Partida Rol por web

Me quedé sin saber su nombre de pila...pero no era importante.

- Pues no se me daba mal...aunque no sé si será como montar en bicicleta, hace ya tiempo que no lo hago. No te preocupes, si necesito ayuda te aviso. Cuandp acabe iré a buscarte.

Entré con él y revisé el material, me veía capaz, esperaba no hacerle daño a aquél hombre por la falta de práctica. Le sonreí y me presenté:

- Buenos días, soy la Dra. Miller. ¿Cómo se encuentra? - Me presenté como doctora...al fín y al cabo, mi formación no se había quedado mucho más atrás que la de Jackson, y ahora iba a ejercer como él.

El doctor asintió con la cabeza y se fue momentáneamente a realizar otras tareas.

El paciente te miró, seguramente pensando que hasta ahora no te había visto. Pero en general, para los pacientes, era ver una bata blanda y depositar su confianza plena en esa persona.

De todos modos tan verde no estabas ya que por inercia lo primero que hiciste fue hablar con él para tranquilizarlo, bueno, y quizá para afianzarte tú misma - Me duele y me noto un poco débil... - Se llevó la mano al costado, lugar en el que debía de tener la herida

Comencé a preparar el instrumental, me puse unos guantes y mientras desinfectaba la zona de la mano donde le pondría la vía al paciente, seguí dándole conversación. lo cual servía para tranquilizarle a él y de paso a mí misma.

- ¿Cómo se ha herido?...Ahora notará un leve pinchazo, ¿de acuerdo?- Busqué una buena vena, coloqué el compresor y realicé el procedimiento...sí que era como montar en bicicleta, al parecer

 - Me caí de la moto y me golpeé con el quita miedos... Si hubiese ido a más velocidad me abría partido en dos – Dijo como quien cuenta cualquier cosa.

Asintió a lo del pinchazo y trató de disimular la molestia por el mismo cuando lo hiciste. Te lo tomaste con calma y este señor debía de tener el sistema circulatorio bastante bien. Ya veríamos cuando se tratara de una señora mayor que no hubiese hecho ejercicio en su vida. Pero por el momento no tuviste mayores problemas para poner esta vía.

Terminé y me sentí satisfecha, empezaba sin percances, eso estaba bien. Me despedí del paciente y salí a buscar a Jackson para ver qué podía hacer a continuación. Tenía la impresión de que podía comerme el mundo en esos momentos...al menos el minimundo a que se había reducido Chesters' Mill.

- ¡Joana, por favor, a la entrada! - Escuchaste la voz del doctor que te llamaba desde afuera del box. Debía de tratarse de una urgencia.

El doctor ya estaba llegando allí y junto con una persona de recepción estaban tratando de poner a un señor encima de la camilla. El señor estaba encogido sobre su estómago y retorciéndose de dolor – Oiga señor ¿Qué le ha sucedido? - Aunque el hombre, de tanto dolor parecía incapaz de hablar.

Acudí corriendo a la puerta de Urgencias, y me quedé junto a Jackson a la espera de sus órdenes. Aquél hombre estaba sufriendo un dolor terrible y empecé a repasar mentalmente todas las causas que recordaba que podían provocar tales dolores de estómago o de órganos cercanos. Necesitábamos explorarlo pero debía estirarse en la camilla o sería bastante difícil.

- Déj...me. Déj...me – Parecía decir el señor. Y su rostro seguía reflejando dolor.

El dolor le miró los ojos, la lengua... Entonces el doctor abrió los ojos - ¡¿Qué ha tomado?! ¿Ha ingerido algo?

- ...gía. ...tella de ...egía

- Vamos a quirófano. Joana, ve intubándolo ¿Puedes? Yo le administro los antieméticos y antibióticos vía intravenosa   

- No... déj...me ...orir – Mientras el señor trataba de hacer aspavientos lentos con las manos. Tenía muy mala pinta, tenías la sensación de que ya era demasiado tarde para salvar al señor.

¡Madre mía! Parecía que ese hombre había intentado suicidarse, ya que pedía que le dejáramos morir, pero ¿quién escogería esa muerte tan dolorosa? Mientras repasaba mentalmente el protocolo de actuación ante un caso de ingestión de cáusticos, seguía a la camilla e intentaba ver algo más del estado del paciente.

- ¿Intubarlo? Lo intentaré...veremos cómo tiene la vía aérea...Señor, ¿puede intentar abrir la boca?

Veríamos si se podía...tenía mala pinta

Al principio el paciente negó con la cabeza llorando – Dadme algo para el dolor y la abro

El doctor te miró, le puso una vía en el brazo y le inyecto un analgésico en ella.

Pero no hubo tiempo para mucho más, al señor comenzaron a entrarle convulsiones y en pocos segundos quedó inconsciente. Jackson que no daba abasto con todo le tomó las constantes y le miró los ojos – Se nos va... debe de haberse perforado la pared intestinal. No... no podemos hacer más – Dijo con pena

Miré cómo el paciente convulsionaba para luego quedarse inerte. Había olvidado la horrible sensación de ver cómo un paciente muere ante tus ojos sin que puedas hacer nada más por él. Todavía con el instrumental de intubación en mis manos me quedé mirándolo...y luego a Jackson, cuando admitió nuestra derrota ante la Parca.

- ¿Cómo pudo ingerir tal cantidad de lejía? No pudo ser accidental, pero no puedo entender cómo alguien lo haría voluntariamente. - Me sentía horrorizada, estupefacta y como si alguien me hubiese arrancado la ilusión de instantes antes de la llegada de este paciente.

- Ha fallecido - El asunto era desmoralizante – No es el primer caso de hoy, ha aumentado muchísimo el índice de suicidios en las últimas horas – Te dijo el doctor – En fin... Hay que ayudar a los que aún podemos.

- Yo relleno la ficha de defunción, si quieres pasa por los boxes para ver como va todo – Seguramente para que vieras que vuestra labor seguía siendo importante y que había gente a la que se podía ayudar.

Me sorprendió la noticia de que había muchos otros suicidios. ¿Tan desesperada estaba la gente? Yo todavía tenía fe en encontrar una salida de la cúpula, algún fallo en su estructura...para eso habíamos formado mi grupo de búsqueda de información.

Pero eso sería por la tarde, ahora me aguardaba el trabajo, también necesario, de ayudar a los enfermos o heridos que acudían al hospital. Me obligué a hacer de tripas corazón.

- De acuerdo, Doctor. Le avisaré si necesito algo. - Y me dirigí a los boxespara revisar el estado de los pacientes que esperaban en ellos

 Pasaron las horas. Fue algo agotador. Hubo cosas negativas, como que llegó también gente moribunda por heridas de bala, arma blanca... Pero todo quedó un poco compensado con toda la gente a la que pudiste ayudar y sobretodo con los que te agradecieron mucho tu atención.

El doctor terminó tan agotado como tú - Bueno ha sido un turno intenso – Reconoció – Pero me alegro de haber contado con tu ayuda. ¿Te apetece que comamos juntos? - Recordaste que tú ya habías quedado para comer con los chicos.

Estaba realmente cansada, había olvidado lo agotador del trabajo en Urgencias. Y todavía tenía la tarde con los chicos, a ver si averiguábamos algo nuevo.

La invitación a comer de Jackson me pilló de sorpresa. Me sabía mal decirle que no, pero no podía avisar a los chicos de que llegaría más tarde porque no funcionaban los teléfonos.

- Uff, estoy agotada- reconocí yo también-. Pero no me lo agradezcas, en situaciones como esta todos tenemos que arrimar el hombro. En cuanto a comer, me encantaría, pero he quedado con unos chicos del pueblo y no tengo manera de avisarles de que llegaría más tarde. Hemos formado un grupo de investigación de la barrera, ¿sabes? Ayer descubrimos que el contorno es circular, y que el agua puede atravesarla pero con dificultad, como por pequeños poros. Y hoy buscaremos el centro...Si quieres comemos mañana...

El doctor te miró y acabó asintiendo con una sonrisa – De acuerdo, quedamos mañana. Por cierto, puedes llamarme Ben – Te comentó para propiciar un trato más cordial entre ambos.

Escuchó lo que le habías comentado al respecto de la barrera – Me alegro de que haya gente aquí dentro investigando. Supongo que fuera se deben de estar encargando también... pero nunca se sabe. Bueno, nos vemos mañana por la mañana aquí en urgencias, que vaya bien - Se despidió el doctor

Aquí mismo te podía duchar y cambiar, sería con agua fría, pero es que el agua caliente ya era historia dentro de esta barrera. Bueno, en todo caso tampoco hacía frío. Luego ya tocaba acudir a casa de la camarera pelirroja.

- Ok, Ben. ¡Nos vemos mañana!

Decidí darme una ducha antes de salir, siempre lo hacía en los viejos tiempos del hospital, para dejar atrás lo duro del día. Cuando acabé me puse en marcha a casa de Rose. Tenía hambre, esperaba que la pelirroja hubiese preparado algo.

 Al menos por el momento no tenías problemas con la gente. No habías localizado a nadie de la infancia, pero estabas haciendo nuevos amigos y eso en estas circunstancias podía ser muy importante.

Te diste esa ligera ducha antes de dirigirte a casa de Rose, ya algo hambrienta. Peladeaste paseando. No te costó localizarla y ver algo nuevo en la puerta de abajo. Una pequeña cacerola y un cucharón de cocina colgaban desde la parte superior de la puerta.

En ese momento escuchaste como te llamaban a tus espaldas - ¡Hola Joana! - Te giraste para ver que era Rachel que estaba llegando en estos momentos también, bajó de su bici y comenzó a caminar a pie en tu dirección con ella - ¿Qué tal?

Todavía estaba perpleja pensando en la gran idea que había tenido Rose para improvisar un timbre, cuando llegó Rachel y me saludó.

- ¡Hola Rachel! ¿Qué tal? Yo hambrienta, vengo de mi turno en el hospital. ¿Llamamos a la puerta? Esta Rose es muy ingeniosa - dije riendo mientras golpeaba la cacerola con el cucharón. - ¡Tecnología de última generación!