Partida Rol por web

-No, mi señor no dijo nada de eso. +replica pausadamente+ Ni siquiera ordeno que los atienda, salvo a este que es su bardo. Iré a preguntarle cuando termine, en todo caso…

Es lo último que dice, antes de centrarse en su tarea, cerrando la herida de Karlmen, cosiendo y vendando. De momento tendrá que bastar. Lo demás dependerá un buen de él…

Todo esto toma un buen par de horas, pero antes de continuar, el anciano hace una seña a los guardias que esperan afuera, y se va. Poco después unos pasos mucho más firmes y animosos regresan. Obviamente no se trata del doctor, sino de otro personaje.

El encantador Lord Banefort.

-Oh… veo que los alojaron mejor de lo que esperaba.- comenta, desde el otro lado de las rejas. Va impoluto como siempre, sosteniendo una copa de bebida en la mano.- Acabo de tener una charla con el médico personal de lord Swift y parece que hay algún inconveniente. Algo sobre acaparar sus atenciones…

Cruza los brazos, haciendo cabalgar los dedos libres sobre su codo con lentitud.

- Me parece que es un malentendido que debe aclararse, pero quisiera escuchar de vosotros que es lo que estaba ocurriendo. 

Marcus alzó la mirada lentamente, derrotado, humillado... - ¿qué? - carraspeó lentamente y se levantó para mirar a aquel asqueroso Lord - solo pedimos que atendieran a los heridos... a mi no, por supuesto, mis heridas son menores

- Y el medico dice que no tiene tiempo para nosotros… ¿Pero pago para mantenernos vivos, verdad?+añade Drusilla con los dientes apretados.+ Seria mal negocio si morimos por las heridas.

Bebe un sorbo suavemente y hace una seña a uno de los guardias, quien rápidamente le aproxima una banqueta. Acomoda su trasero en ella, observándoles con atención.

-A ver… sobre eso, creo que hay un malentendido. Es cierto que compre la vida de ustedes… Pero en concreto, solo fue la de él, la que me interesaba y por la que pague. +Señalando con la copa a Marcus al decir esto. Luego pasea la vista por Gaheris y Drusilla+ Mas tarde tendremos una charla sobre porque. Ahora, para terminar de explicarles, espero que quede claro que ustedes dos solo fueron un… añadido. Creí que lo había dado a entender, y me disculpo por ello. Pero a lord Parren le daba igual lo que haga con ustedes, con tal de que le diera unos azotes por su mal comportamiento, señorita. O señora… no estoy seguro.

Hace girar el líquido en su vaso, mirándolo detenidamente.

-No tiene importancia. Respecto a vuestra atención, me temo que si Urgrim dice que no tiene tiempo, no lo tiene. Es el único medico decente en este pueblecito, y le importan mucho más sus vecinos que ustedes. Puedo, no obstante, intentar convencerlo de lo contrario… si ganara algo. Solo que no me da mucha confianza una mujer que dispara a sus compañeros, por no estar de acuerdo con las ordenes. Y no es que el viejo me lo ponga facil ahora que le amenazaron con sacarle los ojos.+añade, con una mueca.

 - ¿Esta sugiriendo que le paguemos?. - Pregunté curioso. Detestaba tener que pagar a alguien que nos había tratado así, pero necesitábamos curarnos y detestaba todavía más morirme por mis heridas....

Alza el entrecejo ante la respuesta. Pocas veces alguien sorprende a lord Banefort, pero esta vez la cuestión es tan absurda que le cuesta unos segundos asimilar que ha sido dicho enserio.

-… ¿Tienes tanto dinero como para comprar mis servicios? Por los dioses, no sé qué hago entonces gobernando un feudo, si los mercenarios ganan tales fortunas. +replica con un exageradamente falso azoramiento. Suspira y bebe su copa. Luego pasea la vista por los demás de la sala, menos Karlmen por supuesto, el cual yace en el profundo sueño de la inconsciencia.

-¿Alguna otra propuesta igual de tentadora?

¿Qué es lo que quiere? ¿servidumbre? ¿esclavos? dígalo de una vez - Marcus estaba herido, no tanto como sus compañeros, pero su paciencia se agotaba ante la actitud tan petulante y horrible del lord que supuestamente les había salvado la vida - se muere, ellos están heridos y quiere jugar a las adivinanzas... diga lo que quiere 

Sonríe divertido. Poco a poco una risita le va ganando, y escapa de sus labios.

-jajajaja… Ah, cuanta honestidad… Eso me da una genial idea, acorde a lo que tenía en mente.

Apunta a Marcus con la copa vacía, mientras se incorpora.

- Veras, esa es la clase de actitud que quiero. En los meses que vienen, las cosas se pondrán muy agitadas en esta región… o más bien debería decir en todo el reino. Swift no tiene muchos hombres, ni son de valía. Parren y yo, tenemos que irnos a movilizar nuestras casas acorde a la nueva situación política… Por ende necesito alguien que lo cuide mientras estamos fuera y creo que podrías ser un buen capitán de guardia. Incluso si lo desprecias, cumplirás con tu deber.

Ladea la mano, paseándola por los demás presentes de la sala.

-Por los inocentes campesinos de Maizal. La pequeña lady Clifton. O tus compañeros aquí presentes. Todos los que pueden sufrir sin merecerlo, estaran bajo tu proteccion y tendras hombres para respaldarte. Si accedes, hare que traten a tus compañeros y hasta pueden quedarse a trabajar contigo, o largarse, como prefieran. 

Marcus gruñó como un animal enjaulado, arrinconado, contra una pared de roca y rodeado de coyotes u otro animal pendenciero que se aprovechaba de su poderío del número. Sería estúpido no acceder y llegado a ese punto de condenación no iba a dejar que murieran, aquello no era ético además de que Gaheris era su amigo... no le dolió dejar sus pretensiones en vida con tal de salvarles - sabe de sobra que iba a aceptar... tratelos a todos ellos, por favor - dijo con algo de sumisión aunque sus ojos reflejaban hastío y cansancio

 Miré muy serio a Marcus. Sabía lo que le había costado tragarse su orgullo para aceptar semejante trato. Desde luego estaba agradecido de que la bella Drusilla y no parecía que no íbamos a morir, después de todo...

Un guiño cómplice se hace presente en el ojo derecho de lord Banefort.

-Sabía que lo verías de mi modo. Después charlaremos sobre los detalles de este acuerdo.  Tus compañeros permanecerán alojados aquí, por una cuestión de seguridad, pero a ti te trasladaremos a tu nuevo cuarto en breve.

Dirige una mirada a Gaheris y Drusilla.

-Hablare con el médico para reorganizar un poco sus tiempos... Pero si él continua sintiéndose amenazado y decide cambiar vuestras medicinas por veneno, no habría nada que pudiera hacer al respecto.  Les sugiero tratar de disculparse y ser amables con la persona de quien dependen vuestras vidas.

Se frota la barbilla, irguiéndose a pleno parar retirarse.

-¿Alguna cosa más que nos estemos dejando en el tintero?...

No... ahora se portarán bien los dos y recibirán asistencia para sanar sus heridas - respondió completamente sumiso. Marcus tenía la mirada depositada el sucio suelo de piedra que había bajo sus pies... estaba derrotado, total y absolutamente derrotado.

 Marcus parecía realmente hundido por tenerse que tragar su orgullo y tener que rebajarse de esta manera. Esperaba que más tarde pudiera animarse un poco...

-Muy bien. Entonces, los dejo, y veré que el viejo vuelva pronto. Hasta luego...

Se despidió y salió sin más. Dos guardias ocuparon su lugar frente a la celda. Ambos se acomodaron, ya que habían sido de los pocos que volvieran tras la acción, con una mesa, comida, y bebida.

Pero a efectos prácticos, los cuatro volvieron a quedar solos, tres si se descontaba al bardo que respiraba lenta y entrecortadamente a vuestro lado. La soga había sido anudada y no había nada que hacer.

Probablemente.

 Miré a Marcus preocupado:

 - ¿Como te encuentras?.

Vivo - fue su escueta respuesta que profirió sin mirarle. Solo tenía ojos para los barrotes y los guardias que los custiodaban. Deseaba ferviertemente que los trataran a los demás y estos se alejaran de la muerte que parecía acecharles... sobre todo al bardo.

 Suspiré, pesaroso, sabiendo como se sentía, mientras le decía:

 - Mira, se que esto es una mierda, pero sabías que tendrías que aguantar cosas como esta al enrolarte como mercenario. Piensa que cuando tengamos nuestro propio ejercito, tendremos más peso a la hora de tomar decisiones, pero ahora solo podemos callar y obedecer si queremos sobrevivir. ¿Lo comprendes?.

Una carcajada se escuchó desde la otra pared. Drussilla estaba recostada contra la pared, con su frente sudada. La carcajada pronto se tornó en dolor y cambió su cara completametne. Cuando pudo controlar el dolor habló:

- Sí que son positivos joder... pensar en un ejército propio estando tras los barrotes... Déjenme decirles algo. Si alguna vez tienen un ejército propio... pues yo pelearé por ustedes, lucharé como si fuera un demonio. Jejeje... La risa volvió a tornarse en dolor y Drussilla cerró los ojos entredormida... Gracias... Susurró.

Larga parece la espera, pero finalmente el viejo medico regresa, con una sonrisa taimada en el rostro. A saber que hablara con lord Banefort, pero ahora se ve más animado. No hace mención al incidente de hace poco rato, centrándose en su tarea

Atiende primero a Gaheris, quien con mucho es el más grave. Recién tras quitarle la armadura y exponer sus heridas menea la cabeza con seriedad. No es un buen panorama… Las cose como hiciera con el bardo, dándole un paño para que muerda puesto que algo que anestesie el dolor no se encuentra entre sus suministros. Luego entablilla las piernas firmemente, ordenando no moverlas. Si hace falta, se lo atara a la cama…. Las heridas de ese tipo pueden abrirse de nada. En el mejor caso, cicatrizaran malamente, en el peor podría desangrarse sin darse cuenta…

Drusilla es la última. Sin hacer comentarios, la libra de su cuero tachonado y exhibe ante los compañeros sus atributos superiores. Es necesario. La flecha de la maldita arquera se clavó hondamente y requiere tanto espacio como tacto tratarlo. Debe abrir más la herida de hecho, con una pequeña navaja, para introducir los dedos adecuadamente. Luego lo limpia con vino caliente a fondo, antes de cerrar y vendar. Por el daño a los intestinos nada se puede hacer, salvo darle alimentos fáciles de digerir y esperar que cicatricen rápido. Quizás pueda elaborar algo que ayude con la digestión pero tendrá que ser mañana.

Ya es de noche cuando termina. En el ínterin, les han traído una comida ligera pero vigorizante, pan recién hecho, queso, vino y algunas frutas. Con un suspiro, Urgrim también se sirve una copa y toma asiento en la cama del bardo… Qué jornada tan extenuante...