Partida Rol por web

La chica seguía agarrada a ti, pero por suerte parecía que su presa se había debilitado, se ve que tu esencia se le estaba atragantando.

La gangrel no consigue soltarse, y su fin se encontraba cada vez mas proximo

seguia apretando con fuerza, quizas con mas que antes, para ser una puta chiquilla desnutrida tenia demasiado que dar, y sus colmillos, oh dios, aquello no era humano.

Continua la presa de la mujer, su abrazo no te hace daño, pero el hecho de que te extraiga la propia esencia vital es una cosa completamente diferente. Por suerte sientes como quizas por el deleite de estar devorandote se haya confiado y su presa se hace mas debil, es la ocasión perfecta para escapar, ahora o nunca.

Por fin haces acopio de tus fuerzas y de un momento de debilidad del rival y consigues romper su presa, la bestia brava en tu interior y toma el control de tu cuerpo mientras la parte racional queda sepultada y a ti te parece estar viviendo en un sueño...

Poco recuerdas del combate, una vez tu presa se libero de tus brazos, y todo esta distorsinado por el rojo de la sangre, pero recuerdas haber terminado lo que empezaste.

El cadaver de la cainita ahora reposaba en el lecho del bosque, tardaria en descomponerse pues era un ejemplar joven al igual que tu, pero en pocos minutos ya aparantaba un par de décadas mas que cuando la conociste en no-vida. Y tu pudiste regresar sin necesidad de encender antorcha alguna.

Regresaste junto al grupo con cautela de no ser descubierto y volviste a retomar tu aspecto habitual.

Segunda semana

El viaje continuaba, y la enfermedad continuaba azotando a los mortales del grupo. Todos los ghouls estaban contagiados, salvo Alexandra la criada de Stepan, a medida que la enfermedad avanzaba mas pústulas les salían en la piel y la fiebre iba en aumento, os comenzaba a recordar a cierta enfermedad, llamada la lepra. Todo ello sin contar con el malestar de los ghouls que no habían sido alimentados, los propios guardias parecian separarse entre los que eran alimentados y los que no creándose unas pseudoclases sociales dentro del propio grupo.

Pero sin lugar a dudas lo mas destacado de la semana fue la desaparición de Thraven, tras la segunda noche de la semana, desapareció y nadie la ha vuelto a ver. Todos le habíais visto mal aspecto por la falta de vitae y suponíais que habría salido de caza pero a medida que pasaban las noches y no volvían cada vez estabais mas seguros de que jamas la volveríais a ver... Quizás fuese hora de mandar una carta a su sire.

Por otro lado, esta parte del viaje transcurría cercana a pueblos y la vitae volvió a corretear por vuestros gaznates

El viaje continua para ti sin novedad, las conversaciones con el malkavian no aportaban demasiado, pero al menos hacían el viaje mas entretenido. Eso si, a lo largo de los días habías notado que te faltaban algunas prendas como calcetines o algún guante, al principio pensaste que eran descuidos tuyo, que quizás los habías olvidado guardar, pero un día te desaparecieron unos pantalones y entonces supiste que algo no cuadraba.

La vitae volvía a fluir mas o menos con abundancia y ahora te sentías saciado, como hacia mucho que no lo hacías. No es que estuvieses lleno, pero podías estar tranquilo.

El viaje continuo, tu tenias una pequeña sospecha de lo que podía haber pasado con Thraven, pero bueno, ella había accedido a ir voluntariamente, a saber en que lios se metió.

La vitae volvía a fluir mas o menos con abundancia y ahora te sentías saciado, como hacia mucho que no lo hacías. No es que estuvieses lleno, pero podías estar tranquilo.

El viaje siguió con las idas y venidas de Fantasma, la desaparición de Traven era preocupante, pero mas preocupante aun era el estado de tu protegida, habías dicho que la llevarías sana y salva y... Bueno ¿como proteger a alguien de una enfermedad? Por otro lado... Habías dado tu palabra, te encontrabas ante un dilema.

Otra de las cosas que te diste cuenta, es que alguien había manipulado tu equipaje, había unos pantalones de varón que sin lugar a dudas no eran tuyos. Eso te hizo revisar bien y descubriste 3 calcetines y un guante que no te pertenecían, todos sin su pareja, curioso como poco.

En el lado bueno, la escasez de vitae había terminado y te sentías totalmente llena, como hacia mucho que no te sentías.

La desaparición de Thraven fue de lo mas misterioso, pico tu curiosidad y te entraron ganas de investigar, pero encontraste rápidamente la respuesta. Un día mientras examinabas con tu Auspex lo viste, Stepan, su alma estaba surcada por venas negras que marcaban lo que había hecho, no había que ser un genio para sumar uno y uno.

La escasez de vitae había terminado y te sentías totalmente lleno, como hacia mucho que no te sentías.

La semana pasaba y mientras que el resto se preguntaba que había sido de la gangrel tu lo tenias mas que claro. Al principio te costaba un poco adapatarte a tus nuevos ojos, pero unas cuantas noches en el bosque hicieron que funcionasen de maravilla.

La vitae volvía a fluir mas o menos con abundancia y ahora te sentías saciado, como hacia mucho que no lo hacías. No es que estuvieses lleno, pero podías estar tranquilo.

Despertasteis al anochecer del decimocuarto día de vuestro viaje, los ghouls decían estar agotados y que habían encontrado una aldea. Os dirigisteis de inmediato hacia allí. Era lo habitual, durante el viaje vosotros descansabais en los carruajes pero si no había ninguna aldea cercana ellos debían dormir en incomodas tiendas. Siempre que había algún pueblo cercano parar era casi obligatorio.

La aldea estaba protegida por una empalizada, lo cual quería decir que tenia aspiraciones de crecimiento. Antes de entrar sentisteis como la comitiva se detenía, al bajar para ver lo que ocurría dos hombres armados con lanza impedían el paso.

-No permitiremos que una comitiva de leprosos entre en el pueblo, podéis marchar por donde habéis venido basura.

Decía uno de los guardias al cochero, era el primer pueblo al que llegabais desde que la enfermedad estaba tan avanzada.

Tal y como había sospechado aquello era una trampa, estaba orgulloso de ser tan astuto aunque aquello le había costado un aliado y por desgracia el mas manipulable... Sin embargo había aprendido a confiar de sus instintos desde entonces.

La extraña desaparición de Thraven, el regreso de la criada del pomposo Stepan y el hecho de no ser afectada por la enfermedad confirmaba sus sospechas. Los criados timitze eran utilizados como carne de cañón así que no era tan de extrañar. Tenia una teoría, pero aún era pronto para compartirla. De todas formas... ¿Con quién? Era una información bastante valiosa y confiaba poder usarla como moneda.

Al principio Austère insistió al grupo a esperar a su compañera, pero a pesar de ser una persona tan carismática el grupo se negó pues debían seguir. Las primeras horas tras la desaparición de su compañera seguía sin asimilar su desaparición, pero al no alcanzar al grupo tras kilómetros se temió lo peor y empezó el llanto.

Hasta que llegaron al primer pueblo el engendro lloraba sangre y de las fosas nasales le colgaban mocos sanguinolentos, los cuales absorbía como los niños y forzaba a volver a dentro para que no se notara su pena, pero para desgracia del grupo este desagradable acto no pasaba desapercibido, pues lo hacia en contadas ocasiones cuando la mucosa volvía a colgar.

En una ocasión, para olvidar su perdida obligó a Tomas y Lorens a pelearse. El Nosferatu se sentaba en polvoriento suelo y las contemplaba moverse sin necesidad de hilos. Tomas golpeaba a la indefensa Lorens con un palo y por lo que se podía entender del diálogo, Tomas interpretaba el papel de un lord Timitze y Lorens de desvalida Gangrel. Aquello hizo deprimirse al engendro mas de lo normal y que se fuera sin terminar la función. Cuando sus marionetas le vieron marchar le siguieron para darle unas palmaditas en la espalda mientras Austère se dedicaba a dibujar de cuclillas espirales y círculos en el suelo con el dedo.

-Tranquilo, Austère, aun nos tienes a nosotros. -Dijo Lorens con tono reconciliador mientras le frotaba la espalda.

-Lo sé chicos, pero ella era especial... ¡Nadie se a solidarizado tanto con mi fealdad como ella! Cada noche era mas animal que persona... tenia un encanto especial y un morríto...

-Últimamente se empezaba a transformar en hocico de perro y a crecer bigote... -Murmuró Tomas a Lorens.

-¡Aquello era lo que la hacia tan encantadora! -Un lamento que terminó con mas lloros y mocos.
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Una vez asumida su perdida, el resto del viaje  resultó algo mas tranquilo y menos desagradable, o lo que era lo mismo, mas aburrido para Austère. Parecía ilusionado en ver la nueva aldea. Que le negaran el paso no le solprendia, aunque esa noche tenia su mejor aspecto mortal, de rasgos firmes y atractivos. Un hombre de pelo liso y dorado capaz de encandilaba a las doncellas. En mas de una ocasión le había servido para deslizar su mano por las faldas y escandalizarlas en público, para su sorpresa muy pocas eran "verdaderas" doncellas...

-¿Me habéis visto cara de leproso, quizás? Medid vuestras palabras, soldado, si no queréis que os arranque la lengua en combate singular.

Stepan bajo del carruaje, con su armadura puesta, su espada en la espalda y acompañado de Alexandra, tapada con pieles hasta la nariz, esta cerro la puerta del carruaje al salir. Camino hacia la puerta donde estaban los guardias y un osado Austere desafiandoles.

Se detubo frente a estos e hizo una leve reverencia- Poca vigilancia para una noche tan fria y oscura...- su rostro reflejaba un semblante serio y su mirada era penetrante, buscando el contacto visual en todo momento con los que hablaba- nadie quiere quedarse aqui fuera a pasar frio y hambre, y menos unos viajeros que veminos de tan lejos como nosotros- sonrio amablemente y saco algunas monedas del bolsillo y se quito su propia capa, limpia, pulcra y con un buen olor- quizas si nos dejeis pasar a los que estamos sanos os lo podiamos agradecer, tan solo repondremos algunas provisiones y nos iremos, los carros se quedaran fuera con los enfermos- despues lanzo una dura mirada a Austere- guarda tu lengua, o es que pretendes llegar a un lugar desconocido y pasar por la espada a todo el que te mire mal...

En su fuero interno estaba agradecido ante la corrección de Stepan. Quería interpretar a la perfección el nuevo papel pero se vería en un dilema si el humano aceptaba el combate, y tenia una lanza demasiado larga.

En su lugar se retiró, dando la espalda a los guardias y a su compañero, pero desde la distancia siguió escuchando.

-Los Nosferatu tenemos un dicho: "Donde las ratas entran los Nosferatu se cuelan".