Partida Rol por web

Inicia la Aventura...

Algo de Historia de Ergot

Maldita sea, solo pasan los que hablan ese idioma. ¿A que viene esto?.

¿Por que no haria mas caso a mis tutores?.

Segun se va acercando va tratando de recordar como hablaba Iavar en ocasiones para tratar de imitar el acento y usar las palabras que dice la gente que va pasando la seleccion.

Entonces, llega tu turno. Te paras frente al escriba y el Elfo habla. Sus palabras sus suaves y sus gestos gráciles, dando una clara impresión de bienvenida. Tras esto espera para escuchar tu respuesta. En sus ojos se puede ver tranquilidad, pero por momentos frunce el seño, traicionando así su postura y denotando irritación.

Buenos dias. Gracias por su bienvenida.

Siento no poder responderle en su lengua, pero no la conozco.

He oido que buscais mercenarios para una mision y por eso me presento.

El elfo medita tus palabras tomándose mas que el tiempo necesario según las aspiraciones de un humano como tu. Comienzas a desesperarte, pero tu disciplina de combatiente te permite permanecer callado y sereno. Al final está por pronunciar su respuesta.

Trato de gesticular como lo hacia mi maestro pero me fijaba mas en sus movimientos de combate que en otra cosa.

Pese a que no logras robarle una sonriza al elfo, no son muchos los hombres que han tenido "la virtud" (asi lo piensa Maelor) de convivir con su raza como tu has demostrado. Asi que te pregunta: Cual era el nombre del elfo del que aprendiste este mmm... remedo de, llamemosle "presentacion"? Mintras continua observandote y hasta detenerse en tu espada.

Tras escuchar lo que le contestes te dice: Es una Bastarda? un arma poco comun de ver... solo aquellos que se concideran "los mas habiles" de entre los de tu profecion suelen usarla... aun que en mi vida nunca he tenido el placer de ver que sostengan sus palabras con hechos. Dime, eres uno de esos charlatanes o... eres de los realmente habilies?.

Pese a que el elfo te apunta con sus constantes y sutiles insultos, tu temple aun te permite mantener la calma, circunstancia que, por tu conocimiento con el trato de elfos, sabes que esta a tu favor.

Te hare una prueba especial. Ven conmigo. Entonces el Elfo te indica que lo sigas hasta llegar a unos muñecos de entrenamiento. Quiero que nos muestres tu habilidad a mi y a todos los presentes. Si me convences te nombrare mi guardian personal... si fallas solo tu reputacion frente a TODOS estos mercenarios sera mermada... tu decides. Puedes irte como todos los demas hombres perdedores o...

Me instruyo un elfo Kalanesti de nombre Iavar y por su honor y el mio no le dejare en mal lugar.

Ten por seguro que pasare la prueba o no soy merecedor de mi apellido y por tanto de participar en la mision.

Si no soy capaz de derribar a esta vulgar muñeco me parece que de seguro encontraras en la cola mejores compañeros que yo.

Mi honor ha quedado deshonrado, por suerte no he usado mi apellido.

Pero ahora debere buscar a Iavar para explicarle lo sucedido.

Tal vez nuestros caminos vuelvan a cruzarse mas adelante.

Yo los trabajos los gano y no los mendigo.

Recuperare mi honor pero no sera aqui, pues tampoco me gusta aguantar las burlas.

Los hilos del destino trabajan en secreto forjando las leyendas de Krynn. Los dioses, los planetas y las estrellas contribuyen a cada paso en el diseño de los diversos caminos de los mortales.

No entiendo porque hasta ahora no dejabas pasar a nadie que no hablase elfo, y a mi me permites pasar una prueba que si superaba me convertiria en tu guardia personal. Despues de fallarla y burlarte de mi, sin embargo aun me dices que trabaje para ti.

No se a que viene todo esto pero Nephala me ha pedido algo y a ella no se lo puedo negar.

Trabajare para ti.

Pero no esperes ni por un momento que me importe lo mas minimo lo que te pase a ti. Tan solo me preocupara la mision.

El elfo te contesta: Me parece bien.

Nephala se despide de ti deseandote buena suerte y ve al elfo con desagrado: Ahora que lo conosco no quiero ni pensar en trabajar con el, pero tu demuestrale que estaba equivocado. Me dio gusto que nos encontratamos y estoy segura de que no sera la ultima vez.

Uno de los guardias te muestra el camino hacia el bastion. Una vez dentro te encuentras en una camara donde hay una mesa con comida y bebida. Algunos otros se encuentran en el cuarto, no los conocen y no se te acercan, pero si lo deseeas puedes interactuar con ellos.

Tras los pasos de la estela dejada por mi padre, partí hacia el lugar idóneo, aquel del cuál fue expulsado. No tenía porque emitir juicios de valor, pues en mi mentre figuraban otros objetivos, pero tenía por seguro que allí me aguardaban interesantes cuestiones que abordar. ¿Qué sería de Landar, Dáris, Ilam? Les echaba de menos. Dos años junto a mi padre habían agriado mi carácter, y como decía él mismo, nada mejor que un kender para volver a entender que la vida era más que matar y morir. Porque enmedio de ambas cuestiones, estaba la vida, y eso era lo que nosotros, clérigos de Mishakal, nos correspondía preservar.

Sabía que en esta ciudad, en Gwynned, capital del imperio ergotiano o lo que quedaba de él, los templos más famosos y grandes; de hecho, los únicos oficiales estaban en manos de los integrantes del culto a Majere, Kiri-Jolith, o Habbakuk. Y no me preocupaba. Portaba con orgullo mi insigne túnica blanca con ribetes celestes, en cuyo centro asomaba esa gota de agua, símbolo de mi diosa. Mis manos se entrecuzan en mi espalda, mientras decidía acercarme a alguno de los templos. Comí cualquier cosa en una de esas posadas de mala muerte, y escuché los rumores de una posible captación de aventureros para una misión que, se rumoreaba, estaba a manos del Emperador en persona. Estaba sorprendido, así que pedí algo más de información y partí hacia el lugar de encuentro.

Me sorprendió ver mucha gente esperando cola. Y yo ya tenía una decisión tomada, desde luego. Consideraba esto como una prueba del Destino; intuía que era aquí, y no en otro lugar, donde debía estar. No tenía que menospreciar mis inquietudes, pero de nada servirían habladurías. No había mejor forma de ganarse adeptos que ganar protagonismo. Y el protagonismo tenía nombre: Maelor, ese elfo, de porte aristocrático, parecido a Landar, con rasgos faciales muy parecidos que indicaban su procedencia Qualinesti. Antes mía hubo una prueba con un bravo guerrero, que demostró no solo fuerza, sino la capacidad de asumir su error y tratar de enmendarlo. Ello me recordaba mucho a esos legendarios Caballeros de Solamnia, de los cuáles no había conocido a ninguno, pero esperaba que fuese así más adelante.

Parecía que el próximo sería yo. Muchos habían sido echados para atrás...¿por qué? no lo sabía con exactitud.