Cuando MacReady sale al exterior ve que Fuchs lleva un rifle en las manos. Seguramente alguien de la base se lo habrá dado por si los noruegos se ponen rudos. Una vez en el aparato, despegais alejándoos del campamento. El viaje dura aproximadamente una hora y el tiempo se va oscureciendo a medida que la noche se abate sobre la Antártida. Aún quedan un par de horas de luz, debería ser suficiente para cumplir vuestro cometido.
A medida que os estais acercando veis que el desastre se ha ensañado con las instalaciones noruegas. Lo componen dos edificios, uno de ellos en ruinas y calcinado por completo y otro que aún se mantiene en pie pero que también muestra rastros de haber sufrido la acción del fuego. Una columna de humo se alza en un punto de la nieve cercano a la construcción que no se ha derrumbado. Todo parece deshabitado y no se ve a nadie por los alrededores. MacReady toma tierra lentamente y el helicóptero se sacude un poco cuando los flotadores tocan el hielo.
¿Que demonios...?, me pregunto que habra pasado, que los habra enloquecido; Mac Ready, hacerquemonos a aquella columna de humo digo mientras señala el hilillo de humo, acomodando torpemente el rifle en mi otro brazo y tirititando vagamente mas por el frio que por el miedo, el señor windiws deberia de alertar a al base
Sombrio, el piloto puso rumbo a la base de los suecos sin excesivo entusiasmo. Una hora más tarde el paisaje cambió, y dejó de ser completamente blanco cuando la mancha de la base antártica se distinguió a lo lejos.
Al parecer, todos se habían vuelto locos. La base habia ardido hasta los cimientos y una columna humeante era el único vestigio de algo. Dio una vuelta con el helicóptero para comprobar el mejor lugar para aterrizar y cuando estuvo seguro, posó el aparato sobre la nieve.
- Está bien, vamos a ver qué es eso... - le dijo a Funchs mientras se ajustaba las gafas de nieve.
Pregunta, ¿yo llevo rifle?
Cuando el helicóptero se posa en la base y el ruido de las aspas se va deteniendo la radio crepita y chasquea. Entonces oís la voz de Windows que os saluda con jovialidad:
-Hola MacReady ¿Temblando de frío o de miedo?
MacReady llevas una escopeta de repetición de 6 tiros.
- De momento, solo de frío, Windows - espetó el piloto con desgana. - Por cierto, no sé si vamos a encontrar algo aquí, la base ha ardido hasta los cimientos... Aún hay humo, vamos a acercarnos a ver si hay algún superviviente - comentó mientras cogía la escopeta y comprobaba que estuviese cargada.
Escucháis la respuesta por radio, pero en lugar de oir a Windows escucháis a Bennings:
-Bien, pero tened las armas a punto, esos tipos pueden ser peligrosos -al parecer estará haciéndole compañía a vuestro amigo.
Cargo el rifle, me lo acomodo t guardo algunas balas,
sin embargo al bajar me detengo un momento, evaluando el llevar el botiquin.
-No creo que sirva de mucho-aviento adentro el botiquin y camino detras de MacReady
Os acercáis a los restos humeantes cerca de la entrada del edificio que sigue en pie. Encontráis unas latas rojas de gasolina tiradas en la nieve y un poco más allá una forma chamuscada. No estáis seguros de si se trata de restos humanos o no. Más bien parece como si dos formas antropoides se hubiesen mezclado entre sí creando una horrible monstruosidad. Sea lo que sea, parece que los noruegos intentaron quemarla rápidamente.
- ¿Qué es eso...? - fue lo único que pudo preguntar el piloto, mientras apuntaba a la masa informe con la escopeta, como si temiese que se fuera a levantar de repente.
Mudo por la sorpresa y la exitacion, me arrodillo a tocar la criatura, pero antes de eso mi precaucion responde y corro a la nave por mis herramientas, y por una manta; como un niño que juega a ser mecanico,o y por primera vez le dan una pieza real
Fuchs regresa con su material de laboratorio y una manta. Se arrodilla para tocar la masa amorfa no sin antes protegerse las manos con unos guantes de plástico. Pronto se hace evidente que el frío de la zona imposibilita cualquier trabajo científico. Si quiere examinar los restos, tendrá que llevárselos.
Mac Ready, no se quede mirando estupidamente y ayude, tenemos que cargarlo a al base
Dios, el mayor experimento del siglo, quien sabe que trataban de hacer esos locos con eso, pero ahora entiendo por que salieron huyendo, claro, todos huyen del monstruo, pero nadie de quien lo creo
Me va a yudar a llevarlo, o no.
MacReady miró a Fuchs del mismo modo que miraba a la cosa amorfa.
- Has olvidado decir "por favor" - masculló con sequedad mientras se agachaba para ayudar al biologo.
Lo miro atentamente, como a quien no comprende lo mas obvio en este mundo
-Espera, tengo una mejor idea, enterremoslo ligeramente, y nos los llevamos
no valla a ser que si lo subimos alguno de esos locos queme nuestro helicoptero, buno, si es queda alguno...(me encojo de hombros) si es que queda alguno vivo...
A si, se em olvidaba, por favor....
MacReady te mira con el ceño fruncido pero te ayuda a tapar con nieve los extraños restos. Una vez que están a salvo de posibles vandalismos noruegos pensáis en el siguiente paso de acción.
Ahora que habéis asegurado lo que quiera que sea eso, ¿que vais a hacer ahora?
Cargo mi arma
listo?, (rio nerviosamente)
Perdón, pero no entiendo, ¿nos volvemos ya con "la cosa" a la base o exploramos la que está en ruinas? o.O
vamos a la base a explorar
Fuchs encabeza la marcha seguido de un reticente MacReady. La chamuscada puerta apenas produce resistencia y la abrís sin dificultad. El suelo del interior está cubierto de nieve, que se acumula por los rincones y que ha entrado por las ventanas rotas. Os encontráis en un largo pasillo que sigue recto antes de torcer hacia la derecha. En la pared de la izquierda hay tres puertas que llevan a diferentes habitaciones.
Seguis por el pasillo y al doblar a la derecha os encontrais con otro corredor corto. La única entrada visible está en el muro de vuestra derecha. En dicha puerta, como un grotesco adorno, se encuentra clavada un hacha con el filo cubierto de sangre.
MacReady toma la delantera y, sin tocar el hacha, intenta abrir la puerta. Al principio esta se resiste, pero el piloto empuja con fuerza abriéndola y derribándo lo que la bloqueaba.
La nueva estancia parece un laboratorio, pero los boquetes en el techo han hecho entrar la nieve y el hielo y está todo congelado. Aún así, todo está destrozado, como si hubiese sido azotado por un ciclón. Hay otra puerta abierta en el otro extremo que lleva al siguiente habitáculo. MacReady encuentra un farol a gas con el que ilumina la oscura estancia. Con la luz, Fuchs encuentra en el suelo un rastro de sangre que termina en un rincón donde un cadáver congelado se encuentra sentado en una silla dándoos la espalda.
MacReady contempló la escena con mudo respeto y el ceño fruncido.
- Fuchs... esto no me gusta... - comentó el piloto de forma sombría. - Algo me dice que aquí no encontraremos a ningún sueco vivo...
Esperaba a Fuchs... Si no hay nada más aparte del cadáver, me voy a mirar por otro lugar y dejo a Fuchs allí...