Partida Rol por web

Abner se levantó, era el único del grupo que seguía con el botiquín, y menos mal... pero tan pronto como se levantó constato que el peso muerto que tenía encima, el francotirador, estaba realmente muerto - Joder... esta muerto... - comentó llevándose la mano a la cabeza por el dolor

Poco a poco voy abriendo los ojos, con el bullicio que se está montando. Hasta que me doy cuenta de realmente lo que ha pasado, no ha sido un mal sueño, pero al menos sigo viva.

¡Pero qué mierda! Si no nos llegaba con levantarnos bajo estos escombros y los que podemos... ¡aún hay alguien que osó robarnos! Pagará por ello, no pudo ir muy lejos... o sí... ¿cuánto tiempo llevaremos inconscientes?

Me intento levantar como buenamente puedo y me sacudo el polvo de la ropa, un guardia imperial tiene que estar siempre presentable. Compruebo exactamente el armamento que sigo teniendo. Si antes estábamos escasos de munición, ahora ya es algo más preocupante. Para sacarme esta espada tendrán que arrancarme primero los brazos.

Guilz observó el estado del grupo, no parecía que nadie estuviese herido a parte del pobre Jehen (al menos de gravedad) y solo lamentaban la perdida del equipo.

-No se cuanto tiempo hemos estado inconscientes pero, los que creo que nos han robado estaban aquí hace poco, al ver que recobraba el conocimiento salieron corriendo por allí- dijo señalando una de las salidas intactas de la sala mientras con el pie empujaba el hombro de Mcstreen para que se levantara del suelo.

Reimius fue levantándose poco a poco mientras notaba que su equipo pesaba considerablemente menos, y según escuchaba a sus compañeros hablar respondió...

- Antes de preocuparnos por ladrones, deberíamos preocuparnos por averiguar donde estamos, no me gustaría haber caído en un lugar aún peor del que salimos...

Sturnn recobró poco a poco la conciencia. Lo último que recordaba era un océano de rojo blanco, un océano de rabia límpìda y pura. Este había remitido para dar paso a un enorme dolor de cabeza que pulsaba tanto en su frente como en sus sienes.- Calma. Reagrúpense en mi posición.- Vio el estado de la escuadra: prácticamente desarmados, asaltados seguramente.- Hermano Astaldo, si por una maravilla arcanotecnológica conserva el servocráneo con los mapas o una copia de los mismos, coteje la base de datos con la distribución local para ver si puede darnos algo de información sobre nuestra ubicación.- Comprobó que todavía tenía el botiquín, una pequeña muestra de piedad de los desvalijadores quizá?.- Abner, vamos a proceder a una revisión del personal, para asegurarnos de que no hay lesiones internas. Lo último que necesitamos es que alguien se quede en el sitio porque una costilla rota decide perforarle el pulmón en el peor momento. - La memoria de las últimas escenas se agolpó en su mente. No había dado lo que se llamaba un liderazgo ejemplar.- En caso de un nuevo... lapso temporal de mando, Kolhja, quedas como segundo al mando de facto. Ahora veamos si alguien está herido y luego vamos a herir a quien me haya quitado a Jacinta.

-"Lo siento Hermano Teniente, pero como podrá comprobar"- enseñando unos restos metálicos algo dañados, -"el servocraneo esta fuera de servicio". "Supongo que debemos averiguar donde estamos a la vieja usanza"-.

Alguien lo golpeaba en el hombro, pero McStreen seguía sin levantarse, aún tras escuchar el movimiento de sus compañeros de escuadra no se animaba a levantarse, su Teniente hablaba con otros miembros de su escuadra, no se sentía con ánimo, pero al fin el Guardia Imperial decidió que debería hacer algo, por no parecer el mas débil del grupo...

Cogió sus armas, tansolo conservaba su Pistola Bolter y la Pistola Laser, sin levantarse del suelo comprobó que su armamento estuviese en perfecto funcionamiento e hizo recuento de munición.

La munición también escaseaba, después de todos los tiroteos y combates que han ido pasando cada guardia se encontró que solo tenía dos cargadores, uno el que llevaba puesto en el arma y otro de reserva, aquello dejaba claramente en desventaja a la escuadra... La música seguía oyéndose en la distancia.

Se dieron cuenta de que estaban estaban en un callejón, parecía un subsector de una colmena y no la zona de mantenimiento donde se suponía que estaban, la callejuela era larga y al final de la misma se veía un brillo rosado sobre el suelo encharcado. La calle estaba salpicada de contenedores de basura por los laterales y salía algo de vapor por un sumidero... aquello denotaba civilización.

Señor, todos están... extrañamente bien - dijo Abner con el rostro algo preocupado, se acercó a Lukas - me permite - dijo sin entonar como pregunta, sino como que lo iba a hacer quisiera o no, sacó un bisturí, levantó la mano del teniente e hizo una incisión sin previo aviso... para asombro de todos, la herida se cerró casi en seguida - ¿Ve? ... esto no es normal...

-"Esto... me da mala espina. Debemos averiguar donde estamos y como salir de aqui, Hermano Teniente."-  Tales propiedades curativas no eran normales y aquello le ponía nervioso. ¿Que estaba pasando?¿Que más podría pasar?...

Sturnn intentó hacer su mejor imitación de cara de piedra. Esto cada vez se ponía peor. Pero no podía dejar que su pánico se notase y se contagiase a los hombres. Había que mantener la calma.- Los misterios de uno en uno, Abner. Lo primero es averiguar dónde estamos, recuperar nuestro equipo si es viable, y seguir con nuestra misión. Ya habrá tiempo para explicaciones luego. Ubiquen puntos de acceso y localicen un terminal o cualquier otro objeto con el que el hermano Astaldo pueda comulgar para decirnos dónde estamos.

El emperador debe habernos bendecido o algo, ahora supongo que la cosa estará mas igualada. Soltó una sonrisa nerviosa, como si él mismo no se lo creyese.

McStreen echó la mano a su baraja de cartas y sacó una aleatoria y sin mirar cual era se la colocó en el casco, al tiempo que retiraba la que ahí tenía y la volvía a colocar con las otras, haciendo un par de juegos de manos con ellas para volver a introducirlas en su bolsillo.

Con las armas desenfundadas comenzó a inspeccionar el terreno como le había ordenado Sturn, quien quiera que le hubiese sustraído las armas podría estar cerca, y no quería recibir un disparo de plasma en toda la cabeza, así que extremó las precauciones.

Reimius trató de conservar la calma al ver semejante corrupción en su cuerpo, ahora su temor se volvió más palpable, si continuaba así podría seguir los pasos de su padre, o quizás peor aún.

- ¿Hermano Astaldo, sabe si sería posible revertir este estado? Si es que salimos con vida de este agujero claro esta...

Entonces comprobó su pistola y espada, y empezó la búsqueda, tal como ordenó el teniente.

No era necesario buscar mucho por aquel callejón, no había nada de valor ni tecnológico que el tecnosacerdote pudiera utilizar en vuestro favor...

Abner os miraba nerviosamente, el no compartía la opinión de que estuvieran bendecidos por el emperador, pero prefirió cerrar el pico. El medico dio un par de pasos hacía delante, la salida del callejón, pero al final se rajó y se quedó esperando a ver si alguno tomaba la iniciativa

Sturnn se acercó a la salida. No pudo evitar ver la mirada de preocupación de Abner. Sturnn puso la mano en el hombro del médico, haciendo que este se agachase ligeramente, y le habló en voz baja.- Abner, entiendo su preocupación; a mi tampoco me gusta cómo se está desarrollando la situación. Pero ahora mismo estamos solos y aislados en territorio hostil, y no podemos permitirnos el lujo de dudar o sospechar los unos de los otros. Ya tenemos bastantes enemigos fuera para buscarlos dentro además. Trono mediante, conseguiremos salir antes de que esto vaya a peor. - Alzó la voz para el resto de sus hombres.- Vamos, en marcha! Fila de a dos. Krubarg, Venris, en punta. Tenemos herejes que cazar!

Aún medio aturdida, reacciono ante las órdenes de Lukas al escuchar mi nombre.

¡A sus órdenes!

Desenfundo la espada de energía, aunque no me siento cómoda con esta nueva propiedad regenerativa, al menos sí que me da confianza.

-Como la inquisición se entere de esto, estamos todos muertos-murmuró para sus adentros mientras se hacia una herida en la mano y observaba como se curaba. Hizo una mueca mientras desenvainaba la espada de energía y se colocaba en vanguardia junto a Venris.