Partida Rol por web

Estaba claro que la idea de subirse al tejado no había sido la mejor de sus vidas, ni tampoco que los tejados no era lugar para pasear.
Pasar al otro lado les terminó costando, aparte de cansancio y sustos, un tiempo valioso. Llevaban atrapados en aquella casa más tiempo del que hubiera sido necesario, sobre todo si seguían con la intención de volver al campamento antes de que anocheciera.

Una vez más habían estado a punto de caer de aquel endiabladamente resbaladizo tejado. Por suerte, Sam había estado ágil y rápida y les había salvado.

Si tenías ganas de verme sin camisa podías haberlo dicho antes. - contestó sonriendo a causa de la tensión acumulada allí arriba. Lentamente, con cuidado de no caerse, Alexander se quitó la camisa y se la entregó a Sam. - Espero que funcione.- confesó.

Me refería a la de arriba,la que llevas abierta,pero ¡oye! si quieres enseñar pecho...en serio,dame la otra...es más larga.—sonrió la morena, aún pálida mientras sacaba el cuchillo y hacía un par de jirones. La camisa pronto quedó convertida en una cuerda corta. No era lo suficientemente larga para cruzar el edificio  pero Sam la alargó con los largos cordones de las botas. Agarrandose al hombro de Alex para no caerse se descalzó y ató la cuerda a su cinturon.

Agarrala bien—dijo a sus compañeros mientras cogía carrerilla. Estaba claro que si caía las heridas del tirón serían considerables, pero la chica no se había parado a pensar en eso...simplemente se sentía más segura.—y no os olvideís de pasar las botas cuando salteís...

Y antes de que pudiesen impedirselo Samantha saltó hacía el otro tejado en un "ahora o nunca"...Milagrosamente Sam no cayó..al menos no al suelo porque cuando finalmente llegó las rodillas la fallaron por la tensión y cayó derrengada.Os toca...os...os ayudaré desde aquí..

Como quieras.- le dijo a la morena volviéndose a poner la camisa que no necesita y dándole la otra. Alex vio como Sam ejecutaba su plan sujetando la improvisada cuerda por si volvía a resbalar y tenía que evitar que callera. La jugada tuvo éxito pues consiguió alcanzar el otro lado.

Cuando fue su turno se ató la cuerda al cinturón, recogió las botas del tejado y saltó. Al llegar al otro lado resbaló un poco, pero consiguió controlar el movimiento y detenerse completamente antes de devolverle las botas a Sam y animar a María a que les siguiera.

Vale María, es tu turno. Nosotros te ayudamos.

María había sido salvada nuevamente de hacer el aguilucho por la chunga, estaba claro que eso del salto por el tejado era un deporte mucho más peligroso que el futbol... si salía con bien de aquello recordaría no volver a subirse a ninguno más...

Después Alex decidió pasarle a Sam su camisa y de esa manera consiguieron avanzar por aquella trampa mortal de tejas, polvo y cagadas de palomos... Aún así la mamá futbolista miró a sus compañeros con el ceño fruncido no muy segura de todo aquello.

Entonces Alex la animo a continuar y decidió que era lo mejor, ya que pocas eran las opciones que se le estaban presentado. Se remangó las mangas del chandal se ajustó los calcetines por encima del pantalón, se dio unas palmadas en la cara para animarse y demandó con decisión el trozo de tela, cuando lo tuvo en sus manos se sintió segura y para su sorpresa se encontró al lado de sus compañeros en un plis plas.

- Venga nenes, que ya parece que le hemos tomado el tranquillo a esto...

Dentro de la vivienda pudieron tomar un respiro. Pero tan solo un momento si querían volver antes de que anocheciera. El intento de huida a través de la casa y luego por el tejado, les había quitado un tiempo muy valioso.
La casa era similar a la anterior. Una o varias vidas destrozadas por aquel maldito mal que se extendía por el mundo. En los marcos podían verse fotos de los que una vez habitaron la casa.

María miró a su alrededor con el ceño fruncido, aquello estaba lleno de polvo y suciedad se notaba perfectamente que no se habían molestado en pasar la aspiradora por ahí desde hacía tiempo... cosa lógica y normal teniendo en cuenta las circunstancias... pero la mamá deportista no podía para de pensar en la legión de ácaros acumulados por todos lados, de manera que se puso a rebuscar en su bolso, lo mismo encontraba algo, una mascarilla, unos analgésicos, una motosierra... 

Depués de vaciar el poco contenido comestible de aquella casa en sus bolsillos, Alexander se acercó a una ventana. Sin mover las cortinas escrutó la calle esperándola encontrar libre de zombies para poder salir de aquella ratonera.

La casa en la que se encontraban ahora, tenía su salida y la parte frontal de la misma en la calle paralela de la que venían. Desde el punto de observación de Alex, no parece que tengan problemas con nada en la calle o, por lo menos, con espacio por el que moverse más o menos de forma cómoda en caso de que algún zombie que no hayan visto pudiera seguirles.

El tiempo se les echaba encima, si querían llegar con los suyos tenían que hacerlo mientras aún había luz y poco a poco la tarde se acababa.

No hay tiempo que perder.- dijo Alexander.- Es hora de salir de aquí y largarnos al campamento.

Lentamente y con mucho cuidado abrió la puerta de la casa, sacó la cabeza para ver si algún zombie rondaba por los alrededores.

Sam esperó a que Alex asomase la cabeza (mejor su cabeza reventada que la suya propia) y cuando vio que la expresión del chico no variaba se acercó para salir a toda velocidad. Estaba agotada y deseaba volver al campamento. Para empezar no sabía por que se había unido a aquel grupo de perdedores que se llamaban así mismos "los supervievientes". Cuando volviese se tendría que plantear muy seriamamente el coger al chucho y largarse de allí para siempre. Al menos el grupo de exploración eran de los majos del grupo grande pero aún así...

El lado derecho parecía el más conveniente para seguir con su huida. Eso les llevaría hasta la calle por la que Cutty se perdió hace ya casi una hora. Puede que diesen con él si les estaba esperando o con su cadáver si la manada que salió de aquella calle, acabó con él como con el pobre infeliz que les pidió ayuda.

María estaba pasando un dedo por uno de los muebles de la casa en la que se encontraban con cara de desaprovación, cuando escuchó a Alex sugerir salir de allí a toda pastilla. 

El chico, como siempre tenía toda la razón del mundo, ella como buena madre cascarrabias ardía en deseos de volver a apretujar a sus churumbeles, y la noche era inminente y con ello la complejidad de salir de allí sin que le faltara un bonito pedazo de su musculoso trasero.

De manera que siguió a Alex y la chunga sin agregar nada más y con la esperanza de conseguir salir de allí de una buena vez.

Hay que ir por el lado derecho. - Susurró el chico-  Está despejado.

Dicho y hecho, el joven empezó a caminar hacía allí mientras trataba de mantenerse oculto a los dos zombies que se veían en la distancia.

Cuando Alex sugirió ir hacia la derecha, María no lo dudó. 

- Pues para la derecha... vamos nenes que ya va siendo hora de largarse de aquí- dijo tomando la delantera para salir de allí cuanto antes tomando las mismas precauciones que el chico.

Sam salió disparada en la dirección que salía el resto, adelantando a la futbolista y al niño rico y pellizcando el culo a este último mientras efectuaba el adelantamiento. Quieto ahi, culo inquieto. Soy más rápida que tú y tus papis me licharían si te pasa algo por ir delante mío. comentó sin darse cuenta de los fallos lexicos de la frase

El avance inicial fue rápido. Los tres empezaron a moverse lo más rápido posible con la meta de salir de aquella ratonera en la que se había convertido el pueblo.

El avance del grupo se volvió un poco lento, intentando no ser visto u oído por ningún devorador cuando giraron la calle. El ruido de la calle en la que aquel desconocido fue devorado quedo silenciado en cuanto consiguieron avanzar un poco. Una calle tras otra parecían salir de esta tanto en dirección al este y como al oeste.

La primera calle que podría cruzar en dirección al oeste parecía despejada, aunque cada vez menos cubierta por cualquier objeto que le pudiera servir de cobertura.