Partida Rol por web

La tumba del Rey-Dios Akhesenti resultó ser un edificio enorme y fastuoso, con la forma de una pirámide que estuviera incrustada en la ladera de las montañas de la Espada del Dragón, aunque la mayoría de sus estancias parecían talladas en la misma roca. Su fachada estaba construida con bloques de piedra decorada en toda su superficie con frescos que representaban la vida, obra y posterior caída en desgracia de la encarnación de Set. Por un costado del complejo corría, a través de una cuerva, una de las corrientes de agua que se convertiría, kilómetros más abajo, en el río que daba nombre a la ciudad de Mishtan. Por el otro costado, parecía haber una gruta cubierta de vegetación, como si alguien hubiera intentado esconder su ubicación toscamente. Había huesos desperdigados por el suelo, frente a la entrada.

Al edificio principal se accedía por una ancha escalinata que precedía a dos grandes puertas de piedra cubiertas de jeroglíficos. Estaban custodiadas por tres guerreros de armaduras doradas de la Compañía de Kheper Ka-ra, montados en camello. 

1A es la entrada principal al complejo, custodiada por los 3 guerreros de Kheper Ka-ra

1B es una cueva de donde fluye un arroyo

1C es la gruta cubierta de vegetación, hay huesos desperdigados en la entrada.

Podéis explorar cualquiera de las tres entradas.

Parecía evidente que la compañía a la que perseguía se encontraba en el interior de la tumba salvo por dos de sus miembros, los que custodiabana entrada. Eso situaba a su objetivo en el interior de la pirámide.

Intuía que era casi seguro que los guardias no les dejarían adentrarse en el interior de la pirámide. Para eso estaban allí apostados, para impedir el paso. No obstante, eso no implicaba que tuvieran forzosa que evitarles. Quizás parloteando con ellos podrían sacar algo interesante y que pudieran utilizar en adelante. 

- Veo al menos otras dos entradas. - Afirmó la mestiza. - Una por el río y otra al otro costado, una grieta oculta por vegetación. Voto por tomar la senda del río. Pero antes... - Miró a Nepthis. Ella era una figura respetables, una sacerdotisa, no como el resto una nigromante con pinta de fulana, un enano y una mestiza. - Quizás convendría preguntar a los guardias. Cualquier información que saquemos puede ayudarnos. ¿Qué hacen allí? Si conocen al chico y si está dentro... - Se encogió de hombros. - Ese tipo de cosas...

—Bueno, pues si tiene una puerta principal, entremos por la puerta principal—Jotnar se encogió de hombros—. Apuesto a que esos amables guardias nos dejan pasar sin poner ningún tipo de pega.

Miró a ambos lados, a sus compañeras.

—No, ¿verdad?

Volvió a hacerlo. Terminó hundiendo los hombros con desolación.

—Jo.

Echó a andar hacia la puerta.

Amessis tardó un rato en despertar, acicalarse y desayunar en condiciones. Todavía estaba medio somnolienta cuando llegaron al lugar en cuestión. Mientras el grupo preguntaba qué podían hacer, ella se dedicó a mirar el cielo y a dejar que el sol le acariciase las mejillas. Ante la pregunta de Jotnar, se encogió de hombros.

-Siempre podemos preguntar si nos dejan pasar amablemente.

La muchacha se ajustó la armadura un poco más, lamentando que no le permitiera enseñar más piel. Sí, tenía claro que era para protegerla de una muerte segura y debía cuidar sus partes más delicadas, pero en fin, que había hecho todo lo posible por hacerla cómoda y bonita. Colocó la guadaña en el hombro, con lentitud, siempre con su parsimonia habitual, y trató de parecer lo más casual posible cuando se encaminó hacia la entrada, lista para entrar en las tumbas del Rey-Dios Akhesenti como si entrase en su casa, sin tener en cuenta que había guardias custodiándola.

-Hola, buenos días.

Y continuó hacia el interior como si nada.

Los mercenarios de armaduras doradas se agruparon en la entrada y os observaron acercarse. De pronto, sin mediar palabra tensaron sus arcos cortos ¡y enviaron tres empenachadas saetas contra Amessis, que era la que iba más adelantada! La guía de ánimas gritó de dolor cuando los tres proyectiles se clavaron como avispas furiosas en su cómoda y bonita armadura.

Los 3 Mercenarios de la Compañía de Kheper Ka-ra disparan con sus arcos cortos a Amessis, sin mediar palabra, en cuanto ven que os acercáis. Tienen derecho a actuar en el asalto sorpresa, en el que estáis desprevenidos.

Los tres aciertan. Daño total: 10.

Tirad iniciativas y colocaos en cualquier cuadrado del rectángulo morado. Si alguien tiene más Ini que Nepthis puede actuar inmediatamente si así lo desea.

(17) Nepthis: 34/34

(7) Mercenario de la Compañía de Kheper Ka-ra L8: ileso

(7) Mercenario de la Compañía de Kheper Ka-ra P6: ileso

(7) Mercenario de la Compañía de Kheper Ka-ra P9: ileso

(X) Amessis: 19/29

(X) Jotnar: 56/56

(X) Lurzca: 55/55

- ¡Menudo recibimiento! - Excalmó la mestiza. 

No entendía el porque del uso de la violencia en ese momento. Tampoco lo hubiera esperado nunca. Lo que estaba claro es que aquellos guardias tenían instrucciones precisas y algo tenían que ocultar. Algo que se encontraba en el interior de la pirámide.

Amessis retrocedió en cuanto las flechas impactaron en su bonita y práctica armadura, atravesando la protección e hiriéndola.

-Pero ¿por qué? -protestó con un mohín, mientras apretaba los dientes por el daño recibido. Pero le dolía más en el orgullo que en la carne, ahora tendría que aguantar un "te lo dije" de Nepthis o alguna cosa por el estilo-. Os vais a enterar.

Con un "fluosh", el aura verdegris cubrió toda la figura Amessis, sus ojos brillaron como ascuas esmeraldas y su cabello se agitó como si flotara en el agua.

Jotnar arqueó ambas cejas ante lo absurdo de la escena. Bueno, absurdo dependiendo del punto de vista que se mirase... pero el caso era que, mirase por donde se mirase, aquellos tipos le acababan de dar tres buenas razones para partirles el cráneo. Así que no hacía falta mirar más.

—Modo sigiloso, ¡ya!—le dijo al Cocotilio cogiéndolo y metiéndolo en la mochila.

Luego esgrimió su hacha.

Chupáos esa iniciativa de la hostia.

Jotnar está en D9

Lurzca agarró el mando de su gran hacha y mientras caminaba hacia el guardia que tenía frente a ella la esgrimió con determinación. Una vez frente a aquel mercenario de piel oscura, golpeó con fuerza contra éste, incrustando el filo de su arma en una de sus piernas.

- ¡Metete con alguien de tu tamaño! - Le ordenó.

—Te lo dije —le murmuró Nepthis a Amessis, como si le hubiera leído la mente.

La guía de ánimas notó como la sacerdotisa de Hathor le pinchaba por entre las junturas de su bonita armadura con algo parecido a una ramita, para resultar, tal vez, aún más molesta. Solo después de haberse regodeado en ello, hurgando en las carnes de Amessis con el palo, canalizó el poder de energía de la varita cerrando sus heridas.

Nepthis hace un paso de 5' a C8 y utiliza una carga de la varita de infligir heridas leves sobre Amessis, que recupera 4 pgs. Se regodea en tener razón como acción de movimiento.

El mercenario negro gritó cuando el filo de la orca se clavó profundamente en el muslo.

—¡Un... golpe con suerte! —dijo, dejó caer el arco y de su cinto extrajo una espada curva. 

Lanzó un tajo contra el cuello de la semiorca, pero su armadura absorbió lo peor del ataque. A continuación se escuchó un chasquido, dos nuevas flechas salieron de los arcos de los guerreros mas rezagados, silbando en torno a Lurzca y provocando apenas leves rasguños.

Mercenario de la Compañía de Kheper Ka-ra L8 suelta el arco como acción gratuita. Desenvaina su cimitarra como acción de movimiento. Ataca a Lurzca: 24 (éxito, amenaza de crítico), confirmación: 19 (éxito). Daño: 3x2=6. A los bonos de ataque en las tiradas le falta un +1 por atacar cuerpo a cuerpo desde la montura.

Mercenario de la Compañía de Kheper Ka-ra P6 dispara a Lurzca: 23 (éxito, amenaza de crítico), confirmación: 14 (fracaso). Daño: 4.

Mercenario de la Compañía de Kheper Ka-ra P9 dispara a Lurzca: 23 (éxito, amenaza de crítico), confirmación: 6 (fracaso). Daño: 5.

¡Turno de Amessis, Jotnar y Lurzca, por este orden!

(25) Lurzca: 40/55

(17) Nepthis: 34/34

(7) Mercenario de la Compañía de Kheper Ka-ra L8: 11 daños

(7) Mercenario de la Compañía de Kheper Ka-ra P6: ileso

(7) Mercenario de la Compañía de Kheper Ka-ra P9: ileso

(6) Amessis: 23/29

(2) Jotnar: 56/56

Mientras la muchacha se preparaba para el combate, se dio cuenta de que no se había puesto de color verde y su aura no estaba activada. Y encima Nepthis le clavaba la varita en las costillas, ¿por qué no podía ser más amable? ¡La que trataba con la muerte era Amessis. 

-¡Es que sois estúpidos! -les dijo Amessis a los soldados, está vez, poniendo en funcionamiento su aura pavorosa y volviéndose de color verde.

Comenzó a convocar un zombie, se iban a enterar.

Jotnar alzó las manos sobre la cabeza, hacha incluida, repentinamente.

—¡ESPADAS CURVAS!

Los humanos no sólo se contentaban con ir por ahí blandiendo pinchitos ridículos, sino que ahora para colmo les daba por forjarlos con formas extrañas. ¡Su hoz para cortar las malas hierbas tenía mucho más estilo que eso y ni si quiera era un arma! Quien los entendiera que los cromprase.

Tras la trascendental revelación, recordó que tenía una cuenta pendiente con aquellos tipos así que embistió como una piedra rodante lanzada a derribar unos bolos. Blandió el hacha y descargó un violento golpe contra el primero de los mercenarios. Aquel hacha si era un arma de verdad.

¡Y no las malditas espadas curvas!

Jotnar carga a K9.

Ataque: 26
Daño: 12

Lurzca dedicó una mirada de aprobación a Jotnar. Quedaba el camello, un animal con un aire bohemio, con la mirada de un loco risueño. No parecía agresivo, así que Lurzca cargó contra el mercenario que tenía frente a ella.

- ¡La habéis cagado imbéciles! - Declaró antes de clavar su hacha en la cadera de aquel pobre infeliz que pronto moriría. 

Nepthis se detuvo, sopesando si realmente era necesario que interviniera.

Nepthis retrasa su iniciativa hasta 1.

—¡Agh, maldita seas! —dijo el mercenario cuando recibió el hachazo de Lurzca.

El guerrero dejó a un lado el arco y desenvainó su cimitarra, enviado un golpe que la mestiza evitó con facilidad. Su compañero envió una flecha, que fue a rebotar contra una de las estatuas cercanas. Entonces tiró de las riendas de su camello para alejarse del zombi que acababa de aparecer.

Mercenario de la Compañía de Kheper Ka-ra P6 suelta el arco como acción gratuita. Desenvaina su cimitarra como acción de movimiento. Ataca a Lurzca: 8 (fracaso).

Mercenario de la Compañía de Kheper Ka-ra P9 dispara a Lurzca: 15 (fracaso). Mueve a R14.

¡Turno de Amessis y Jotnar, por este orden!

(25) Lurzca: 40/55

(7) Mercenario de la Compañía de Kheper Ka-ra P6: 10 daños

(7) Mercenario de la Compañía de Kheper Ka-ra R14: ileso

(6) Amessis: 23/29

(2) Jotnar: 56/56

(1) Nepthis: 34/34

Un montón de carne putrefacta aterrizó sobre la arena del desierto detrás del camello. Confuso, el zombie levantó la espada para golpear al animal.

-¡A ese no! ¡Al de atrás! ¡Por la izquierda!

Más confuso todavía, la criatura se giró y se arrastró trabajosamente hacia el segundo mercenario. Descargó la maza con pinchos contra el suelo.

-¡A la izquierda! No, a la derecha. ¡La otra derecha! ¡Da igual!

La muchacha corrió entre las estatuas mientras dejaba caer la guadaña para coger la ballesta y descargar un virotazo contra el incauto que intentaba escapar.

-¿A dónde crees que vas?

Jotnar miró al tipo que se alejaba debido al zombi, miró a Amessis que corría tras él, miró al camello que tenía cerca, miró la inmensa distancia que aun a las largas piernas de la nigromante le estaba llevando lo suyo recorrer, miró un pájaro que pasaba por allí de forma totalmente aleatoria y miró sus propias botas.

Luego repitió la secuencia dos veces más.

—A la mierda.

Saltó sobre el camello que acababa de quedarse sin jinete, el animal emitió un ronquido mientras el enano subía y dio un par de vueltas en círculo sobre si mismo. Una vez logró encajarse entre las dos jorobas, Jotnar tiró de las riendas con una mano para orientarlo en la dirección correcta mientras con el hacha señalaba al tipo.

—¡Tú! ¡Vuelve aquí!—exclamó pateando los costados del animal—. ¿Qué es eso de tirar la flecha y esconder la mano? ¡Maleducado!

Jotnar hace doble acción de movimiento: se sube al camello y se va a P13-Q13/P14-Q14 (disparando todas las pistolas que tiene equipadas de forma imaginaria por el camino. Aunque ni existan ni sepa lo que son)

—Oh, por el amor de... ¡a veces os comportáis con una panda de críos!

Nepthis puso los ojos en blanco y tomó una posición más central en el combate, preparándose para curar a Jotnar los raspones en las rodillas cuando, irremediablemente, se cayera del camello por hacer el tonto en combate.

Nepthis hace doble movimiento hasta L10.

¡Turno de Lurzca!

(25) Lurzca: 40/55

(7) Mercenario de la Compañía de Kheper Ka-ra P6: 10 daños

(7) Mercenario de la Compañía de Kheper Ka-ra R14: 5 daños

(6) Amessis: 23/29

(2) Jotnar: 56/56

(1) Nepthis: 34/34

Lurzca esquivó sin dificultad el ataque el mercenario, hizo una leve finta y clavó su enorme hacha por la espalda de aquel infeliz. Algo sonó muy mal en el interior de aquel hombre. Las costillas y la columna de aquel desgraciado se astillaron perforando órganos vitales y la muerte fue prácticamente instantánea. 

La mestiza fijó entonces su mirada en el guardia que trataba de escapar y al que Jotnar acababa de interceptar. No podía escapar, no podía dar la alarma. De lo contrario, pronto se sabría lo que había sucedido y quien era el responsable y Lurzca no quería tener problemas legales.

Sin pensarlo mucho más y dejando atrás otro cadáver, avanzó hacia el jinete en huída, no le iba a ser fácil abandonar el lugar. 

- Te has equivocado... - Declaró la mestiza.