Partida Rol por web

El avion aterrizo en una pista privada en el extremo Sur de la isla. Una pista mejor construida que las de muchas ciudades, moderna y con sus propios angares. Contasteis al menos 4 pistas y tres angares enormes, todo con el logotipo de la clinica, una gran estrella azul en fondo negro.

Vuestros aviones aterrizaron casi al mismo tiempo, en distintas pistas y una enorme limusina blanca paso a recogeros. Vuestos asistentes os indicaron que subierais y ellos se quedaron en las pistas, asegurandoos que irian en el siguiente coche.

- Este es su transporte, les llevara al edificio principal.-dijo el asistente de la mujer que como tu acababa de llegar.

Baje del avión y me despedí de mi asistente subiendo me a una enorme y preciosa limusina donde también entraba otro hombre, que daba por sentado también seria un empleado de la clínica, así que no le di mayor importancia y como en el avión al entrar me descalce y acomode.

- Joder con la princesita - dijo Samuel sin cortarse un pelo al montarse en el coche, mirando con asco los pies descalzos de la muchacha - Espero que tengáis cuidado con mis maletas, tengo ropa MUY cara en ellas.

Se recostó sobre el asiento y se encendió un cigarrillo. Daba por hecho que la chica que había llegado también en avión, con un asistente particular, sería otra niña rica que iba a alojarse en el distinguido centro, así que no le dio mucha importancia. Aunque luego algo se iluminó en su mirada, y extendió la mano hacia ella.

- Albert O´Connely, estoy seguro de que estás encantada - dijo, guiñando un ojo - ¿A qué le pegas tú? ¿La coca? No... tú tienes pinta de darle a los somníferos... o alguna mierda de diseño... ¿polvo de ángel?

Cuando miro de aquella manera mis pies me encogí completamente abrazando me las piernas y mirando a un lado avergonzada... Completamente sonrojada...

¿Porque es tan desagradable conmigo si no me conoce?Me pregunte mirando a otro lado Yo no... Deje las drogas en la adolescencia... Antes de empezar mi carrera... comente jugando con un mechón de mi pelo nerviosa, me sentía muy incomoda con aquel hombre...Verónica Frimen...

La chica te suena de algunas peliculas para adolescentes.

Algunas de vampiros y otras al estilo de lara Crof pero sobretodo por los rumores que la atribuian escandalos sexuales con sus compañeros de rodaje.

La isla al completo es propiedad de la clinica para vuestro asombro.

El coche aparca en la entrada de la cinica, que parece en verdad un hotel de superlujo.

El director del centro os esperaba en la puerta.

- Buenos dias, señorita Frimen, señor Connely. Soy el Doctor William Grant, director de esta humilde institucion. Espero que su viaje fuera agradable.

Estaba completamente cortada cuando vi aquel enorme edificio y suspire de nuevo, aun no sabia muy bien que narices hacia alli, ni si podrian ayudarme con mi problema, o mejor dicho, si era un problema, pues nadie salia mal parado de el... pero si, no podia volver a engañarme, era un problema!

Bien Vero... Respira... esto es por tu bien... no te dejes llevar, las drogas al menos si no las tienes delante... pero esto va a tener tu adicion a flor de piel todo el dia...

Baje del coche y mire aquel señor sonriendo mas tranquila de alejarme de aquel hombre de la limusina - Encantada...

- Venga ya, doctor. ¡Esto está muy bien montado! - dijo, estrechando la mano del hombre de blanco, que extrañamente, le recordaba a su dentista, y miró alrededor con las manos en la nuca - Todo un detalle lo de la señorita Parker... ha sido una maravilla tenerla durante el viaje, ya me entiende.

Carcajeó sonoramente, riéndose de su propia broma, y esperó a que llevaran sus maletas hacia la habitación.

- Mi habitación tendrá vistas al mar, ¿no?  - dijo, rascándose la nariz con avidez - Y creo que necesitaría otra copa...

- Naturalmente, todas nuestras habitaciones cuentan con vistas maravillosas, por favor pasen por recepcion y se les entregaran las llaves. Sus maletas ya estan siendo subidas a ellas. Si desean cualquier cosa, contamos con servicio de habitaciones 24 horas. Relajensen, tomesen el dia libre y comodesen, les vere esta noche en la cena especial de bienvenida.

- Muchas gracias - Dije entrando rapidamente mirando de reojo aquel hombre que esperaba no tener que volverme a cruzar mas que por cosas obligatorias como la cena de la que hablaba el doctor - Nos vemos a la noche entonces... muchas gracias.

El comentario de aquel hombre sobre su asistente me hizo recordar al mio de golpe, pero con aquel pensamiento que aparte rapidamente de mi cabeza, o almenos lo intente.

Estaba deseando quedarse a solar para organizarse, así que pasó por recepción intentando quedarse con una imagen mental desl vestíbulo y se dirigió hacia el ascensor. Pareciera que la señorita que había llegado con él (¿cómo había dicho que se llamaba?) no tenía muchas ganas de cruzarse con Samuel, así que mejor que mejor. Tenía cosas que hacer.

Abriendo la puerta de su habitación, comenzó a revisarla de arriba a abajo una vez que el servicio de habitaciones se hubo marchado. Sin duda alguna, aquello parecía un Hotel de lujo, pero no quería que hubiera cámaras ni micrófonos escondidos.

Samuel abrio la puerta y grito

- ¡A ver! ¿Quién cojones tiene mis maletas?

Justo en ese momento la chica que le habia acompañado en la limusina se encontraba ante su puerta con el puño preparado para llamar.

Agache la cabeza con sus gritos encogiendo mi cuerpo y bajando mi brazo - Eh... creo.. que han confundido las habitaciones... y las mias las... y las tuyas las tengo... yo... - Dije en tono bajo apartandome de el.

Este tio esta loco...

Agachó la cabeza para mirar a la preciosidad que tenía ante él y sonrió, apoyándose en el quicio de la puerta.

- Hola... ¿no habrás tocado nada de mis cosas, verdad? - dijo, guiñando un ojo - A no ser... que quieras compartir y tomarte algo conmigo.

Miró a ambos lados del pasillo, por si venía alguien, y se acercó a ella, casi rozando su nariz con la suya.

- Es buena... tengo gente que me la pasa sin cortar...

Me quede paradisima por su cambio radical de humor...

- No... solo abri una vi ropa de hombre y la cerre... - Comente arqueando una ceja ¿Estaba intentando ligar conmigo tras ser un desagradable en la limusina y gritarme ahora en la cara? Pero entonces dijo lo de las drogas y se me fueron todos los miedo echandome a reir.

- No gracias... te dije que no tomo drogas.

- Vaaaaale, pues vamos a avisar a alguien para que traiga mis maletas y... - dijo, haciéndose a un lado, dejando ver tu maleta abierta, y ligeramente revuelta - Ahí tienes las tuyas... siento el desorden, pero no me di cuenta de que no era la mía hasta que fue demasiado tarde...

Dejó escapar una risita y se drigió al sofá, donde se dejó caer, buscando con la mirada algo.

- ¿Sabes si las habitaciones tienen minibar?

Entre sin mas al ver mi maleta revuelta y me puse como un tomate guardandolo todo y cerrandola, por suerte solo era la de la ropa... - No deberias andar entre la lenceria de una mujer - Le dije como si lo regañara y despues suspire señalandole la television - Si presionas la madera que hay debajo se abre el minibar, aunque de mini tiene poco - Vi mis otras dos maletas y las cogi suspirando aliviada, sobretodo la mas pequeña que parecia un neceser grande.

Agradeciendo que no tardara un empleado en traer sus pertenencias, Samuel se dirigió al minibar y sonrió sacando una cara botella precintada de un vodka que se fabricaba con virutas de oro.

- Eh... esto me gusta más...

En cuanto la chica se marchó, cerró la puerta de su habitación sin más.

Los dos volveis a encontraros en el comedor.

Las vistas al mar son espectaculares y a un lado encontrais una enorme mesa de buffet con toda clase de manjares.

Algunas mesas estan ocupadas, muy pocas, apenas contais media docena de personas. Todos tienen aspecto de ser ricos, con ropas caras y aires de superioridad.