Partida Rol por web

Aún es trempano de mañana cuando llegáis a la posada, se trata de un edificio de piedra con algún revestimiento de madera, no más de cuatro ventanas dan a la calle principal mientras que el resto dan a la callecita de detrás de la posada.

Al abrir la puertecita de madera os golpea un olor a algún tipo de jabón que una muchacha graciosa pero no muy atractiva mezcla con agua mientras friega el suelo de madera de la posada, las tres o cuatro mesitas están a medio limpiar, una de ellas aún con restos del desayuno seguramente. En la parte de la izquierda, una pequeña barra de madera con dos taburetes también de madera, tras ella un hombre con bigote, grande pero de aspecto bonachón, os mira con una amplia sonrisa. Sin duda es un plebeyo con buenos modales.

- Buenos días sean para sus mercedes, ¿ Qué es lo que desean ? ¿ Una habitación ?- repara en Albar - Oh, tengo una excelente para vos, mi señor. Amplia y espaciosa y con buenas vistas al centro de Valencia y al mercado. O quizás prefieran degustar nuestro vino Alicantino, famoso en toda Valencia!

 La posada parece ser un sitio respetable, al menos no es toda de madera y se preocupan por limpiarla cada día, eso demuestras el carácter del posadero.

Buenos días buen hombre. Digo al entrar. No quiero ninguna habitación, estoy aquí por otros motivos, pero antes de nada si me puede servir una copita de ese vino con un chusco de pan y algo de desayuno para mi y mi amigo estaríamos muy agradecidos. Espero a que entre en la cocina y me prepare lo que he pedido, mientras miro como trabaja la chica de la posada. Si te empeñas en todo con ese esmero seguro que eres una chica muy codiciada por aquí. No era mi intención hacer sonrojar a la chica, pero seguramente mi comentario lo provoca.

Cuando vuelve el posadero con lo pedido doy buena cuenta de ello e invito a Sebastián a que haga lo mismo. Este vino es realmente bueno. Pongo sobre la mesa el triple de lo que merece el desayuno y me dispongo a hacer lo que hemos venido a hacer. Bueno, mi señor, nosotros estamos aquí para ver si sabe algo de un tal Luis de Velasco, antiguo amigo nuestro al que llevamos mucho tiempo sin ver.

  Entro en la posada al lado de Albar con todavía algo de sueño. -Maldita sea nunca me acostumbrare a madrugar- Miro a la muchacha que limpia el suelo con tanto esmero y la doy los buenos días. - Limpiando así será la hija del posadero que empeño - luego me dirijo a la barra con mi compañero. Allí nos recibe el que debe ser el posadero.- Buenos días buen hombre - Según le digo esto apoyo mi brazo sobre el mostrador y espero el desayuno que ya Albar se a adelantado a pedir.

  Al rato el hombre vuelve con un copioso desayuno el cual degusto con ganas. - Esto seguro me hace espabilarme-. Luego Albar pregunta por el hombre que hemos venido a buscar, !!!pero dice que es amigo nuestro¡¡¡, me quedo con la boca abierta pero sigo desayunado confiando en lo que hace mi amigo.

- Don Luis de Velasco, claro. Lo conozco- El hombre ni corto ni perezoso extiende la palma de su mano- pero esa información, no será gratis...

El posadero cierra la mano con gesto de " al menos lo he intentado..." . Asiente con la cabeza y empieza a hablar de forma pausada aunque en tono más bajo para que no lo oiga la chica que se dedica a las tareas de limpieza - Ese tal Luis de Velasco estuvo aquí alojado, decía ser un peregrino que iba desde Medina del Campo hasta nuestra amada Catedral. Quería ver el cáliz que tenemos en la catedral, contiene la sangre del mismísimo Jesucrito ¿ Lo sabíais?- Os mira con gesto interrogativo, pero tras una pausa prosigue - Desapareció la noche del 14 de Marzo precipitadamente, ni siquiera se llevó sus pocas posesiones y lo que es peor, ni siquera me pagó el muy.... - Cuando se da cuenta de que sois clientes potenciales y que sus palabras malsonantes pueden afectar al negocio se modera - La última vez que le vi vinieron dos hombres totalmente de negro y preguntaron por él. Mandé a Amparo a avisarle- señala a la muchacha- bajó como si estuviese esperando a esos hombres, y ya nunca más volvimos a saber de él.

 Si si, por supuesto que lo sabíamos, somos naturales de Valencia y siempre que podemos vamos a rezar a la catedral. El posadero parecía intentar saber si éramos de aquí o de fuera.

Al final de la charla acaba diciendo que Luis de Velasco ya no está en la posada y que ni siquiera llegó a pagar. Vaya, siento lo del pago, ¿era mucho lo que dejó a deber? ¿y no sabe nada de por que esos hombres preguntaban por él? ¿Nunca le vio en compañía de alguno de ellos o algo? Hablo igual de bajo que él para que la criada no nos pueda oir.

El hombre os mira a ambos de arriba a abajo. - No os hacía yo Valencianos, pero en fin, los tiempos cambian y esta ciudad cada día está más concurrida. Nos dejó a deber dos noches con sus desayunos, cuatro Reales de Plata en total es la deuda. No están las cosas bien, pero si encima los clientes se nos van sin pagar...- pone cara de resignado - esos hombres yo era la primera vez que los veía, tenían aspecto de siniestros además. Nunca le ví con ellos.

 Saco de nuevo mi bolsa con el dinero y haciendo ver que no me quedan muchas monedas saco cuatro reales de plata y los dejo encima de la barra de la posada. Aquí está la deuda de Luis de Velasco, taberneros como usted mantienen unida Valencia y no se puede permitir que vayan a la ruina. Miro mi copa de vino vacía y pido otra más. Aprovechando que estamos tan a gusto charlando por que no saca otra copita de vino para mi y mi acompañante y algo de jamón, no hace falta que sea del mejor, sólo uno que no lleve 2 años en la despensa.

Espero a que el posadero haga lo que he le pedido. Más vale que el jamón no sea malo, porque ya van 6 reales gastados en obtener información de Velasco...Cuando trae las cosas seguimos hablando.

Entonces, ¿no recuerda nada de ese hombre? ¿cuando entraba, cuando salía? ¿si le vino a buscar alguien a parte de esos dos hombres con pinta de siniestros....?

  El hombre quiere sacar buena tajada de todo esto. - Le iba a dar yo monedas un puñal en la garganta es lo que se merece por usurero en fin.- Me dirijo al posadero con voz calmada y casi de compañerismo.

  Oiga nos a dicho que se dejo todas sus pertenencias, ahora que hemos pagado lo que le debía nos daría sus cosas? se las devolveremos al dueño encuanto le veamos. Saco la Daga y me quito la mierda de las uñas con ella y le voy hablando. Y dice que vinieron a buscarle dos hombres de negro? cuando dice eso a que se refiere a hábitos de monje?, a y otra cosa, comía en el comedor común de la posada o en sus aposentos?. Que hombre tan simpático nuestro Velasco sigue igual? con su bigote y se cabeza rasurada como fraile?

  Si le encontramos. Le vamos a dar un abrazo verdad Albar? y recuerdos suyos querido posadero claro que si!!!!. A por cierto su hija es preciosa la cuidara como una joya, estamos pasando tiempos dificiles y una joven bella ...Me giro y miro a la muchacha que esta limpiando mientras sonrio y sigo con mi daga aseandome :D.

El hombre coge el dinero gustoso antes de hablar, - La noche del 13 de Marzo, Luis de Velasco contó a todos los presentes una historia asombrosa que por supuesto ninguno creímos, pero no obstante, nos estretuvo bastante y no pocos de nuestros clientes le invitaron a una ronda. La historia fue la siguiente:

Según él, le sorprendió aguacero cerca de la localidad de Bocairente, poblada de malas gentes que se negaron a ofrecerle cobijo pese a su condición de santo peregrino.

La única forma de reugiarse de la lluvia que tuvo nuestro pobre hombre fue buscar cobijo en un conjunto de cuevas, situadas en un barranco cercano a la localidad. Esas cuevas estaban malditas de Dios, ya que Velasco descubrió en ellas algunos huesos y cráneos viejos, y escuchó el aullido de las almas en pena de los condenados por no haber recibido las aguas del bautismo. Sin embargo, nada sucedió a Velasco, ya que estaba protegido por el dedo del Señor. Hacia la medianoche, - hora de brujas - descubrió una procesión como de encapuchados que se dirigían a una de las cuevas, y que después de realizar una serie de ritos que prefirió no contemplar muy de cerca, salieron de la cueva portando en andas a un individuo desmayado, pero indudablemente vivo. Velasco estaba seguro que los misteriosos individuos habían reanimado a un muerto a partir de algunos huesos y polvo.

- El hombre hace una pausa para beber algo y tras toser varias veces y casi atrangantarse, se gira hacia Sebastián y contesta - Sus pertenencias permanecerán aquí hasta que venga a reclamarlas, si es que viene. Sabed que no dejó mucho, sólo un bastón, algo de ropas y una daga. Y esta señorita - señala a Laura- no es mi hija- dice irritado. - Siempre comía y cenaba en la sala común, como cualquiera que viene. No sé si esos señores eran monjes, sólo que iban de negro.

 Así que esta era la historia de la Nigromancia... A medida que el posadero va contando la historia de Luis de Velasco se me van poniendo los pelos de punta y me recorre un escalofrío. Nunca me hubiera creído nada así, pero el que alguien de la Inquisición se vea interesado en ello me da a sospechar que algo pasa.

Bebo un trago del vino antes de dar mi opinión. O sea que Luis decía que tuvo que dormir en una cueva en la que según el dijo hacían ritos para levantar a los muertos. Esto era parte invención mía, pero igual así el posadero decía algo más. Que cosa más rara...Me quedo un rato pensativo sumido en mis pensamientos. Sus cosas nos las podemos llevar nosotros, así no le ocuparán espacio. 

Miro hacía Sebastián ya que me había quedado sin cosas que decir, estaba pensando todavía en el caso de lo de la cueva.

  Después de escuchar asombrado la historia del posadero y de recapacitar lo escuchado, guardo mi daga detrás de mi chaleco. En mi rostro se refleja la preocupación. -Vaya nuestro amigo y sus historias.-

  Dando un pequeño golpe en la barra con la palma de mi mano abierta y dirigiéndome a mi compañero...-Albar mucho me temo que Velasco corre un serio peligro, (ya hablo abiertamente sin preocuparme lo que pueda pensar el posadero) en su historia vio gente encapuchada, seguramente de negro y dos personas de negro vinieron a buscarle, amigos no eran, si no por que dejar sus cosas abandonadas? yo sin mas miramientos iría a la cueva a ver si todavía estamos a tiempo de salvarlo.

  - Creo que el no se sentía perseguido, si comía en el comedor y hacia una vida normal no tendría miedo de que le cogieran.-

 - El problema de seguro fueron las historias, es la unica manera de saber que fueron vistos, de seguro que alguien que estaba en la posada dio el chivatazo, eso o la misma gente que sabia que Velasco estaba  en la posada.- Sonrío y miro a mi amigo, - Todo puede ser Albar todo puede ser.-

El hombre habla de forma despreocupada -No le den mucho crédito a esas historias, no son más que eso, buenas historias que contar a la luz del candil con una buena cerveza delante, o mejor aún , uno de nuestros vinos alicantinos.- El hombre sonríe  y después hace un ademán con gesto serio - Las cosas de Luis de Velasco no me molestan, debo guardarlas es política de la casa guardarlas no venga su dueño a reclamarlas. Les deseo suerte con su búsqueda de todo corazón. - Parece recordar algo - Ah! y díganle a de Velasco cuando le encuentren que tiene suerte de tener conocidos tan generosos como ustedes!.

 La actitud del posadero me da a entender que o desembolso más dinero por las cosas de Velasco o que no nos va a dar ni decir nada más. De acuerdo, si no le molestan se quedarán aquí hasta que vuelva a por ellas.Cojo mi capa y me la pongo a la vez que llevo mi sombrero en una mano. Me dirijo hacía la puerta cuando me doy cuenta de una cosa realmente importante. Ah! se me olvidaba, el día que desapareció Luis ¿nadie vio nada? ¿no ha venido nadie por aquí contando cosas extrañas? Al decir esto me giro hacía la chica que estaba limpiando las mesas y la miro como dando a entender que si quiere puede responder también a mi pregunta.

El hombre mira a la chica con gesto inquisitivo, la chica niega con la cabeza. - La verdad es que no, simplemente se lo llevaron esos hombres y no volvimos a verle- contesta el hombre - Os hemos contado todo cuanto sabemos.

   Pienso que puedo sacar provecho de esta situación. -Espera Albar antes de irnos quiero comprobar una cosa.- Me acerco a la chica con paso firme la cojo por los brazos y compruebo si tiene algún tipo de magulladura o cardenal. Tal y como la trata no me extrañaría que tuviera algo y si lo tiene ...

El tabernero mira a Sebastián extrañado, pero más extrañada aún  te mira la mujer mientras te deja hacer, tras un breve examen en el que no descubres ninguna marca, ni siquiera un arañazo la mujer sigue sin reaccionar pero el hombre mira a Sebastián con cara de pocos amigos, pues ese examen del cuerpo de la chica lleva implícito una acusación. El hombre le fulmina con una de esas miradas de "no vuelvas por aquí nunca".