Partida Rol por web

Ravic se quedó escuchando los comentarios del resto y asintió al plan orquestado por Alí. Sin embargo, antes de que procedieran a ejecutarlo añadió:

- ¿Y si en vez de lanzar una moneda, atamos una piedra a una cuerda nuestra? La podemos utilizar como si fuese un fanal, deteniéndonos en alguna parte del pozo para observar mejor los detalles, y aparte no haríamos ruido cuando la piedra o la moneda cayesen al suelo del fondo. ¿Qué os parece?

Ravic se los quedó mirando a la espera de que le comentasen su observación ...

- Más sensato parece la idea de Ravic, no obstante no creo que siendo tantos logremos pasar desapercibidos, tarde o temprano algun movimiento en falso o alguna roca desprendida nos delatara... la piedra y la tierra puede ser muy traicionera con quien no desea que se adentre en ella... - advirtió la enana phamet mientras se asomaba y observaba las profundidades, aquella visión no le inquietaba lo más mínimo pues se asemejaba mucho a los pozos de minerales que abundaban bajo las dunas montañosas donde habitan los clanes phamet.

Nylwa se asomó a la boca del pozo. Casi sin poderse contener, dejó escapar un sonoro: - ¡¡Qué oscuro está todoooo!!- y su voz resonó por el túnel de bajada gracias al eco. A pesar de eso, la muchacha estaba ansiosa por bajar y proseguir su viaje a lo largo de aquel sepulcro de cientos de años. Tenía el pálpito de que allí encontrarían secretos ocultos bajo el peso de los años y la arena.

- Pues sí, Ravic. Tienes razón.
Ibrahïm estaba conjurando un hechizo luminoso tomando como objetivo un guijarro que halló en el suelo, cuando Nylwa se asomó a la boca del pozo sin poder contener su euforia.
El muchacho soltó un suspiro al tiempo que terminaba de encantar la piedra. - Bueno, supongo que ya no importa que vayamos con cuidado. Si ahí abajo hay algo, ya nos debe estar esperando...

- ¡¡No es un túnel!!- Exclamó como una niña pedante que acababa de responder la pregunta más difícil que un maestro pudiera formular. - El techo se horadó en este punto- argumentó con una sonrisa en la cara. De pronto, su gesto se turbió, como si cayera en la cuenta de algo que hubiera escapado a su mente avispada:

- ¡Cuidado!- alarmó - Existe el riesgo de que si nos acercamos muchos al agujero, la estructura del techo ceda...- informó la chiquilla.

La enana phamet centro su vista en el fondo del la oscuridad. - Creo que ver el suelo de la estancia... así que es menos profundo de lo que creíamos. Será mejor que descendamos ya.... y si hay algo allí, ya nos estará esperando...- añadió haciendo clara referencia al acto de Nylwa. 

En ese caso, tal vez deberías ir tu primero, le comentó a Awib salta a la vista que eres una persona de armas tomar y en caso de que haya algo ahí abajo esperando tal vez seas nuestra mejor baza. Mientras sacaba su cuerda y se la mostraba que me dices?

Ravic puso los ojos en blanco ante la actuación de la muchacha. Si pretendían pasar desapercibidos, se había encargado de anular dicha posibilidad.

Puso una mano en el hombro de Ibrahim y comentó:
- Tira la piedra. Ya poco importa.

Cuando la acción pasó a decidir quién bajaba primero, Ravic añadió:
- O tú, o yo. - Dijo dirigiéndose a Awib - El resto que nos siga una vez asegurada la posición.

- Pues sí... - respondió a Ravic.
Viendo que sus compañeros comenzaban los preparativos para el descenso, Ibrahïm sacó del petate su propia cuerda y comenzó a atarla alrededor del cuerpo de Abbas, tratando de no hacerle daño con los nudos.
- Yo puedo descolgarme con Abbas, no pesa mucho.

Nylwa frunció el ceño como cuando se le niega un dulce a un niño. Sus rasgos en plena adolescencia, exuberantes y rayanos a los de una mujer, contrastaban con el comportamiento infantiloide en determinados momentos de la bella muchacha de piel tostada.

- Yo no quiero que la cabrita bonita se quedé aquí.- protestó de forma enérgica mientras cruzaba los brazos ante ella - Que baje Vibra primero y yo bajaré a Chabas- afirmó contenta de su solución mientras sonreía. Dicha sonrisa duró sólo unos segundos pues el mago no tardó un instante en asegurar de que él mismo se encargaría de su compañero animal.

- Está bien... Baja tú con Mabras y yo descenderé la última. Así podré ayudarte desde arriba... ¡¿Qué te parece Grima?!

- Juro que el día en que me llame por mi nombre, le doy un beso en los morros... - pensó Ibrahïm ante los comentarios de la chiquilla.
- Bueno, si nos ayudas a bajar, tanto Abbas como yo te estaremos muy agradecidos.
El muchacho le dedicó una sonrisa. Lo cierto era que Nylwa estaba como un cencerro, pero no le faltaba voluntad para ayudar; y eso era digno de alabanza.

Se dirigió al resto una vez que hubo comprobado una vez más que las ataduras del rumiante resistirían: - Bueno, ¿Vamos bajando?

Alí iba por faena, ató su cuerda en la argolla donde se sujetaba la ya existente (que previamente había cortado) y empezó a preparar el descenso... de repente se dio cuenta de un pequeño detalle.

Antes de nada, tiramos la piedra iluminada, no? Ya no viene de aquí el ser o no más o menos discretos. Además, creo que nos interesa saber a que distancia estamos para usar una o dos cuerdas y claro, saber que tipo de terreno nos espera... no quisiera encontrarme con una cama de pinchos y lanzas esperando a empalarnos...

Puso una de sus mejores sonrisas a Ibrahïm y miró al agujero con un exagerado gesto con la cabeza como queriendo incitar al mago a que procediera.

- Claro, ¿Dónde la habré puesto?
Ibrahïm buscó por el suelo, pues allí la había dejado al atar a Abbas, pero no la halló. Además, la piedra brillaba con gran fulgor, y hacía rato que sólo les iluminaba la antorcha que portaban los compañeros.

Una sospecha le cruzó por la mente: el chivo llevaba un buen rato quieto y sin hacer ruido.
El muchacho lo miró con detenimiento al tiempo que Abbas se giraba para no enfrentarlo. Al fijarse, pudo ver que los carrillos del rumiante despedían un poco de luz.
- ¡Abbas, maldita sea! ¡Escupe eso!

Obediente, el animal echó al suelo la piedra. El joven la recogió y la arrojó por el hueco.

- Será mejor que no nos entretengamos más, difícilmente vamos a pasar inadvertidos ahora y cuanto más demoremos nuestros pasos más oportunidades daremos a los entes ancestros que protejan estas profundidades a que nos causen alguna hostilidad.. - dijo con cierto aire tenso y tenebroso dirigiendose a Nylwa, como si la paladina pretendiera infundir algo de miedo a la pequeña.

Asomandose al lugar y utilizando la cuerda que sus compañeros habían colocado, Awib inició la marcha sin temor alguno en su rostro. Para suerte para ella su visión acostumbrada a la oscuridad de las minas de los enanos phamet le permitía ver cada centímetro y cada piedra del camino. 

De manera poco ortodoxa los Leones de Wati fueron descolgándose por la abertura hacia el nivel inferior. Al llegar al suelo y mirar hacia arriba fueron conscientes de que no todas las trampas podían ser mecánicas o mágicas. El diseño de aquel hueco estaba claramente pensado para evitar que aquel que bajará tuviera difícil la vuelta a la superficie.

Imágenes de un guerrero de perfil mirando hacia el interior estaban talladas en un par de ornamentadas puertas de piedra en la pared oeste de aquella habitación cuadrada. La figura estaba representada vistiendo una armadura acolchada, con un escudo en forma de escarabajo en el brazo hacia el espectador, y enarbolando una khopesh en alto con el otro. Un cuerpo humanoide arrugado se encontraba directamente frente a las puertas. Un halo de decadencia flotaba en el aire, y una mancha seca se extendía en el piso de piedra bajo el cuerpo.

Cuando el pícaro charlatán llegó abajo no pudo más que maravillarse, por fin estaba realmente dentro de un lugar que pertenecía a un pasado ancestral como el que buscaba y para lo que se le había preparado. Pero justo antes de que se disparara su verborrea compartiendo sus sensaciones sobre el entorno enmudeció al reparar en el cuerpo frente a las puertas. Su alegre sonrisa se ensombreció y reaccionó dando un paso atrás para ponerse ligeramente detrás de la guerrera enana anteponiendo la antorcha* a modo de escudo lumínico.

Cuidado, puede que sea una trampa o puede que sea un monstruo tendiéndonos una trampa... osea, con una trampa me refiero a una trampa de las que se activan y con lo de un monstruo tendiéndonos una trampa me refiero a que esté fingiendo para que nos acerquemos y atacar por sorpresa. parloteó nervioso no nos acerquemos aun.

Después de eso en un acto heroico Alí salió de detrás de la paladín para muy pero que muy lenta y precavidamente acercarse a observar con la antorcha por delante en su mano izquierda y la daga preparada en la diestra.

Nylwa volvió a torcer el morro ante los comentarios chafalaúdes de Awib. la paladín enana tenía un aspecto impresionante, pero resultaba algo arisca para la siempre jovial y cariñosa chiquilla. A pesar de eso, la expedición continuaría y los Leones de Wati no se detendrían ante un agujero en el suelo... aunque fuera el presagio de una caída de más de veinte metros.

Comenzaron a descender. La muchacha -no muy espabilada- había ayudado a resolver el tema del descenso seguro, aportando la idea de que sería mejor descolgar al personal por el orificio que intentar escaladas épicas. Todos asintieron a la moza y Nylwa se sintió altamente complacida. Luego ayudó como la que más a bajar a los integrantes del grupo, hasta que finalmente llegó su turno. Ató la cuerda alrededor de su cuerpo y comenzó a bajar, amortiguada por sus compañeros de aventuras.

Ya abajo, contempló el cadáver que yacía junto a la puerta. Alí hablaba mucho y deprisa. Le gustaba ese chico. Era guapo... Pero Ravic más... 

Suspiró como una quinceañera -pues era lo que era al fin y al cabo- y contempló al explorador con ojos brillantes...

- ¡¡Qué hable por favor!! ¡¡Qué hable!!-