Permanecía en un estado de exaltación, como si fuese inmune a todo. Sin embargo, cuando observó las caras atónitas de los presentes, reflexionó en su terrible acción y se vió ante la necesidad de justificarse - no me miréis así! pretendían matarnos a todos! conozco a este tipo de bribones.
Volvió en sí - que no escape! - se abalanzó ladeado con el fin de retener al rufián - vamos bellaco! no marcharás sin hablar.
Tirada: 1d20
Motivo: retener al rufián
Resultado: 19
Iñigo no consiguió atrapar al rufian...
Tirada: 1d20
Motivo: Destreza
Dificultad: 10-
Resultado: 13 (Fracaso)
Master estare 2 dias semi out, llevame sives que me demoro ok?
Tirada: 1d20
Motivo: Placaje
Dificultad: 8-
Resultado: 9 (Fracaso)
Almirante, quedas tu por hacer la tirada (si es que quieres) :D
Agradecí al señor Montoya su intervención. El revuelo de la montera blanca atrajo al callejón a lo más selecto de la taberna. No es mi queja y si, mi ayuda.
Asentí a todos y ví escandalizado, como el hombre con unas aparentes pintas de desocupado, le asestaba una puñalada. Cierto es, que el duelo se había convertido en no justo; pero cierto también era, que por derecho me pertenece el sombrero blanco, por compensación del que me había sido sustraido.
Ni siquiera era importante. No iba a subir al galeon con tamaña burla en la cabeza, mas si estamos hablando de justicia, justicia sería.
- Aprestadles. La guardia del virrey se encargará de ellos - dijo con esa voz educada de quien está acostumbrado a mandar desde la torre del barco.
Tirada: 1d20(+9)
Motivo: Atrapar malandrines
Resultado: 15(+9)=24
Umm... cierto, andaba esperando la acción de los demas.
Fue un error de poner la dificultad... Dios que espesa estoy. Es 15, por tanto es fracaso
Ninguno de ellos pudo atrapar al rufian. El indigente que antes había apuntado con su arma no hizo el menor movimiento por intentarlo, pues creía que alguno, de entre todos los presentes, le daría caza. Cuando el desdichado trató de levantarse, por la parte traserla de la taberna (puerta trasera), apareció un hombre bien vestido, con barbas y sombrero. Éste golpeó al malogrado y le oprimió en el suelo, reduciéndolo.
Oughhh...! -el herido estaba quejándose en el suelo, al lado del cadáver sangrante.
Mientras tanto, en la taberna, nadie había escuchado nada con sus gritos y celebraciones.
El corsario Van Rutte atrapó al hombre.
Van Rutte, te recuerdo que aún no conoces a nadie; el resto (más o menos se conoce).
Algo confuso me levante sujetando al corsario, dejandolo de rodillas y sujetandole el brazo mire a los sorprendidos observadores
-Goede nacht - dije en mi idioma natal tal vez por el alcohol y tal vez por la adrenalina disparada, carraspee tras mi error y con un acento que me delataba pese a mi buen dominio del castellano dije - Buenas Noches, soy Johan van Rutte, armador privado - utilice el eufemismo para no afender al que sin duda era un marino al sercicio de la Corona de Carlos I - muchos empujones he recibido por ustedes y por ese sombrero blanco esta noche tal vez deberiamos aclarar este entuerto de una vez.
Ok. La situacion es la siguiente:
Sorana, De Cordoba, Iñigo y Rudolph contemplan a van Rutte, que tiene cogido al prisionero en el suelo. El sombrero lo porta el Almirante. La fiesta en el interior de la taberna es continua.
Se dirigió lenta y severamente hacia van Rutte - muy bien muchacho, aguántalo. Este acto no va a ser vano -
Pinzó al apresado con la mano en la junta entre el trapecio y la clavícula. Alzó su agrietada voz - revelarás todo cuanto sabes, no hay alternativa - le apretaba gradualmente, afligiéndole con intensidad.
Creo que le corresponde al Almirante, por ser el agraviado, interrogar al prisionero no creen?? dijo Iñigo enfundando su espada...
Permitame, Almirante -le dije mostrando mi mano-. Dejeme un instante ese sombrero blanco. No se si alguno de vosotros se percato de su interior.
El señor Montoya había dicho una verdad innegable. Mi persona era la agraviada con respecto a la sustracción de su montera, y puesto que tenía una de reemplazo, debería observarla. Pero no solo eso. Estos rapaces, aspirantes a hombres de poca monta, habían osado violentarnos y robarnos lo que ahora por justicia, era mío.
- Hablad - dice al hombre que hay en el suelo, sostenido por Van Routte.
Hice un gesto para que el dolor que le infligía Rudolph, no fuera excesivo.
- Es menester saber, para qué diantres buscaban sus compinches aquesta montera blanca.
La moví estudiandola. Realmente era bien blanca y lustrosa. No parecía un gorro creado para la plebe. Y estaba límpio inmaculado.
Uuuuuuhgggggghh.... -quejóse el desdichado en el suelo-, ¡Yo no se nada!
Para interrogarle haced una tirada de carisma 1d20.
Tirada: 1d20
Motivo: carisma
Dificultad: 8-
Resultado: 5 (Exito)
Tirada
Cuando miraste el sombrero, encontraste en su interior (la parte interior del forro interno) un bulto extraño. Lo palpaste con la mano, y lo sacaste sin que nadie pudiera verlo, al tiempo que examinabas el sombrero por fuera con disimulo. Notaste dos cosas: una bolsita pequeña con algo en su interior y un papel algo grueso doblado.
El indigente misterioso y Rudolph saben (por sus anteriores tiradas de percepción) que el sombrero contiene algo. El resto no. Ahora lo sabes tu también, por ser el portador.
(si decides examinar estos objetos te/os daré más información).
Tras mirar detenidamente el sombrero que portaba, el almirante De Córdoba contempló al individuo. Con la capacidad de un almirante para extraer información de maleantes como esos, el pirata (pues era lo más parecido a ellos), hizo lo propio. Su sóla presencia fue suficiente para hacer "cantar" al tipo:
No me haga daño... ¡tan sólo debíamos capturar -dijo el tipo...-, al sujeto del sombrero blanco...! ¡lo juro! Lo dijo... Straham....
El hombre se estaba refiriendo al primer portador del sombrero Blanco, aquel que chocó con el Almirante, aunque éste había tomado ahora su rol, tras la fatal equivocación, y los 5 malcarados creyeron que era De Córdoba su objetivo.
Tirada reducida de carisma 1d20 en 1 punto en vuestro atributo "Carisma" para seguir interrogando al tipo (opcional).
- ¿Straham? Ni si quiera me suena el nombre y voto a Dios que no soy el tal Straham - dijo con su voz ronca y varonil
El almirante se hallaba apostentado sobre las dos piernas abiertas, en esa pose militar de quien poco le importa los envites de la mar y es capaz de enfrentar una tormenta en plena torre de mando del navío.
En tierra su apostura y su firmeza daban la sensación de seguridad y fortaleza. Ha pasado las manos tras la espalda, sujetando con una, la muñeca de la otra.
- ¿Quién es vuestro hacedor que con tanta saña os lanza contra inocentes?
Tirada: 1d20
Motivo: carisma 2
Dificultad: 7-
Resultado: 17 (Fracaso)
Oh, si... si que tiro... a este le voy a sacar hasta el color de los calzones.
Con discrección, abro el papel grueso, poniendo de nuevo el sombrero delante mía. Dicha montera tapa los entresijos que hacen mis manos. Leo el papel y abro la bolsita
Por suerte, Enrique es un hombre noble y culto que sabe leer.
uuuUhgg.hh... -quejábase el desgraciado hombre...- Straham... trabaj... trabajo para Strahamm....
Carisma -2 en De Córdoba. -1 En el resto hasta que tiréis (opcional)
Abriste la bolsa. En su interior había 25 monedas brillantes y varias piedras preciosas, muy pequeñas, de valor ahora no estimable. Después desplegaste el papel con cuidado. Era una nota: