Partida Rol por web

Os encaminais hacia la fría noche, en busca de la comisaría. Al poco tiempo de perderos entre las oscuras calles de Devenham, acabais encontrado el lugar. No es difícil de reconocer, pues el lugar impone más de lo que vosotros mismos esperabais. Un impecable edificio de colores oscuros, de edad probablemente victoriana, cuyo porte impone más que muchas iglesias de las época, se encuentra ante vosotros. Durante un segundo conteneis la respiración mientras admirais un edificio de 3 plantas, con gárgolas en la parte superior que observan a toda persona que cruza sus puertas. 

Estamos en invierno, y la noche ya os envuelve, permitiendo ver tan solo con la ligera iluminación de las farolas cercanas. Os cuesta moveros entre las calles del pueblo, completamente cubiertas de nieve, pero según os acercáis podéis contemplar la entrada, con una iluminación ligeramente más agradecida, que sostiene un letrero que reza: Police Station. 

Roman no es de los que se quedan a admirar un lugar por su fisonomía, para el los colores son tan innecesarios como una ventana abierta en un submarino, pero a pesar de esto quedo varios segundos pasmado por ese gris edificio. El hechizo duro hasta que recordó quien era, donde estaba y lo que debería hacer. Se acomodo el sombrero y comenzó a caminar entre la nieve hasta la puerta de la comisaría.
Una vez en el umbral miro a su compañero con una sonrisa, aun no había planeado que decirles a los policías, no tenia decidido si decir la verdad o por el contrario inventar alguna excusa. Tuvo una idea.
-Que te parece si entramos por separado- meneo la cabeza como si quisiera sacarse de encima algo molesto-, por si se nos hacen los difíciles. Uno de los dos tendrá suerte, en cambio juntos quizás se pongan testarudos.

El vapor de agua salía con fuerza por mi boca, hacía mucho frío y tenía ganas de entrar en el edificio. Roman me pregunta y salgo del ensimismamiento en que me encontraba mirando las gárgolas del edificio.- Muy bien Roman, entra tú primero, dentro de un rato entraré yo, nos encontraremos aquí en la puerta.- Le digo mientras me ajusto mi abrigo y me subo el cuello.

Sin esperar más palabras y conciente del frío que pasaría su compañero mientras él investigaba, entra en la comisaría. Pronto lo invade el olor a cigarrillo y café espeso. Se sacude la nieve de los pies mientras mira a su alrededor. Busco la recepción y hacia allí se dirigió exhibiendo su mejor sonrisa…

Una vez cruzas el umbral de la puerta, el lugar no parece tan impresionante como hubieras imaginado, pero el ambiente es similar y aún sigue trasmitiendo cierto sentimiento sobrio e imponente. Las paredes de piedray madera  trasmiten algo de frío a la zona, lo que aumenta aún más este efecto.

Esta primera habitación tiene un tamaño considerable y no muestra ninguna ventana al exterior. Dos grandes lámparas dejan caer del techo una luz relativamente tenue que ilumina la sala, mostrando un largo recibidor completamente vacío que concuerda con la impoluta decoración de la sala. Tras el mostrador no hay ninguna secretaria o policía con la que poder hablar. 

En las esquinas, hay cuatro guardas de seguridad, y oyes ruidos al fondo. Indudablemente alguien está trabajando dentro de ese edificio. Menos mal... Por un momento dudaste de que estuvieramos hablando de una comisería. 

Echas otra ojeada a tu alrededor, y ves que detrás de ti hay algunas sillas que invitan a la gente a esperar. Los guardias apenas se inmutan con tu entrada, y no te dirigen si quiera un saludo. 

Todo estaba increíblemente desierto, si no fuera por los guardias que estaban en una de las esquinas hubiera pensado que no encontraría a nadie. Pero nadie parece hacer el menor movimiento de atenderlo. Mira a su alrededor, como si admirar el lugar.
-Este lugar si que es una verdadera comisaría- dijo bastante fuerte, poniendo ambas manos en su cintura dio unos pasos recorriendo la sala-. Es justo lo que decía, policías como los de Massachussets no hay…

Veo como Roman entra en la comisaría, decido esperar un poco más para entrar.

Los guardias se miran unos segundos... y finalmente uno se acerca a una puerta y da un par de golpecitos. Aguarda unos segundos, mirándote con curiosidad. 

Casi de manera inmediata, un hombre abre la puerta. Viste uniformado con el traje de policía, tiene unos ojos oscuros, pero una sonrisa alegre, y las arrugas y las canas de su pelo delatan su edad, que girará entorno a los 50 años. 

Dirige una miranda momentánea hacia el guarda de seguridad, y asiente con la cabeza, para después, mientras el guarda se dirige a su posición, observar la sala con seriedad y detenimiento. Para su mirada en ti, y entonces su enorme sonrisa inunda el lugar de nuevo. 

Se encamina hacia ti con paso decidido, y te extiende la mano con gran seguridad. 

- Soy el sargento O'Relly. ¿En qué puedo ayudarle?

Roman estrecha la mano que le tiende el oficial con igual entusiasmo, sus ojos no paran de ir de un lado a otro y una sonrisa maravillada se mantiene en sus labios.
-Todo un gusto, Roman Praice, Ranger de Tejas- se presentó. Ahora venia la parte complicada-. Vengo de un largo viaje, se me encomendó visitar las comisarías de distintas partes del país. Solo las mejores- sonrió-. Para ver como trabajan, que métodos usan en sus investigaciones, ese tipo de cosas- una vez mas sus ojos recorrieron el lugar-. Estoy maravillado con este lugar. Me preguntaba si podrían enseñarme algún caso que hayan resuelto- levanto ambas manos-, se que es un pedido algo raro. Pero solo así se conoce verdaderamente como trabajan los verdaderos policías- meneo la cabeza algo molesto-. En mi departamento tenemos muchos jóvenes que aun no saben lo que es el trabajo duro y me gustaria darles los ejemplos de gente como ustedes- se dio un golpe en la cabeza con la palma de su mano-. Pero perdone mi entusiasmo, no paro de hablar. Es que lo cierto que me gusta mucho aprender nuevas técnicas, un Ranger debe aprender siempre lo mejor.
No pudo evitar decir esto ultimo, tenia en muy alta estima a su vocación. Mantuvo su sonrisa esperando que el sargento cayera en su treta.

- Pero... Nadie nos había avisado de su llegada. ¿Puede enseñarme alguna identificación? ¿No vendrá usted a inspeccionarlos? Nunca nadie a realizado ninguna investigación aquí... Creo... Emm... 

El hombre... que es lo más simple del mundo, abre mucho los ojos al decir esto ultimo, y se le nota un tanto nervioso...

Roman mostró su placa de Ranger, la cual estaba justo sobre su corazón, oculta por su chaqueta marro claro. Siempre la llevaba hacia todos lados, antes que nada, era un Ranger.
-No se preocupe compañero- sonrió con confianza-. No es ninguna inspección, estoy seguro de que ustedes tienen todo en regla. ¿No es así?- se acercó un poco mas bajando la voz-. Estoy seguro que encontrare lo que busco en poco tiempo, mi intención es ver como trabajan. Lo que vea interesante será utilizado en nuestro sistema de investigaciones, se que es otra jurisdicción, pero creo que nosotros, “la ley”, debemos aprender uno de otros, unir nuestros conocimientos, para así crear un mundo mejor para nuestros hijos y nietos- estaba seguro que alguno de los dos debería tener ese veterano policía.
A lo último se puso mas serio, como si en verdad creyera que esos policías estaban cambiando al mundo. Desde su punto de vista, Tejas era lo mas grande, no importaba de donde eras, si eres tejano eres hombre sino eres otra cosa menor. Claro que no diría eso.

El hombre medita un segundo, y una sonrisa pícara aparece en sus ojos... 

Mmm... Pase usted aquí en privado y hablemos. - Dice abriendo una puerta de manera enérgica, y haciendote señas para que pases. 

Una vez entras estas en una habitación con una mesa y un par de sillas. Un vaso de agua se encuentra sobre la mesa. Inicialmente, te planteas que pudiera ser un despacho, pero la austeridad del sitio te indican que no... No se trata de eso.  Podría ser una sala de interrogatorios, o un lugar para hablar con la familia tomar nota de las denuncias, etc. 

- Mmm... querría saber señor Praice... si... ya que usted va a ver cómo funcionamos... Yo podría dejarle observar nuestro funcionamiento y archivos, siempre y cuando usted... Remarcara mi gran habilidad como policía, y el gran trabajo que estoy realizando... Llevo años esperando un ascenso, y bueno... quizá esta sea la ocasión. ¿No le parece?

Antes de que te de tiempo, llaman a la puerta. 

La actitud del policía confirma su acierto al llevar la conversación por ese terreno. Asiente con entusiasmo cuando le pide su complicidad para conseguir ese ascenso. Pero justo cuando abrió la boca escucho que golpeaban la puerta.
-No se preocupe- dijo con una sonrisa cómplice en los labios-. Déjelo en mis manos.
Toma asiento mientras su mirada hace un barrido por todo el lugar, siempre tiene la misma costumbre, como si su lado policiaco estuviera siempre al acecho. No importaba si estaba en su propia casa, revisaba todo, como si algo raro estuviera a punto de pasar siempre.

Me siento en una de las sillas y saludo con la cabeza al agente que me está mirando. De momento me limito a observar lo que pasa en la comisaría no quiero llamar demasiado la atención para no entorpecer la investigación de Román. Así que escucho y observo.

En general, no hay mucho para ver, los guardas parecen guardas de seguridad, en absoluto policías. Y oyes ruidos en el fondo de gente trabajando, moviendose escribiendo, archivadores abriendose, puertas que se abren, y resuenan haciendo eco en el lugar. Pero nada llama tu atención. 

Como se ve en la imagen, hay un gran recibidor al fondo, y puedes intuir algunos papeles, pero nadie allí para atender. 

La puerta se abre a los pocos segundos, Os veis sentados el uno al otro. Jeff está sentado en una silla en el Hall de la comisaría. Mientras que Roman Praice está sentando dentro de la habitación.  La habitación parece un despacho, o un lugar de interrogatorios, sin entrar, es díficil de ver. 

Un hombre, uniformado con el traje de policía, tiene unos ojos oscuros, pero una sonrisa alegre, y las arrugas y las canas de su pelo delatan su edad, que girará entorno a los 50 años.

Te mira unos segundos después de abrir la puerta... Medita un segundo... Mmm...

- Ahora estoy reunido con alguien importante. Disculpe, señor. Pero... Mi ayudante, Max, podrá atenderle. 

Hace un gesto a uno de los guardas que parece despertar de su ensimismamiento para ir al fondo de la sala a buscar a ese tal Max. 

Cuando se abre la puerta y ve del otro lado a Jeff, Roman lo saluda con su mano aprovechando que el sargento esta de espaldas a él. Con su boca forma las palabras “todo va bien” y sonríe con impunidad.

Una vez que la puerta se vuelve a cerrar y esta a solas con el sargento, Roman le sonríe con tranquilidad.
-Como le iba diciendo- junto ambas manos por debajo de su rostro mientras observaba a su alrededor-. No debe preocuparse por nada, es obvio que usted es el claro ejemplo de policía. Honesto, practico, duro como el mismísimo acero. En verdad, estoy ansioso por ver esos informes, aunque estoy seguro que usted tendrá mil anécdotas que contar- lo miro como si se hubiera acordado de algo-. Pero que tonto soy, estoy seguro que deberá tener muchísimo trabajo y yo aquí entreteniéndolo. Solo permítame decirle que lo ayudare en lo que pueda, mis superiores escuchan siempre mis opiniones así que no se sorprenda si pronto tiene ese merecido ascenso- sonríe como si fuera el mismo diablo que le ofreciera un justo trato a cambio de su alma.
No quería alargar demasiado la entrevista, pues no tendría mucho tiempo en los archivos y ya era bastante tarde.

Al hombre se le ilumina la cara cuando hablas del asecenso. 

- Claro, claro. Le indico donde se encuentran los archivos.

Vais hacia la parte de atrás del edificio, paseando por un largo (casi infinito) pasillo, donde las pisadas resuenan haciendo eco. Pasais por delante de algunos despachos, mientras el hombre te va explicando alegremente que en esta comisaría todo funciona muy bien, aunque a estas horas hay menos personal, en le otro lado del edificio se encuentran sus superiores, que dedican todos sus esfuerzos al bien estar del pueblo. 

Finalmente dais a una escaleras, y bajais al piso inferior. El policía busca una llave con cuidado en su chaqueta, y finalmente te abre la puerta. 

- Puedes mirar todo lo que quieras, aunque tenga en cuenta que es mejor que no le vean mucho por aquí, para que la gente no se inquiete... por lo que no se quede mucho tiempo buscando...

Roman le guiño un ojo cómplice mientras el sargento le daba indicaciones de discreción. El camino hasta los archivos había sido bastante largo y siempre con el temor de que apareciera un superior y no creyera la mentira del Ranger. Lo cierto es que le caía bien el sargento O`Relly.
-No se preocupe, seré tan discreto y silencioso como un ratón en una iglesia- dijo apoyando su mano derecha en sobre el corazón-. ¿Hay algo que deba saber? ¿Como los ordenan, casos sin resolver o algo así?