Partida Rol por web

Parecia que ya habían dictaminado la caída de Roca Durgir, pero eso era algo que, aunque no quisieran aceptar, ya sabíamos. Pero no habíamos ido corriendo para intentar evitarlo, no, habían venido para ayudar a escapar, y sobre todo, para hablar con el rey bajo la montaña.

Eso ya lo sabíamos. Un ejército avanzaba y con Golem de piedra, a los que poco o nada podemos hacer salvo algunos de vosotros. Si estamos aquí, es para intentar encontrar al Rey, intentar salvar al mayor número de camaradas posible. La fortaleza está perdida, pero nuestra determinación se debe de mantener. Tenemos que llegar y cumplir nuestra promesa y que el rey y la reina se junten. Nada sabemos de los tramaban, pero quizás ahí esté nuestra esperanza.

Veía las caras de dolor de los enanos, pero no era momento de desmoronarse, había que mantener vivo el espíritu y tener una meta por la que luchar era lo que nos quedaba en esos momentos. 

En cuanto el resto del grupo continuó su camino, Wendell movió el cuerpo del enano hasta una pequeña oquedad entre las rocas y vertió con cuidado el aceite sobre el cuerpo del cadáver, asegurándose que lo cubría totalmente y que la cabeza del enano recibía una ración doble de combustible.

Meneando la cabeza, sabiendo que era la única forma de evitar que el combatiente terminara siendo parte de las tropas que los atacaban utilizó el pedernal para producir una chispa que, al contacto con el aceite, encendió el cuerpo del defensor - Que algún día descanses en paz - atinó a murmurar, en enano antiguo mientras verificaba que todas las ropas se encendían - Que todos lo hagamos - agregó en ereño, su lengua natal.

Tras una ultima mirada, siguió los rastros del resto del grupo dispuesto a alcanzarlos lo antes posible.

Al llegar observó con cuidado las llamas y no pudo menos que admitir, hablando primero en la lengua de comercio y repitiendo sus propias palabras en enano antiguo para que todos puedieran comprenderlas  - Con suerte sus habitantes han ardido. Mejor eso que revivir como siervos de la sombra - comentó, incluso sabiendo que sus palabras parecían ser demasiado frías - No creo que a ningún enano le guste esa idea - agregó seriamente.

Wendell se queda atrás para quemar el cuerpo como corresponde mientras el resto apuramos el paso hacia la posición desde la que podremos ver la Roca de Durgis de mejor forma, para saber realmente el estado actual del asedio. Cuando llegamos ahí, los que tienen mejor vista dicen las funestas palabras.

Gror se derrumba mientras que Fuhrin colapsa. Intento mirar hacia esa dirección para ver si puedo notar algo más pero la verdad es que nunca he sido un gran atisbador, así que me quedo con las palabras de quienes relatan divisar la catástrofe. Veo en el grupo y escucho sus palabras, el pesar y la frustración mas esto no es el fin, no lo es mientras respires.

Miro a Dunkan y le hablo directamente:

 - "Si la Roca ha caído, tiene que haber algún punto de reunión, algún escondite o lugar lejano para reagrupar a los supervivientes. Debemos movernos rápido y encontrar lo antes posible a cualquier superviviente. Si el Dorith sigue vivo, debe recibir el mensaje de los elfos. Esa es nuestra misión."

La verdad es que no tenemos tiempo ahora para las lamentaciones, sino que debemos movernos y no permitir que el rastro se enfríe o que los supervivientes, de haber, decidan moverse y no podamos encontrarles. El tiempo es crucial, incluso en medio de la tragedia.

Hasta donde alcanzaba la vista el paisaje era desolador. Con esos golem, esas creaciones animadas de roca, habían logrado volver la fuerza de la piedra de la que tan orgullosos se sentían los Enanos contra ellos mismo, en un especie de broma cruel. y eso no acababa aquí, ahora contaban con los medios para reducir a pedazos las orgullosas construcciones de los Enanos, con lo que este sería el primero de muchos asedios.

Pel decidió que no era momento de expresar esas ideas en voz alta, así que se limitó a señalara cómo podrían encontrar una salida a esta oscura situación.

- Si no me equivoco, los Enanos tienen túneles y galerías, sitios por donde no cabrían esos enormes golem. No renunciéis a la esperanza de que se hayan refugiado en un lugar de esas características y ahora estén haciendo pagar con sangre a esos malditos orcos su osadía.

Si sabéis cómo llegar a esos túneles cuya existencia supongo, sería el momento de decirlo. Puede que La Roca haya caído, pero sólo la superficie, sus gentes puede que aún vendan caras sus vidas y debemos ayudarles, por no hablar de cumplir la misión. -

Keg intentaba ver alguna cosa más allá de lo que estaba ocurriendo, pero la oscuridad no ayudaba de ningún modo. Había frustración y dolor entre los enanos, una que la misma ereña supo identificar. Ella también había visto como los orcos acababan con su pueblo, había visto las ruinas de donde había nacido. Podía compartir el sentimiento, quizás no con el dolor que mostraban los que habían vivido toda su vida en Roca de Durgis, pero ella también había dejado algo importante en aquel lugar.

Asintió a lo que decían sus compañeros, sin sentir que hubiera nada que agregar. No podían quedarse donde estaban, y debían confiar en que el Dorith seguía vivo en algún lugar de la montaña, aún cuando parte de ella sabía que el orgulloso líder sería el último en retroceder.

Contemplo con desolación la caida de la gran fortaleza y siento un doloroso vacio en mi pecho, esos golems, burlas aberrantes del espiritu de la roca, son unos monstruos temibles, Y no se detendrán en roca Durgis, pero lo que dicen los demás es cierto y asiento.

-Girolamo tiene razón, nuestra misión no era defender la Roca Durgis, hemos de llevar al avatar de la reina ante el Dorith. Sin duda bajo la roca hay una extensa red de tuneles en la que los golems son demasiado grandes para entrar. Debemos asegurarnos de que los elfos estén a salvo y entreguen su mensaje-

"¿y ta vez descubrir alguna debilidad de los golems? tal vez. Tal vez los maestros del saber sepan algo de ellos, no, sin duda sabrán algo"

-También es importante que avisemos de estos seres a otras ciudades-

Anocheser del 23° de Obares (El arco del Otoño) del año 101 de la edad oscura [Turno 8]

Eirinn, sin prestar mucha atención a lo que sucedía, siguió poniendo atención desde la distancia – La puerta principal de la ciudad está entera – exclamó Barich, que había estado observando momentos antes junto al elfo – pero la otra puerta, por la que salimos al entrenamiento, está colapsada por completo, junto con algunos muros de esa zona. Hay fuego en muchas partes – el elfo, quien seguía atento tuvo una mejor visión de lo que sucedía – hay decenas de enanos muertos, y un número igual de orcos. La ciudad ha presentado valientemente batalla – dijo intentando consolar a los enanos, aunque sin mucho éxito – Veo al menos a treinta orcos – avisó hablando en la lengua del comercio– diez de ellos están atando a algunos enanos sobrevivientes, quizá niños y mujeres. Parecen estarse preparando para marcharse con ellos – explicó el elfo.

Dunkan tradujo las palabras del elfo a la lengua del clan Durgis para que los enanos pudiesen enterarse de esto. El semblante de Gror no cambió, aquello no era más que una confirmación de su derrota. Pero para Fuhrin todo fue distinto, quería descender a toda prisa a la ciudad y rescatar a los cautivos. Cuhrin apenas podía contenerlo y parecía intentar convencerlo de lo arriesgado de todo aquello.

Mientras los enanos forcejeaban, Eirinn, pasando de ellos, siguió narrando lo que vía a la distancia – El resto de orcos están saqueando los alrededores y poniendo todo en tres enormes parihuelas. Hay cinco golems con ellos, les ayudan a cargar y transportar el botín. A la distancia no puedo ver bien el botín, pero no resalta nada brilloso, probablemente se trate solo de comida y enseres de la ciudad – explicó el elfo.

Dunkan, quien prestaba atención a Gror y sus guardianes al tiempo que escuchaba al elfo, volvió a traducir sus palabras para luego agregar una opinión personal – si no hay armas o armaduras, es que ya se las han de haber llevado. Aquellos orcos han de conformar solo la retaguardia del ejercito que atacó la ciudad, el resto de orcos no deben estar lejos. Tenemos una buena oportunidad de triunfar contra aquellos orcos, pero no contra los golems; quizá ni siquiera con uno solo de ellos. Sugiero tomar los caminos ocultos – sugirió el enano mirando a Gror. Fuhrin ya no se negaba, parecía aceptar lo dicho por el enano, aunque de momento combatía contra su orgullo. Cuhrin viendo a Gror caído tomó la palabra – tomaremos los viejos túneles, y entraremos a la ciudad por debajo. Será nuestra única oportunidad de tener esperanzas de éxito. ¿O alguien desea entrar de frente? – preguntó. Dunkan miró la ciudad dubitativo – hay prisioneros, es nuestro deber salvarlos – exclamó casi suplicando que alguno tomase partida al respecto, aunque enfrentar a 5 golems era un suicidio, sobre todo considerando lo sucedido antes.

Mientras sus compañeros hablaban Wendell observaba en la distancia y movía su cabeza arriba y abajo en un claro gesto de conformidad ante las descripciones que iba escuchando - Quizás podamos liberar a esos prisioneros. Si son solo diez orcos probablemente podamos con ellos - se explicó - El problema sería que no creo que lo podamos hacer en silencio y si el resto de los orcos, y sobre todo los golems, escucharan... - el defensor meneó la cabeza mientras medía las distancias - Me gustaría liberarlos, pero no estoy seguro de que eso sea lo mejor... aunque duela decirlo -

- Quizás podríamos tratar de emboscarlos cuando se alejen, pero quizás se encuentren con el grueso del ejercito. Y, lo más importante, eso significaría no entrar a buscar al rey. Y esa, creo, es la misión más importante -

Más información nos llega de los avistadores, dejándonos en claro que el asalto ha conseguido entrar en la fortaleza por la entrada lateral, sin haber podido derribar la puerta principal. Prisioneros que serán llevados como esclavos o para ejecuciones públicas es todo lo que ven además de gran cantidad de orcos y esos indestructibles golems.

"Esas malditas rocas animadas deben haber vencido a la guardia. Dudo que esos pocos orcos lo hayan conseguido."

Pienso en rescatar a esos inocentes, para poder reagruparnos en otro lugar y así reconstruir la Roca en otro sitio con los supervivientes pero entonces las palabras de Wendell me traen a la realidad, ya que llamar la atención de los golems es una llamada inmediata a la derrota.

Le respondo lo que pienso en la Lengua del Comercio:

 - "La única manera sería que alguien causara suficiente distracción para que los golems se alejen mientras el resto acabamos con los orcos y salvamos a los cautivos, pero sería un retraso importante y pondría en riesgo nuestra misión real."

La verdad es que yo siento que debo ir a rescatar a esos prisioneros pues para proteger a los más débiles es que sigo vivo, pero me comprometí a seguir las órdenes de Gror y cumplir así con nuestra misión. No romperé mi promesa a la ligera.

Miro a Gror y hablo nuevamente, aunque esta vez en el antiguo idioma enano:

 - "Pero no es mi decisión sino de nuestro líder."

En mi interior ebulle la esperanza de que decida crear una partida para rescatar a los civiles, en la que feliz me uniré. Algo como dividir el grupo entre quienes llevarán a los elfos por los caminos secretos, los que crearán distracción y los que rescatarán a los prisioneros, pero es verdad cuando comento que no es mi decisión sino la suya y yo he de acatar la que me den.

Voy asintiendo a lo que nos indican aquellos con mejor vista y se plantea una cuestión importante sobre si dedicar recursos a unos pocos prisioneros.

-Esta fuerza tan pequeña que vemosno puede haber tomado la Roca. Dentro debe estar el grueso del ejercito orco, y a saber cuantos golems mas. Ahora mismo deben estar luchando en los túneles-

Ecucho el plan de Wendell pero niego con la cabeza, demasiado arriesgado, y sin embargo pensar en abandonar a esos prisioneros me duele

-En cuanto esten listos se marcharán con los prisioneros, no creo que se lleven a los golems con ellos si no esperan problemas. Tal vez un pequeño grupo pudiera emboscarles a cierta distancia. El problema es prescindir de algunos de nosotros para algo tan delicado como entrar en esos viejos túneles, y con los emboscadores debería quedarse alguien que conozca esos tuneles-

El plan sigue siendo arriesgado, demasiado, en estos momentos es decisión de Gror, pero yo soy su consejera después de todo así que me dirijo a el

-Nuestra misión está clara, llevar a estos elfos ante el Dorith. Pero el deber del Dorith es también hacia su pueblo, y tu eres el heredero del Dorith, has de actuar consecuentemente-

¿Es demasiada presión en una cabeza poco equipada para ella?, no lo se, pero esta decisión ha de tomarla el

Bayal, el elfo de las nieves, hablaba en susurros con Eirinn, señalando distintos puntos en la ciudad. Trazaban un plan, y no tardaron en dárselo a conocer al avatar Rhiann quien, asintiendo, pareció estar de acuerdo con lo que sus compañeros le planteaban.

La elfa dirigiéndose a los demás con su frialdad característica, informó sus planes, casi dando a entender que no se los estaba consultando – nosotros nos haremos cargo de los golems para que ustedes pueden liberar a los prisioneros. No podremos vencerlos, pero será facil huir de ellos y volvernos a encontrar aquí al caer la mañana. Pero antes deberán entrar por esos túneles de los que tanto hablan y encontrar al Dorith. Esperaremos hasta que se presente la necesidad de distraer a los orcos y golems, ya sea por que han salvado al Dorith y están listos para liberar a los prisioneros o ya sea por que les han descubierto y las fuerzas del exterior se movilizan hacia el interior –.

Dunkan, consciente de que ya no le impediría hablar, argumento acerca de la propuesta de los elfos – si lo que queremos el salvar al Dorith, suponiendo que tal posibilidad exista, tenemos dos posibles caminos a seguir. Uno de ellos entra a la ciudad por el norte, cerca de la entra a los túneles, y otro mismo nos llevará a las profundidades de la fortaleza, una posición optima para tomar desprevenidos a los orcos que haya dentro – los detalles eran importantes y el enano no reparo en explicar la situación de cada uno de los túneles, del cual justamente Dainn también conocía el segundo pues le había sido mostrado por el Dorith tiempo atrás. No con la intención de entrar si no de salir, cuando la hora llegase.

Yo ya había dado mi opinión, y seguía estando clara, más viendo la situación como estaba.

Debían de adentrarse por esos túneles para acceder al interior y ver si encontraban al Dorith o a cualquier superviviente. Luego ya podrían intentar salvar a los enanos.

Sabía que la decisión final era de Gror, así que me abstuve de dar opinión al respecto, esperando a ver qué decisión tomaba.

- Aunque sorprender a los orcos por la retaguardia suena bien, supongo que el Dorith debe estar liderando la defensa. No me pareció un líder de los que se esconden en la retaguardia - se explicó en la lengua comercial antes de repetir las mismas palabras en enano antiguo - Tal como ya nos demostrado que haría su hijo - agregó solo en esta ultima lengua.

- Así que probablemente sea mejor la entrada del norte. Pero lo cierto es que yo no conozco tanto la ciudad - continuó en la lengua de comercio antes de repetirse en la lengua de los enanos - Gror seguramente sepa cual es la mejor opción - completó nuevamente usado el enano antiguo, esperando que los halagos ayudaran a convencer al líder del grupo de la sensatez de su idea.

Escucho el plan de la elfa asintiendo levemente "¿Porque ha de ser siempre tan fria?"

Pero el plan es bueno, probablemente los orcos aun tarden un tiempo en llevarse a los prisioneros a donde sea. Esperarán por si hay nuevos prisioneros para aprovechar al máximo el viaje. Eso debería darnos tiempo para ir a buscar al Dorith

-es un buen plan- concluyo en enano antiguo para Gror ya que es el que ha de decidir

En cambio la elección del tunel no parece tan clara

-creo tunel otro será mejor- digo en la lengua de comercio -pero yo tampoco conozco bien la ciudad-

A Pel ambos túneles le parecían buena opción. Él elegiría uno que los Enanos usaran para retroceder, ya que seguramente fuera la situación que tuvieran que estar afrontando en las entrañas de la fortaleza, pero no sabiendo cuál era cual, mejor dejar esa decisión a los Enanos que conocerían mejor su propia patria.

- Opino que un grupo podría liberar a los prisioneros y otro podría entrar a llevar hasta el Dorith al Avatar de la Reina. Somos suficientes para cubrir ambos frentes, creo. -

No esperaba que los Enanos o el propio Gror entendieran o compartieran sus palabras, pero eran un grupo numeroso y se resistía a dejar a los prisioneros a su suerte en manos de los orcos si algo se podía hacer al respecto.

Anocheser del 23° de Obares (El arco del Otoño) del año 101 de la edad oscura [Turno 9]

El crepúsculo, la zona mística entre la luz y la oscuridad, donde el poder de Izrador tergiversaba la verdad y la realidad. Donde la locura era la certeza y la oscuridad anunciaba su supremacía. En ese momento se daría la batalla, difícil era la hora en la ya de por si muy difícil misión. A pesar de ello, los héroes conocían cual era su deber y habrían de cumplirlo.

Gror se puso de pie entonces, intentando sacar luz de entre las tinieblas en las que estaba sumergido. Su rostro expresaba seguridad y valor, aunque sobre todo mostraba hambre de venganza y furia – si hay una oportunidad de salvar a mi padre, la tomaremos. O bien al menos cumpliré con la senda que me ha sido marcada – exclamó el enano.

Hablando entonces con Dain, se decidió a seguir el plan de los elfos, o al menos en cierta medida, pues no parecía que fuera importarle ya el destino que estos habrían de enfrentar. – Un grupo grande causará problemas, no obstante, necesitamos una fuerza contundente. Todos los enanos salvo Dunkan marcharemos juntos por los túneles – indicó el heredero de la Roca, excluyendo al enano con el cual era ya conocido que tenía una cierta enemistad; no obstante, el mismo Dunkan parecía más preocupado por los prisioneros que por el Dorith. – Dain guiará la marcha, al centro iremos Michani, Fuhrin, Cuhrin y yo, la retaguardia la cubrirá Ulfrin. Necesito otros "cuatro" voluntarios, el resto deberán ponerse bajo las órdenes de la elfa – ordenó esperando que los detalles se ultimaran por los presentes.

– El destino vuelve a juntarnos – dijo el gnomo sonriente al elfo montaraz – aunque será mejor que no seamos solo nosotros cuatro – el elfo se limitó a asentir, pues si bien le entendía con claridad en la lengua del comercio, poco le importaba el tema, tenía una tarea que cumplir y estaba centrado en ello.

Pronto otros se unieron a los elfos y al gnomo comerciante. Barich y Dunkan fueron los primeros en ofrecerse para marchar con ellos, Adam y Durghall les siguieron igualmente, conformando un grupo de 8 miembros. No eran suficientes como para romper una línea de batalla de treinta orcos, pero al menos, en su debido momento, podrían distraer a los orcos y ayudar a liberar a los prisioneros. Aunque todo aquello dependía de que Gror y los demás lograsen salir de los túneles de la ciudad con vida.

La visión sombría que confirmaba lo que temían no había hecho más que sumergirlo en una seria reflexión. Por suerte otros tomaron el rol de decir lo que pensaba, con otras palabras. Ahora debían salvar al pueblo de Durgis; aunque la Roca se perdiese, mientras la gente perseverase… Así que no podían ignorar a esos prisioneros. Pero tampoco a su misión; así que la división, aunque peligrosa, era la única salida.

-Perfecto. +dijo asintiendo al plan de Gror. Pero luego lo miro fijamente, muy serio, hablándole en la lengua de Durgis+ Mantén esa firmeza a pesar de lo que puedas llegar a ver dentro. Cuando terminemos, debemos guiar a los supervivientes al oeste, y esa gente necesitara un líder...

No dijo nada más, sumergiéndose en sus pensamientos y en particular en un recuerdo muy fuerte. Esto se sentía como retroceder muchas décadas, en cierta forma. Esta vez dejo la honda y tomo el urgrosh, un arma que serviría mejor en los tuneles. Estaba listo para encabezar la marcha.