Partida Rol por web

Los ojos de Nylwa se posaron sobre Alí. De cerca eran mucho más bellos si cabe, pues parecía como si los destellos magenta se retorcieran como una miriada de diminutas culebrillas. La muchacha no reaccionó de forma brusca y simplemente sonrió con inocencia al truhán que acababa de acercarse a ella.

- Hola Señor. Muchas gracias por acercarse a mí. Seguro que me puede ayudar ¿Me ha dicho su nombre? Es que a veces me olvido de los nombres de las personas. Seguro que puede ayudarme ¡¡Qué majo es usted!! Soy nueva aquí... ¡¡Bueno!! No soy nueva del todo... ¡¿Por qué toda la gente me mira raro?! Me miran como si estuvieran estreñidos... El hermano Khalazim tiene un remedio infalible para poder obrar. Seguro que usted puede ayudarme...

Las palabras e ideas de la cría chisporroteaban en su boca como de una fuente brota el agua. Su incontinencia verbal era manifiesta, pero también una inocencia rayana a la absurdidad. Aquella chiquilla parecía haber estado recluida durante años en algún lugar, exenta de libertad para salir y conocer el mundo.

... Pero seguro que usted puede ayudarme ¡¡Me había dicho su nombre?!... Busco una enana phamet. Aunque pensándolo bien... ¡¡No sé qué es eso!! jajajaja- se rió reconociendo su ignorancia - pero seguro que usted puede ayudarme ¿verdad? 

Su sonrisa pasó a ser un gesto de boca abierta por la sorprendente forma de reaccionar de la muchacha, y por supuesto de su ansia comunicadora.

Reaccionó al fin y con un galán gesto se presentó Mi nombre es Abayoni Lisimba Init-Herit, pausó un segundo, tal vez por si el nombre de Lisimba le hubiese resultado familiar. Alí para los amigos, por supuesto tu puedes llamarme Alí. Si buscas a una enana Phamet quizás yo pueda ayudarte en tu proposito, de hecho tengo la certeza de que si me dices tu nombre y aceptas tomar un poco de licor de granada conmigo sabré decirte con total seguridad lo que necesitas. Dijo con una enorme sonrisa en la boca de nuevo convencido de que la persona que buscaba era esa enana que permanecia a la expectativa.

Alí era un charlatán y comerciante de tenacidad insultante... prometía ser una conversación de lo más interesante

- ¡¡Gracias señor Hali!!- respondió velozmente con su encandiladora sonrisa, aspirando suavemente la primera silaba del nombre del truhán. Luego, sin tiempo a que éste la pudiera corregir, le cogió la mano con total confianza y tiró de él hacia el interior de la posada. - ¡Pero vamos! ¡¡Vamooooos!! ¡No hay tiempo que perder!- insistía con impaciencia la muchacha mientras seguía arrastrando al pícaro. - Por cierto Mali... Tiene usted una ropa muy bonita. Me tiene que recomendar su tienda.- de forma brusca se detuvo y miró con sus brillantes ojos verdes al muchacho - Pero que maleducada soy... Mi nombre es Nylwa ¡¿Quieres ser mi amigo?! ¡¿A qué sí?! Ya lo sabía yo... ¡¡Vamos Tali!! ¡¡No hay tiempo que perder!! Hay que buscar un enano pahmet de esos...- seguía hablando feliz y sonriente mientras tiraba del brazo del incrédulo pícaro

Viendo que su nuevo mejor amigo señalaba con la mirada a una muchacha -bastante hermosa, por cierto- como posible acompañante, él también la observó con detenimiento.
- ¿Aquélla, dices? Bien armada va, desde luego. Voy a ver, espera.
Con paso decidido, Ibrahïm se aproximó a la muchacha seguido del rumiante y la abordó sin mirar siquiera si estaba sola en ese momento.
- ¡Buenas noches! - Le tendió la mano - Me llamo Ibrahïm, y este es Abbas. Lo sé, estás encantada de conocernos. - Le dedicó una ancha sonrisa, tratando de mostrarse afable.

No obstante, como siempre que hablaba con una fémina, toda la fachada de seguridad se le desmoronó de repente: - No, que pasaba por aquí y he pensado que tal vez... bueno, mi amigo y yo... -dijo, señalando al joven que esperaba sentado en la mesa - Vamos, que si te apuntas con nosotros en lo de las expediciones.

Los acontecimientos comenzaban a desbordarle, la muchacha estaba un tanto ida y ahora llegaba el tipo raro de la cabra... Alí tragó saliva y meditó un segundo. Tal vez si la enana pahmet estaba lo suficientemente cuerda como para compensar las carencias mentales de éstos dos y de él mismo pudiesen formar un equipo y así lograr el objetivo que se había propuesto. Sinó ya tenía con quien dejarlos para irse con disimulo a buscar en otras aguas.

Con una imperturbable sonrisa saludó al tipo raro de la cabra con un Buenas, mi nombre es Abayoni Lisimba Init-Herit, Alí para los amigos... de nuevo pausó por si el nombre de Lisimba despertaba algo en aquel tipo y esta es Nylwa, mi amiga... hizo una nueva pausa y mirando a la muchacha le guiñó un ojo en señal de complicidad. oh! perdón, saludos a ti también dijo dirigiéndose a la cabra. En estos momentos nos dirigíamos a tomarnos un poco de licor de granada con una amiga común que nos está esperando, tal vez quieras acompañarnos.... 

Tan centrado estaba en la muchacha, que ni siquiera había visto al joven que le habló.
- Perfecto - Pensó - Me llevo a dos por el precio de uno.
- ¡Claro!, muchas gracias. - Respondió a la invitación de Alí.
- ¿Os importa si llamo a mi compañero? Te caerá bien, tiene también un nombre largo, como el tuyo.

Haciendo aspavientos como un loco y silbando, trató de llamar la atención de Ravic.

La cara de Nylwa se iluminó como un farol de Almas al ver a aquella curiosa criatura que sólo había visto en libros. Cabra la llamaban...

- ¡¡Ooooooooh!! ¡¡Eres preciosa!!- Y sin filtro que pudiera contener sus rebosantes emociones, se arrodilló junto al caprino compañero del muchacho que parecía decir sin decir nada, y la estrujó en un fuerte abrazo - ¡¡Está muy mullidita!!- Exclamó la cría mientras seguía presionando una y otra vez a Abbas - ¡¿Sabes?! ¡¡Tú y yo vamos a ser muy buenas amigas!! ¡¿Verdad Wali?!- aseveró mientras sus ojos buscaban la afirmación del truhán, el cual, la miraba sorprendido.

Abbas miró a Ibrahïm con los ojos muy abiertos mientras la joven le estrujaba entre abrazos y caricias.
- ¡Beee! ¡Beeeeeeeeh! - El chivo daba pequeños cabezazos contra los brazos de la muchacha como muestra de cariño. En un momento dado, dirigió una última mirada a su amigo antes de sumirse de nuevo en un mar de carantoñas. Con ese vistazo parecía decir: "te jodes".

El truhán no daba crédito a lo que estaba pasando ¿podía ser que si comerlo ni beberlo se había metido en un grupo de chalados? solo esperaba que si integraban al compañero del tipo de la cabra y a la enana, estos compensaran con su cordura la aparente locura del resto.

Alí sonrió rígidamente, empezaba a resultarle incomodo el aluvión de demencia, pero como un sabio le dijo una vez sonríe y desconfía...Al fin y al cabo necesitaba formar un grupo para poder entrar en la necrópolis y averiguar algo de su pasado...

Bonito animal... y cariñoso, no? que os parece si me ocupo de ir a buscar a la enana pahmet mientras vosotros tomáis asiento .... ¡¡o mientras me voy corriendo, panda de chalados!! pensó mientras proseguía en su empeño de sonreir.

- Sí, bastante cariñoso... en la puerta casi le arranca una mano a un tipo que quiso tocarlo. ¡Ja, ja!
- Pero ella te cae bien, ¿eh?
- No, pedazo de cabrón. No me mires así, que no me das ninguna rabia.

- ¿Qué enana? - Dijo Ibrahïm ante el comentario de Alí. Entonces la vio: una figura bajita y acorazada que aguardaba plantada, mirando a todos los parroquianos.
- Bueno, pues sí. Podemos esperar aquí.
No hacía ni media hora Abbas y él se encontraban solos, y ahora ya parecía que tenía un equipo bastante numeroso. Era muy curioso cómo la corriente de la vida puede virar en tan poco tiempo.

Luego volvió a mirar y Abbas seguía balando tiernamente junto a la joven.
- ¡Buscáos un hotel!

Ravic se levantó de su sitio y cogió sus armas de forma casi ceremoniosa, dejando su impresionante arma de asta para el final. Acto seguido se dirigió hacia el improvisado grupo: un loco, un personaje que no pasaba desapercibido y una joven muchacha; ...., terminó suspirando al llegar a ellos, no podía elegir otros compañeros, el pescado estaba todo vendido.

Sin terminar de disimular su preocupación, se presentó al resto:
- Buenas tardes caballeros, ..., y señorita. - Dijo haciendo una leve inclinación de cabeza hacia la muchacha que empezaba a entrar en la edad adulta - Mi nombre es Mensah Ravic Ur-Atum, pero pueden llamarme Ravic. Soy ex-explorador del ejército de Ipek. Y, supongo que como ustedes, busco grupo para el sorteo de mañana en la exploración de la necrópolis.

Ravic se calló. Ya había dicho más de lo que acostumbraba a hablar. Era un hombre de más acción que no palabra. Ahora le tocaba al resto presentarse.

Justo antes de que Alí se fuese en busca de la enana apareció el compañero/amigo del tipo de la cabra... no parecía estar tan loco como el resto, pero tampoco era muy simpático. 

Mi nombre es Abayoni Lisimba Init-Herit... hizo una pausa como de costumbre para ver si al pronunciar Lisimba el ex-soldado reaccionaba de forma inusual... pero mis amigos me llaman Alí. Estoy tremendamente encantado de conocerte, pero justo en estos momentos me disponía a cumplir una misión urgente para la bella Nylwa que tan solo me llevará unos minutos. Se que le dejo en buena compañía, disfrútela.

Tras esto y con un cortes gesto de despedida se dirigió hacia la mesa donde la enana pahment parecía esperar a alguien.

De forma repentina y altamente sorpresiva el muchacho de rasgos locales y pintas de extranjero se sentó junto a la enana que parecía estar esperando algo o a alguien.

Hola, Mi nombre es Abayoni Lisimba Init-Herit... hizo una pausa  para ver si el nombre Lisimba hacía algún efecto en ella... pero mis amigos me llaman Alí. Parece que esperas a alguien, aunque aquí parece que todos buscan a alguien o algo. Hoy es tu día de suerte, resulta que ese alguien que buscas se donde encontrarlo, o al menos ese alguien quiere encontrarte a ti. oh, perdón si he ido demasiado rápido ¿te llamas? Pausó su discurso a la espera de algún tipo de reacción y dio paso a su encantadora y exagerada sonrisa.

La enana, que en aquel momento se hallaba junto a una jarra de cerveza recién servida, alzó el rostro y observó con una mirada seria y penetrante al pícaro, como si tratara de escrutar más allá de lo que podía verse a simple vista en aquel alegre parroquiano dispuesto a iniciar aquella conversación con la robusta mujer. 

- Mi nombre es Awib Osezis III, heraldo del Clan Maestroesfinge.... - contestó con un tono de voz enérgico que sin embargo albergaba más feminidad de la que cabía esperar en una enana. - ¿Y como puedes aseverar saber dónde encontrar a a quien busco si ni tan solo sabes mi nombre? - preguntó con seriedad y firmeza la paladin mientras tambolireaba con los dedos de la mano en la mesa, donde seguía apoyado el enorme martillo de guerra.

Oh, fácil, se encajar las piezas como buen comerciante que soy, aunque no pretendo venderle nada... bueno, tal vez una idea. Total, alguien que no te conoce pero que conoce a alguien que si te conoce te busca y pinta que tu esperas a ese alguien al que tampoco conoces. Prosiguió sonriendo. Esa chica... Señaló con el dedo en dirección a su nuevo grupo (o lo que fuese) no sabe lo que es una enana Pahmet y busca una, tú eres una enana pahmet, no? pues eso, blanco y en vasija... y te preguntarás que saco yo de todo esto, pues fácil, o bien conseguir un grupo para poder investigar en la necropolis unos asuntillos del pasado o bien librarme de esa niña que parece un tanto inestable, peligrosa no, pero si un tanto pesada.

Cuando el muchacho hablaba no acostumbraba a perder nunca esa sonrisa que le hacía un tanto especial, también poseía una velocidad de sintaxis para verbalizar ideas, conceptos o explicar historias y encadenarlas que podían aturullar a cualquiera hasta el punto de crisparse o quedar hipnotizado.

La paladin enana escuchó paciente y estoicamente al parlanchín parroquiano hasta que este finalizó. Luego observó a la chica a la que Ali había hecho mención. 

- ¿Y por qué busca esa chica a uno de los nuestros? - preguntó sin más rodeos Awib, sin dejar de mirar a los ojos a su interlocutor de una forma que cualquiera podía percibir que aquella enana era determinada y carente de miedos. - Aunque en lo de buscar un grupo para acceder con seguridad en la necropolis de Wati has acertado... pero no estoy dispuesta a unirme a cualquier grupo de saqueadores y rufianes, pues mi misión no es el saqueo ni busco gloria alguna en esta empresa - expusó cruzando ambas manos sobre la mesa sin perder su rostro de seriedad.