Cat se encogió de hombros y salió disparada en pos de los enanos con sus dos compañeros.
- Vamos, Rasid, Damien... No debemos rezagarnos.
Algo le decía que aquellas escrituras eran algo importante, pero la chica tenía razón y no podían separarse los unos de los otros. Rasid intentó memorizar lo que pudo de aquellos extraños símbolos y siguió a los demás
Llegáis a una intersección que tiene dos caminos, izquierda y derecha.
¿Por donde váis o que hacéis?
Hubiera querido examinar mas detenidamente los simbolo pero la falta de luz hace que tenga que seguir a mis compañeros.
Aumento aun más las precauciones si cabe, me dirijo hacia adelante, pero antes vuelvo la cabesa y grito a la compaña:
¡ He oido un crujido de maderas ahí alante!
Escucháis la voz de Orm que dice:
¡ He oido un crujido de maderas ahí alante!
Proviene del pasillo de la izquierda.
- ¡Maldita sea! ¡La madera o los libros no pueden comerse! - Por lo visto, en este camino no había comida, ni salida. Habría que volver atrás y girar a la derecha, en lugar de la izquierda.
Cuando empezó a dar unos pasos atrás se encontró con el otro enano, que gritaba algo sobre un crujido.
- ¿De que hablas? ¡Explícate!
Cat paró en la bifurcación del pasillo cuando oyó la voz del enano por la izquierda.
- Por aquí, chicos, vamos.
- Enano feo, mientras avanzaba oí un crujido a madera, y asi lo avise al grupo.
- Ya veo que toca marchat atras y cambiar de sendero.
- al ataque pues.
Y Orm, se dispuso a seguir al otro enano.
Os encontráis todos en medio del camino que lleva hacia la izquierda, los que vienen de más adelante ven una luz y a sus compañeros humanos, los humanos ven aparecer de la oscuridad a sus compañeros enanos.
Cat se dirigió a los impacientes enanos:
- ¿Por qué no nos habéis esperado? No me hace gracia alguna perderme en esta maldita pirámide... ¿Habéis visto algo?
Respiró hondo para tranquilizarse...
- No sé si os habéis dado cuenta pero estamos sólo cinco de todos los que éramos y puede que nos estén buscando, o estén en peligro. Esto no parece tener ninguna salida ni fin alguno.
No sus indigneis dama Catelgrim, pues no todos teneis el talento ni la fortaleza de seguir a dos enenos entrenados. Tranquilos, no os lo hemos tenido en cuenta.
Ahora callad y seguidnos, pues sabemos lo que hacemos, pues ¿ acaso conoceis algún eneno estupido y torpe?.
- No hay ningún enano que pueda resultar de ese tipo. Todos los nuestros poseen una inteligencia envidiable y la agilidad de una rata. - Thoriarin hablaba completamente en serio, y se lo creía hasta él, estaba orgulloso de su raza y en verdad lo creía así, pero esto no hacía mas que remarcar su estupidez. - Bien, ¿seguimos por el otro camino?
Avanzáis por el camino de la derecha y un pasillo de dimensiones idénticas al de la izquierda que vuelve a desembocar en una puerta cerrada.
Cat continuó avanzando tras el enano por aquel pasillo, con toda la cautela que el hambre y la sed le permitían.
- Empiezo a pensar que moriremos aquí abajo de hambre.
- ¡ESO ES LO QUE HE REPETIDO UNA Y OTRA VEZ! - Gritó ofuscado Thoriarin mientras balanceaba el escudo. No podía creer que se dieran cuenta ahora de eso. Al menos la pequeña niña había sido un poco perspicaz. Casi tanto como un enano. - ¡Que alguien abra esa maldita puerta!
Impaciente, lanzó un golpe de hacha contra la puerta, rematandola con una patada torpe que a duras penas le permitían sus pequeñas piernas. Tenía la esperanza de que se abriera con eso...
Thoriarin le pega un hachazo y un apatada a la puerta y esta se abre dejando paso a una habiatción que parece una capilla en ruinas. Parece que ha sido saqueada y destruída a propósito. Un altar de piedra ha sido totalmente destrozado y no queda nada de equipamiento cerimonial. La palabra "ZARGON" está escrita con grandes letras en la pared de la derecha u oeste.
Orm intenta buscar algo de valor en ese desorden, con precaución, claro.