Partida Rol por web

Cada 10 pies, un nuevo conjunto de puertas idénticas os esperaba descendiendo por el corredor.

Nada parecía cambiar, todo se os asemejaba una farragosa broma que no sabríais si os iba a llevar a alguna parte. Incluso debatisteis si volver atrás en busca de la entrada que habíais dejado atrás sin explorar.

Pero de pronto, en el sexto conjunto de puertas, Barakanar primero y Raff después detectaron una trampa de fuego que se activaría al tratar de abrir las puertas.

Lo curioso, es que no estabais convencidos de que tras esas puertas encontraríais otra cosa que no fueran más puertas abatibles.

Aquello estaba siendo una broma pesada, o al menos eso creía hasta que la detuvieron antes de abrir la séptima u octava puerta, había perdido la cuenta. Apartó rápidamente la mano, antes de activar nada.

—Mal asunto, pero algo deben de proteger. Nadie hace esto sin un motivo —dijo—. ¿Lleváis una pértiga o algo que sirva para empujar desde lejos? —preguntó. Si no, tal vez, aunque fuera una lástima usar así a los aliados de otros planos, podrían convocar algo que abriera por ellos; al fin y al cabo, el sufrimiento sería momentáneo y después regresarían a su hogar intactos.

Todas las puertas que habían pasado era iguales, sin mecanismos ni cerrojos, tan solo empujando conseguían abrirlas. Hodrum se acercó para examinarla en busca de alguna ranura o algún saliente donde poder atar una cuerda. También examinó las dos puertas anteriores moviéndolas intentando de averiguar el peso de las puertas y si ambas eran iguales que la puerta con la trampa.

- Si encontramos algún lugar donde atar una cuerda podríamos estirar de ella y abrirla hacía nosotros en vez de empujarla - mientras hablaba seguía inspeccionando las puertas que habían pasado - otra opción que sería posible y no haría falta sacrificar la cuerda sería utilizando un conjuro, pero para ello las puertas tendrían que pesar menos de 30lb. - Miró a sus compañeros y sonrió - Siempre podemos desmontar una y sopesarla. -

—No lo sé eh, si yo tuviera mucho tiempo y dinero, vería muy coherente proteger con trampas un camino sin nada. Desorientación total. La pértiga está justo debajo de los virotes en mi lista de "suplementos de aventura infaltables que he olvidado comprar", así que no, no hay. Y aunque a mi me encantaría hacer gala de mis habilidades como saboteador... lo cierto es que el lugar está lleno de polvo, y no quiero que un estornudo inoportuno me cueste la vida. Salvo que no tengamos otra opción, creo que una convocación será lo más seguro.

Raff se dio vuelta y miró el pasillo que llevaban detrás.

—Pero miramos desde allá, desde donde el tunel dobla y se une al resto. No sabemos cuanto va a detonar esto.

Asintió, apartándose. Era una buena idea.

—¿Te encargas, Barak? —preguntó al druida.

Con evidente fastidio el druida dibujo un circulo de invocacion en el suelo, del que aparecio un lobo que ante la orden de Barakanar avanzó hasta la puerta, mientras el druida se retiraba para no ser alcanzado por la bola de fuego

Al ver cual era el plan Hodrum no tardó en darse prisa para ponerse en zona segura. - Quizás deberíamos ajustar al menos la última puerta ya que desconocemos que rango de explosión puede llegar a alcanzar. - Así que una vez estuvieron los 6 fuera ajustó la puerta por si les llegaba alguna llamarada.

Barakanar convoca al animal y, una vez todos estáis a salvo tras las puertas anteriores, la criatura empuja la puerta con el subsiguiente fogonazo ya previsto.

Aunque bastante potente, el fuego se queda localizado en las inmediaciones de la puerta y el lobo sobrevive a duras penas.

Tras conseguir esta pequeña victoria, los ánimos vuelven a decaer al ver que tras la puerta con trampa hay otras dobles puertas similares a las de todo el corredor.

Ver al lobo en aquél estado no era agradable, pero entendía la necesidad de eso. Las convocaciones, aunque no morían, si sufrían, y, sin embargo, sus capacidades las hacían adecuadas para muchos trabajos como aquél. Peligrosos, pero no mortales para ellas. Sintiéndolo mucho, el animal ya podría lamerse las heridas más adelante.

—Que abra la siguiente —pidió a Barak con voz dura, intentando no flaquear.

Adelante! indico el druida a la convocacion, sabia que el animal se estaba sacrificando, pero el mal de Lady Halcon pretendia traer implicaba que todos debian hacer sacrificios

—Tan rápido como "muera", tan rápido como encontrará descanso.—Trató de animarse a si mismo el pícaro.

- Lamento que su invocación sea usada para esto, pero opino igual que Raff - Hodrum no le gustaba este uso para una invocación pero ellos no disponían de los medios adecuados para poder desactivar las trampas.

Cubiertos tras las puertas que habían emitido el fogonazo, dejáis que el animal avance hasta el siguiente par de puertas.

Un violento nuevo fogonazo hace que el animal muera calcinado.

Para colmo, tras las puertas, hay otras dobles puertas similares.

—Menuda broma de mal gusto... —dijo al ver el nuevo par de puertas. Había perdido la cuenta de cuantas llevaban ya; era ridículo. Élise suspiró—. Raff, te toca de nuevo.

Raff inspiró hondo, mezcla de resignación e incredulidad.

—Preparen los primeros auxilios— dijo, agachándose frente a la puerta y disponiéndose a trabajar. Suponía que todas debían funcionar más o menos igual, por lo que empezó a buscar el mecanismo donde ya lo había encontrado en la anterior. También aprovechó a pegar una buena mirada a la parte de atrás de las puertas ya abiertas, para hacerse una mejor idea de cómo posiblemente funcionaba lo que tenía en frente.

Raff trató de ser lo suficientemente minucioso como para encontrar una nueva trampa. Sin embargo, no fue así.

Al no encontrar nada, empujó suavemente la puerta abatible y un fogonazo salió disparado a su cara.

Por suerte, el resto habíais guardado una distancia prudencial con el salteador y las llamas no alcanzaron a nadie más.

Tras la nueva trampa, otro par de puertas os aguardaban.