Partida Rol por web

Sin duda... Aunque es una lastima, si tengo que desperdiciar mano de obra que trabaja con nosotros hace tiempo por una... esclava nueva... Ella te lo conto o descubriste algo mientras jugabas?

Cuando la veas verás como lo supe. Los tipos sabían las reglas. Si llevan tiempo con nosotros y no conocen la única regla que pongo es que se merecen eso y más.

Mi humor es de perros. Tanto esfuerzo domesticandola para que esos gañanes echen por tierra todo mi trabajo. Me van a oir, vaya si me van a oir.

Vamos para casa

De acuerdo...

*Mas en todo caso, es curioso... que los habra incitado? La otra es mas bonita... mm..

Cuando llegais a la casa encontrais a uno de vuestros mercenarios en la puerta y, como de costumbre, os saluda respetuosamente

- No ha habido novedades, mis señores

Cruzo por delante de ellos sin dirigirles la palabra.

Mañana hablaremos. Cuando Briareos tenga preparado su conjuro.

Me dirijo con Briareos a mi habitación, donde Sintara deberia haber acostado ya a Escarlata.

Bien bien... asi me gusta.

Entro a mi casa, pasando a la cocina directamente a buscar algo de comer, despues de este largo dia... Una vez alimentado y descansado, paso a mis habitaciones. Alli me siento en la cama, con las piernas cruzadas, y las manos en torno al amuleto sagrado que pende de mi pecho...

Lentamente, comienzo a rezar a mi señor, para agradecerle y solicitarle su favor... que me conceda el poder de discernir las mentiras de la verdad.

-Tu, Amo de todo lo que Es, Señor del Imperio, Ejemplar del Poder, Gobernante de la Oscuridad, ante ti me presento como fiel sirviente a solicitarte...

Primero preguntaré a Sintara si le ha sacdo algo más a Escarlata.

Si no, me reuniré con Briareos para establecer un plan para mañana.

A ver qué te parece. Podemos decirles que esta noche sólo necesitamos a uno de ellos para hacer la guardia. Así, mientras duerme, puedo ponerle mis grilletes al otro. Con uno capturado, me reúno contigo y apresamos al que falta. Después los llevamos abajo y los interrogamos con tu hechizo.

Luego de mis razos, viene Zandar a trazar una idea... Sin variar mi postura sobre la cama, le escucho hasta el final, y luego contesto.

-Ambos culpables hasta que se demuestre lo contrario? mmm

Concede a esa idea unos instantes de meditacion, pero solo unos pocos.

-No... No seria conveniente predisponerlos en contra, en caso que resulten ser inocentes... habria que contratar nuevos mercenarios y ya estoy habituado a estos. Tranquilo. Mañana a la mañana los haremos entrar a ambos al comedor, ya que por lo que parece no sospechan nada... y tambien a tu esclava... Su historia no termina de cerrarme... y creo que sera lo mejor confrontarles, para ponerlos nerviosos... Los sentaremos y haremos las preguntas pertinentes. El que falle... conocera el potro y varios otros juguetitos. Y quien sabe? a lo mejor... algo peor.

Se pasa la lengua por los labios...Hace mucho que nadie tortura o...

Me gusta más mi plan pero, por esta vez, lo haremos a tu modo. He de reconocer que no puedo ser objetivo en este tema.

Briareos puede decir misa, pero si alguno confiesa, estará muerto antes de acabar la frase.

Ciertamente... Tus sentimentalismos con las esclavas son conocidos. Pero no debemos dejarnos cegar por las pasiones. Ahora ve y descansa... Mañana veremos.

El clerigo le despide, disponiendose el mismo a dormir

Me voy a mi habitación aún con la sangre encendida. Me aseguro de no pasar por donde pueda ver a esos malnacidos.

Yo estaré en casa. Estoy teniendo problemas con mi última esclava. Tu ayuda sería bienvenida. Puedes pasar a casi cualquier hora, que alli me encontrarás.

- ¿Ya no te acuerdas cómo debes comportarte?

Le pregunto suspicaz a Mañana que no ha dejado de sollozar en todo el camino y aunque quizás tuviera motivos más que suficientes para hacerlo, la niña ya sabía que debía contenerse y estaba claro que intentaba no llorar abiertamente. Así que decido llamar a la casa y esperar a ver si hay alguien.
Hago un repaso mental rápido mientras abren. Mañana anda presentable con el vestido blanco y sus pendientes de cobre, intenta evitar que se vea su reciente marca y resulta evidente que ha estado llorando pero esos son detalles menores. Yo no llevo nada que se salga de normal, al fin y al cabo es una visita de trabajo, y Zeylo anda descansando en casa por lo que no debo preocuparme de que Zandar lo desplume para la cena.

Adelante.

Vuelvo a insistir con la puerta por si no han oído.