Partida Rol por web

Octavia Nile hace un esfuerzo por mantener la calma y simplemente cenar... pero ante la mención del Salero de Plata, pues no es que Daga y Lanus tuvieran esta conversación en privado, sus manos se crispan sobre los cubiertos y su mirada es dura hacia ambos. Su mano derecha incluso acaricia un grueso anillo que lleva en la izquierda, con una gran piedra verde engarzada. 

Marcus Levanta la vista un poco mas de su plato y sonríe como si acabara de recordar algo gracioso.-Le incomoda la presencia de hombres apuestos,señorita?.-Marcus dirige su mirada y sus palabras hacia Octavia mientras le da un ligero toque con el pie a Daga en su pie para llamarle la atención sobre el suceso.-o acaso le interesa nuestra conversación?Quiere disfrutarla mas de cerca?o prefiere escuchar desde ahí?.-Con estas palabras tan inocentes Marcus deja claro que los oídos ajenos al grupo no son bienvenidos a la escucha,mientras sus ojos paseaban por los gestos molestos de la mujer y mentalmente Marcus se relamía por la ira de la mujer...Que bien iba a pasarlo en ese viaje.

     - No incomodes a la señorita Octavia, Markus. Contesta Daga con una falsa sonrisa y saboreando el momento. - No hay nada que ocultar en ésta mesa, al menos por nuestra parte. Continúa su conversación con Lanus después del inciso. - La verdad señor Cisten que nuestros intereses de compra van por otros derroteros y en principio no incluyen ese tipo de rarezas, aunque tomo buena nota de sus explicaciones. Era mas bien una forma de pasar el rato y saciar mi curiosidad personal, mas que nada. 

     La asesina escucha con desconcierto los comentarios y preparativos que hacen los tripulantes. Sobre todo le llama la atención la posibilidad de que el Cynan Martir sea atacado. No me gustan las sorpresas... Con disimulo se dirije a Markus en voz baja. - ¿Podrías hacer algo por mi, Markus? Indaga que es exactamente lo que pasa. Pregunta a los tripulantes sobre esos "Desarmadores". 

Marcus termina de dar el ultimo bocado a la comida de su plato y deja los cubiertos sobre la mesa,se limpia la boca con una servilleta y como si de un ritual se tratase saca lentamente de su bolsillo el paquete de atados de LHO,se lleva una varilla a los labios y terminado el ritual asiente a las palabras de Daga.

-Claro señora castillo,así será,Discúlpenme...Acompáñame,no quiero ir solo.-Marcus le da una palmada en el hombro Víctor para instarlo a seguirlo cuando este se levanta de la mesa en un movimiento rápido y comienza a caminar hacia cubierta con los marinos mientras se ajusta el chaleco y segundos mas tarde se evade del mundo que lo rodea encendiendo la varilla con un encendedor que saca de uno de los bolsillos.

.-Si señor...estoy en mi ambiente.-Susurra para si mismo mientras se acerca a los marinos.-Eh tios,dejad que os eche una mano y de paso charlamos un poco.-Le dice al mas cercano mientras le ayuda a cargar una caja de munición.-¿Que coño son esos ¨Desarmadores¨?Hijos de puta de baja calaña?piratas?.-Marcus pregunta con una sonrisa en los labios intentando quitarle hierro al asunto con su vocabulario soez.

Sin mediar palabra, nada más recibir la palmada de Markus en el hombro me levanto de mi sitio con un discreto: Si me permiten, acompañaré a nuestro compañero para ver qué ocurre. Y abandono la mesa en pos del veterano Catachán que parece bastante contento de poder salir de ese entorno tan cortés. Lo cierto es que yo también quería mover las piernas, así que cuando me situó junto a mi compañero sonrió al verlo tan animad. Mientras caminamos hacia los hombres que preparan el equipo de combate suelto mi gabardina para tener mejor acceso a las arma que ahí llevo y compruebo con un ligero movimiento que pueden salir de sus fundas correctamente.

Ocho manos trabajan más rápido que cuatro. Comento mientras tomo con una mano otra caja de proyectiles y la acerco hasta la ametralladora pesada. Presto especial atención a lo que puedan contarnos los encargados de las armas ante la pregunta de Markus.

- Oh, no se preocupe señorita Castillo. Hablar de piezas concretas dentro de una basta colección es difícil. Tal ve cuando estemos en la subasta podré relatar mitos y realidades sobre las piezas que conozca o, al menos, sepa identificar.

Maldita sea su estampa. - pienso cuando el oficial viene a interrumpir la partida.

Una vez que los marineros se ponen en movimiento y están montando las Ametralladoras Pesadas me acerco a uno de ellos (el que esté más oculto de los ojos de todos los presentes en el salón) y hago como si me tropezara con el suelo para frenar al llegar a contactar con su cuerpo y así poder arrebatarle el bastón de shock.

- Disculpadme, no sé que me ha pasado. Creo que no me ha sentado bien la última copa. - le digo a modo de disculpa para a continuación agacharme para hablarle al oido: Si os parece bien, cuando termineis seguiremos con la partida.

- Disculpadme un momento. Voy a ver si consigo concretar una hora para terminar esta partida. - digo mientras me levanto y me dirijo a uno de los marineros que estaban jugando con nosotros.

- No le gusta perder y menos de esta forma. - digo a Malek mientras señalo a Quill. Estoy seguro de qe más tarde podremos terminaresta partida. La verdad es que una sola mano me ha sabido a poco.

- Si me disculpas voy a preguntar al Oficial qué o quienes son esos Desarmadores. Si quieres acompañarme ... - digo dejando en el aire el final de la frase.

Dicho esto me levanto y me acerco al Oficial y le pregunto.

- Disculpe mi ignorancia pero ¿qué o quienes son esos Desarmadores?

Marcus, Viktor y Quill se acercan a los hombres que alistan las armas, mientras Vymer conversa con el oficial cerca de la mesa donde se encuentra Malek.

El resto de los pasajeros se queda en la mesa, culminando la cena.

El marinero hace un espectáculo de que no, que lo dejen hacer su trabajo, que son pasajeros, no se molesten... pero al mismo tiempo deja que ellos ayuden con los pesados contenedores de munición que quedan ajustados al piso junto a la plataforma del voluminosa arma. 

- Oh, solo bastardos, piratas... viven de saquear a las embarcaciones que se alejan del control de Solomon. Peligrosos, pero no se preocupen, están a salvo con nosotros.

El oficial les hace señas, y activan potentes reflectores que comienzan a iluminar los alrededores del mar mientras la luz natural se escapa definitivamente.

Tropiezas con uno de los marineros y cuando te agachas simulando revisar el acople del arma, deslizas bajo tus ropas el pequeño taser del mismo. Con un poco de suerte no notará su desaparición hasta que puedas disponer del mismo con tranquilidad. 

- No son nada de lo que deban preocuparse... no toda la población vive cómoda en las ciudades. Muchos quedaron fuera, en las planicies, las fábricas abandonadas... en los restos de las ciudades sumergidas. El pillaje es su vida, y debemos estar precavidos. La ruta que debemos usar para llegar a la Casa a tiempo nos lleva demasiado cerca a sus escondites habituales, sin embargo.

Luego hace señas a los hombres a los lados, y potentes reflectores comienzan a iluminar los alrededores del mar mientras la luz natural se escapa definitivamente.

El primer oficial se acerca a la mesa, con una sonrisa tranquilizadora. No se preocupen, solo son precauciones de costumbre en un viaje por aguas que se encuentran fuera de la protección de Solomon. Llegaremos a la Casa antes de que se den cuenta, sin sobresaltos.

El otro oficial, quien comandara a los marineros a instalar las armas, hace señas a los hombres a los lados, y potentes reflectores comienzan a iluminar los alrededores del mar mientras la luz natural se escapa definitivamente.

No me cabe la menor duda. Comento mirando a los hombres que han dejado que unos desconocidos manipulen su munición así como así. El panorama no era gran cosa, solo decir que mirar el arma montada en su soporte y la belleza que contenía era más atractivo que el paisaje de islas que pasaban como un borrón en el paisaje bastaba. Lancé una mirada a Markus que quería decir: ¿Tu qué opinas? ¿De verdad estamos "a salvo"?.

Un segundo después aparté la mirada para que los marineros no vieran la sonrisa que afloraba en mis labios. Seria típico, llevar a la gente a zonas lejanas y hacer un trato con los piratas del sector para que saquearan a los presentes que acudían a una subasta cargados de dinero y luego repartir los beneficios simulando que todo había sido un trágico accidente... No habia dejado de observar la presencia del otro tipo, ese tal Quill que no me daba ninguna buena espina, asi que en todo momento lo mantengo dentro de mi campo de visión.