Partida Rol por web

Scarlett, por iniciativa propia subió por la primera escalera que habia en vertical hacía una de las pasarelas de ahí arriba. Una vez llegó, la joven Guardia preparo su arma y prestó más atención... no parecía haber nada, y aunque la visión de lo que había bajo ella era clara, la parte superior, por encima de su cabeza, no estaba tan clara, seguía siendo oscuro...

Algo has hecho mal y de momento aún no lo sabes... pero lo que si te ha quedado claro es que has cometido un error que puede ser fatal sino le pones solución...

Cuando conseguí subir, saqué rapidamente el arma y afinando la vista, oteé desde lo alto...

*Clank!*

El sonido de un tubo metálico cayendo sobre la pasarela hizo que Scarlett, sola ahí arriba, girara la cabeza entrecerrando sus ojos para tratar de ver que había provocado el estruendo mientras los otros guardias observaban desde abajo sin poder ver nada con nitidez.
Al instante se empezaron a escuchar pasos erráticos, sin duda eran botas golpeando contra el pesado metal de la pasarela, pero esta vez estaba acompañado por el arrastre de algo de metal, con filo y contra el pasamanos... se detuvo, fuere lo que fuere, y Scarlett pudo ver unas botas de corte militar, pero solo eso.

Desde abajo eran meros espectadores de como algo se acercaba... hubo una breve pausa en el tiempo, todo pareció pararse durante unos instantes y una voz resonó por todos lados...

- Muerrr...t...e... - la voz era gutural, como cada silaba, cada letra, cada sonido... cada parte de la palabra daba la sensación de que estaba vomitando sangre, en ese mismo momento el ambiente se enrareció y sobrevino un repentino olor a hierro, a sangre... y os sorprendió que lo pudierais oler pese a llevar las mascaras con el sistema de respiración de circuito cerrado.

- Mueeeeeeerrrr... te... - dijo otra vez con más fuerza que antes... y más pasos se empezaron a escuchar por toda la zona del reactor. Otro silencio incomodo mientras vosotros solo podíais mirar nerviosamente a vuestro al rededor ya que la falta de luz se hizo acusada, como si una densa nube de oscuridad os hubiera rodeado...

- ¡Y SANGRRRE! - el grito os pillo por sorpresa, no era lo esperado después de aquel momento tan demencial en el que todo parecía ralentizarse... la luz volvió a la normalidad y entre gritos un grupo de mutados ensangrentados que os había rodeado sin saberlo vosotros se acercaban a la carrera... en la pasarela y abajo... Portaban hachas y espadas primitivas en las que les habían tallado símbolos del caos que a priori no reconocéis; les cuelgan cráneos por todos lados y lo poco que quedaban de sus armaduras como Guardias esta teñida de color rojo.

Pese a todo ese caos, Astaldo siguió atento a la consola... o paraba aquello o moríais todos

Reimius respiró hondo, cerrando los ojos, recordando una oración de protección, moviendo ligeramente los labios. Sin dejar de susrrar, cogió el rifle láser con fuerza y lo cargó. Un leve pitido confirmó que el arma estaba lista para disparar. Observó la situación. Veía a dos mutantes sobre la pasarela. Eran para Scarlett. Vió a uno a la derecha del tecnosacerdote. Esos eran para Sturnn. Posó su vista sobre los tres que tenía justo enfrente. Esos eran para él.

"Quema el hereje, mata al xeno, purga al mutante" se repitió para sí, mientras apuntaba al más cercano. Por primera vez desde que había empezado el día, sonrió, si es que se podía llamar así a aquella mueca sádica que dibujaron sus labios. El combate empezaba.

El instinto de combate de Sturnn, afilado tras numerosos enfrentamientos, se hizo cargo de su cuerpo cuando el infierno abrió sus puertas sobre ellos - HOSTILES! FUEGO A DISCRECIÓN! HERMANO, A CUBIERTO!- Aulló a pleno pulmón a través de la radio, para asegurarse de era oido. Intentó adoptar una posición que le ofreciese un mínimo de cobertura ante los hostiles que avanzaban hacia ellos. Tras un rápido examen de la situación, apuntó a través de la mira de su rifle láser al objetivo prioritario: el que se acercaba más al adeptus. Maldita sea, necesito un cigarro...

De repente todo era un caos. El espíritu del reactor estaba muy enojado... Astaldo no podía dejar la cosa así, debía hacer algo. Rezó fervorosamente e intentó calmarlo con salmondias y toques rituales de las runas control.

Krugbarg apenas se inmuta cuando escucha los gritos de los mutantes. Estaba claro que algo raro pasaba... no era normal el abandono de una estructura como esta de gran importancia.

¡Muerte al Mutante!

El aire se caldeaba por momentos, mientras el olor nauseabundo que despendrian penetraba hasta las mascaras respiratorias... desenfundé la espada y saque la pistola laser de su funda mientras se iban acercando poco a poco... levanté el arma... ni siquiera tenia intención de dar un aviso.. un paso más y...

Los mutantes avanzaban a la carrera hacía los leales al Imperio... Cada uno estaba listo para entablar combate bajo las ordenes de Lukas mientras Astaldo tenía su propio problema... que era, ni mas ni menos, el peor de todos.

Con el dial del rifle en modo ráfaga, Sturnn soltó tres haces de luz sobrecalentada con una presión prolongada de gatillo, en una ráfaga corta apuntada al mutante más cercano al reactor y por tanto, al tecnosacerdote.