Partida Rol por web

- Yo… sólo… mendigaba… -consigue decir mientras recupera la respiración.

- Ese gato… se me cruzó, y mi día se truncó -termina acusando, señalando a Noctis.

La risa cesó tan repentinamente como había aparecido. No sabía qué era lo que tanta gracia le hacía... No era una situación para tomarse a broma.

Se intentó incorporar rápidamente para volver a atrapar a la ladrona, pero era demasiado tarde... Lirya pretendía ser discreta y resolver la situación sin llamar mucho la atención aunque la situación se desbordó...

Empezó a llegar gente por todos lados, parloteando y chillando...

Noctis entendió la referencia a gato como que debía presentarse.

-No soy un gato. Soy Noctis, un elemental sombrío convocado por mi Señora. -explicó en tono severo sin cambiar su postura- Y tú no mendigabas, estabas robando. -agregó mientras señalaba con la pata hacia dónde se encontraba la bolsa que había lanzado hacia la multitud- Ahí está su botín, lo ha lanzado antes entre el gentío. -explicó a los guardias, que parecían buscar sin éxito el material robado.

La hada, por su parte, se preparó para lanzar de nuevo su conjuro de Aturdir... pero se detuvo al caer en la cuenta de que técnicamente ya había cumplido su cometido... la mujer había sido atrapada por la guardia.

El brillo de sus alas disminuyó por la decepción, y volvió volando hasta Victria.

Victria fue alzada momentáneamente por Tyrius y depositada suavemente a un lado del charco grasiento.

-Muchas gracias. -le agradeció con una encantadora sonrisa mientras se colocaba bien el vestido.

Miró a la capitana de la guardia, que parecía dispuesta a ahorrarles una larga espera en la cola, y volvió a sonreír.

-Eso es muy gentil por vuestra parte. -le dijo asintiendo- Sin embargo me gustaría saber que al menos aquí se ha zanjado todo con éxito antes de partir. -agregó señalando hacia la ladrona que estaba debatiéndose entre Noctis y la hada.

Recordó a Attia y la miró desde la distancia. La joven parecía confusa, así que Victria la saludó y le soonrió para indicarle que todo iba bien. Tras ver que Attia se relajaba, se volvió para observar el curso de acontecimientos.

Tyrius gritó a la joven que recuperase la bolsa para que la tratasen mejor... pero su consejo cayó en saco roto. Bien por no haberle escuchado o por decisión propia, cuando los guardias llegaron ella no solo no reconoció su crímen, sino que continuó mintiendo y lanzando las culpas a otros.

-La mentira y el embuste parecen algo natural en ella... qué persona más lamentable... -dijo negando con la cabeza y con una expresión entre decepcionada y asqueada.

La hada volvió volando en aquel momento, y se detuvo frente a ella.

-¡Misión cumplida! -anunció con su chillona voz, llena de más orgullo del que realmente merecía- ¿Deseáis que haga algo más? -preguntó.

Victria lo pensó un momento. Sería genial poder atrapar a la bardo... pero después de tanto tiempo ya no podría encontrarla. Sin embargo, aún le faltaba un buen rato a la hada para desaparecer, así que quizá aún podría ser de ayuda.

-Por favor, vuelve junto a los guardias y ayúdales en lo que les sea necesario.

La hada asintió con su pequeña cabecita y se dispuso a volver volando hacia el lugar.

Uno de los guardas se quedó mirando con desconfianza a Noctis, mientras mantenía a la ladrona reducida.

- ¡Aquí tiene una daga! -exclamó el otro guarda, que estaba terminando de registrarla. - ¿Con esto mendigas, eh, ratera?

- Voy a comprobar lo que dice el gato -decidió el guarda, desconfiando un poco menos de Noctis.

Se acercó a las personas que los rodeaban, mirando el espectáculo, en la dirección que había señalado el eidolon.

- Debo revisar sus pertenencias. Puede que la ladrona haya escondido su robo entre ellas.

Mientras el guarda revisaba, ya se habían acercado desde la fila las víctimas de robo, y fueron identificando sus pertenencias. Los ánimos se fueron calmando, volviendo a la fila a la vez que comentando la experiencia, ya más tranquilos.

Las valientes que habían descubierto a la ladrona recibieron palabras de agradecimiento. Especialmente para la que la atrapó in fraganti. Aunque debido a su episodio de risa se dirigieran a ella con algo de nerviosismo.

- Excelente, no podría haber ido mejor. Detenida y las pertenencias devueltas al momento. Gracias de nuevo -dijo al grupo de ciudadanos ejemplares, mientras los guardas se llevaban a la ladrona apresada, ya sin ofrecer ninguna resistencia ni decir palabra.

- Por favor, acompañadme. - La guarda los acompañó hasta el portón de hierro que daba entrada al senado.

A medida que avanzaban, ya más lejos del punto del conflicto, se oían quejas en la fila: la "gente útil para gente que importa" se hacía oír, mencionando la importancia de su casa y el atropello que significaba obligarles a hacer la cola. Sabían que había habido tumulto, pero no la implicación del grupo que se estaba saltando toda la cola. Así que cuando cruzaron el portón, se elevó ligeramente el murmullo de las quejas.

***

En lugar de acompañaros directamente hacia las escaleras del Senado, os llevó hacia una zona arbolada.

- ¿Os puedo ayudar en algo más? Si me lo permitís, puedo ayudaros a esconder mejor esas bochas de humo, por ejemplo.

Al haber llegado tarde y tener prisa apenas se había inmiscuido en el tema de las ladronas, por suerte Victria y Noctis hicieron un buen trabajo. El paladín entonces siguió al guardia para encontrarse al final que había notado algunos de esos objetos, lo peor era que hacía la cuenta gorda. Le diría algo de no ser porque también él estaba ignorando ese asunto.

- Gracias por ayudarnos a pasar, amigo.

Prefirió agradecer el apoyo que enfrascarse en los detalles sobre estaban haciendo bien o mal. Se quería morder la lengua pero es que lo mejor sería dejarlos fuera.

"Esas cosas se notan demasiado."

Pensó al final, quejándose mentalmente de las dificultades que les podían traer.

- Empecemos con la misión.

Más le valía "pasar a la acción" cuanto antes.

Vi como la ladrona fue atrapada gracias a la presencia de la criatura de Victra... Vaya... pues si que es útil tener una criatura como esa de compañía... Con la ladrona apresada, la guardia que se había acercado a nosotros, nos llevo hacia las puertas adelantando a todo el gentío, el cual obviamente empezó a quejarse por nuestro adelanto.

Sin hacer demasiado caso a las menciones familiares y a los orgullos heridos por la sola mención de tener que esperar en fila, atravesamos las puertas, encaminándonos hacia los jardines, donde nos hizo notar que nuestras herramientas no habían pasado demasiado desapercibidas. -Vaya... gracias por el aviso... Sonreí a la guardia. -Es agradable saber que tenemos el apoyo de la guardia... Y no se preocupe... No pensamos hacer nada que interfiera en la reunión...

Tras contribuir a la captura exitosa de la ladrona, Noctis volvió caminando con la cola erguida. Victria sonrió al verle llegar y lo acunó en sus brazos tras hacer un gesto a Attia para que se acercase al grupo.

-Ha sido un placer ser de ayuda. -respondió Victria a la guardia con una sonrisa resplandeciente, y de similar manera respondió a los ciudadanos agradecidos de alrededor.

Al poco Attia llegó junto a los demás y Noctis pasó de manos. Tras eso, todos acompañaron a la capitán de la guardia.

En el camino, Victria explicó lo ocurrido a Attia, la cual sonrió satisfecha por el resultado de lo ocurrido y felicitó a su señora. Y a Noctis, el cual ronroneaba encantado por las caricias que le daba la joven pelirroja.

Cuando el grupo llegó a la entrada del senado, la guardia hizo notar discretamente que las bochas de humo eran visibles. Victria miró a las culpables con gesto recriminatorio.

-Deberíais dejarlas aquí. No las váis a necesitar. Ésta es una reunión social, no un campo de batalla. -les dijo en tono de regañina, como si fuese una hermana mayor responsable- Además, es un insulto a los guardias que velan por nuestro bienestar.

- ¡Oh! No os preocupéis, soy compañera -dice guiñándoos un ojo de complicidad. - Sé que estos objetos, y vuestras armas y… seres, los usaréis sólo en caso de necesidad. ¡No querréis estropear esta oportunidad!

Dicho esto, se despidió cortésmente, y os dejó vía libre para, por fin, ingresar al edificio del senado.