El guardia se parece prestar poca atención a vuestras palabras. Greyhawk es una metrópolis, la más cosmopolita de toda Flaenia y los guardias parecen acostumbrados e incluso hastiados de todo tipo de charlatanería.
- Por favor circulen y no armen alboroto. La ley es implacable ante los alborotadores y malechores.
Una vez obtiene las 18 piezas, el guardia os abre paso a la ciudad.
Disculpad si el DM ha ignorado algo de lo que habéis hecho. Ya estáis dentro de la ciudad.
Al haber un impuesto de entrada tan alto es improbable que la ciudad este llena de vagabundos y mendigos, salvo los autóctonos (lo cual, en cierta manera, es bueno), por eso voy fijándome en cualquier objetivo que merezca mi donación.
- Mucho habláis de comer, pero ¿sabéis ya dónde lo haréis? No recuerdo si alguno comentó haber visitado antes esta ciudad, pero si no es así, tendremos que preguntar...
El hermano va prestando atención a cualquier cartel o indicación de posada, tratando de no pensar en el peso que le ejerce la armadura sobre los hombros.
-En una urbe tan grande como esta no debería ser muy difícil encontrar un lugar decente.- comenta a nadie en particular.
Motivo: Avistar tavernas
Tirada: 1d20
Resultado: 10(+6)=16
- La ley es implacable... sí que lo es, cual hacha de verdugo...
Comentaba para sí el clérigo, que no tenía apego a lugares tan grandes y masificados. Los guardias no le merecían la más mínima confianza. Eran debiluchos y basaban su fuerza en su equipamiento, pues sus capacidades no estarían muy allá. Hasta creía probable que les hubieran cobrado de más, porque esta gente siempre estaba pensando en cómo aprovecharse de su posición.
Entraron en la ciudad y él caminó un poco sombrío.
- Me ponen de mal humor estos sitios.
Thanar siempre se volvía un poco irascible cuando llegaba a una urbe, pero trataba enseguida de pasar página. El clérigo fue echando un vistazo alrededor. Los guardias al final no se habían dignado a informarles de nada.
- Lo primero, como siempre, buscar cama e información.
El hombre llevaba la lanza en mano y paseaba la mirada más bien por arriba de las casas, como asegurándose de que estuviera todo despejado.
Kraag camina con la frente bien alta, cruzando miradas con los transeuntes, midiendo su fuerza con la del resto mentalmente. Puede que entre tanta gente encontrara un digno rival, pero no estaba allí para eso, así que sólo miraba a la gente e imaginaba cómo podría vencerlos mientras sus caminos simplemente se cruzaban en silencio.
Cualquier cosa estará bien, lo importante es solucionar nuestros asuntos lo antes posible - estaba acostumbrado a la vida silvestre y las ciudades, aunque no desconocidas para él, no eran su hábitat preferido.
Sentidos: bonif.+1 pruebas de Avistar y Escuchar
A pesar de la avanzada hora, Greyhawk es una ciudad concurrida y llena de actividad en todo momento. Sin embargo, quienes ya conocéis la urbe, tenéis la sensación de que algo ha cambiado. La plebe parece más tranquila y entristecida, todo parece mucho más apagado de lo habitual.
Caminando por las callejuelas del Barrio Nuevo, os percatáis de que varias de las tabernas y posadas están cerradas o no aceptan nuevos clientes.
Acñaración sobre las tiradas psicosociales: En primer lugar, para buscar una taberna se utiliza reunir información y hay que entablar conversaciones con los lugareños (rolear para que se permita el uso de la habilidad). Todas esas tiradas os pediré yo que en un momento del roleo las hagáis ocultas porque tampoco podéis tener conciencia del grado de éxito.
Ejemplo: El Hermano Kalka quiere buscar una taberna y pregunta a los lugareños. Mientras habla con ellos en un momento dado le pido que realice una tirada oculta de reunir información y yo comunicaré las sensaciones que tiene el personaje dependiendo del grado de éxito sin que éste lo sepa.
La tirada de "avistar tabernas" no es válida.
La ciudad parecía adolecer de algún mal. Era previsible que hubieran recibido un ataque o hubiera muerto alguna figura pública. Desde hacía varios años ya, Thanar no tenía mucha paciencia cuando hablaba y él era consciente de ello, así que miró al resto, buscando alguno más diplomático.
- ¿Quién va a hablar con estos ciudadanos? Le lanzaré un "esplendor del águila" para ayudarle en la tarea.
Dijo preparándose para lanzar la magia.
Daría +4 a carisma durante 5 minutos, es decir, +2 a las tiradas de reunir información.
- Yo no soy muy ducho en esos menesteres - Respondiendo a la oferta de Thanar - Pero gracias por el ofrecimiento
Charlaron un poco de modo que pensaron en reservar el uso de la magia. Thanar era un tipo algo extraño y le costaba conectar con la gente, pero se decidió a acercarse a alguna mujer que pasara por allí.
- Buenas tardes, ciudadano de esta gran urbe.
Dijo deseando que le atendiera.
- Soy un clérigo que acaba de llegar a la ciudad y busco alojamiento decente. Mas veo que todo está cerrado. Haga el favor de decirme dónde hay una posada abierta.
Trató de ser amable, pero era demasiado directo pues los rodeos le acababan poniendo nervioso.
Kraag, que comenzaba a cansarse de deambular, se colocó tras Thanar cruzado de brazos, dejando ver a su interlocutora su impaciencia. Desde luego un clérigo de Kord y un Semiorco no eran precisamente los mejores embajadores del mundo, pero no podía ser demasiado difícil encontrar una taberna abierta en una ciudad tan grande.
Una vez allí, además de descansar, podrían averiguar si esta gente era siempre tan deprimente o si algún problema azotaba la zona.
Nunca había estado en esta ciudad antes, estaba acostumbrado a las llanuras y vida al aire libre de mi pueblo. No sabía si era normal o no pero parecía que había una apatía en el ambiente que hacía que la ciudad pareciera triste, lo cual contrastaba con el dinamismo y vitalidad de una gran urbe como esta.
Mientras mis compañeros se acercan a unos aldeanos para intentar averiguar donde hay una posada donde admita viajeros, yo decido probar suerte por mi propia cuenta, lo mismo acercándome solo es menos intimidatorio que acercándose un grupo armado, pienso mientras me dirijo a uno de los transeúntes de la urbe que se encuentre en las cercanías en este momento.
-Buenas noches caballeros, vengo de un largo viaje y estoy recién llegado a la ciudad- mientras sacudo levemente mi túnica -¿me podrían indicar donde un viajero de bien puede limpiarse el polvo del camino, comer algo caliente y descansar un poco?, estaría muy agradecido si me lo pudieran indicar-
Espero tranquilamente la posible contestación que me den.
Tirada oculta
Motivo: reunir información
Tirada: 1d20
Resultado: 18(+1)=19
Mantengo siempre la visual con el resto del grupo.
Tanto Thanar como Glotka reciben algunas negativas y frases como: "los aventureros causan problemas y los posaderos lo saben...".
Un hombre jovial de mediana edad sí es más amable con Glotka y le indica la dirección de "El Pez Silbador". Asegurando que el ambiente es agradable y seguro que seréis bien recibidos.
No entendía porqué los ciudadanos eran tan ariscos cuando Kraag y él se mostraban tan amables. Aunque el semiorco era una figura imponente, el clérigo se veía como alguien de buena familia y eso tenía que haber compensado. Thanar torció el labio.
- Pues el nombre es original. Tengo ganas de ir hasta allí y ver qué tal es el ambiente, y, claro, la zona en la que está. Si es un tugurio será mal asunto.
Les tocaría habitación común en ese caso, para estar menos desprotegidos. Pero qué demonios, si estaban en la ciudad no tendría porqué haber problemas.
- Hermanos. Pongámonos en marcha. Ardo en deseos de descansar los pies y de escuchar algo de música.
Dijo llegándole un eco de los viejos tiempos, cuando vivía sin tantas preocupaciones.
Por lo menos había recibido una respuesta, no sabía si sería buen sitio o malo, pero era el único que nos habían indicado.
-muchas gracias caballero, es grato encontrar aun gente amable en las grandes ciudades- dicho esto me vuelvo hacia mis compañeros, comentándoles la información obtenida.
-Secundo la idea- girándome hacía Thanar –necesito quitarme el polvo del camino, pongámonos en marcha-
- Asintiendo a la positiva respuesta lograda por Glockta y siguiéndoles a dicha posada
Resulta intrigante conocer a posaderos que prefieren no acoger a aventureros, ¿tantos problemas les daban que preferían vivir únicamente de las visitas de los parroquianos? De todas formas no pienso entrar para comprobarlo aunque acompañe al resto del equipo hasta la posada, mis compañeros me contarán posteriormente la situación.
- Me temo que la Hermandad del alba... del dragón -añado mirando a Kraag- todavía no es reconocida en esta ciudad.
Asintiendo a Railet repetidas veces por su "del dragón" en un gesto de aprobación, Kraag se pone en marcha, viendo que no tenían muchas más opciones.
Está claro que esta gente no entiende de modales - bufó casi para sí mismo - la última vez que soy educado...
Kalka decidió dejar a sus compañeros decidir por él. Esta ciudad ya le estaba crispando los nervios y ni siquiera había pasado la noche.
Mañana buscaría alguna iglesia de Cuthbert, presentaría sus respetos y volvería al camino.
La calle por la que andáis pronto se ramifica, formando una x alargada. Varios comercios y tiendas se alinean en estas calles, pero vuestra atención se centra en una gran posada bien cuidada, en una de las parcelas triangulares formadas por estas calles. Un letrero recién pintado en forma de pez regordete lleva el interesante nombre de este establecimiento: El Pez Silbador, Soberano de Libaciones. La posada está construida con la madera común de Greyhawk. Su tamaño, sin embargo, la hace única. A juzgar por las posiciones de las ventanas de la posada, el edificio parece tener dos plantas, pero la estructura parece demasiado alta para albergar tan solo dos alturas. Su tejado, de madera de sacude, sobresale por encima del resto edificios del barrio. Incluso la puerta principal parece inusualmente alta.
Un frondoso césped rodea la posada. La hierba es de un color peculiar de Greyhawk: las hojas son de un verde profundo en el borde, pero de color rojo oscuro por el centro. Los nativos de Greyhawk pueden decir que aunque el color es inusual, esta hierba tiene una ventaja clara: tiene un sabor amargo que sólo las cabras pueden tolerar. Esto evita que la hierba sea masticada hasta desaparecer por otros animales.
El camino de grava conduce a la puerta principal y al establo contiguo. Un amarradero recorre la parte delantera del edificio. Aunque siete caballos están atados aquí, hay espacio para al menos otra docena de animales.
Advirtió el gran tamaño de la posada que se levantaba en aquella esquina.
- Este lugar parece construido para gente muy alta. Es curioso.
Se imaginó que el dueño sería como mínimo un semiorco, para justificar tanta altura entre los pisos. Sintió algo de interés en entrar en el lugar y comenzar a echar un vistazo.
- Podría ser un buen sitio para un clérigo de Kord, y, sin duda, va a ser la posada donde menos problemas tenga con mi lanza. Será una novedad. Dejadme entrar primero.
Dijo y abrió la puerta, listo para introducirse en el lugar y mirar quién regentaba tan pintoresca posada.