Partida Rol por web

Sientes una ligera vibración en la estatuilla de oro que tienes.

 Les comento a mis compañeros: Muchachos, la estatua está vibrando, pero no se que hacer. Me imagino que habrá que dejarla en alguna parte, pero francamente, no se a donde ir ahora. No se, habrá que intentar avanzar hacia la estatua, y buscar algun zócalo, o una ranura...ayúdenme a buscar un sitio donde pueda casar la estatua. Por favor, tengan cuidado con sus pasos. 

Vaya vaya, se me acabaron las ideas, y ahora? Mas me vale que empiece a mirar donde va esta estatua. Es posible que funcione como un contador Geiger, donde brille más, es donde debe ir.

Intento alejarme de mis compañeros y encaminarme hacia la estatua, sosteniendo la escultura tairona hacia el frente como si fuera una linterna. Vamos, funciona...

Efectivamente, después de las palabras de Amparo, todos fijan su atención a ese espacio vacio al lado de la estatua femenina.

 Viendo que todos se fijan en el espacio alrededor de la estatua, voy hacia alla y dejo la figura tairona en el espacio al lado de la estatua de piedra. Ojalá que no pase como en la pelicula de indiana jones...la piedrota y eso...aunque es poco probable, ya nos la vimos con trampas. Aunque creo que dejar la estatua aquí es para bien. Y ahi sabremos quien es el tal hijo y porque va a dormir aquí.

Un silencio inunda el lugar, unos a otros se miran y de repente la estatua de Lilith se ilumina  y todos tienen esta visión.

Una luna creciente ilumina  un espacio de la cierra nevada,  en un  lugar plano se observan una tribu  en círculos cantando una canción ritual. Un hechicero se encuentra en el centro, danzando y haciendo una especie de oración, mientras en una esquina tres orfebres  ponen oro liquido  en un molde de piedra. Un proceso  artesanal cuidadoso comienza, ven como poco a poco, ese liquido de oro, se va convirtiendo en la figura, y así  es como esta se va convirtiendo en esto. Fue un proceso que llevo muchas noches llevar a cabo, hasta que por fin, estaba listo.

El hechicero lo toma, camina con honor y lo pone en un pedestal sagrado. Junto a él, hay trece vasijas con vitae.

Pueden sentir el olor de dicha vitae, es un olor dulce, fuerte, delicioso. Cada vasija tiene la sangre del antiguo de los trece  clanes, lo saben, no entienden “porqué lo saben”, pero es así.

El hechicero cantando  derrama el contenido de las vasijas encima de la figura de oro, y esta, como si fuera pan absorbe  toda la sangre. No queda ni una gota desperdiciada.

La canción ritual suena una y otra vez, y de repente el oro comienza a brillar, y los indígenas comienzan a gritar felices. El hechicero toma con cuidado la figura y entra al templo donde están ahora. Coloca la artesanía al lado de la figura principal y ambas esculturas comienzas a brillar.

Mi preferido:  La estirpe de mis hijos te han devuelto a mi lado. Yo soy tu madre, y tu eres mi sangre, y por siempre junto a Cain estaré. Mi primer hijo.

La visión se torna borrosa, y  es entonces  es cuando ven otra escena.

Un hombre con vestiduras antiguas entra al templo. No es indígena. Su piel es blanca como el mármol. Lleva consigo una piedra envuelta. Camina hacia el pedestal donde están las figuras y se arrodilla. Habla en una lengua que no comprenden, pero por alguna razón, todos ustedes entiende todo lo que dice.

Mi señora, busco protección  para esta escritura, tus hijos están en peligro... eh caminado mucho para encontrar su morada. Señala  la piedra que tiene escondida.

En ese momento notan que el hombre mira al fondo y se da cuenta que hay otro pedazo de piedra flotando y  luego posa su mirada en la figura de oro.

De manera mágica la roca con escritura antigua se zafa de sus manos y acompaña flotando a la otra.

Tu deseo ah sido cumplido, márchate. Una voz femenina habla.

El hombre entonces sonríe, pero algo pasa en él, se queda mirando la estatuilla de oro, y una sensación de poder lo embarga.  Tan rápidamente como se levanta arranca la estatuilla del pedestal y sále corriendo con una maravillosa habilidad sobre humana. El templo comienza a temblar, y la canción como un llamado se escucha.

¡Devuélveme a mi hijo infame! ... Yo te maldigo, y maldeciré la tierra donde  yazcas y a todos aquellos que secuestren a mi hijo hasta que no vuelva hacia mí.

El hombre haciendo caso omiso corre,  y de repente tiempo después la tierra cruje, la canción de la madre está en sus oídos, y comienza a llover sangre. Una ola enorme de ese líquido lo envuelve. La vitae como acido lo vuelve polvo, y en la tierra solo queda abandonada la figura.

Nuevamente  todo se vuelve tinieblas y ven otra imagen.

Un hombre con traje de conquistador español camina por el sendero en su caballo, se baja de la bestia y comienza a orinar. Voltea levemente y ve algo que brilla.  Tras subirse los pantalones se dirige al sitio, quita la tierra acumulada, y la estatuilla aparece ante él.

Qué suerte la mía ¡me volveré rico!  venderé el oro al mejor postor y construiré una casa en la colonia de Santa Martha. Se ríe sintiéndose muy afortunado. Joder qué en este nuevo mundo se caga oro.

Toma la estatuilla y se va.

En ese momento ustedes vuelven a tener contacto con la realidad.

A Beatriz por alguna razón se le ha caído el vendaje de los ojos sin que se diera cuenta, y puede ver todo a su alrededor, pero está tranquila.

En ese momento, todos se sientes diferentes, se sienten más fuertes, más valientes. Algo les ha ocurrido. Tienen la impresión de haber estado ahí mucho tiempo.

Al fondo las dos tabletas con inscripciones que flotan bajan como si se pusieran a su disposición.

Pueden tomar la recompensa que deseen, y márchense. Escuchan la voz femenina.

Escuchas en tu mente: Puedes tomar tu recomenza servira para pagar la deuda que tienes con los tuyos. Toma lo que requieras pero no abuses de mi gratitud.

Al sentir que la venda que tapaba mis ojos se cae, palpó mis sienes para sentir por mí misma que no es parte de otra ilusión. Cuando abró los ojos, miró a mis compañeros, intentando leer en sus miradas si también habían tenido las mismas visiones que yo, y si igualmente sentían esa sensación de que por fin todo había acabado.

Al fin se siente un poco de paz... - me digo a mí misma.

Miró a derredor, observando todas las riquezas, la estatua de Lilith y las dos tabletas que habían descendido. Con una mirada agradecida, hago una leve reverencia ante la estatua, diciéndole en voz muy baja:

Muchas gracias, señora... - Y en voz alta continuo: - Parece que ya tenemos lo que Stanford quería. Ahora, lo mejor es salir de aquí antes de que el sol salga.

Aprietó la mano de Iván una vez más, para agradecerle de este modo por haberme conducido hasta allí, antes de soltarla y conducir mis pasos hacia las riquezas del lugar, mirando lo que había como si me encontrara en un supermercado.

Casi como una hoja al viento me dejo llevar por lo que nos esta sucediendo, es como si estuviera en otro lugar, las visiones y lo que sucede...todo es tan claro....pero tan confuso...tan antiguo...maldicion.

Por poco pierdo mis fuerzas cuando de un momento a otro me siento como en aquellas epocas de guerra en Rusia, la energia y el valor se apoderan de mi y aprieto mis colmillos hiriendome levemente. Todo es demasiado extraño

Que clase de magia es esta.... Susurro y cuando me doy cuenta que la venda de los ojos de Beatriz ha caido y que ella camina hacia las riquezas casi me voy para atras be...!!!

corro para tomarla del brazo dejame a mi...yo tomare algo y si me sucede cualquier cosa abandona el sitio Y me acerco para tomar cualquier cosa

Tomas un hermoso anillo de oro preocolombino y esmeraldas, y no... no sucede nada.

 Este...de nada, señora. Gracias por darnos las piedras. Camino y recibo las piedras, y luego veo que Beatriz camina hacia las joyas. Beatriz, espera. No sabemos si coger esas riquezas nos va a causar problemas como Stanford contaba. Mejor salgamos de aquí en paz, y luego cuando hayamos vencido a los lupinos, vas y consigues todas las riquezas que quieras. Además, tu ya estás con Ivan, no es eso algo mejor que el oro? Tienes razón, es mejor que cojamos camino antes de que salga el sol y nos pesque aquí. Entre más rápido podamos revisar las piedras, mejor. 

Y haciendo esto, empiezo a leerlas, pero luego me doy la espalda, levanto la vista y empiezo a salir del templo cuidando mis pasos.

Le sonrió a Iván con dulzura.

Ella me dio permiso - señaló con el dedo a la estatua de Lilith. - Necesito pagar una deuda, y ella me dio permiso para tomar lo sea necesario para saldarla.

Después de lo que digo vuelvo a mirar las joyas, perdiéndome en esa visión, como si nada más existieramos ellas y yo.

Con un poco de nerviosismo y esperando lo peor del mundo tomo algunas piedras y un hermoso anillo precolombino y me quedo quieto, como una estatua en mi sitio a punto de saltar, correr o agacharme pero finalmente nada ocurre

vaya...parece que hablaba en serio... Y me regreso hacia beatriz