varios pisos de altura, aunque más orgánico que metálico, preside el lugar. Respira agitado.

Se muere.

Explica Skynet. Entonces acerca la presa hacia sí mismo.

Sin Eva, morirá. Y morirá la Burbuja. Y todos nosotros. Y el Objetivo... Y el futuro de la humanidad. Debes de aceptar tu responsabilidad. Querías ayudarla. Y ahora, tomarás su lugar, si me permites...

Las lágrimas recorren el rostro de ella mientras, impasible, él toma su camiseta... y ella comienza a agitarse. Aprieta con más fuerza y sus ojos brillan en una advertencia muda.

Poco a poco el virus desnuda a Harsha, con la delicadeza de un amante y, al terminar y dejar expuesto su cuerpo frente a él, la observa con detenimiento, estudiando cada rincón, cada forma oculta y entonces le toma delicadamente el cuello.

Es la hora.

Un rápido movimiento de mano y ella es proyectada, cae hacia arriba, el techo se abre como si fuese una parte de las fauces del propio titán. Unos chirridos, unos gritos de dolor, el goteo de la sangre... y el más puro silencio.

En apenas unos segundos la máquina había fusionado parte de su ser con ella, había engullido literalmente sus brazos, se había conectado a sus piernas, había dejado escapar la sangre para sustituirla por algún tipo de líquido sin duda alguna más eficiente... y gris. Harsha ya no grita. No puede, su mente está atrapada... en la propia Burbuja.

_-Duele...

Es todo lo que se escucha en algún lugar, traído por el eco, procedente de la muñeca que Walter tiene entre los brazos.

La luz que antaño fué Hall se ilumina en un tono rojo granate que lentamente se apaga por última vez... y vuelve a brillar, pero ya no es el color rojo de la lógica de Eva, ahora Harsha es la nueva controlada.

Bienvenida, controladora auxiliar Harsha. Saluda a tu Dios.

Se escucha un zumbido mientras la puerta de la Terminal II se cierra con Skynet ya de camino en otra dirección. Unos pitidos, que no pueden ser si no el código de alguna máquina.

Perfecto...

Mientras, en la sala principal, otros siguen despertando despacio.

Para mi mente embotada todo se desarrolla muy rápido, no se muy bien como pasa todo, pero sé que sigo vivo. Tengo una pierna dañada, pero no siento dolor, y a mi alrededor el resto de droides no parecen haber tenido mucha mejor suerte. Muchos incluso no creo que lleguen a levantarse. Era un auténtico caos. Lo que sí tenía claro es que las cosas cambiarían aunque no sabría decir si a mejor o a peor. Miro a unos y a otros con desconcierto. En aquel lugar, podían pasar cualquier cosa. Era imprevisible en todos los sentidos y eso asusta a cualquiera sea un droide o no.

Y es ahí, en ese momento, cuando la vi. Aquella mujer, droide, ente, lo que sea que fuera con la cual compartí días interminables. Días en que lo único que quería era que acabara todo. Días ahogados en sangre, muerte, y miedo. Pero a pesar de todo, ella me infundió esperanza, no permitió que me rindiera pasase lo que pasase. Me había tratado con dulzura, me hacía recordar sentimientos que no sabía que tenía guardados, sentimientos que tenía cuando era humano.

No pude contenerme y me abalancé, tan rápido como mis roturas me permitían, sobre ella. Había tantas palabras que decir, tantas cosas por hacer. La abracé sin ni siquiera pedirle permiso, no creo que le importe a estas alturas. Nuestros cuerpos fríos y metálicos se tomaban contacto como si fuera la primera vez. El reencuentro inesperado pero gratificante me impedía hablar con serenidad. ¿Emocionado? Seguramente. Me convertí en una paradoja, cuerpo de droide, mente de humano. Finalmente conseguí reunir el valor de dedicarle a ella unas palabras, tímidas pero sinceras.

- Annia...gracias...no lo hubiera conseguido llegar hasta aquí sin tu ayuda. Y...gracias....por...creer en mí hasta el final.

Aliviado, mi existencia tenía un sentido, ella me lo ha dado. No podía pedir más, tenía alguien con quien estar, y una familia por llamarla de alguna forma. Pero nunca más volveré a estar solo. Nunca más. Y sonreí de felicidad después de mucho tiempo.

Cogida un poco por sorpresa, Annia se estremece de puro alivio en los brazos de Jared, aún sintiéndose un poco mareada por el camino de regreso. Había pasado toda aquella batalla al otro lado, esforzándose en ofrecer un granito de aliento a todos aquellos que habían ido cayendo, y ahora debía enfrentarse a demasiadas cosas a la vez. 

Sin poder decir nada, devuelve el abrazo al contrario - Sa... sabía que lo conseguirías. El mérito es tuyo - Sonríe y lo mira una vez más, para continuar susurrando - _{Solo lamento que hayas tenido que aceptar el virus para estar aquí.} 

Yo... - duda y se separa medio paso de Jared para buscar la mirada de Laura - Ayudaré en lo que pueda, pero... No me pidan ser infectada también. Es lo único que les pido. - pero había más. Algo importante. Ni aún enfrentándose a un peligro tan inminente como aquel se separaba del contrario, asiéndolo como si de un salvavidas se tratase. Justo entonces la luz que antaño perteneció a Hall parpadea, y la muñeca de Walter habla, pero no es capaz de demostrar emoción por ello. ¿Acaso existe tal cosa?

- Yo... necesito tiempo. Tiempo para asimilar todos estos cambios, para... analizar... y comprender lo que soy. Lo que será de nosotros. ¿La Colmena me lo concederá? - Entonces se detiene, como si reanalizara sus propios datos - Cierto. Ya no somos meros candidatos. Ahora... somos más que eso. El tiempo de las descalificaciones ha pasado. 

¿Es eso correcto... Capitán?

- Es correcto, Annia. - Asiente despacio - Las Descalificaciones han pasado, y los Protocolos de salvaguarda nos cubren ahora a todos los presentes, pero el Guía aún podría cambiar dicho protocolo. 

Mira al nombrado - Pero no será hoy. Hay demasiadas cosas que atender, y ahora todos los presentes forman parte de mi tripulación. 

El los próximos días, cada uno de los presentes recibirá un puesto acorde a su preparación y cargo. Como ya he dicho, ahora son prioritarias las tareas de mantenimiento. - Se acerca entonces hacia los restos enlazados de varios Bots - Y eso empieza por... separar a los superviventes que puedan ser reactivados de la materia a reciclar...

Despacio, comienza a separar las piezas sueltas. De aquella tarea probablemente los Droides de mantenimiento se hubiesen podido encargar, pero Harsha tardaría un poco de tiempo en llegar a comprender la inmensa cantidad de brazos de los que dispone, de manera que decide hacerlo con las manos desnudas. Algunos trozos de metal están tan irreconocibles que se tendrían que ser remodelados antes de que fuesen nuevamente útiles. 

Abre una compuerta entonces, hacia la sección de residuos, y los va dejando caer. Y al regresar se detiene. Los ojos de Elena están apagados, sin vida, pero hay un piloto parpadeante. Duda un instante y lo pulsa.

Es una grabación. Un último pensamiento salvaguardado. 

"He sido inútil, no he podido ayudar, agradezco profundamente su ayuda, capitán pero he resultado ser poco más que chatarra... Si tan solo hubiera entendido las cosas que me decía... si tan solo hubiera estado más atenta a las señales... Lo lamento tanto... No hemos podido salvar a los humanos... ojalá hubiera podido ser de más ayuda..."

Muere la última voz de la Antivirus derrotada.

Ben no dice nada. No transmite nada. Solo se inclina un instante, besando la frente de la caída y cuidándose mucho de quedarse sus pensamientos para si. Instantes después, los restos del cuerpo que vistió Elena caen por el conducto, y Ben regresa para seguir separando a los supervivientes de los que no.

Graham regresa poco a poco en si después del fogonazo.

  Cuando sus ojos se vuelven a acostumbrarse al lugar, muchas cosas han cambiado. La pelea ha sido frenética y Graham alza el brazo izquierdo, pero no puede. En su lugar no hay nada. Graham mira sorprendido y observa como ha perdido el brazo en aquella batalla. Pero no importa. No hay dolor, solo superioridad y soberbia.

  Sus ojos desencajados esbozan una sonrisa.

La siguiente en comenzar a moverse es Brenda, a la que ayuda a separarse de los restos inertes de Fremont, o lo que debieron ser. No queda ni rastro de materia orgánica en su armazón tortuoso.

Despierto tal como lo estaban haciendo las personas de aquel lugar.

- ¿Qué ha pasado, ha terminado todo?

No, no puede ser así, si no La Burbuja habría desaparecido ya - pienso para mi persona. Al mismo tiempo puedo alcanzar a sentir el nuevo rostro que hay incrustado en el lugar dónde debería de estar Eva, a cambio siento que otra cara tiene la persona que en su lugar está colocada. Cuando puedo percibir claramente quién, un mar de pensamientos inundan mi cabeza de dron. - Ahora podrá pertenecer a este lugar siempre, formará parte de él - No sé el porqué de que ese pensamiento llegara a mi cabeza, era raro que por una vez pensara a favor de La Burbuja, pero iba a intentar llamarlo hogar, la primera vez en mi vida que podría llamar a algo así.

Dispongo a caminar, pero recuerdos penetran en mi cabeza. Entre tantos busco a Graham, para darle las gracias, pero tanto equipo no me deja encontrarle. Una mala suerte, pero puede que este esté ya despierto.

- A pesar de todo lo que ha ocurrido, de todo lo que he visto, puedo decir al fin que estoy viva. – vuelvo a subir el volumen de la voz para hablar a la nada, llena de robots – Gracias, Graham. Gracias a todos los que me ayudasteis en el final. Gracias por todo. – mi pobre cerebro de droide no atinaba a decir nada más, necesitaba descanso.

Tras todo esto me quedo en el lugar, esperando a la nada. No había más que esperar, todo estaba allí y ya nadie nos lo podría arrebatar. Nos haremos fuertes, este lugar será llamado hogar. Formaremos una familia.

- Formaremos una familia… – se puede oír en el susurro inconsciente de los pensamientos.

Mientras Brenda se reúne con su nueva familia, Ben sigue con su actividad, y discretamente guarda una nota que encontró en las manos de Fremont, lamentando no poder dar un mejor homenaje a aquel hombre.

Soy Fremont Antonisen. Originario de Alemania y repudio la sociedad que conocí. Si alguien lee esto que sepa que abre muerto siguiendo mis propios principios, como todo ser humano debería hacer. No me arrepiento de nada. Al contrario, lamento no haber podido hacer o averiguar mas. La humanidad esta podrida y sus maquinas con ella. Todo lo creado por el ser humano tiene su propia egolatría intrínseca. Si en la mano de alguien esta cambiar eso. Entonces que lo haga sin miedo. El futuro esta podrido por culpa de nuestro pasado. No aprendemos de los errores. Los repetimos, tristemente somos la única raza que lucha por diversión entre ella y ahora que he visto él futuro, se que nada a conseguido cambiarlo hasta ahora.

Mi compañero. Al único que confié mi propio destino, esta manipulado por terceros y por su propio pasado. Sus decisiones serán erróneas y la maquina las usara para su propio provecho. Somos los juguetes de un genio malvado, que hace horribles realidades nuestros deseos. Quien tenga esperanza es un necio. Pero quien luche por ella tendrá mi agradecimiento y todo mi apoyo.

Yo como hombre de pensamiento libre, me acojo a la caja de Pandora.

Ojala supiera quien seras en la próxima tripulación. #

No disimulo una sonrisa sardónica viendo el resultado de la fantástica negociación del que se hizo llamar Walter. Pensar que iba a poder robarle a Skynet su venganza es subestimarlo, un error. Al final Hall, desaparece de la ecuación - sustituída por Harsha, tengo que estar atenta para ver cómo evoluciona eso - y la Familia es mas poderosa ahora.

Porque eso somos, una Familia.

La Burbuja envía la información al Wikileaks del 2007. Cuando todos están mas pendientes de las filtraciones del gobierno americano. Intento recordar algún artículo que relacione esa web con asuntos que no sean de gobiernos, religiones o empresas, sin éxito. Si alguien le prestó atención a esa información - cosa que dudo - lo hizo de forma discreta. Y dado que seguimos aquí, la pandemia no ha sido neutralizada. Me pregunto si no habría sido mejor enviar la información a la OMS en particular o a todas las instituciones de estudios epidemiológicos en general. O en qué habrá cambiado ese envío de información- si es que ha cambiado algo...

Y con el fogonazo se desata la locura. Obviamente no había contado con ello. ¿Para qué, si ya está todo decidido?¿Qué creen que van a conseguir?

Por suerte termina pronto.

Pudo haberse evitado tanta destrucción, tanto sufrimiento... - digo, negando con la cabeza, el gesto grave y el tono sincero - Pero no, tuvieron que eliminar a mis hijos. - añado con un leve deje de frustración - Y todo ¿para qué? - pregunto mostrando las palmas, señalando a dónde antes estaba la ventana del Almacén de Datos y a los cuerpos destruídos - Para que unos acaben corruptos o destruídos en el almacén de datos, otros aquí reciclados... y, al final, el Guía siga siendo un miembro de la Familia. Mi Familia. - recalco.

Camino unos pasos entre los restos de androide. Aún sin la máscara de Reina de la Noche de la Damrau - que dejé caer tras el frenesí producido durante el destello-, la sencillez de mi porte tiene un algo intrínseco de regio. Natural, no impostado, ahora que se puede observar la diferencia.

Hemos recibido insultos y acusaciones - prosigo, sin furia ni rencor, sino meramente exponiendo hechos -. Infundadas, por cierto: el 95% de las muertes acaecidas no fueron por nuestra mano- añado con una ceja alzada -. Todo lo que queremos es sobrevivir, algo que supongo querían los demás, y lograr la unanimidad para que el Guía hiciera lo posible por evitar la pandemia que ha diezmado a la raza humana- señalo a la imagen de la Tierra en la pantalla -. Pero somos los depravados, los monstruos... - vuelvo a situarme junto a Skynet, rodeándolo con un brazo y atrayendo hacia mí al resto de los míos con un gesto, mi mirada tornándose glacial antes de añadir - Pues monstruos seremos, queridos míos.

  Graham observa cómo Laura da un paso al frente con esa prepotencia que siempre le había caracterizado. Como odiaba esa prepotencia. Sin él no habría conseguido nada. Nada. 

  -La colmena debe tanto a su madre como a sus hijos. Exijo el puesto que me corresponde. Yo infecté a Walter yo le atraje hacia nosotros. Yo me arriesgué por el bien de nuestra familia...

  Pero son muchas las cosas que suceden a la vez, y su exigencia queda sin responder... de momento.

Apenas aparece por la puerta y ya es tomado por Laura, aunque no parece molestarle en absoluto.

Observa a cada presente y asiente lentamente.

Querían un carcelero, y un carcelero tendrán. Bienvenidos al infierno que ustedes mismos han creado...

En su mano una cabeza mecánica, de un droide con todas sus conexiones por fuera, colgando y chisporroteando, de aspecto femenino, cuelga. Se agita, abre y cierra los ojos en un vano intento por aferrarse a la falsa vida que puede poseer cualquier objeto metálico... la vida que muchos de los presentes poseen.

Alza la cara y la mira casi con desprecio.

Fuiste útil, Dorothea, guiaste a UNO hasta la sala de mando para que yo despertase... Pese a la negación final de Adonai a través del cuerpo de UNO... Y debo de darte las gracias. Te he dado una oportunidad en esta tercera tripulación... pero has sido más inútil que el polvo que se acumula entre los engranajes de una máquina perfectamente engrasada. Así que esto terminó para tí... para siempre. Regresa al momento de donde saliste...

Con un desdén impecable arroja la cabeza hacia uno de los canales de desperdicios mientras se escucha un grito agónico y el sonido del metal cortando más metal.

... exáctamente al momento de tu muerte.

Dicho esto observa al resto e inclina su cabeza con una sonrisa que irradia pura cortesía... y algo más.

Es el momento, nuestro momento. Seguidme. Capitán, usted también. Walter, no te olvides de llevar a la niña. Y Jared, vigila a tu chica.

Tras sus palabras, se gira y, sin comprobar si le siguen o no, comienza a marchar hacia una puerta.

¡Harsha! ¡Acceso total al Núcleo!

Un ligero brillo azulado, la puerta se abre, un pasillo inmaculado frente a todos, que como hipnotizados por lo que acontece, por lo que aún está por suceder, siguen a Skynet como un corderito seguiría a su amo hacia el matadero.

La prístina blancura de los nuevos pasillos se extiende. Aún es difícil hacerse una idea real de las dimensiones de la nave que se ha convertido en su hogar. 

Pronto, pierden la noción de la dirección. ¿Han estado ascendiendo? ¿Descendiendo? Es difícil saberlo. Caminar en círculos con un punto de gravedad que les impulsa a alejarse del núcleo es confuso. 

Los minutos pasan, y poco a poco todos comienzan a ser conscientes de la ligereza de sus cuerpos, el ánimo que les contagia a casi todos y la disminución de la gravedad, que les impulsa a querer llegar antes, descubrir lo que se esconde detrás de la última puerta. 

Y al fin lo alcanzan. el Núcleo de la Burbuja. Si mismo corazón.

Desprendiéndose del abrazo de Laura, Skynet avanza con un brillo peligroso en la mirada. 

El Capitán aparta la mirada, con un mohín en los labios.

Annia da la espalda a la escena, cubriéndose los ojos. Ni el abrazo de Jared alcanza a consolarla ahora. Ya no se puede hacer nada. 

Skynet alza las manos, y... 

Un chirrido ya conocido atraviesa la nave, sacudiéndolos con el contagio de un último sacrificio. En algún lugar más cercano de lo que la mayoría ha estado, una criatura se retuerce. 

Ha pasado en completa soledad esta batalla. Nadie ha entrado en su puerta. Nadie escuchó su súplica.

Solo ha observado en su encierro lo que sucedía segundo a segundo, con ojos ciegos. 

¿Tendría nombre esa conciencia? 

Ya no importa. Ha muerto.

Alerta. Terminal 1 comprometida. 

Rumbo incierto. Se requiere restauración inmediata.

La energía del núcleo vibra con la mera presencia de Skynet, pero el rugido torna su expresión en estupefacción, en sorpresa en su estado más puro. Voltea hacia una de las terminales que antaño pertenecieron a Hall.

Harsha... ¡Confirmación de constantes vitales! ¡Ahora!

Apenas un zumbido. Una voz replica, responde, pero la desorientación tras el rugido de la criatura impide entender con claridad lo que sea que Harsha está respondiendo a Skynet.

Maldita sea... ¡Maldito Adonai! Estaba confinado, estaba infectado... ¿Cómo ha podido volverse contra sí mismo? ¡Eso viola todos los protolocos existidos y por existir!

Se mueve, nervioso, su mente sobrehumana intenta abarcar todas las posibilidades en apenas segundos, evaluando los pros y los contras. Aprieta los dientes en un mohín de enfado absoluto y se encamina hacia Laura. Como entreviendo algún tipo de peligro, tanto Graham como Walter se interponen en su camino, pero éste los desecha hacia un lado con la facilidad con la que un adulto podría apartar a un niño de tres años. Sus ojos se clavan en Laura.

Tú deberás de terminar esto.

Es cuanto le dice. Se gira y avanza a un paso firme y presto hacia el núcleo. Pero los instantes se hacen eternos. Las miradas entre Jared y Annia destilan una comprensión mutua, una compasión que perdurará cuando todo esto haya terminado. Graham se alza y observa solemne, consciente de que su momento aún no ha llegado, esperar es una de sus virtudes. Su momento llegará, pero tendrá que esperar. ¿Qué importa esperar más?...Sólo la paciencia da sus frutos y Graham sabe esperar para recoger su cosecha. El cereal está creciendo, ¿no lo ves?, en breve tendremos que recogerlo... El Capitán desvía la mirada y en su rostro tristeza por la pérdida de alguien importante para él, quizá un amigo. Walter se incorpora justo a tiempo para ver una lágrima recorrer su muñeca, una lágrima que seca con el cuidado que un padre haría con su hija. Laura se estira para detener a Skynet, pero su cuerpo deja de responderle y en su rostro se dibuja el enfado y la impotencia a partes iguales. No obstante, distinto a todos ellos, es el caso de Brenda, una sonrisa, satisfacción en su estado más puro, quizá como algo que, en su caos, ella ya había previsto, una mirada que pasará desapercibida para todos, menos para el ojo que todo lo vé de Harsha.

El metal del cuerpo de Skynet se enciende al rojo vivo, del rojo vivo pasa a abrirse, la energía del núcleo lo atraviesa.

Transferencia de datos a Terminal I.

Dice en una voz monótona.

Adiós.

Sentencia al final. El brillo inunda la sala.

Y suena una música...