Partida Rol por web

La edad oscura

Primer curso, capítulo II. La selección

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30/11/2014, 14:27
Arcturus Nohansen Wüstenfuchs

¡Sucio! ¡Solo! ¡Desvalido! ¡Traicionado por su hermana! ¡Rodeado de gente! ¡Rodeado de Ruido! ¡Un grado y medio por encima de la temperatura media de la cual él considera la temperatura ideal! ¡Desolado ante la idea de tener que compartir el baño! ¡Todo era horrible! Estaba paralizado en la cabecera de la mesa, demasiado saturado ante la cacofonía de ruidos, luces y olores que tenía ante él.

Él solo quería estar solo. Y corregir a los demás. ¿Porque nadie lo comprendía? Bueno, aquella respuesta era más que obvia -al menos para Alexander- y esta respuesta era que no eran tan listos como él. Si no, estarían callados, quietos, y el arquitecto de aquella sala habría designado al menos un 700% más de superficie para hacer las mesas más grandes y que los niños pudieran sentarse unos con otros y mantenerse a su vez, a más de dos metros.

Sintió un escalofrío. Era el recuerdo de que aquel andrajoso y sucio sombrero había estado en su cabeza. Sentía la necesidad de rascarse la cabeza, pero no lo hizo. Y no por la convención social, cosa que a aquellas alturas a él ya le daba igual. el problema estaba en que rascarse con los guantes era impensable ¡Él sabía donde habían estado esos guantes! Y con las manos desnudas solo habría conseguido propagar aquella infección llamada suciedad.

No, no y no.

Estaba saturado, y estresado. Demasiadas emociones en su tranquila vida. Esperaba que esto no fuera lo "normal". Y en una de sus comprobaciones visuales de que nadie se le acercara, vio a Megan, la chica de la librería que estaba acompañado por un hombre mayor que había sido presentado como su tío. La misma que no había sido precisa en su pregunta, pero había tenido la deferencia de ser exacta con su respuesta, y se había presentado. Y según recordaba, además de conocerla, no le caía mal. Que era mucho más de lo que podía esperarse de todos los demás seres humanos allí reunidos.

Salvando a su hermana. Aunque su hermana no era lista, pero podía perdonárselo.

Y le hacía gestos. A él. Ella. ¿Pero se había vuelto loca? ¿No se había dado cuenta que estaba rodeada de gente? ¿Y sentada en un banco sin limpiar? Debía prevenirla, era lo mínimo si no le caía mal. Así que se dispuso a marchar hacia Megan.

Bueno, marchar hacia Megan.

Fue más fácil decirlo que hacerlo. En el primer momento, en el que tensó los músculos de sus piernas para iniciar el movimiento, se dio cuenta que para llegar hasta ella -y rescatarla- debía acercarse a los demás. A gente que no conocía, y por lo tanto, que no le gustaba.

No comprendía por qué celebraban las nuevas adquisiciones -si, como quien va a comprar niños para su mesa- si no los conocían. ¿Cómo podían celebrar algo que no sabían si era bueno o malo? ¡Qué estupidez! Debería investigar porque lo hacían. Pero volviendo al asunto de marchar hacia Megan.

Allí estaba Alexander, caso minuto y medio después del gesto de Megan. Y hacia la tentativa de marchar. Y se paraba. Y volvía a intentarlo, pero negaba con la cabeza. Algo que resultaba bastante cómico, pero que en la mente del chaval era una verdadera tortura, un motivo por el que pasarlo realmente mal.

Entonces se puso las manos a cada lado de los ojos. Soy un genio. Pensó, con una pequeña sonrisa satisfecha. A nadie más que a él se le habría ocurrido tan ingeniosa solución. Y así, como si fuera un caballo camino deprisa, apurado y con el corazón a cien, hasta situarse entre Megan y Erik.

- No podéis estar aquí. - Les informó, con cierto apuro. Parecía verdaderamente preocupado por ellos, al estar rodeados de gente que no conocía. - Y los bancos están sucios. - Añadió, con los brazos aun levantados a la altura de la cara, tapando los laterales de su visión. - Os conozco. Me gusta que estéis aquí. - Le gustaba en la comparación de que o eran ellos, gente que ya conocía, o era gente que no conocía o que era odiosa, como la niña colores.

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30/11/2014, 18:43

Aún apoyado en la mano seguía mirándola con seriedad, como si estuvieran tratando un tema muy importante; sin embargo, el brillo de su mirada indicaba que la reacción de Lizbeth le parecía de lo más divertida. Se había puesto tan colorada como un tomate. Troy creía que nunca antes había visto a una persona llegar a ese punto de rojez. ¿Se volvería lila en algún momento?

- Am...

Comentó de primeras tras las palabras de la chica, mirándola y haciéndole creer con ese sonido que había entendido a qué se refería. Luego miró a Jason, a su derecha, y le dijo:

- Pues creo que le gustas.

No es que fuera un experto en notar aquellas cosas, pero como siempre había sido un mero observador en tales situaciones, recordaba cómo a Henry se le ponían las orejas ardiendo cuando Agnes pasaba aunque fuera por su lado. Además, era divertido chinchar a Lizbeth, para qué engañarse y por el momento Jason no daba muestras de negarse ante la evidencia.

Suspiró luego, aún sin cambiar de posición, casi más apoyado en la mesa que en cualquier otro sitio.

Tengo hambre...

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30/11/2014, 23:32
Jarek Cerny -Slytherin-

Con la selección ya acabada Jarek se giró hacia los que habían de ser sus compañeros de casa por siete años.

- Y que lo digas, - dijo en contestación a las palabras de Joy - hay quien no tiene educación. Espero que lo solucionen o que al menos no nos tengamos que ver demasiado.

Las rarezas de la chica del pelo de colores, o las preguntas insidiosas del niño de gafas, podían gustarte o no pero al menos no era impertinentes a propósito como parecía ser el caso del castigado. El joven Cerny miró a su alrededor satisfecho, estaba rodeado de caras amigas, seguro que su madre estaría orgullosa de él.

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01/12/2014, 00:29
Erik Gallaway

Veo como el niño de las palabras raras se acerca hasta donde estamos Megan y yo, habiendo sido llamado por la chica. Cuando lo hace, las primeras palabras que salen de su boca me entristecen. ¿Por qué no podemos estar aquí? ¿Acaso no somos lo suficientemente buenos para ser Ravenclaws?, pienso temiendo ver confirmadas mis sospechas. Pero entonces caigo en la cuenta de que quien lo está diciendo es un niño de primero, como nosotros. No se trata de un adulto ni de un niño mayor. Abro la boca para preguntarle por qué dice eso, pero no me da tiempo a decir palabra antes de que el chico continúe hablando. 

Sonrío cuando dice que le gusta que estemos ahí. Debería haberme dado cuenta de que le caía bien cuando intentó "salvarme" de mi hermana. Aunque yo no necesitase ser salvado. Erika nunca habría roto mi varita. La verdad es que me resultaba muy difícil saber qué pensaba exactamente ese chico. Su manera de razonar era un tanto peculiar. Algo que no había presenciado nunca antes. ¿Cómo funcionaría su cerebro?

¿Así que el problema es que el banco está sucio?- pregunto empujando a los chicos de mi lado para hacer un hueco entre Megan y yo para Alexander. Seguidamente, cojo una servilleta de papel que está intacta y con ella limpio el banco. Aunque a mis ojos está completamente limpio.- Ya está.- concluyo levantando la vista hacia él sonriente.- Ya te puedes sentar. Por cierto, soy Erik.- Nunca había llegado a presentarme formalmente con ninguno de los dos ya ahora que íbamos a ser compañeros me parecía que podía ser un buen comienzo.- ¿Tú eres Alexander no? Y...¿Miriam?- pregunto, un tanto inseguro sobre el nombre de la chica. 

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01/12/2014, 01:43
Megan Faulkner

Tras hacerle ese gesto, lo miró fijamente, un poco preocupada porque el niño no hiciera movimiento alguno de querer acercarse por cerca de un minuto. Quizás no le había caído bien en el callejón, y el pobre estaba buscando como no sentarse junto a ella sin ser maleducado. Pero cuando empezó a intentar caminar hacia ella, yendo y parando numerosas veces, entendió que eran solo los nervios lo que lo paralizaban y le sonrió. Quería tranquilizarlo con aquella sonrisa, pero no estaba segura de que siquiera la viera, pues no pasó demasiado tiempo antes de que Alexander se pusiera las manos a los lados cual caballo y caminara rápidamente en su dirección.

Le extraño que se dirigiera a ellos tan preocupado, como si estuviese intentando salvarlos de un terrible peligro, o advertirles de una trampa en la que estaban a punto de caer. A que se refería con "No pueden estar aquí" le resultaba un misterio, pero su afirmación sobre la suciedad de los bancos clarificaba el por qué había dudado en sentarse y aún seguía de pie. Por suerte, Erik había sabido reaccionar rápidamente y limpio el espacio desocupado entre los dos. El ver a alguien limpiando cosas para Alexander le trajo una especie de deja vu a la cabeza, pero se deshizo de aquel pensamiento rápidamente.

Megan - le recordó a Erik, con una sonrisa. No esperaba que hubiese memorizado su nombre tras tan poca interacción, asi que no le molestaba que lo hubiese confundido. Luego miró a Alexander - Ven, siéntate con nosotros. Además de Erik, estoy segura que los elfos domésticos lo limpiaron antes de que llegáramos. Y a mí también me alegra haber quedado con ustedes. 

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01/12/2014, 19:14
Maebh Connolly

Asentí a las palabras de Joy, tenía razón al decir que había ciertos alumnos de primero que habían demostrado una gran falta de educación y alto nivel de impertinencia. Por lo menos el grupo que había sido seleccionado para Slytherin parecía tener las cualidades que yo cinsideraba aptas en una persona, por lo menos las que me habían inculcado... educación, respeto y saber estar.

- No nos quedará más remedio que verlos en las clases, por lo demás... Sólo es cuestión de mantenernos alejados.

Ahora sí empezaba a notar hambre y, una vez finalizada la ceremonia, no entendía muy bien a qué se estaba esperando para comenzar a cenar. Quería comprobar si el fabuloso banquete de bienvenida era tan increíble como me lo habían descrito mis hermanos.

-¿No tenéis hambre? Porque yo tengo tanta ahora mismo que como no empecemos pronto creo que voy a desfallecer.

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01/12/2014, 20:00
Albus Dumbledore

Los alumnos empezaban a impacientarse por el retraso cuando un carraspeó les anunció de que Dumbledore llevaba por lo menos un minuto entero de pie esperando a que los alumnos le prestaran atención. Aquello era inusual, la audiencia solía estar esperando su discurso como el anuncio definitivo de que era la hora de cenar pero aquel día parecían más distraídos que de costumbre.

- Bienvenidos un nuevo año a Hogwarts. Un nuevo principio se abre para todos nosotros, para algunos es sólo otro curso más, para otros será el último y para otros el primero de siete productivos años en los que vaciaremos vuestras cabezas de serrín para llenarlas con conocimiento y el espacio libre estará disponible para cuantas tonterías queráis aprender - sus ojos azules brillaban con jocosidad, iluminados a luz de cientos de velas, observando a sus alumnos por encima de las gafas de media luna. Sus brazos se abrieron de par en par -. Pero antes de dar paso al banquete es para mi un honor presentar a las nuevas incorporaciones. Con nosotros, el nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, el señor Yourth - el mencionado señor Yourth se levantó de su sitio con gesto serio. Vestía una chaqueta de cuero, desgastada y agujereada que complementaba el aspecto desgastado del que, por otro lado, era un hombre que no debía superar los treinta y cinco. Su mirada grave barrió la estancia antes de hacer una leve inclinación de cabeza y tomar asiento de nuevo -. Y a partir de este año contaremos con la inapreciable presencia de la Señora Gibbs, asesora y terapeuta que estará a vuestra disposición - una mujer que debía acercarse a los cincuenta se levantó, luciendo una sonrisa agradable y cercana que corroboró con un "gracias por la bienvenida" antes de volver a tomar asiento -. Por último, recordar que el Bosque Prohibido está, como dice su nombre, prohibido, y que no se permitirá que ningún alumno abandone su sala común pasado el toque de queda. Por último el señor Filch, nuestro conserje, me pide que les recuerde que las normas están para cumplirse y que no conocerlas no exime a nadie de su culpa así que les sugiero que consulten las normas en el tablón de anuncios de sus salas comunes y el de objetos prohibidos ante su despacho. Y ahora, para no demorarnos... - el hombre dio una palmada y de repente las mesas se llenaron de diferentes fuentes de comida, todas humeantes y apetitosas, junto a las copas, las servilletas y los cubiertos -...¡que aproveche!

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01/12/2014, 23:04
Lizbeth Moore

Darse cuenta que el director de Hogwarts estaba allí de pie esperando a que se callaran hizo que Liz se pusiera roja de pies a cabeza. ¿Cómo podía haber estado parloteando de esa manera? ¡Menuda falta de respeto! Y menuda forma de empezar el curso... Esperaba que no se lo tomara a mal ese viejecito. Parecía ser tan amable y bonachón....

- El primero de siete productivos años en los que vaciaremos vuestras cabezas de serrín para llenarlas con conocimiento

Esas palabras provocaron un escalofrío de placer y una sensación de vértigo que se entremezclaron en ella con una extraña combinación. Sintió otro escalofrío, esta vez acompañado de cierto miedo, al ver al profesor Yourth. Pero la presentación de la señora Gibbs tuvo un efecto todavía peor. A Lizbeth no le gustaban los terapeutas. Le habían obligado a ir a uno sin ningún motivo en particular. Una mujer desagradable que la miraba por encima del hombro y se reía de sus inseguridades y preocupaciones. Por supuesto, lo negaba todo cuando se lo contaba a sus padres... y solo conseguía que en la siguiente sesión fuera todavía peor.

Antes de que pudiera procesar toda la información que dio a continuación la comida apareció sobre la mesa. El shock fue de tal calibre que durante varios segundos fue incapaz de moverse. No tenía claro qué le había sorprendido más: si la variedad y cantidad de comida, que hubiese aparecido de esa forma, o el hecho de que, por primera vez en su vida, fuera libre de comer lo que le viniese en gana.

- Que aproveche... - susurró a sus acompañantes. La mayoría de los alumnos del colegio ya habían comenzado a deborar su cena. Con cierta timidez (nunca le había gustado comer en lugares tan masificados) estiró su pequeña mano para alcanzar un trozo de pastel de zanahoria. Tras darle un mordisco, se giró hacia sus nuevos compañeros  - ¿Siempre vamos a tener tanta comida para elegir?

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01/12/2014, 23:23
Eugene Simon

Desde que Simon había llegado a la mesa se había quedado hablando con Duffield, exhibiendo una sonrisa orgullosa y algo avergonzada. Estaba tan convencido de que aquello agradaría a su padre que casi le costaba esperar para enviarle una carta, aunque sabía que la respuesta de él no mostraría su aprobación. Pero así era su padre.

- No me he presentado - cayó de repente el muchacho con una mueca de disculpa -. Perdonad, soy Eugene Simon - aclaró con sus maneras suaves de siempre.

Desde luego, le iba a costar mucho quitarse aquella costumbre de llevar la cordialidad hasta el extremo que tanto le había inculcado su padre, eso si lograba deshacerse de ella.

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01/12/2014, 23:30
Jason Finnigan

Jason había llegado más feliz que una perdiz a la mesa de Gryffindor, donde enseguida había sido "secuestrado" por unas niñas de tercero que le hacían monerías. Era un niño de aspecto bastante infantil y gracioso de modo que era comprensible que causara aquel efecto aunque él no parecía demasiado cómodo mientras las niñas le despeinaban su pelo rubio y le hacían preguntas bobas, descolocando su túnica que él se recolocaba de modo constante.

- Que me dejéis en pazzzzz - terminó por decir casi con desesperación mientras se zafaba de su agarre -. Por favor, torturad a otro - y dicho esto volvió al lugar al que se encontraban sus nuevos compañeros. No tardó en sonreírle a Lizbeth -.¡Vamos a ir juntos por primera vez! Tú eres empollona, ¿verdad? Hola Troy - saludó al niño que, pocos segundos después, preguntaba por si eran novios. Sacó la lengua con una mueca de asco -. Tío, que tenemos once años, somos amigos - explicó como si fuera algo obvio -, ¿a qué sí, Liz? Por cierto, hola, soy Jason - saludó a la niña rubia con gesto amigable, estrechándole la mano con demasiada energía -. Tu pelo mola - y dicho esto, con una amplia sonrisa, el niño empezó a comer como si no hubiera mañana.

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01/12/2014, 23:40
Roxane Abbot

En un rincón de la mesa de Ravenclaw se encontraba Roxane, aferrada al banco con ambas manos, el rostro pálido y la mirada perdida. Ni siquiera parecía consciente de lo que la rodeaba, como si la noticia de haber sido seleccionada para aquella casa fuera la peor que le hubieran podido dar.

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01/12/2014, 23:43
Violet Knight

Violet no había tardado en sentarse en la mesa de Ravenclaw pero al principio se había mantenido al margen, entre cohibida por hallarse sola, sin su hermano, ante desconocidos y contenta por estar en la que ella consideraba una magnífica casa. Tardó un buen rato en lograr vencer su timidez y seriedad inicial características antes de atreverse a acercarse a sus nuevos compañeros de curso.

Alzó el rostro, mostrando aquellos increíbles y casi traslucidos ojos pero sin mantener la mirada demasiado tiempo en ninguno de sus compañeros.

- ¿Os importa si me siento con vosotros? Me llamo Violet, Violet Knight.

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01/12/2014, 23:48
Iraida Weir

Antes de que Alexander decidiera si sentarse o no o incluso antes de que alguno de los niños contestara a la presentación de Violet, Iraida ya se había acercado al lugar y, superando el instante de duda inicial, le dio un fugaz abrazo a su hermano. Muy rápido, aunque era consciente de que no lo suficiente para él.

- Lo siento, lo siento pero, ¡estoy tan contenta por ti! Esto te irá bien, Alexander - la niña estaba sonrojada y todo de puro contento. Reconoció a los niños de la librería, que parecían mostrarse cordiales con su hermano, lo cuál era más bien raro -. Creo que ya me presenté pero soy Iraida, si necesitáis cualquier cosa contad conmigo - anunció la niña animadamente. Aquella era su forma indirecta de decir que si tenían problemas con su hermano fueran a buscarla.

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02/12/2014, 00:05
Megan Faulkner

Gracias, Iraida - respondió sonriendo, aunque esperando la probable reacción exagerada de Alexander. Si le molestaba sentarse en un banco sucio, no se imaginaba como reaccionaría a un abrazo de otro humano. Contacto físico, tantos gérmenes...De seguro se volvería loco. 

¡Hey, Violet! Ven, siéntate conmigo. - da unas palmadas al otro lado suyo - Lástima que tu hermano no quedara con nosotras... ¡Pero él se lo pierde! 

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02/12/2014, 01:00
Erik Gallaway

Cuando la chica morena de ojos bonitos se acerca a preguntarles si se puede sentar, me la quedo mirando fijamente. La había visto antes con uno de los niños de la tienda de varitas y se apellidaba igual que él. La conclusión lógica es que son mellizos. Al menos para mí. 

- ¡Claro!- exclama.- ¿Sabes? Yo también tengo una hermana melliza. Pero a ella no le han dejado venir a este cole...- concluyo en tono apenado.- Pero da igual. Le contaré todo lo que aprendamos aquí cuando vuelva en Navidades.- No pensaba que fuera a echar tanto de menos a mi familia. Pero lo cierto es que los echaba de menos. Curiosamente, lo que más añoraba eran los comentarios molestos de mi abuela. Bueno, ahora esos comentarios los hará Alexander..., pienso. 

Mirando a mi alrededor veo que la otra chica de primero a la que habían mandado a esta casa sigue sentada quieta y, al parecer algo tensa, sin hablar con nadie.- No parece contenta de estar aquí.- murmuro, creyendo esa posibilidad como impensable. ¿Estaban en un colegio de magia! ¿Cómo no iba a estar alguien contento? ¡La magia existía!

- Hola Iraida.- saluda a la chica, que se acaba de acercar a abrazar a Alexander, presuntamente su hermana. ¿Le ha dado un abrazo?Ahora vuelvo.- les dice a sus compañeros, levantándose y poniendo cuidado de no tocar a Alexander. Seguro que el niño ya había tenido suficiente con el abrazo. 

Cuando llega al lado de la otra niña de primero, le saluda tímidamente. 

- Hola. ¿Estás bien? ¿No te gusta estar aquí? Pero si es todo tan chulo. ¿Has visto el techo? Es increíble. 

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02/12/2014, 09:57
Jarek Cerny -Slytherin-

Jarek se encogió levemente de hombros con las primeras palabras de Maebh, según en qué clase coincidiesen con el susodicho iba a ser toda una agonía, pero no había nada que pudiesen hacer -A no ser que lo expulsen-. No sabía si había algún precedente, ni qué causas podían llevar a esa situación, pero como fuese demasiado irritante tendría que averiguarlo.

- Pues ahora que lo dices, - se quedó un momento callado y miró a las mesas de alrededor buscando la posible causa de la demora - hace ya bastante desde que he comido algo.

Al fin un carraspeo procedente de la mesa principal le hizo volver la vista hacia allí y entendió el por qué de la espera, el director estaba de pie y al parecer llevaba un rato. Jarek se puso recto estirando la túnica y mirando en su dirección, mientras les hacía gestos a sus acompañantes para que se diesen cuenta, y le prestó atención. Al parecer había un par de profesores nuevos, el primero era físicamente todo lo que se podía esperar del profesor de DCAO, quedaba esperar a sus clases para ver qué tal era su personalidad pero al joven Cerny le calló bien. La segunda profesora era alguien a quien Jarek esperaba no tener que visitar, a pesar de su fachada de cordialidad el chico prefería seguir con sus pensamientos y sentimientos en su interior y no ir aireándolos por ahí.

Al final el director hizo un recordatorio de las normas pero en realidad, aparte de no entrar en el Bosque Prohibido y la mención de un toque de queda, no las explicó por lo que Jarek se propuso hacerse con una copia de ellas -El primer paso es conocer bien las normas-. Y sin mas preámbulos, al sonido de una palmada, las mesas se llenaron de los mas sabrosos platos. Al olor de la apetitosa comida el estómago del chico hizo saber que quería de todo, por suerte fué discreto y con la algarabía que se montó nadie, aparte de Jarek, lo oyó. Estaba por coger el plato mas cercano, de estofado de carne, y ponerse una generosa ración acompañada de guisantes salteados cuando la voz de Simon le recordó que de nuevo se había olvidado de las buenas maneras -Mierda, mierda, mierda-. Parecía que por mas que lo intentase siempre había algo que se le escapaba, la punta de sus orejas se tiñó de un rosado pálido, tenía que fijarse mas en esos detalles.

- Es verdad. Disculpad - añadió mirando al chico y a la chica - con la emoción se me había pasado. Maebh este es mi buen amigo Eugene Simon, Simon esta es Maebh Connolly la chica tan agradable que conocí el día de las compras en el Callejón. - comentó como si hubiesen hablado de ello - Y Maebh, el chico de su lado - dijo refiriéndose al otro lado de Simon - es Burkely Duffield, la gran promesa del quidditch y que nos colará en todos sus partidos.

Acabó diciendo, en su cara una sonrisa por ser amigo de gente 'importante'. Ello le recordó a Rox y se giró un momento para ver cómo le estaba yendo.

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02/12/2014, 13:16
Arcturus Nohansen Wüstenfuchs

- ¿Es una pregunta o una afirmación? - Porque Erik lo había hecho con toda su buena intención, estaba claro para cualquiera menos para Alexander, quien tenía dudas si, realmente era una pregunta y por lo tanto Erik necesitaba una larga y detallada explicación, o por contra, era una afirmación, donde demostraba que era más inteligente que la media de su edad y eso le gustaba. Seguramente fuera una de esas preguntas que son, en realidad, afirmaciones. Algo extraño y complicado de la comunicación oral que él todavía no dominaba, pero era posible que el chico sí. Eso era bueno. Podría explicárselo.

Entonces miró como tomaba la servilleta. ¡Oh Dios Mío! ¡La ha cogido con las manos desnudas! ¡Está Loco! Pero loco, loco, loco de atar. Al menos para Alexander. Quien sabía cuanta gente había usado aquella servilleta previamente. Él llevaba siempre la suya encima, traída de casa para no usar la de los demás. Todos deberían hacer como él. Era impensable que todos aquellos chavales se pusieran a compartir servilletas así como así día sí día también. Solo la idea le arrebataba el hambre. Pero bueno, a ver, todo sea dicho. Cuando Erik acabó de limpiarlo, Alexander en un gesto más cómico y ridículo de lo que le gustaría aceptar, acercó la cabeza al banco para inspeccionarlo de cerca.

Bueno. Llegados a este punto, Erik y Megan se habían portado. Erik había limpiado el banco y Megan se había esforzado por intentar mantener la distancia de seguridad. Bueno, no lo había conseguido, como ya habíamos hecho mención, sería necesario una superficie un 700% más grande para ello. Y a él no le gustaba valorar intentos, si no hechos. Pero entonces resonó en su cabeza las palabras más horribles que se le pudieron pronunciar a un chaval como él.

Convención Social.

¡Horrible! ¡Así que la sociedad tenía normas! -Y él las había estudiado, claro- ¡Lo odiaba! Así que se paró un momento, mirando primero a Erik, y luego a Megan. Y después a Megan y luego a Erik. Sobre su cabeza se formó un libro imaginario cuya portada era "Relaciones sociales: Que esperan los demás de ti." Posiblemente el único libro que no había comprendido o cuyas normas le parecían claramente ineficaces o estúpidas. Pero eran normas. Y a él las normas le gustaban. Aunque no le gustaban las personas. Pero aquellas dos personas (Erik y Megan) eran personas que no-no le gustaban. Sí, con una doble negación, lo que nos deja en un extraño Limbo donde la pareja tiene su simpatía aunque sea posible para Alexander no percibirlo como tal-

Bueno, este libro imaginario se abrió por el índice. Y se fueron iluminando los diferentes temarios hasta que llegamos a la linea 14 donde reza: "Capitulo 12: Cuando alguien hace algo por nosotros" Y su mente hizo pasar rápidamente las paginas hasta la pagina indicada.

Cuando alguien hace por nosotros de forma desinteresada, lo socialmente aceptado es agradecerlo. Si además este gesto tiene como fin solucionar o facilitar una tarea para nosotros, lo correcto es llevar a cabo dicha acción inmediatamente.

- Porras. - Aquello había sido un sabotaje en toda regla. - Gracias. - Dijo, antes que nada. Lo socialmente aceptado era agradecer antes de nada. Estaba bien que hubiera hecho eso. Aquello le gustaba, no como el ruido reinante en la sala. ¿No sabía la gente estar en silencio? ¿Era aquello un colegio o un albergue para futuros delincuentes como su hermana mayor?

Por desgracia, el segundo paso incluía sentarse. Tragó saliva, mirando el banco. Tardó algunos segundos en moverse. Y cuando lo hizo, solo fue para lo que podríamos definir como "tartamudeo gesticular" en el cual el pobre chaval intentaba moverse, pero su mente lo evitaba por miedo o manía. Y así estuvo algunos segundos más, haciendo el gesto de saltar por encima del banco y sentarse, hasta que lo hizo. - Me he sentado. - Informó a sus compañeros, con una risa un tanto extraña, aguda y fuera de lugar.

- Tu eres Erik Gallaway. Tienes una hermana llamada Erika Gallaway. - Afirmó, con total convicción. Lo sabía, se acordaba... ¡por supuesto que se acordaba! - Alexander Weir. De Tórshavn, Feroe. - Clarificó, preciso como un reloj suizo. - Megan. Megan Faulkner, Sobrina de James Faulkner. - Ahora, sentado, entre ellos dos. Miró a uno y el otro, sintiendo innecesaria más interacción social. Aunque le gustaba saber que a Megan le había gustado caer con ellos. Por supuesto, porque nos conocía. No tenía más motivo para alegrarse por nuestra presencia, restando de que yo era listo, y a uno siempre le gusta estar rodeado de gente lista. ¿No?

Entonces comenzó a hablar el Director. ¡Caspita! ¡¿Pero qué es esto!? La primera frase ya era un fallo verbal en cuanto al catorce por ciento de los presentes. ¡Un año más! Si era el primer año para al menos uno de cada siete alumnos. - No. - Comentó, sin vergüenza alguna, pero no tan alto como para ser escuchado en el Gran Comedor. - Eso está mal. - Reafirmó. El uso correcto sería "Bienvenidos a Hogwarts" si quisiera incluir a todos. Si no, debería decir "Bienvenidos a Hogwarts a los alumnos de primer curso, y Bienvenidos de nuevo a los demás cursos, profesores y personal de apoyo" ¿En serio este hombre es el Director? ¡Qué Calamidad!

- Yo no tengo serrín. Ningún ser humano puede tener serrín dentro de la cabeza. Moriría. ¿Pero quien ha puesto a este hombre como Director? - Bueno, entonces pasó algo. Resulta ser que Alexander recordó que aquel libro mental -Recordemos que se trataba de "Relaciones sociales: Que esperan los demás de ti."- seguía flotando sobre su cabeza, por que no lo había guardado. Así que separó una mano de uno de los laterales de su cabeza -porque si, seguía con la mano en el lateral.- cogió el libro -que no, que no había libro- y lo cerró para guardarlo en una mochila imaginaria que no, tampoco existía.

- Presenta a los profesores nuevos, pero no a los que ya estaban para los alumnos nuevos. Eso es una incoherencia temporal grave sobre lo nuevo y lo viejo. Debería decírselo alguien. Yo se lo diré. Debo arrancarlo de las garras de la ignorancia, después de todo, es el Director. No puede seguir así. - Comentó respecto a la presentación de los profesores. A pesar de que era imposible, a Alexander, uno de ellos le pareció "sucio" y la otra profesora "ruidosa".

Pero aquello pasó a segundo plano cuando comentó algo tan redundante como lo del bosque prohibido. Estaba bien que usaran nombres redundantes para cosas obvias. Bosque Prohibido por que estaba prohibido. Gran Comedor porque era Grande. Torre de Astronomía porque era una Torre. Eso a Alexander le gustaba. Lo que no le gustaba era que le recordaran cosas. Él era listo. No necesitaba que nadie le recordara nunca, nada.

Ni siquiera las cosas que no sabía.

Entonces apareció la comida. - ¿Por qué no hay comida china? A mí me gusta la comida china. - Comentó, mirando a un lado y otro, buscando la comida china. Y como buen maniático del orden, la higiene, el buen hacer... sacó de algún lado oculto en su túnica, un par de pañuelos limpios, y un tenedor, un cuchillo y una cuchara... que por el desgaste, eran las que siempre usaba para comer siempre.

- No habéis traído cubiertos. - Informó a sus compañeros, con cierto disgusto. Por suerte, él tenía la solución. Suerte que estaba él allí para salvarlos. - Tomad. - Les ofreció un pañuelo a cada uno. - Limpiad los platos, las copas, los cubiertos, la mesa, las servilletas. - enumeró, rápidamente y de carrerilla. Como si fuera su mantra.

Entonces miró a la chica que estaba paralizada. Era evidente lo que le pasaba. Se había dado cuenta que todo estaba sucio y no había traído sus cosas para limpiarlas. Bueno, por suerte él tenía más pañuelos. - Toma. - Le ofreció, siempre alejado de ella y siempre teniendo cuidado para no tocarla. - A todos nos ha disgustado. - Le dio su opinión, creyendo que el problema estaba con la suciedad en la cubertería, y no en cualquier otra cosa. ¿Cómo podía estar disgustada si estaba en la mesa de los listos? Era Especial.

Dispuesto a sentarse después de aquel gesto de bondad absoluto -Estaba mejorando en el tema de las relaciones sociales, sin duda. Comenzaba a sospechar que era un autentico experto. Estaba claro que si su hermana Iraida las dominaba, no podía ser tan difícil.- cuando fue brutal y exageradamente agredido.

Agredido por su hermana, por supuesto, quien le abrazó por la espalda Sin darle opción a respuesta. Y lo que recibió fue la clásica respuesta de Alexander ante un gesto como tal. Lo mismo que pasó en las Tres Escobas.

Alexander se tensó. Se puso tenso como un palo, rígido y quieto. Pero muy tieso, muy rígido, muy indomado. No respiraba. No se movía. Estaba totalmente paralizado ante el gesto, era como si cuanta más piel tocabas, más callado y quieto se quedaba -lo que suponía una enorme desventaja para el crío.- hasta que al final consiguió articular palabra, con solo un hilillo de voz. - No....... - Suplicó con cierto dolor primigenio, horrible y cruel. Como si su hermana lo hubiera matado con un abrazo.

Por suerte, la brutal presa del terror acabó, e Iraida se separó de él. ¡Oh, brutal crueldad fratricida! La miró mal. Bueno, más bien se la quedó mirando, intentando poner cierta cara seria que resultaba un tanto... extraña y cómica, incapaz de sembrar el terror en el corazón de los hombres. - ¿El qué me va a ir bien? ¿La suciedad varia? ¿Estar rodeado de gente? ¿Los baños compartidos? ¿Los directores imprecisos? ¿Los profesores amantes de las presas mortales? ¿Cómo has podido sobrevivir todos estos años sin volverte completamente loca? - Lo peor es que todas las preguntas eran realmente preguntas y no sarcasmo mal disimulado. Inclusive la última, donde parecía haber cierta admiración por tal proeza.

Pero hizo algo malo. Iraida dijo algo que nunca debió decir. - A decir verdad, si necesito algo. Quiero comida china. - Afirmó, tan tranquilo.

No dio demasiado tiempo a respuesta. Allí estaba otra chica. Quizás, otro chaval de su edad se habría fijado en ella con otros ojos cuando la vio, pero no él, quien solo veía a una chica lanzando una pregunta sin excesiva precisión. - ¿Te refieres a  sentarte en una posición relativa, cercana -pero no demasiado cercana- y con relativo ángulo para mantener una conversación? ¿Por que harías algo así? - Pero Megan le dio el visto bueno, y miró a esta con cierta sorpresa disgustada. - Bueno. Si vamos a ser compañeros será mejor que iniciemos una relación basada en el intercambio quid pro quo. Puedes sentarte ahí. Y yo me llamo Alexander Weir. De Tórshavn, Feroe. -

Entonces, volvió su mirada hacia su hermana. - Mira, estoy hablando con gente. ¿Lo estoy haciendo bien? -

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02/12/2014, 23:43
Caliope Thonks

Estaba a punto de responder a las preguntas de mis compañeros de casa sobre Ted cuando, de repente, sucedieron varias cosas extrañas: la primera, que Lizbeth y Troy comenzaron a hablar sobre un tal Jason a quien no conocia, y Troy hizo que Lizbeth acabara roja, como un tomate, cuando le dijo algo asi como que se gustaban, o eso al menos fue lo que yo entendi.

Eso, desde luego, hizo que perdiera dos cosas: el hilo de la conversacion y a Ted, en quien no volvi a reparar, al menos de momento.

Y lo segundo que sucedio fue lo más maravilloso que podria haber sucedido: el director nos interrumpio, para darnos la bienvenida y presentar...¡ni mas ni menos que a la señora Gibbs! Enseguida comence a aplaudir, efusiva, dedicandole un saludo con la mano desde mi sitio, notando como mi pelo se volvia de un rosa chillon, feliz de volver a verla- ¡Eh, mirad! Ella es mi amiga... Que bien. - dije al resto, contenta de verla alli. Aquello, sin duda, suponia un gran alivio para mi.

Entonces vi como, de repente, el director hacia aparecer toneladas de comida ante nuestros ojos, y mi felicidad no pudo sino ir en aumento. Me servi un par de cosas, sonriente, mientras dedicaba una mirada a Lizbeth, que habia preguntado por la comida- Puesss... no se, pero la verdad es que es guay. Ojala sea asi todos los dias... . dije, justo en el momento en el que aquel chico al que no conocia de nada, se identificaba como Jason, el mismo Jason al que acababan de nombrar, si no me equivocaba.

-¡Hola! Yo soy Caliope, encantada... ¡Y muchas gracias! Es que soy metamorfomaga... - explico entonces, con una sonrisa radiante, estrechando aquella mano, casi con la misma energia que el, efusiva- ¿En que curso estas? - pregunto al chico, mientras su pelo cambiaba a aquel amarillo curioso suyo.
 

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03/12/2014, 00:20
Director

Jarek pudo ver a Roxane, pálida en una esquina, con la mirada perdida en una expresión de horror. Uno de los niños de su casa, uno con gafas y gesto amigable, se le había acercado a hablar aunque no parecía capaz de suavizar la rigidez de su amiga.

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03/12/2014, 00:22
Violet Knight

La mirada de Violet pasó a una de anhelo en dirección a la mesa de Gryffindor pero pronto se recompuso. Sin duda, que su hermano hubiera caído con ella hubiera ayudado a sus dificultades para socializar pero aquella era una buena oportunidad que no podía desaprovechar, sobre todo en cuanto a crecimiento personal.

- Siempre nos discutimos pero bueno, es mi hermano - explicó como si aquello lo aclarara todo. Y así era, al menos para ella, pues aunque normalmente se mostrara socarrona con él era con quien tenía más confianza. Le costaba mucho sacar a relucir aquella parte de ella, todo su carácter y, en general, su naturalidad sin restricciones por la timidez. Se sirvió una ligera ensalada en el plato, evitando todo lo que contuviera carne -. Al final ganaste la apuesta, ¿verdad? - intentó sacar un tema de conversación, uno que ya controlaba -. ¿Qué le harás?