Partida Rol por web

La pobre anciana miró a Roman, y sus ojos centellearon, sorprendida por encontrar una cara nueva, pero sobretodo ante tanta amabilidad. 

- Oh... Vaya. ¡Qué joven tan apuesto! - Muestra una sonrisa. - Si todos tuvieran esta educación... - Mira hacia abajo intentando caminar mientras sujeta el brazo de Roman con fuerza. - Iba hacia al mercado, ¿A dónde se dirigía usted, buen muchacho?

Roman sonió de forma encantadora ante el halago de la anciana, la sujetó firmemente, procurando que tome por los senderos donde hay menos hielo o nieve.

-Estaba con mi compañero, buscando una tienda de herramientas, pero como no somos de aqui nos hemos perdido irremediablemente- lanza una pequeña risa-. Asi que estamos dando vueltas sin direccion, en medio de este terrible frio, soy mas de climas calidos- sonrió mirandola directamente a los ojos-. Por casualidad: ¿No conoce donde se encuentra esa dichosa tienda de herramientas?

La anciana mira a Roman con ternura, mientras se aferra a su brazo con fuerza. 

- Oh, claro, está junto al mercado, es una pequeña tienda con herramientas de todo tipo, ¡Tienen hasta agujas para coser! Ya que vamos en la misma dirección, ¿Sería usted tan amable, apuesto joven, de acompañarme hasta el mercado? 

La mujer muestra una gran sonrisa mientras dice esas palabras. 

Roman escucha atentamente, sonriendo siempre y no perdiendo de vista los ojos de la anciana. Cuando menciona la tienda no puede creer que haya estado tan cerca. De seguro les habria tomado un buen tiempo divisarla, asi que se dijo que habia obrado bien al pedir indicaciones.

-Por supuesto que la acompañare- en su tono de voz habia cierto reproche, como si eso fuera algo obvio-. De paso, podremos hablar. Me encanta hablar...- disimuladamente le hace unas señas a Jeff para indicarle la direccion del local. Luego dirige toda su atencion a la anciana-. Dentro de poco me ire a pasar unos dias a una casona local, bastante vieja, espero no perderme...¿Como era el nombre del dueño? Es amigo de un amigo jaja- se rasca la cabeza pensativo-... Aaa ya lo recuerdo: Se apellida Crosswell.

Tomó especial nota de cualquier cambio en el rostro de la anciana. Siempre habia sabido que las personas mayores tienen especial gusto por los chismes y rumores, esperaba que fuera este el caso.

Sonrio a Roman y le hago una señal dandole a entender que comprendo lo que me ha dicho. Arranco el coche y paso junto a Roman y a la viejecita, les pito cuando paso junto a ellos y les saludo con la mano. Me dirijo hacia la tienda que me ha indicado Roman que está muy cerca, he ido con el coche para no tener que andar mucho una vez salgamos de la tienda. Aparco el coche en la entradad de la tienda, me salgo del coche enciendo un cigarrillo y espero sentado en el capó a que venga Roman que viene en esta dirección con la viejecita.

Desde el capó del coche, Jeff puede ver perfectamente como aquella anciana se aferra con fuerza al brazo de Roman, como si deseara que el camino fuera más largo de lo que en realidad es. 

- Mmmm... pues no conozco a la familia Crosswell, qué raro... ¿Seguro que la casa está en el pueblo? En realidad solo llevo en este pueblo unos meses, antes vivía en Boston, pero mis nietos decían que me resultaba demasiado fácil confiar en la gente, y que lo veían peligroso. La verdad es que ya conozco a bastantes vecinos en el pueblo... Pero no me suena ningún Crosswell. ¿Y vendrá su señora con usted a esa casona?

De todas las ancianas de ese lugar, fue a cruzarse justo con la que se había mudado hacia poco. Pero aun así no mostró la decepción que sentía, esperaba poder sonsacar algo más, pero a menos que sea sobre tejido con aguja estaba perdido.
-¿Mi esposa?- esto lo tomó ligeramente por sorpresa, casi siempre le pasaba cuando alguien mencionaba el asunto del matrimonio-. En realidad ella sea quedado en Texas, su salud no es muy buena y el clima frío le hará peor- algo le decía que era mejor fingir estar comprometido-. Pero en cuanto se recupere, la traeré a este maravilloso lugar, donde la gente buena puede recorrer sus calles sin temor alguno- sonrió como lo haría el mismísimo sol-. La casa esta en las afueras del pueblo, creo que esta algo aislada, pero es algo que me agrada- casi estaban llegando al mercado, Roman mira el trecho que les falta con sorpresa-. Vaya, hemos llegado, lo cierto es que se me ha pasado el tiempo volando entre tanta charla agradable.
Vio la maniobra que hacia Jeff, dejando el auto al frente de la tienda de herramientas, no había duda que era una persona muy práctica. Tenía algo de policía, pero sin llegar a serlo, como si supiera como caminar en ambas partes de la línea. Le agradaba.

La anciana mira a Roman con ternura, sin soltar su brazo en absoluto, mirando hacia el mercado.

Oh... cierto... hemos llegado ¡Qué corto se me ha hecho el viaje! - La anciana suspira. - ¿Le habían dicho alguna vez que tiene unos ojos preciosos? 

Estoy sentado en el capó del coche fumandome el cigarrillo, escucho a la ancianita lanzar piropos a Roman y me sonrio un poco, pero me pongo la mano donde tengo el cigarrillo delante de la boca para que no se note mucho.-¿Que tal señora, como la ha tratado mi amigo?.- Le digo con una amplia sonrisa.

Roman abre la boca para decir algo, la cierra y vuelve a abrirla sonriendo, su mente es una revolución de pensamientos e ideas para librarse del fuerte apretón de la anciana. Era increíble que alguien de apariencia tan frágil poseyera tanta fuerza…o tanto deseo.
-Muchísimas gracias- dijo humildemente-. Mi esposa dice que por eso cayo rendida a mis pies jaja- una vez mas sacó el truco de la esposa, aunque antes no le dio resultado, quizás debía usar una táctica mas directa-. Jeff sabes que soy todo un caballero- le dijo a su compañero cuando este cruzo palabras con ellos. Tenía un brillo divertido en los ojos que no le gustó para nada a Roman-. Bueno, creo que será mejor que nos separemos, tengo que hacer muchas compras y luego reunirme con unos colaboradores. Muchísimas gracias por la conversación y el permitirme ayudarla- le besó suavemente la mano, pequeña y llena de manchitas marrones-. Espero que nos volvamos a ver pronto.
Espera que ella suelte su brazo, de otra forma tendría que llevarla por todos lados agarrada a él.

La anciana se estremece con aquel dulce beso en la mano... 

- Oh, señor, cuánta ternura... Desde que murió mi marido, nunca había experimentado algo así... La verdad es que su acompañante ha sido de lo mejorcito. Muchas gracias, guapo. - Espetó, y en ese momento se inclinó ligeramente para decirte algo al oído. - Espero, señor Praice, que volvamos a vernos, y que la próxima vez, sus besos sean en lugares más indiscretos. - Dijo con una pícara sonrisa mientras se ponía colorada. 

Entonces se dió la vuelta para entrar en le mercado, ya por un suelo menos resbaladizo, pues éste, por el bien del negocio, estaba más cuidado. Antes de entrar por la puerta, se giró, para guiñarle el ojo a Roman y lanzarle un beso en la distancia. 

Roman tragó saliva ante el último comentario, sonrió escuetamente inclinando la cabeza a modo de saludo. El último beso en verdad que lo había perturbado bastante, quizás de ahora en adelante debería usar el método rudo para sacar información. Jeff lo miraba apoyado en su auto, así que el ranger se le acercó y le dio un pequeño golpe en el hombro y con cara seria dijo.
-De esto nada a nadie- enarcó una ceja-. Voy a intentar olvidarlo, lo mas pronto posible.
Luego ambos entran en la tienda…