Partida Rol por web

Jaali mira la escena intentando entender lo que dice Itzala sin exito. Su actitud parece decirlo todo sin embargo.

Nunca me crei ninguna de las historias de Raffius - comenta - pero quizas tenga que revisar mi criterio. Muchas eran mucho menos increibles que este tipo. Atentos a patrullas gnoll que puedan haber oido los gritos desde el otro lado - advierte mientras se prepara para posibles problemas

Las jabalinas vuelven a volar, esta vez claramente a matar. Dos de ellas rozan a Dorwas haciéndole dos cortes superficiales que le hacen sangrar, pero que no parecen graves.

- Per... ¡pero ha hecho lo contrario de lo que le pedimos! Ahora ya puedo pensar sin lugar a dudas que es un miembro más del grupo. ¡Queríamos buscar aliados y ha encontrado más enemigos!.

Las jabalinas vuelven a volar otra vez y comienzo a pensar otra forma de convencer a estos lagartos antes de que sea demasaido tarde.

- Ya... ya, cálmense señores. Tranquilidad, no voy a ir anunciando mis verdaderas intenciones al primero que me cruce... necesitaba comprobar de qué lado estaban ustedes, nosotros también venimos por la cabeza de ese tal Señor de la Carroña, traje un "pequeño ejército" a mi mando para lograrlo - señalo hacia atrás donde deberían estar los demás - no necesitamos de su ayuda, es la verdad, asi que si prefieren que entremos por la fuerza, lo haremos... sino pueden ser amables con nosotros y nosotros lo seremos con ustedes - hago una pequeña pausa - ustedes eligen.

La jabalinas se detienen y desde la puerta cerrada se oye el ruido de voces discutiendo rápido en draconico. Finalemente los seres parecen llegar a un acuerdo y dicen:

- Esperen quietos un momento, no intenten acercarse - dice una voz.

La espera se prolonga unos minutos, hasta que otra voz, esta vez en común pregunta:

- ¿Que queréis?. ¿A quien servís?.

Sonrío cuando consigo hacer entrar en razón al grupo de lagartos, miro a Dorwas y éste parece estar recuperándose de un duro golpe

- Ves enano, yo sabía que serías de utilidad, al menos conseguiste atajar algunas de esas jabalinas - le digo susurrando, luego me dirijo otra vez a los reptiles dentro de la fortaleza - ¡Nuestra intención es derrotar a los gnolls y al Rey de la Carroña, ustedes pueden quedarse con La casa de las Bestias, a nosotros nos da igual - digo mientras pienso que probablemente estos reptiles estén en busca del arma, aunque no pienso mencionarla, a continuación vuelvo a susurrarle a Dorwas - enano, ¿a quién servimos? ¿sería prudente nombrar a Almah aquí? Podemos darles el nombre evidentemente falso que nos dio el tipo pelón que medía dos metros... ¿Cómo era? Zafid... no, Zayifid, Eso es - sin esperar respuesta del enano menciono al extraño sujeto - sólo cumplimos con el encargo para el que se nos contrató, somos mercenarios y es un tal Zayifid quien nos paga.

- Si bueno... - la voz duda - pero exactamente ¿que queréis de nosotros?.

¡Joder, que eso escuece! - masculló Dorwas de repente, cuando su cerebro fue capaz de vencer el asedio del alcohol e indicar a sus músculos que habían estado a punto de herirlos.

Se rascó los roces de las jabalinas y se dirigió a Itzala.

¡¿Estamos tontos o qué?! - el caracter habitual del enano no dejaba translucir si realmente estaba enfadado. Más enfadado, es decir.

Uno de los lagartos comienza a dudar y pregunta qué queremos de ellos, a lo que le contesto:

- Ahora mismo necesitamos entrar a la Casa de las Bestias de una forma "silenciosa" y si ustedes pueden proporcinarnos esa ayuda, nosotros sabremos agradecerlo, les recuerdo que depende de ustedes, porque somos muchos más que dos y si queremos entrar lo haremos de una u otra forma, además podríamos comparar la información que tenemos, seguramente ustedes saben cosas que nosotros no sabemos... y viceversa.

Mi manejo de Dracónido no es absoluto pero al menos intento hacerme entender lo mejor posible.
 

Se vuelven a oir susurros en el interior y finalmente dicen:

- Entren. Pero quiero las manos en alto y ni se les ocurra acercarlas a las armas. Y aproxímense despacio - mientras habla otros de sus compañero mueven la puerta improvisada hacia un lado, dejando abierta la entrada del pequeño templo.

Jaali ve como los lagartos abren la puerta y se levanta, preparandose para acercarse a la puerta

Bueno, parece que el bardo es menos inutil en Draconico que en Taldane. Seguro que tiene que ver con la falta de vocabulario en ese idioma y su incapacidad de decir tonterias. - Se vuelve a sus compañeros señalando con una reverencia a Itzala - Os presento a nuestro nuevo Bethel. No vale para nada salvo para hablar con monstruos.

Parece que ha funcionado. Por lo menos han conseguido entrar. Veremos que logran. dijo Harve algo preocupado por como se iban desarrollando los acontecimientos. No se fiaba del bardo ni mucho menos de sus habilidades pero lo hecho, hecho estaba ahora solo faltaba esperar.
 

Dorwas vio como Itzala alzaba las manos y comenzaba a avanzar.

Hizo lo propio, separándolas del cuerpo, y aviso al bardo. Como empiecen las ostias ahí dentro, la primera irá para ti y no precisamente por un follaescamas de esos...