Partida Rol por web

La criatura se pone sobre sus patas traseras y alza sus cascos delanteros para golpear con ellos a Melanctha, intentando abrirla la cabeza con ellos, mientras lanza monstruosos relinchos al aire.

La cazadora intenta evitarlos, pero uno de ellos golpea con acierto y suma fuerza en su pecho dejándola apenas sin aire durante unos segundos, y provocando gran dolor.

Ahora el equino estaba bajo mi control. Sabía que no podía ordenarle atacar, ya que eso provocaría que mi hechizo se rompiese. No obstante, no era la primera vez que me veía en una situación así.

Por tanto, concentrándome, ordené a la criatura—. ¡Protege a la mujer!

Tras mi orden, sólo puedo correr hacia mi pupilo, preparo para echarle una mano con las pocas energías que me resten.

Se había librado por los pelos de ser aplastado por uno de aquellos monstruos. La bestia flameante parecía bastante resistente, pues seguía en pie pese a haberle alcanzado un par de veces con su espada. 
 

Esta vez el noble lanzó una estocada hacia el rostro del animal, tratando de dañar alguno de los ojos y confundirla.

Tras dar la orden a la bestia, Aristocles corrió hasta situarse detrás de las criaturas que acosaban a su pupilo.

Este, rodeado por ambos seres, la Bestia de Kalyssia y una de las yeguas, intentó infructosamente lanzar sus estocada sobre el ser de azul y metalizada piel.

La criatura intenta flanquear a Nestor, moviéndose a su alrededor mientras evita sus estocadas. Esta vez no lanza su llamarada, quien sabe si temiendo dañar a su compañera, si no que vuando ve una oportunidad, se lanza cabeza adelante para intentar desgarrarle el cuello a Néstor con sus mandíbulas, pero se topa con la formidable defensa de su escudo..

La yegua dominada por Aristoles, tras un lapso, obedece al anciano Tenano y se lanza al galope entre su compañera y Melanctha, intentando proteger a la arquera.

Por desgracia, pasa de largo y su compañera, la Yegua Rojiza se prepara para atacar de nuevo a Melanctah en cuanto tenga oportunidad.

La otra criatura que antes le arrollara también parece intentar flanquear a Nestor siguiendo la estrategia de la Bestia de Kalyssia. Por alguna razón la ha tomado con el joven noble de la isla de Tritonis.

Nestor parece distraido al detener con su escudo el intento de mordisco por parte de la Bestia de Kalyssia de hace un segundo, y no puede evitar ser golpeado por detrás por el otro monstruo que le cocea de forma inmisericorde, casi partiéndole la espalda.

Aguantando el dolor que le laceraba las costillas, Melanctha aprovechó que otro de los animales se había puesto por en medio para apartarse de la yegua rojiza.

Mientras corría, sacó una nueva flecha de la aljaba y cuando estuvo a unos metros de distancia se paró y se dio la vuelta. La flecha voló recta hacia la yegua rojiza, silbando con fuerza.

La flecha se clavó precisa en la cruz de la criatura muy profunda , y esta vez este ser cayó fulminado sin emitir sonido alguno. Simplemente exhaló su último aliento. Ya no devoraría más carne humana... jamás.

Aetos alcanza a ver con el rabillo del ojo como Melatcha bate a la yegua que la atacaba. Solo quedan los dos équidos que flanquean a Néstor, aparte del que Aristocles ha controlado con su magia. Sin pensárselo un momento, Aetos corre hacia la bestia, que parece el rival más peligroso, y se coloca de forma que pueda flanquear con el noble.

-¡Nestor! Estoy aquí.- Avisa a su compañero, antes de dirigir el hierro de su lanza contra el animal.

Aetos avanza lanza en ristre intentando atravesar a la Bestia de Kalysssia. Por desgracia, esta le mantiene a raya a base de furiosas coces al aire.

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