Partida Rol por web

El bardo comenzó a registrar la estancia con mucho cuidado, aun con la espada en la mano. Con un gesto indico a Ashena la puesta del fondo, la que daba a la despensa, para que el esqueleto la abriera.

Siguiendo con el juego de abrir puertas, Ashena ordenó Borg abrir la siguiente mientras los demás registraban.

Murgen se situó en el centro de la estancia y pensó que pudieran haber espacios escondidos, los criados suelen guardar cosas y tener secretos, quizás aquí también lo hicieran.

En la despensa hay comida y diferentes utensilios de cocina. Los cuchillos parecen de muy buena calidad. Mientras, Murgen se acerca al montacargas, abriéndolo para inspeccionarlo. Para su sorpresa, una sombra oscura se le lanza encima.

Murgen se encontró de frente con la criatura, dio un ligero paso atrás para ganar algo de espacio y bajo su alabarda con velocidad y potencia letal tratando de golpear a la criatura. El golpe era lo suficientemente atroz como para hacer que esa especie de liebre cornuda se convirtiera en sashimi.

El bardo no se dejó impresionar por el conejo pero el ímpetu en el ataque pudo con él, y al levantar la espada larga golpeo con ella una de las cazuelas y la espada se le escapó de las manos. Era algo normal, el bardo estaba acostumbrado a usar espadas cortas, no una espada larga como esa.

Vaya sorpresa una especie de conejo mutante, la primera sorpresa verdadera en la casa, aunque siendo algo tan insignificante Ashena no tuvo problema en ordenar a Borg que lo rajara.

El esqueleto lanzó un espadazo al bicho que rápidamente esquivó. Murgen, en cambio, con su alabarda partió a la aberración por la mitad. El bardo intentó también darle al bichejo pero se le escapó la espada de las manos, cayéndole el pesado mango encima del dedo gordo del pie.

Murgen miró al roedor troceado y sonrió con desdén. Agarró los cuernos y los arrancó de la cabeza del animal muerto pensando que quedarían genial puestos de adorno a un casco, solo tendría que pedirlo al herrero adecuado. Luego se acercó al montacargas con precaución para examinarlo detenidamente.

El montacargas lleva a varios pisos pero no cabéis, sois demasiado altos. La única opción es subir l¡por las escaleras. El bicho o quedó atrapado o viene de la parte de arriba.

Deberíamos de terminar de registrar la planta baja antes de subir. Luego pensó unos instantes. Si hay arriba hay algo, propongo bloquear el montacargas para que así no pueda huir por aquí. Aunque, puede si había un monstruo lo mejor fuera espantarlo y no matarlo.

- Tiempo hay de sobra, dejemos esta planta registrada y vamos arriba.

Ashena todavía no había visto nada de la obra del lacayo genio del barón, esperaba poder aprender algo de provecho, y llevarlo a su terreno.

Murgen se acercó al montacargas, llevó la cabina del mismo hasta su posición más baja y cortó la cuerda, dejándolo inutilizado...Ahora tienen un armario de dos plantas... Se acercó a la puerta para salir. Hizo un gesto a los demás. 
 

A donde digáis 

Pues solo queda esa puerta. Dice señalando la puerta del armario. Registremos el armario y luego subamos a ver si encontramos al misterioso "niño" que llora. El bardo espero a que fuera el esqueleto quien abriera la puerta del armario.

Puesto que mis aguerridos compañeros ya se habían acostumbrado a que Borg hiciera todo, Ashena dio la orden mental al esqueleto para que abriera el armario.

Suspiró con aire cansado, se acercó a la puerta y la abrió de golpe. Abrió y se preparó para responder ante cualquier amenaza o trampa. 

Me temo que en esta planta no hay nada... No creo que el Doctor tuviera su laboratorio dentro de la casa, seguramente haya algún sótano o ático.
 

Empezaba a parecerle una perdida de tiempo este registro habitación por habitación, sin dinero a la vista, ni nada con lo que arramplar. Estaba seguro que nada ocurría en la casa, nadie ponía su laboratorio donde podían llegar visitas

El esqueleto abre la puerta del armario y encuentra sombreros y capas. Entre todo ese batiburrillo de cosas, Connor se percata de dos cosas de bastante utilidad: una crespina (un sombrero acolchado para proteger la cabeza de los arqueros y de gente sin dinero suficiente para costearse un yelmo) y una capa de cuero, muy dura y útil tanto para protegerte de la lluvia como para frenar una flecha disparada desde la lejanía.

Suponéis que esto era el equipo que usaba uno de los sirvientes cuando era llamado a filas o cuando había de visitar... ¿a algo o alguien peligroso?

- Vaya, un par de objetos de protección, que os parece si uno se lo queda Borg y otro Murgen, van a ser lo que vayan por delante, y al menos a mi me conviene que duren.

Murgen si situó en la escalera subiendo los escalones con cuidado, observaba todo con atención. Pisaba cada escalón con extremo cuidado, había visto trampas que se activan con presión.