Partida Rol por web

- Dónde estará ese bastardo de Zayffid o Rokuva o cómo se llame?

Al menos parecía no estar más del lado de los trogloditas que del nuestro...

Y por el día se les calienta la sangre...

Diegen busca una forma de huir sin ser visto por los trogloditas, pero no lo tiene nada claro...

- Creo que estamos en una ratonera. Tal vez negociar sea nuestra única salida...

El paladín mira a Itzala, que todavía está durmiendo, ajeno al peligro. Que Sarenrae nos coja confesados...

El mago ve el panorama con el cejo fruncido y gesto taciturno.

Eramos pocos y pario la lagarta. SI me quereis, irse!

Itzala se despereza y mira al resto de sus compañeros, que observan algo preocupados. Sigue la mirada y ve al ejercito de trogloditas. Vuelve a mirar a sus compañeros y sonrie con suficiencia.

Cobardes! - dice dando un pequeño saltito y gesticulando con las manos - Pecadores del desierto! Que estais mas palidos que un elfo silvestre en Menzoberranzan Zinayarkin! Jarl! No os preocpeis que yo arreglo las cosas con Groundmoch. Por la gloria de mi troupe! 

Da otro pequeño saltito, se mueve para delante y para detras y sale del escondite dando algun que otro alegre brinco mientras se dirige a Groundmoch, con total tranquilidad, entonando una cancion tradicional de los trogloditas

Siempre quise ir a procrear
Llenar de huevos esta ciudad 
Y eclosionar-los en un solo dia. 

No hace tanto tiempo que te hemos dejado, 
Tu solo, los huevos y algun rezagado. 
No sé que aventuras corriste sin mi.

Y ahora estoy maravillado 
A estos de donde los has sacado? 
La fertilidad, es tu especialidad.

 Ya a su lado, le saluda contento

Un ejercito! Perfecto! Ya no necesitais nuestra ayuda para acabar con los ultimos rezagados de los gnolls. Os podreis hacer con esta fortaleza. Entiendo que nuestro acuerdo de beneficio mutuo se mantiene? Antagonizarnos solo resultaria en la muerte de muchos trogloditas. Y de alguno de mis esbirros, sin duda. Nada que nos beneficie a ninguno

Diegen se queda mirando al elfo mientras va a hablar con los trogloditas, dando cómicos saltos por el camino. La canción del bardo se queda dando vueltas en su cabeza sin poder evitarlo. Tal vez la ha escuchado en otra ocasión? La música le hace pensar en la persona a la que más quiere en este mundo, presagio tal vez de que el fin se acerca.

...y hace un momento que nos ha dejado,
aquí en la choza con los esclavos
el último loco que quiso probar
el licor de Dorwás.

Quizás las heridas me hacen recordar:
Bardo, no crees que te van a matar?
Creí que te íbamos a sacrificar
(y aún ahora, ya ves).

Y al irse el elfo me he sentido extraño,
me he quedado solo, mirando mis manos,
quizás he rezado, nostalgia de Atee... (la)
Y desde esta choza donde estoy parado
me he sorprendido mirando a su barrio,
allí en Solku al sur, en la gran ciudad.

El amanecer me sorprenderá
dormido o muerto junto a los demás
entre las paredes de este templo rufián.
Y no habrá bardos que lo puedan cantar
pues al que quedaba ya lo van a matar
entre las paredes de este templo rufián.

Y no estarás tú... Ateela!

Grunfmoch mira hacía el bardo y contesta:

- Por supuesto, nuestro trato continua. Se que pagaríamos caro un enfrentamiento aunque os matáramos a todos. No es cuestión de permitir a los gnolls recuperar la Casa. - toca con cuidado la garra que le cuelga del cuello como amuleto - Aún no ha llegado la hora de la lucha final.

Varios trogloditas se acercan al humano esperando alguna orden de su líder.

Diegen no quita el ojo de encima a Itzala, convencido de que lo van a matar y de que esta vez ni toda la suerte del mundo puede salvarle de su propia inconsciencia. Para su sorpresa, el bardo llega hasta Grundmoch, hablan brevemente rodeados por varios trogloditas, y luego Itzala se vuelve sin inmutarse mientras los trogloditas le observan en silencio. Cuando el bardo está a punto de volver a entrar en el cobertizo de los esclavos, Diegen ve a los trogloditas hablando entre ellos. Está Grundmoch mirándole a los ojos a través del patio mientras da órdenes a sus tropas? Con estos lagartos nunca se puede estar seguro de a dónde miran... Diegen no está cómodo. No son sólo las heridas, no le hace ninguna gracia tener a medio centenar de servidores del enemigo armados y listos y sin oposición aparente. Sin embargo, Itzala sigue vivo y entra en el cobertizo agachando la cabeza:

- Lumpenproletarios! Una vez más os he salvado el pellejo. He convencido a Grundmoch de que nos deje en paz como mínimo hasta que acabemos con la bestia que se oculta en los sótanos de este templo ingominioso e impío.

- Y blasfemo -no puede evitar decir Diegen.

- Y blasfemo, como les comentaba anteriormente. Lo importante es que, una vez más gracias a mí, los esclavos y todos nosotros estamos a salvo. Podemos descansar, recuperarnos, e incluso dar una vuelta por las salas del templo que no hemos visto ---y levantando los brazos al aire de forma teatral, empieza a cantar---Como después de la noche
brilla una nueva mañana. (bis)
Matamos al Rey Carroña,
hay una luz de esperanza. (bis)
Como después de los sustos
traigo de nuevo la calma. (bis)
Ahora miremos el templo
mientras algunos descansan. (bis)
Y vamos abriendo puertas,
y vamos cerrando heridas.
porque en la semana que llega
no vamos a perder la vida.
Y vamos abriendo puertas,
y vamos cerrando heridas,
pasito a paso en la senda
vamos a hallar la salida.

Por que no tendre un conjuro de silencio preparado cuando lo necesito? - dice Jaali claramente molesto con el bardo - Una cancion mas y te convierto en una tea andante, bardo.

Por que no tendre un conjuro de silencio preparado cuando lo necesito?

SSSSSSHINK

La piedra de afilar contra la cimitarra llamó la atención sobre Dorwas.

Yo tengo uno de esos. - dijo al mago.

Estaba claro que el follaversos habría tenido que usar la baza de cuántos muertos dejaría el enano por el camino antes de tomarse la primera cerveza como forma de atemorizar a los trogloditas...

—El bardo nos ha comprado tiempo, esperemos una semana y bajemos.— dijo Jonova.— No creo que nuestro enemigo pueda pasar a través de unos trogloditas que lo odian por haber intentado destruir sus huevos y la criatura que haya debajo del trono.

El escorpión no está tan mal. - dijo Dorwas sacando el trozo que Jonova le había indicado del fuego. - Puede resultar un poco repetitivo toda la semana pero no creo que los trogololos esos tengan especias...

La semana contra todo pronostico transcurre tranquila.

La inmigración de los trogloditas continua, todas las noches llegan desde algún lugar más reptiles a engordar al tribu, mientras que lentamente esta va habitando todo el templo. Algunas partidas pequeñas de gnolls llegan al templo, pero son rechazadas con facilidad por los nuevos amos de la Casa de la Bestia.

La relación con los recién llegados no es fácil, varios de ellos se muestran hostiles y desafiantes, incapaces de entender vuestro lugar en el templo. Pero la saludable distancia que guardan los pocos supervivientes y la ferrea disciplina de Grundmoch hace que la cosa no llegue a más.

El viejo clérigo os visita casi todos los días, fijándose en como evolucionan vuestras heridas y ayudando a Jonova a curaros. A medida que mejoráis se muestra más nervioso y alerta.

Tras pasar toda la semana sin hacer mucho, y gracias a los cuidados de Jonova (Grundmoch no se ha acercado al semielfo), las heridas de Diegen han mejorado mucho. Está lejos de estar en plena forma, pero al menos ya es capaz de respirar normalmente y de mover sus cimitarras sin sentir que se rompe.