Partida Rol por web

Si me permites are un pequeño salto temporal para hacer ver que el día siguiente no es en el que tiene que comenzar a trabajar sino todavía faltan dos días.

Así si no logra convencerlo puede ir a darse una vuelta por la calle de los prestamistas para después comprar los materiales pata copiar los conjuros.

ok, sin problema

Me levanto después de haberle indicado a Bruna que preparada mi mejor muda para ir a hablar con el propietario de los Baños de la Luz.

Una vez he desayunado me dirijo hacía los baños con la intención de llegar a media mañana.

Una vez he llegado le indico al portero quien soy y que debo hablar con Bathaniel Al-Tindrais sobre un trabajo que me ha encargado.

Mejor no le digo que es para ser otro de sus empleados no sea que considere que en ese caso no merece la pena molestarle. De todas maneras tampoco le cuento ninguna mentira.

El portero no es un noble, y sólo es parcialmente un hombre libre. Indigno de nacimiento, fue aceptado como hombre libre por su participación en la guerra en nombre de los nigerthianos contra su propio pueblo. Y por tanto su conducta para contigo es cortés, casi rozando el servilismo.

Al escuchar tu petición asiente con una rápida cabezada y, tras ordenar a una esclava que atienda a los invitados y clientes, te acompaña él mismo hasta Bathaniel Al-Tindrais

Al escuchar tu nombre, el mismo mercader sale a la puerta de su habitación con una franca sonrisa

- Joanuth, mi buen amigo - dice cogiéndote de los antebrazos, en el tradicional saludo nigerthiano- Pasad, pasad... ¿teneis alguna duda sobre nuestro contrato? - luego mira al portero- Retírate

El noble y mercader te hace pasar a una habitación ricamente decorada, invitándote a sentarte en uno de los triclinium de cómodo aspecto

- Decidme, ¿qué os preocupa?

– Muchas gracias por recibirme señor Bethaniel Al-Tindrais.

Tomo asiento algo abochornado ya que no es agradable para mí lo que le tengo que decir. – Cuando nos propuso el trabajo no calcule lo que me costaría copiarme en mi propio libro de conjuros los hechizos que ponía a nuestra disposición para realizar el trabajo.

Me muestro abatido. – La emoción de trabajar rodeado de sus bellas esclavas e incrementar mis conjuros me hizo olvidar lo escaso de mis recursos económicos.

– Sí le parece tendría que prepararlos cada día de su libro al llegar. Ya llegaría antes del comienzo de la jornada para estudiarlos antes de comenzar la jornada.

- Por supuesto. No hay problema. Y si cuando posteriormente mejore su situación económica desea copiar los hechizos no se preocupe: no es una oferta con fecha de caducidad mientras trabaje para mi - aclara el empresario con una sonrisa- ¿Esa era toda vuestra preocupación?

No puedo evitar exhalar un suspiro de alivio ya que temía haber perdido el trabajo antes de comenzarlo.

Asiento sin intentar ocultárselo. – Sí ese era el motivo de mi preocupación.

Me relajo visiblemente y comienzo a levantarme.

– No le molesto más. Me presentaré una hora antes para preparar los de su libro.

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¿Algo antes de la mañana siguiente?

A la mañana siguiente.....

Hace una mañana fresca y agradable y despiertas en tu cama a primera hora, pocos instantes antes de amanecer. Te espera tu primer día de trabajo en los Baños de la Luz, y estás de buen humor. 

Conforme a tu rutina diaria lees y estudias los conjuros que no vas a copiar de la lista de Bathaniel Al-Tindrais, y ordenas a tu esclava que te prepare un desayuno.

Desde tu casa a los Baños de la Luz hay un paseo, pero es un paseo agradable, y hace una buena mañana. Además tienes tiempo de sobra, así que decides ir caminando. Cuando llegas el liberto encargado de la recepción de clientes del otro día te saluda con una profunda inclinación de cabeza

- Mi señor Joanuth.... el amo Bathaniel aun no ha llegado pero me indicó que si lo deseaba le llevase al estudio para que pudiera preparar su mañana. Abriremos en una hora. ¿Desea que alguna esclava le traiga el desayuno?

Es evidente que han empezado a trabajar hace una hora, al amanecer. Una de las esclavas, con una balda de agua y un paño, está árrodillada limpiando el suelo de la recepción. 

Lo saludo con una inclinación de cabeza. – Buenos días, no hace falta que me traiga el desayuno ya he tomado algo en casa.

Cuando estoy a punto de llegar al estudio recuerdo que cuando estoy leyendo pierdo la noción del tiempo. – Lo que si necesitaría que enviaras alguien a avisarme cuando estuvierais a punto de abrir para estar en la sala cuando se abran las puertas a los primeros clientes.

Mientras recorro el interior voy buscando a Monique con la mirada.

Aunque ves a varias esclavas, todas ellas de generosas proporciones e indiscutible belleza, Monique no está entre ellas. Al llegar al estudio hay una esclava limpiando los suelos del mismo. Pero tampoco es Monique, esta es bonita, pero muy joven, una adolescente. Te das cuenta que lleva las manos atadas entre si y al cuello por una cadena de mediano tamaño que le permite trabajar, pero que le impide que sus brazos estén completamente extendidos. El liberto encargado ni la mira. 

- Por supuesto, mi señor. Os avisaré tan pronto sea la hora de abrir. He visto que pareciais buscar algo. ¿Puedo ayudaros?

Le sonrío al liberto antes de contestarle. – Antes como cliente sólo pude venir a aquí una vez y compartiendo la esclava con un amigo. Al ser la única cara, y otras partes de su cuerpo tan bellas como aquella, que conozco esperaba volverla a ver.

Indicándole la esclava con la mano. – ¿Ha cometido alguna falta y esta castigada? Pensaba que todas las esclavas estaban destinadas a dar placer a los clientes.

Intentando apartar la vista de sus desnudos pechos que puedo ver al estar a cuatro patas para trabajar. – Sí pudiera ser te agradecería que poco a poco me fueras informando de estos detalles. Así como las zonas donde no deben entrar los clientes o yo mismo.

- Comprendo. Hay algunas esclavas verdaderamente preciosas aqui - dice con una sonrisa tu interlocutor- Seguro que la encontrais hoy mismo trabajando más tarde. En cuanto a esta tonta - continua mientras agarra el pelo de la esclava- fue adquirida hace un par de noches, y aun está a falta de domar. Por eso va encadenada, y aun no está a uso de clientes, hasta que esté debidamente disciplinada

Tras soltar a la chica parece pensar en tu última pregunta.

- Los clientes no puede entrar en las zonas reservadas. Su caso es distinto, y podeis pasar a cualquier lugar, salvo al despacho privado de Bathaniel y a sus dependencias anexas

Cuando vea a Bethaniel le tengo que preguntar por si pudiera reunir también los requisitos de domador. Aunque no cobrara por ello. Pero si lograra conseguir el dinero para copiarme los conjuros sería mucho mas placentero y beneficioso el trabajo.

– Sino le importa mejor que me indique alguien cuales son las zonas por las que no deben pasar los clientes.

Indicando el libro de conjuros abierto en la mesa que debe ser él destinado a mí. – Ahora me pondré con los conjuros sino no estaré preparado a tiempo para cuando abran.

El liberto te describe las zonas. En realidad es muy sencilla. Los baños tienen una planta baja, en donde se encuentra la zona de clientes. A dicha zona de clientes se entra por una amplia puerta doble de madera oscura casi roja da paso a una gran estancia circular que, según una placa escrita en nigerthiano, es el salón del mercado , el único de toda la zona de la planta baja abierta a clientes en que no existe baño o terma, aunque el agua es presente con tres fuentes de marmol en cuya pilastra se representan animales mitológicos. En el centro de esta sala un esclavo escriba va anotando los nombres de los distintos clientes, así como los servicios que solicitan. Igualmente es aquí en donde se puede obtener llave para las jaulas y grilletes en los que es posible dejar a los esclavos que se estén utilizando para el supuesto de que se haya requerido sus servicios durante un lapso que aun no ha terminado. En tales casos se suele escribir en un pergamino, que se ata al cuello de la esclava o del esclavo, el nombre de quien tiene "alquilados" los servicios de este, y hasta qué hora. Y mientras se llega a esa hora el esclavo está en la jaula o el grillete, liberado hasta cierto punto de otros servicios. Además también hay cuerdas y pequeñas cadenas, así como grilletes, todos ellos para poder ser utilizados por los clientes si lo estiman conveniente. 

Esta sala tiene un acceso a una sala ocupada en su zona central por una gran piscina de agua fría/templada, en donde suelen estar los esclavos cuando no están trabajando para alguno de los clientes. No hay jaulas aquí, ni tampoco otras salidas. Es la única estancia interior de la parte "visitable" de los baños. Existen, eso sí, argollas en todo el paramento de la piscina. A pesar del lujo, o tal vez por ello, no hay demasiados esclavos en los baños (en la actualidad catorce chicas y seis chicos, todos ellos jóvenes, indignos y de hermoso aspecto), tampoco hay una clientela muy numerosa, aunque sí escogida. Una placa identifica esta sala como el salón de los juegos.

Desde el salón de los juegos salen, además del acceso al salón del mercado, siete puertas, que dan acceso a otras tantas salas, tres en el lado izquierdo, tres en el derecho, y una en frente. La de enfrente es la única no abierta al público, y en la misma se encuentran las cocinas y el almacén de alimentos. Un cocinero supervisa a las esclavas que trabajan aqui, al igual que en las otras zonas de los baños, por turno. Las otras seis puertas dan a otras tantas salas de baños, dos medianas (con capacidad para hasta cuatro clientes y otras tantas esclavos) y cuatro pequeñas (con capacidad máxima para dos clientes y dos esclavos). Una de esas salas se encuentra  la primera del lateral izquierdo de la sala del mercado. Es el  salón del huargo, en el centro de la sala hay un baño circular labrado de tal forma que cuatro personas pueden sentarse dentro del agua en unos bancos de piedra sumergidos, de tal forma que solo la cabeza sobresale del agua caliente. Entre ellas hay espacio para uno o dos personas, a lo sumo. Cuatro divanes forman el perímetro de la estancia, y dos jaulas de pequeñas dimensiones (una persona debería arrodillarse para entrar y permanecer en ellos, dos estarían francamente incómodas y pegadas) con el suelo cubierto por pieles de gamo, se sitúan de forma alterna entre los divanes. Una placa identifica el lugar como salón del huargo y las armas de esa noble casa, y su símbolo, están presentes en un mosaico de brillantes tonalidades que ocupa la totalidad de la pared del fondo.

Luego existe una primera planta en donde están las dependencias privadas de Batahaniel, el estudio, así como dos dormitorios para clientes especiales (en principio no se ofrece en los baños un servicio de dormitorio), un dormitorio para el liberto encargado de los baños, otro para el liberto encargado de la cocina y una estancia de descanso para el personal contratado.

Por último quedan los sótanos, que es una zona prohibida a los clientes, tanto como la primera planta. Los sótanos es el lugar en donde se encuentran las dependencias de las esclavas, una sala de castigo, jaulas de adiestramiento, material para las reparaciones y otras estancias de uso similar. 

Tras la descripción el liberto se va, dejandote con tus libros. La esclava murmura algo mientras sigue limpiando. ¿Haces algo además de estudiar?