Partida Rol por web

Astaldo giró la cabeza para mirar directamente al Teniente. Parte de su rostro, todavía no tocado por el Dios-Máquina, fue iluminado por la luz de la pantalla. Con el tono desapasionado de siempre contestó a la pregunta.

--"Hermano Teniente, esta zona la cerró el Administratum hace años por falta de uso. Los conductos de agua residuales siempre han estado cerrados y la zona que aparece como prohibido el paso es por un incidente con un explosivo. Antes de que me pregunte, Hermano, toda información referente a ese incidente o bien ha sido borrada o está con código de seguridad, al que no tengo acceso. Aún así, hay unos datos que si tengo acceso y  los cuales me gustaría poder revisarlos con más tiempo y tranquilidad. Estoy intentando transferirlos a mi placa de datos."

Tras esto volvió su rostro hacia la pantalla...

-¿Y que dice del bloqueo del Administratum?- Pregunta a Astaldo, señalando la zona con un vago gesto de cabeza. 

Sin girar la cabeza y terminando de recoger los datos responde al soldado...

--"Nada reseñable, cerrado por desuso."

Sturnn meditó un poco sus opciones antes de hablar.- Stabross, coja a Kholja, McStreen y Abner y avance directamente al control Arbite. Krubarg, Astaldo, Venris y yo daremos un rodeo por la zona de carga. Si encuentran sospechosos u hostiles, informe por radio y bien conténganlos o repélanlos, según las circunstancias lo necesiten. Informen de cualquier cambio en la situación que sea necesario considerar para el desarrollo de la misión.

-Señor, sí Señor!

Se gira hacia los demás.

-Ya lo habéis oído, Kholja, McStreen y Abner... avanzaremos hacia delante hasta llegar al Arbite... mantened los ojos abiertos, igual que nosotros podemos ir, ellos pueden esconderse allí.

Comienza a caminar hacia la entrada del pasillo que lleva al control... pasos lentos, intentando hacer el menos ruido, y la arma bien cogida para poder atacar a la menor amenaza... los sentidos despiertos, esa es la única forma de sobrevivir en ese tipo de misiones...

Kolhja sonríe, mostrando los dientes, de forma siniestra. Al fin algo de acción. 

-No se esconderán por mucho más. Eso se lo aseguro.- Activó el rifle de fusión, haciendo que la bobina de energía del arma silbara. Se comprobó, en la espalda, que la espada-sierra estuviera bien sujeta, y lista para poder desenfundarse rápidamente. 

Abner, que tenía el casco ladeado se lo colocó bien y con una sonrisa socarrona asintió y esperó a que Scarlett dijera de avanzar... se colocó tras ella y no era demasiado difícil darse cuenta de que le miraba el trasero y sonreía, estúpidamente.

Pero antes de que nadie se moviera, una sombra se removió por el fondo de la estancia y surgió una figura humanoide. Al principio no se podía saber quién era, pero sus pisadas eran firmes, su mano izquierda estaba extrañamente abultada y de vez en cuando salían descargas visibles de estática de la misma... gabardina larga, gorra alta... el estomago de alguno de vosotros dio un vuelco, como las vacas al ver a un lobo, es más, Abner dejo su distraida vista por poner una cara de pocos amigos.
Y en efecto, el temor de un guardia en persona, uno de ellos, estaba ahí; un haz de luz le incidió en la cara y se pudieron ver sus cicatrices de mil batallas, los galones y la calavera de la gorra... el Comisario Phassar

 - Y yo, Teniente, ¿Donde voy? - le preguntó con una sonrisa en su mutilado rostro

 Fortuna asiente a su Teniente esperando las ordenes de seguimiento. Cargó su arma y preparó sus sentidos para cualquier movimiento desconocido.

-Estoy Lista Señor. Cuando digais avanzamos

Dijo con seriedad y seguridad ante lo que se acontecia. El grupo se separaba y eso podria dar problemas pero era mucho mas rapido para reconocer la zona. Solo esperaba que no se llevaran ninguna sorpresa inesperada por el camino.

Sturnn consiguió ahogar un juramento. La presencia del Comisario era una bendición mixta en el mejor de los casos. Además, si bien no quería dejar a la suboficial Stabross sola con el Comisario, lo más probable es que ese hombre tuviera en su punto de mira a Venris. Y cada una iba en un grupo distinto. Esto iba a requerir tacto, cosa que Sturnn no tenía. Hizo el saludo reglamentario, lo cual requirió un reajuste de sus armas.- Saludos, señor. He de admitir que no esperaba encontrarle aquí. No creía que esta misión de rutina fuese lo bastante importante para que nos honrase con su presencia.- Dijo Sturnn, lo cual era bastante cierto. Desde luego no esperaba al comsiario.

- Desea usted que repita la evaluación de la situación, por si tiene alguna "sugerencia"? - Sturnn se las vio y se las deseó para que las comillas no se notasen en su voz tanto como aparecían en su mente.- Si no tiene inconveniente o sugerencia, y si me permite la osadía, dado que su habilidad como duelista es superior a la de dos otros hombres cualesquiera, usted me acompañará y Venris irá con Stabross, para distribuir mejor a los especialistas de melé entre las dos escuadras.

El comisario hizo un ligero ademán hacía delante, como una "pequeña reverencia" a la vez que le sonría... pero lo curioso de esa sonrisa era que sin duda, era muy difícil interpretarla ¿Era complice? ¿Socarrona? o tal vez de superioridad; y como el comisario sabía que su actuación iba a ser algo mal interpretable le guiñó un ojo a Venris y habló con esa voz ajada y grave - Yo solo soy un mero observador, Teniente, mi trabajo es luchar por la moral de la tropa y que respeten y honren los edictos del Imperio y del Santo Emperador - dijo con fingida solemnidad mientras su mano acarició su pistola bolter que llevaba en el cinto; y sin más preambulo se quedó quieto esperando a que se movieran, siempre atento, siempre observando.

Hace el saludo militar al Comisario cuando hace acto de presencia en esa misión rutinaria. No esperaba que una presencia de tan alto rango presenciase sus maniobras en ese sitio. Espera las órdenes concretas de Sturnn para comenzar a moverse por las instalaciones con su equipo. Cuanto más tarden, más posible será que pierdan a los rebeldes y que no puedan contenerlos.

-Señor, si me permite, sugiero comenzar con las maniobras. Estamos dando tiempo a esas ratas a huir.

- Tiene razón, Stabross. Proceda. Ya sabe, si tienen contacto hostil, evalúe la situación y o bien suprímanla ustedes o bien dejen al enemigo inmovilizado con fuego de supresión y soliciten apoyo por radio.- Reajustó de nuevo las correas de sus armas e hizo un gesto con su mano.- En marcha, muchachos.

Los grupos se separaron con paso lento y seguro. Se avanzó con cautela por los angostos pasillos repletos de basura, desechos, ratas mutantes y demás desagradables seres que pululan por esos subsectores.

El camino hacía el control arbitre era recto y sin mucho misterio. Esquivando algún que otro escape de gas, el grupo alcanzó la entrada a la estancia. La puerta estaba cerrada, pero la runa de activación estaba en verde...

Los grupos se separaron con paso lento y seguro. Se avanzó con cautela por los angostos pasillos repletos de basura, desechos, ratas mutantes y demás desagradables seres que pululan por esos subsectores.

La ruta hacía la zona de carga no era muy difícil; un pasillo recto y en mitad de este una puerta abierta que daba acceso a un pasillo auxiliar, que este conducía a la zona de carga. No era más que otro pasillo como los anteriores, una mortecina luz amarillenta, escapes de gases en algunas partes de las tuberías, ventiladores moviéndose a ritmo lento y otros, sencillamente apagados. No se escuchaba nada salvo las pisadas de los que cruzaban el metálico pasillo. Y ahí estaba, la puerta hacía la zona de carga, cerrada a cal y canto, pero con la runa de activación en verde...

Guilz avanzaba estrujando el rifle laser. La ausencia de accion le habia provocado un estado de tension absoluta y hacia tiempo que tenia los nervios a flor de piel. Volvio a comprobar que las espadas estaban bien sujetas y de facil acceso por cuarta vez.

-No quiero se gafe señor pero esto parece el escenario perfecto para una maldita emboscada. No nos hemos encontrado con ninguna de esas maldita ratas hasta ahora y si son astutas seguramente tendran algo entre manos.

En silencio, Reimius miró orgulloso al comisario, que había aparecido para ayudarles. Maldijo en silencio a Sturnn por separarle del comisario, pues para Reimius era mucho más que un honor luchar junto a un comisario. Así pues, mascullando por lo bajo, alzó el rifle de fusión y siguió a Stabross, que parecía ser la líder del grupo. Sin poder evitarlo, miró de reojo a Fortuna. Había algo en ella que no le gustaba. O mejor dicho, algo a su alrededor. Era de las que atraían problemas. Y no pensaba perderla de vista.