Partida Rol por web

Encuentras sin dificultad el departamento de historia, era algo inmenso, pero tenías claro acerca de qué buscabas y encontraste un libro que aclaraba muchas de tus dudas, llamado Sobre la Orden de la Cruz y la Espada. Lees en él mucho de los orígenes del origen de la orden como cazadores de dragones, para finalmente tras la Guerra con los reinos bárbaros del sur, acabar trasladando sus sede a Nightshade.

En el último capítulo se trata lo que realmente te llamaba la atención, la Conjura de la noche del rayo escarlata. La conjura de la noche del rayo escarlata fue un plan de Eimer von Vanader, el mano derecha del Gran Maestre de la orden, para coronarse como Gran Maestre tras el desprestigio del Tit Guru, poniendo en contra a los Nueve contra él. A todos salvo a Garl Tum, quien se enfrentó a sus compañeros el día mismo que llevaban a cabo el plan de asesinato. Mucho se ha especulado de lo que realmente ocurrió esa noche, lo cierto es que del combate solo salió vivo Garl Tum y el Gran Maestre.

Al morir, solo dos días después, y de causas naturales, Tit Guru, la orden estuvo de acuerdo en nombrar a Garl Tum para mandar. Lo cierto es que si no hubiera llegado la Conjura de la noche del rayo escarlata, el actual Gran Mestre sería Eimer von Vanadet, pero por vicisitudes del destino, así ocurrió.

Eimer von Venadet era un conocido partidario del príncipe, y con su muerte, Garl Tum y la orden se convirtieron en en enemigos del príncipe, obviamente era una enemistad encubierta, pero el príncipe no tardó en buscarse nuevos aliados...

Posteriormente, varios tomos a la derecha del anterior encuentras uno referido a la Garra Roja, a la que le echas un ojo por si te pudiera servir.

La Garra Roja es una banda, un conjunto de monjes, guerreros y hechiceros que se desarrollaron el los bosques entre Nightshade y Alwin. Su historia es muy pobre, salvo algunas acusaciones en algunos delitos, no hay mucho escrito sobre cómo surgieron, sin embargo a partir de un determinado momento, empiezan a multiplicarse (compruebas que la fecha es a partir de la Conjura contra Tit Guru), a conseguir mejor equipo y a pertrecharse hasta ser una de las fuerzas de mayor renombre en Aan, después los Capas Blancas, los Caballeros Rantanos y el Ejército Real (en ese orden).

Te cuesta mucho más encontrar referencias sobre Garl Tum, creías que no ibas a encontrar nada hasta que viste un tomo fino, un manuscrito que te llamó la atención, no tenía nada que ver con lo que estabas buscando, se llamaba Aventureros y leyendas del norte de Aan, de un bardo llamado Retsam. Era un libro con un índice por personajes, y encontraste algo que te sorprendió, un capítulo llamado Garl Tum y Vâster Rilf.

En el libro leiste que en otra época Garl Tum fue aventurero, hasta una edad avanzada de unos cuarenta años. Él y Vâster Rilf fueron famosos aventureros, había muchos cantares de gesta sobre ellos, uno que te llamó la atención fue en el que acabaron con una banshee en un reino de elfos (que no se especificaba), y le regalaban una espada a Garl y un arco a Vâster. Cuando se retiraron, Garl aceptó ser uno de los guardias de Tit Guru, mientras que Vâster fundó el Ciervo y el Arco, una posada en Nightshade.

Te diste cuenta que ya había anochecido cuando acabaste de leer el capítulo de Garl y Vâster, y al echarle un ojo a la tienda te diste cuenta que ese mismo libro estaba en los estantes, en venta.

Ammaranza estiró sus brazos para desentumecerse un poco y dejó escapar un bostezo de puro cansancio cuando cerró el libro. Apenas si había comido nada en todo el día, el tiempo había volado para ella encerrada en aquel lugar, y estaba segura de que podría pasarse muchos más días así, navegando entre infinidad de historias y personas.

Traición para obtener poder, ¿lealtad o simplemente el mismo deseo de poder era el que había mantenido a Tum al lado del otro Gran Maestre? Ella no se consideraba capacitada para juzgarlo, aunque podía imaginar la respuesta sin duda de Eralissa. Lo que si parecía haber, desde luego, era un motivo por el cual el príncipe quisiera eliminar a Tum, uno que iba más allá de la simple venganza, el príncipe quería también el poder, pero uno que no dejara opción de planear nada a quienes le rodeaban, y desde luego parecía que no iba a reparar en medios para hacerlo.

Es evidente que la Garra Roja es su ejército de confianza, seguramente lleno de gente sin escrúpulos deseosos de salir de unas vidas poco satisfactorias, o peor aún, gente que disfruta con lo que hace.

Había la llegado la hora de, primero, comprar ese libro del bardo Retsam, y segundo, de ir a cenar a la Posada del Ciervo y el Arco, a ver qué impresión le causaba el antiguo compañeros de aventuras de Garl Tum.

Te acercaste a la tienda a negociar, ese libro aún tenía muchas cosas por contarte y no estabas dispuesta a irte sin él. Cuando te acercaste viste que todavía había un tipo dentro, un hombre mayor, que ojeaba las páginas de un viejo códice, observando que estuviera todo en regla.

Buenos días muchacha, debes estar muy interesada en lo que lees, llevas aquí todo el día y aún te quieres llevar un libro a casa ¿No es así?

Se volvió con una media sonrisa hacia la persona que la interpeló, su gesto venía decir algo así como “¿A qué viene eso? pero le hizo gracia la pregunta que aquel anciano le hizo.

Y usted también, puesto que no se ha dado cuenta de que ya es prácticamente de noche le dijo con tono bromista mientras le sonreía amigablemente, puesto que la había saludado con un “buenos días” a pesar de la hora que era.

Me encanta leer, me fascinan las historias de aventuras le dijo con bastante entusiasmo juvenil a pesar de su suave tono de voz y al llegar a Nightshade y enterarme de la biblioteca, me dije a mi misma que no me perdonaría nunca si no me pasaba en ella todo el tiempo necesario hasta que mi curiosidad quede saciada río alegremente ¡y tengo mucha! Se mostraba especialmente amable, no por nada en particular, quizás únicamente porque llevaba todo el día sin hablar con nadie.

Esta biblioteca está abierta a cualquier hora del día, a mucha gente le gusta quedarse días y semanas entre éstos muros, y siempre hay una persona pendiente de la tienda, esta noche estoy yo... Aún recuerdo cuando, como tú, no había nada que me gustara más que los libros de aventuras. - Parecía que el anciano comenzaba a divagar, pero en realidad estaba llevando la conversación a donde él quería. - Te puedo recomendar cualquiera de Retsam el Bardo... creo que aún tengo un ejemplar de Aventureros y leyendas del Norte de Aan... ayer mismo, otro muchacho, rubio, fuertote y bastante joven... tenía un nombre peculiar... vino buscando también libros de aventuras y se llevó un ejemplar de éste libro.

No había pasado mucho tiempo tras de que el viejo acabara de hablar y tras de ti apareció un hombre encapuchado, caminaba seguro, silencioso con pasos largos pero elegantes. Tenía capucha pero no capa, sino una especie de toga , más larga por detrás que por delante, y unos pantalones holgado que le daban mucha movilidad. 

En el cinto llevaba un hacha y en el lomo de la pierna izquierda una espada corta, un arco corto y un carcaj con un puñado de flechas.

Disculpad, maestro de maestros... - dijo haciendo una reverencia - lo cierto es que no os esperaba por aquí... tenía una idea mucho más elevada de usted.

Mierda y remierda, ¿Por qué hay siempre alguien que me reconoce en cualquier sitio en el que estoy?... Me aburro en lo alto de ésta enorme masa de piedra... Quizá me tuviera que cambiar de imagen, o ponerme una capucha para ocultar mi identidad - Dice lanzando una pregunta indirecta que no sería respondida.

Ammaranza volvió a sonreír, le hacia gracia el comportamiento de aquel anciano, que le cayó bien casi al instante ¿Rubio, fuertote y joven? Dejó escapar una risita creo que me he cruzado con más de veinte que responden a esa descripción en mi camino de la posada hasta aquí no le daba muchas pistas y lo del nombre peculiar, uhm, bueno, supongo que será peculiar dependiendo del lugar del que cada uno proceda, aquí parecen predonimar los nombres cortos y sonoros esa era su primera impresión, y tal vez se equivocara puesto que todavía no tenía apenas conocimientos de la zona.

La interrupción le sorprendió, no por si misma, ya que si era el dependiente, entraba dentro de lo normal, pero lo que si la dejó un poco fuera de juego fue el tratamiento que el desconocido de la capucha acababa de darle al librero.

Aún andaba un poco confusa cuando la respuesta del anciano la dejó perpleja, ¿era posible? ¿quién sino podía vivir en lo alto de la torre? Se sintió totalmente estúpida, ya que sólo acertó a abrir los ojos desmesuradamente, mientras su boca se había quedado también abierta ahogando un gemido de sorpresa, que tapó con su mano como buenamente pudo.

¿Vos?... ¿No...? balbuceó No es posible que vos... se acordó del tratamiento que le había estado dando yo... lo siento...

Si, muchacha, yo soy el mago errante, el maestro de maestros, el mago inmortal, nombres rimbombantes que me dejaron de gustar hace tiempo; tampoco me ha gustado que me reconozcan por Gandalf, nunca he sido muy amigo de la fama, por eso no me ves con túnicas de vivos colores o sombreros picudos.

Pero ninguno de los dos venía aquí a buscar a Gandalf Vintur, vuestro fin aquí era otro diferente, veníais a por un libro. ¿Qué queréis?

Yo... - dijo sin levantar mucho la mirada, la voz temblorosa, hasta que por fin se serenó - Hace una semana encargué un libro, El códice de Andaril Ril'unter... vuestro archivero dijo que teníais uno en las bodegas, que llevaba cientos de años cogiendo polvo... Traigo la cantidad convenida. - Descargó su mochila, con un sonido metálico, pesado y sacó varios saquetes bastante pesados, con aristas que se marcan en el saco. Entonces del saco empezó a sacar lingotes de oro de cinco libras cada uno.

Lingotes de cinco libras cada uno, valorados en doscientas cincuenta monedas de oro... Veinte de ellos.

¿Estás seguro muchacho?, el códice está en elfico antiguo... muy pocos lo saben leer en estos días. Ni siquiera yo puedo traducirlo mediante magia... solo alguien que sepa el idioma puede leerlo... con éste oro puedes comprar una gran casa y vivir bien... Bueno, si tan seguro estás, aquí tienes. Está protegido por magia que impide que se degrade con el tiempo, pocos libros consiguen sobrevivir tantos años. - Le entregó el mismo códice que había estado ojeando él mismo antes.

El oro se difuminó en la mesa hasta desaparecer y Gandalf se giró entonces hacia ti.

¿Que puedo ofrecerte a ti, muchacha?

Probablemente, este momento, sería uno de aquellos que la joven semielfa no olvidara en su vida, y no sólo por la presencia del mítico mago,  sino por la cantidad de dinero que habían pagado por un libro que ni siquiera Vintur había sido capaz de descifrar. Era cuanto menos, curioso.

Se quedó mirando como se alejaba el encapuchado, y casí se sobresalto con el anciano mago la interpeló de nuevo.

Estaba interesada en el libro que antes me comentábais esbozó una sonrisa, en un intento de tranquilzarse, algo que más o menos consiguió si es que no vale una cantidad similar a las os acaban de pagar por ese otro hablaba medio en serio medio en broma, no es que estuviera sin dinero, pero tampoco podía ir por ahí derrochando.

Tengo una pregunta señor, si no es inconveniente tampoco era nada grave, simple curiosidad, así que se arriesgó a formularla sino os gustan ninguno de los nombre que os dan, ¿cómo debo llamaros? No es que esperaban mantener una conversación demasiado larga con el considerado mago más poderoso de todo el reino, como mínimo, pero tampoco sabía si señor era el tratamiento adecuado.

El libro que se ha llevado cuesta mucho más que las cinco mil monedas de oro que ha pagado por el, los conocimientos que hay encerrados en el Códice de Andaril Ril'unter son un misterio; según sus grabados se piensa que es un libro mundano, que no contiene conocimientos mágicos. Por la historia de Andaril Ril'unter, podemos pensar cualquier cosa, fue un elfo que vivió en la época en que los humanos estaban en plena expansión. 

Vivió en la zona ocupada por los humanos y consiguió hacerse con un ejército,  no numeroso pero adiestrados en unas artes que les hicieron ser recordados durante siglos... Algunos dicen que en ese códice se recogen los conocimientos de Andaril... Pero pocos se acuerdan ya de eso, las historias se difundieron poco cuando los humanos lograron tomar todo el continente... a penas me acordaba de ese códice, por eso estoy aquí hoy, quería saber quién se había acordado de un conocimiento que lleva milenios oculto.

El libro de Retsam, no cuesta mucho, a penas dos monedas de oro; seguramente lo podrías encontrar también por las tiendas del barrio de los mercaderes, es un libro muy difundido en Nightshade; al igual que su libro de cuentos

No le había contestado a su pregunta, en lugar de ellos se había puesto a divagar sobre la historia de un elfo en el que Ammaranza no tenía interés alguno, por unos instantes dudó si realmente estaba ante el gran Vintur o solamente ante un viejo aburrido.

Sino hubiera sido por la aparación del encapuchado, probablemente no hubiera imaginado ni en mil años que este anciano era el magnífico mago de las que muchas leyendas se contaban.

Me llevaré el libro

Dijo mientras sacaba las dos monedas de oro de su bolsa.

¿Y habéis satisfecho vuestra curiosidad con respecto a la identidad de la persona que se ha llevado el códice?

Cómo le había indicado ningún tratamiento a seguir, procedió a hablar con naturalidad.

No, no se quién es, pero al menos sé quién no. - Se va hacia uno de los muebles con libros y coge el libro que hace un tiempo habías tenido entre manos y te lo deja entre las tuyas. - Puede parecer poco importante, pero lo es... no parece un mal tipo,  por muy amenazadoras que sean sus armas.

Con el libro pone un librito que cabría en un bolsillo y te lo deja en el mostrador, sobre de Leyendas y Aventureros del norte de Aan. - Lo mejor de ser Gandalf Vintur es que ahora me puedo teleportar a la cama y nadie me dirá nada por dejar la tienda, es más, seguro que alguien llega y se pone a trabajar aunque no le toque.

Y sin más desaparece con una ráfaga de aire hacia él, con tus dos monedas de oro.

Las respuesta del anciano seguían sin aportarle nada, bueno, por lo menos podría decir que había conocido a Gandalf Vintur, aunque no era como hubiera esperado, y si consideraba que ese encapuchado no era un mal tipo, lo tendría en cuenta en caso de un futuro encuentro, cosa con la no contaba demasiado, aunque eso nunca se podía saber con seguridad.

Recogió el libro y lo guardó en uno de los bolsillos de capa, cuando volvió a levantar la vista ya había desaparecido, la semielfa se encogió de hombros con un suspiro, seguía estando hambrienta.

Recuperó su idea original de desplazarse a la posada del Ciervo y el Arco para cenar, así aprovecharía y conocería mejor la ciudad.

Saliste de la biblioteca, y llegaste a la torre, donde los Hijos del Hielo estaban cambiando la guardia; ahora que los Rantanos parecían haberse disuelto te diste cuenta que habían aparecido muchas oportunidades en el horizonte. El Caballero blanco se había echo con un buen contingente, antes de que llegara el fuerte del ejército de los Garras Rojas. Los magos no parecían preocupados por la horda de bandidos que se acercaban.

Éstos pensamientos circulaban en tu cabeza, llegaste a pensar que al final no pasaría nada, que se instaurarían los Garras Rojas pero que todo seguiría como antes, como cuando llegaste, al fin y al cabo, lo que decían de los Garras Rojas podría ser mala propaganda de los del bando de los Rantanos.

Tus pensamientos se torcieron cuando cruzaste las puertas hacia el barrio de los mercaderes, puertas custodiadas por tropas del Caballero blanco, y caminaste hasta la calle principal para llegar hasta posada del Ciervo y el arco. En la calle principal viste muchos puestos, de los que habías visto la tarde del día anterior destruidos, al menos una docena de ellos llegaste a contar.

Escuchaste pasos metálicos, primero a tu espalda, y cuando miraste hacia atrás viste hombres vestidos con armaduras de escamas teñidas de rojo y una insignia de una garra de dragón rojo, cuatro soldados que te seguían, pero no tardaste en escuchar como frente a ti había otros cuatro soldados que te cerraban el paso. En ese momento pensaste en que Eralissa estaría más segura que tú.

A tu derecha hay un callejón sin salida, a tu izquierda una fachada de dura y fría roca.

Mirad a la furcia elfa, paseándose sola por nuestras calles, y viene del distrito militar... una puta de los Rantanos compañeros, vamos a disfrutar de la Hospitalidad de Garl Tum. 

El que habla es el que estaba más cerca, a treinta pies por delante tuyo, los que te siguen por detrás están a cincuenta, todos con intención de acercarse a disfrutar del jugoso bocado.

Lo más importante es mantenerme tranquila, respira, y piensa.

Ammaranza sonrió con gesto cansado, como si aquella historia ya la hubiera escuchado miles de veces, dirigiéndose especialmente al que había hablado, y es que toda banda de matones gilipollas tenía su cabecilla. Lo miró a los ojos y se llevó la mano a la boca imitando un bostezo.

Eso quisierais vosotros, que fuera una puta de los Rantanos habló lo suficiente alto para que todos lo escucharan, dando a su tono un pequeño toque de desdén y superioridad, sin que le temblara en absoluto la voz a pesar de que el miedo comenzaba a invadirla pero para vuestra desgracia vengo de la Torre lo dijo con la familiaridad de quien la conocía perfectamente y soy una enviada de Gandalf Vintur, no sé si os sonará el nombre, también se le conoce como el maestro de maestros, el mago inmortal… y así podría continuar durante días, pero supongo que os hacéis una idea, y le irrita sobremanera que sus deseos no sean cumplidos seguía con los ojos clavados en el aparente líder, con la mirada fría, con un pequeño toque de desafío, retándolo a atreverse a oponerse al gran mago.

Sería una pena que mi maestro os eliminara ahora que por fin vais a ocupar un puesto de honor al servicio del nuevo rey un halago tampoco estaba de más, suavizaba la amenaza y todo por la pequeña posibilidad de disfrutar de mi compañía lanzó un suspiro puedo recomendaros lugares y chicas mejores donde saciar vuestros deseos con menor riesgo se encogió de hombros con calma.

Tu palabrería me suena más a puta de Rantanos que a enviada de un viejo mago, pero aún así demuéstranos que realmente eres la enviada de ese cuento para niños llamado Gandalf Vintur y podrás continuar tu camino.