Partida Rol por web

La encrucijada de cuatrocaminos.

Introducción 2. En el dragón oxidado.

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19/07/2012, 01:32
Ammaranza

Oía, si, pero no escuchaba, todo aquello le parecía demasiado ajeno, no le interesaba mucho,  casi todos los nombres le sonaban vagamente, pero ninguno le era especialmente familiar, no iba con ella. Le debía gratitud al capitán Arthas, pero dudaba mucho que ella pudiera serle útil, además, no podía asegurar si realmente eran o no culpables, y el nuevo rey les ofrecía una salida digna, tampoco pintaba tan mal la cosa para aquellos que aceptaran, no siempre se puede conseguir lo que uno quiere.

Ehm, a mi eso de la sangre y la guerra no me atrae demasiado miró a Eralissa, no podía imaginarse porque se alteraba tanto, al fin y al cabo ella tampoco era de aquí quizás sea un buen momento para visitar otros lugares se encogió de hombros si quieres puedo ayudarte con esas anotaciones que mencionabas en un sitio cómodo y tranquilo, después de todo no tenían nada que ver con todo esto, y podían dejar que las cosas fueran calmándose con un poco de tiempo.

La irrupción del mensajero, sin ser invitado y en un acto de notable descortesía, pero claro, que podía esperarse del maldito hijo de perra tocador de cuernos, no le gustó, de hecho su mirada de odio fue bastante evidente, y su historia no tenía ningún interés para la joven barda,  por supuesto que le gustaría conocer a Vintur, pero si en el otro extremo de la balanza estaba su vida, no tenía ninguna duda de hacía donde se desequilibraria el platillo.

¿Operaciones en pequeña escala? ¿De qué cojones está hablando? ¿Acaso se cree que está tratando con los jodidos Cruces Negras?

Mira, no sé quien eres, y sinceramente no me importa, no tengo nada que ver con los caballeros rantanos, de los cuales espero que impongan la cordura antes de provocar para que traigan los dragones a calentar la ciudad, pero si por casualidad eso no sucede, el único lugar al que se me ocurre ir es bien lejos de aquí se restregó los ojos y bostezó Así que le agradecería que presentara mis disculpas al señor Garl Tum

¿Me he perdido algo? Porque me duele demasiado la cabeza como para seguir dormida.

Ammaranza buscó los hoy inquietos ojos de Eralissa, reflejándose en los suyos una tremenda extrañeza por lo que el tocador de cuernos les estaba contando.

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19/07/2012, 12:27
Eralissa

La intervención del mensajero consigue relajar su gesto un poco. Al parecer pensaba de forma similar a la suya, por lo que tal vez había desconfiado en vano. Da vueltas a aquellas nuevas revelaciones mientras de fondo escucha el poco interés de Ammaranza. Es evidente que su forma de ver el mundo es distinta, pero como Jarvis le había dicho minutos antes, de momento no podía confiar en nadie más. Este último pensamiento le lleva a acordarse del otro hombre, al que observa unos segundos como si intentase leer su mente. ¿Podía fiarse de él también?

- ¿Es que no lo entiendes? - interviene tras las semielfa - no podemos dejar que acusen y ejecuten a gente inocente - habla con convicción, como si le fuese la vida en ello, medio levantándose con las manos apoyadas en la mesa. Su voz no es agresiva, pero sí firme - Arthas y los gemelos te salvaron la vida ayer, ¿y vas a dejar que vayan a por ellos para esconderte lejos de aquí? - Mira a Ammaranza y hace una breve pausa antes de seguir - Yo desde luego no lo haré. Soy una recién llegada, pero sé perfectamente cual es mi bando, por mucho que ese Diente de Sable intentase confundirme. - Se sienta de nuevo y respira profundamente, como si el pequeño discurso la hubiese agotado - Yo sí iré a buscar a ese hombre.

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19/07/2012, 17:10
Ammaranza

La indiferencia seguía reinando en el rostro de la semielfa a pesar del enardecido discurso de Eralissa, que le iba a hacer, se había criado entre personas que soltaban discursos hasta para explicar el motivo por el que tenían hambre. Sostuvo la mirada de la chica, y con desgana le pidió al mensajero el papel donde ponía lo mismo que había leído esta mañana, porque, empezaba a pensar, y con razón, que no lo había entendido con claridad.

En cuanto lo tuvo comenzó a releerlo, la primera parte no era demasiado diferente a otras tantas muertes fuera de hora de un monarca o un noble, y es que la ambición de las personas siempre estaba presente en las historias. Siguió leyendo…

… acusados de alta traición levantó la mirada para fijarla en los presentes es posible afirmó con respecto a la acusación, y siempre hemos de tener en cuenta que mis conocimientos sobre la orden son los mismo que sobre las costumbres de apareamiento del reno de las nieves esperaba haberlo dejado claro… asesinato mirada alzada poco probable…adoración a falsos dioses, supongo que quien manda decide quienes son los dioses verdaderos de nuevo ojos que buscan los de los demás...sodomía, uhm, por lo que me contó Dartos bastante probable, pero creo que es estúpido considerarlo como delito una breve pausa…conspiración contra el rey, pues sinceramente, cosas más extrañas se han visto, pero lo importante es lo que viene a continuación ahora centró sus ojos marrones en la vehemente guerrera y es que aquí nadie dice nada de matar a nadie, simplemente les pide lo que cualquier rey pediría a sus súbditos, lealtad, y aquellos oficiales que no hayan hecho nada malo, no tendrían porque tener problema golpeó con la mano el trozo de pergamino, refutando su contenido.

Puto dolor de cabeza

Y si, es posible que todo sea una jodida patraña y que el rey quiera librarse de una Orden que no es de su agrado por el motivo que sea, no soy tan estúpida como para creer todo lo que oigo aquí sí que referenció su mirada en el mensajero, tampoco tenía porque creerlo a él sólo digo que intentar ayudar a alguien sin estar seguros de lo que está pasando, porque estaremos de acuerdo en que tampoco podemos descartar su implicación, ahora sus ojos volaron hacía el desconocido me parece un tanto descabellado devolvió la hoja al mensajero y se recostó en su silla, girando la cabeza hacia Eralissa, que la había llamado cobarde sin titubear.

Yo también se cual es mi bando sostuvo la mirada de la otra mujer, no tenía la convicción de Eralissa, pero ella nunca había tenido a un Dios como guía.

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19/07/2012, 19:54
Director

En la plaza, la gente se comienza a alborotar y salís de la taberna a ver qué ocurre, de forma apresurada. El griterío de la gente y las primeras voces que claman a algo en el cielo, los ojos de la plaza se alzan al cielo, para ver algo que los que más inviernos han vivido ni siquiera habían llegad a ver. Una gran sierpe cuya fulgurante armadura de escamas brilla con tonalidades de oro, a sus lomos un jinete, que desde el suelo a penas se percibe. De pronto, el dragón soltó una bocanada de aire, y un estruendoso alarido que hizo estremecerse a todo el que desde la plaza le observaba. Pronto la situación se relajó, al ver la insignia que aquella gran sierpe tenía en el pecho, era el símbolo de la corona, era Argress, la sierpe del rey, aunque la situación continuó tensa, por la presencia del dragón.

El dragón tocó tierra con un estruendoso sonar, tardando lo suficiente para que las gentes se agolparan y dejaran hueco a la monstruosa mole. Un hombre, con corona, vestido de azul real, bajó de la sierpe, con cuidado, ante el enorme tamaño de la sierpe dorada.

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19/07/2012, 19:54

Tranquilizaos buenas gentes, yo Theorim, Rey de todo Aam, he venido a calmar la situación personalmente, y a aceptar la rendición de la orden. - Sus palabras eran confusas y bastante oportunas, justo unos instantes después de que el emisario se perdiera de la vista en una taberna cercana.

La reacción no se hizo esperar, las puertas de la ciudadela se abrieron, y un grueso contingente de hombres, acorazados con la armadura de los Caballeros Rantanos, comenzó a desfilar, saliendo de las puertas, en formación de combate. Un hombre con capa negra, los lideraba. Se quitó el yelmo, y su rostro os era familiar.

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19/07/2012, 19:59
Artas

Soy Artas, mi señor, capitán de la guardia de la Ciudad, y mientras Garl Tum está fuera, estoy al mando de la tropa. No hemos tardado tiempo en deliberar que nuestra lealtad incondicional al rey está por encima de nombres e insignias y por la vida de mis hombres te ofrezco su total lealtad. Larga vida al rey. - Al unísono, más de cincuenta caballeros que habían salido de la ciudadela, se arrodillaron ante el rey y la gran sierpe.

Como oficial, me rindo ante vos majestad, para ser juzgado por los crímenes de los que se me acusa. Los otros cinco capitanes están igualmente de acuerdo en entregarnos, a pesar de ser inocentes de tales crímenes, pues huir nos haría culpables. Todos nos entregamos a la justicia buscando, ante todo, el respeto de la paz en estas tierras.

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19/07/2012, 20:10

A vos, Capitán Artas, y al resto de oficiales os considero inocentes de esta trama, solo uno debe responder ante la ley, y ese es vuestro Gran Maestre, Garl Tum, en cuanto a la orden, será disuelta, y vuestros símbolos quemados, y quien así lo desee, me seguirá sirviendo junto a la Garra Roja, de modo que se unificarán las órdenes bajo mi mando y el de mis comandantes.

La Garra Roja restaurará la paz en Nightshade, tal y como lo habéis echo vosotros bajo el reinado de mi padre, ahora entregad vuestras armas y rendid pleitesía.

Cinco hombres salieron de la tropa, y se unieron a Artas frente al rey, se despojaron de su espada, y su yelmo, se arrodillaron ante el rey, para uno a uno, besar el sello real.

 

Notas de juego

Os dejo postear XD.

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19/07/2012, 23:29
Eralissa

- Tienes razón - espera a que Ammaranza termine de exponer sus razones y asiente ante la evidencia - te he pedido demasiado, pero no tienes toda la información. Sólo la de esa nota - Señala el papel con el dedo - El pagano me dijo algo más, y por eso...

El repentino alboroto del exterior de la posada le impide terminar su frase. Extrañada, mira a los presentes y se levanta para salir con rapidez al exterior. La presencia del dragón le deja totalmente boquiabierta, pues es la primera vez que ve una criatura similar. A sus lomos, como si de un simple caballo se tratase, el nuevo rey de Aam. La gente asiste al espectáculo con una mezcla de temor y asombro. Posiblemente era el efecto buscado. Poco después, los caballeros Rantanos desfilan ante su nuevo jefe, depositando sus armas y jurando lealtad al nuevo regente. En cabeza, Arthas, que realiza su juramento sin dudar. Tras escucharle, Eralissa se coloca junto a Ammaranza para susurrarle al oido.

- Esto es lo que Jarvis dijo que pasaría

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20/07/2012, 00:38
Ammaranza

Ammaranza miraba embobada al enorme dragón, nacer en Ganariel hace que pocos espectáculos te impresionen, pero este era uno de ellos. Una vez, cuando era pequeña, vio uno, pero de lejos, en los jardines del palacio real, nunca tan cerca, y realmente intimidaba, le inspiraba pavor, pero a su vez le atraís, en un extraño juego de miedo y fascinación. Casi le pasó desapercibo todo el desfile de los rantanos, y por supuesto que no se fijó en el nuevo rey de Aan, tan minimizado al lado del imponente dragón. Incluso Athas, rindiéndose como estaba, destacaba mucho más que la regia figura.

La pleitesía era una mala cosa, un vínculo demasiado débil que a menudo no satisfacía al que la profesaba, tornándola en odio, por eso ella nunca había entrado en el juego que por nacimiento hubiera podido obtener, bueno, que nunca la tuvieran en cuenta, que simplemente la consideraran un miembro de la Casa Farania, también había ayudado.

¿Jarvis?¿No se llamaba Jarvien? Giró la cabeza, la joven había roto el hechizo que le impedía fijarse en otra cosa diferente al dragón, intentando concentrarse en los azules ojos de Eralissa Esta me parece la postura más sensata, y lo poco que he conocido a Arthas me ha parecido tener bastante sentido común un escalofrío recorrió su espalda, llevaba en brazos, pero de momento no se la puso no hay que tener dotes proféticas para eso no pudo evitar mirar de nuevo a la sierpe, pero sólo fue un instante, un suspiro contenido y de vuelta a la mujer que tenía junto a ella.

Creo que vas a tener que contarme lo que te ha dicho Dientes de Sable

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20/07/2012, 01:17

Liondel se quedó algo pensativo con el interés mostrado por aquel emisario, pensó que tal vez no fuese un simple emisario, idea que rápidamente se disipó al escuchar el gran griterío del exterior y tras ver como la mujer con armadura se levantó repentinamente para dirigirse a la puerta, siguiéndole el resto de los presentes.

Tras la visión de lo sucedido, Liondel se levantó de la silla sin perder tiempo dirigiendose al exterior con paso acelerado.

Salió de la posada con paso tranquilo intentando disimular su aparición cautelosa, observando la estampa impresionante de aquella Sierpe rodeada de personas. Rápidamente identificó a las dos mujeres internarse en la plaza, pero no pudo ver al emisario junto a ellas, por lo que buscó con la vista a aquel personaje curioso sin mucho exito, pues únicamente le pareció ver a una persona de similares características como salía de la escena, hecho que provocó que algunos pensamientos suspicaces sobre el emisario volviesen a su mente y que desaparecieron nuevamente tras desaparecer éste entre la multitud.

Poco a poco fue internándose entre la gente para alcanzar a aquellas mujeres de la posada, pues aunque no las conocía, el hecho de estar próximo a ellas impedían que se sintiese como un forastero.

Al presenciar como los caballeros Rantanos se entregaban y aceptaban las condiciones del nuevo Rey, Liondel pensó que eran un colectivo digno de admirar, pues aunque el no entendía de honor y otras trivialidades, si comprendía perfectamente una de las mayores perdiciones del hombre y que lo hacían manipulable, el orgullo y esos Rantanos, a su juicio se estaban tragando todo su orgullo, garantizando con ello que no hubiese un derramamiento de sangre innecesario y no sufriesen por ello inocentes.

Cuando escuchó al Rey Theorim mencionar aquello de reestablecer la paz y ajusticiar al único culpable, no pudo evitar pensar que se trataba de un gran cretino corto de miras que estaba tratando a los presentes como estúpidos. Paz? es que hay alguna guerra? tan necesarios son esos garras? menos mal que el único culpable es el gran Maestre...en fín, si cualquier Guardian de las Palabras del Gremio le hubiese preparado el discurso, seguro que habría sido mas coherente.

Cuando finalmente llegó a la altura de las dos mujeres, se aproximó por detras a la que portaba la armadura y aunque supuso que tal vez no sería consuelo lo que tenía intención de decirle, se decidió a murmurarle con tono de pesar y bajo lo que sentía interiormente, pues él también había hecho un largo camino, aunque por razones bien distintas.

-Lamento que vuestro viaje acabe aquí, pero quedaros con la imágen que no se ve, gracias a ellos, a su entereza, no habrá derramamiento de sangre y no moriran inocentes, pocos hombres he conocido capaces de tan digna hazaña.

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21/07/2012, 01:41
Ammaranza

La voz tras ellas le sobresaltó, hasta que se giró y vio quien era, el tipo de la taberna buscando entablar de nuevo conversación con Eralissa. Al principio le extrañó un poco, pero enseguida se dio un pequeño coscorrón en la sien que idiota he sido, si es que tengo que dejar de emborracharme, luego me cuesta, sobre todo con despertares como estos. Los motivos de la insistencia se le hicieron bastante evidentes.

Sonrió discretamente al desconocido, en un gesto amable, y lo observó con atención por primera vez. Parecía mayor que ellas, y desde luego sus vestimentas no estaban recien salidas de la sastrería, tenía pinta de haber viajado bastante, lo que confirmaba su impresión con respecto a sus intenciones, las cuales le parecían perfectamente comprensibles.

No está mal del todo, arrastra ese aire interesante de quien ha vivido, tal vez demasiado para ella, aunque tampoco la conozco tanto para saber sus gustos.

Por supuesto que debía callarse la boca y esperar a que fuera la guerrera quien contestara, pero como viene siendo habitual, no puede mantener la boca cerrada, sobre todo con las expectativas que había imaginado al respecto de las intenciones del hombre que admiraba a los rantanos en este díficil momento para ellos.

Si, tienen un elevado sentido del honor y el deber contestó Ammaranza con solemnidad. Tenía una voz clara, cálida, y arrastraba ligeramente los finales de las palabras, ganaba muchos enteros con respecto a la voz de la noche anterior. Sus marrones ojos aún pedían un poco más de cama, pero en general el brebaje empezaba a hacer su efecto y el rostro de la semielfa podía considerarse presentable.

Soy Ammaranza está vez usó sólo el nombre  y ella es Lady Eralissa de Kendal la presentó muy por encima de ella, la mano levemente apuntada hacia la joven, en un respetuoso gesto.

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21/07/2012, 13:24

Hay una orden de detención contra Garl Tum - refiriéndose al pueblo y a los rantanos - debe ser entregado para ser juzgado y condenado por sus crímenes, a su vuelta, la Garra Roja se encargará de capturarlo y llevarlo a Cuatrocaminos, donde será ajusticiado. - Subió de nuevo a la grupa de la gran sierpe.

El dragón extendió sus alas, con un sonido metálico y levantando una bocanada de aire a ambos lados de su lomo - Mis tropas llegarán mañana al amanecer, uníos a ellas y rearmáos como caballeros o  sed aplastados por su poder - De nuevo la gran sierpe remontó el vuelo y comenzó a ascender, asta perderse en altura.

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21/07/2012, 22:00
Eralissa

Hace un gesto con la mano restando importancia al nombre del pagano, aunque seguramente tiene razón y se llama como ella dice. Acto seguido, imita la reacción de Ammaranza y se sobresalta al escuchar al hombre de la taberna tras ellas. Gira sobre sí misma para poder verle y asiente a sus palabras. No sabe bien qué contestar, todavía sobrecogida tras la visión del dragón, pero la semielfa le hace un favor tomando la palabra.

- En realidad soy simplemente Eralissa - dice humildemente agachando un poco la cabeza. De fondo puede escuchar como el rey se despide de sus súbditos avisando de la búsqueda de Garl Tum. Poco después, el aleteo del dragón le obliga a girarse de nuevo para asistir al majestuoso despegue. - Creo que será mejor si hablamos dentro - comienza a caminar hacia la posada y lanza una última mirada a Liondel cuando pasa junto a él - Mi viaje no ha acabado todavía

Notas de juego

Una vez más os pido perdón por mi pasividad pero el fin de semana es de mi hija casi al 100%. A esto tengo que añadirle que estoy enfermo y sólo tengo ganas de morirme

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21/07/2012, 22:16
Director

Notas de juego

Nada, no te preocupes, los fines de semana suelo ser más permisivo, por eso de que la gente tiene vida social y esas cosas. Mejórate

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23/07/2012, 13:39
Norwan

No presto demasiada atención a los personajes que se agolpaban en la entrada de la taberna. Con la mirada buscó un sitio apartado y tranquilo donde llenar la tripa. Enseguida se percató de la la joven humana tras la barra y ante tal su belleza su cabeza se inundó de recuerdos de su amada Ganthya. Bajó la mirada y se encamino hacia la barra, situándose en el extremo más alejado.

Su aspecto era algo sucio y desaliñado. Destacaba su larga cabellera castaña y espesa barba de simular longitud, todo ese pelo suelto solo dejaba ver algo de sus pómulos y su gruesa nariz. La espesura de sus cejas también empequeñecía unos ojos verdes que estaban clavados en la bella muchacha. Vestía una armadura completa bastante abollada y deslucida, unas botas sucias por el polvo del camino, y una desgastada mochila colgaba de uno de sus hombros. En su brazo izquierdo estaba sujeto un brillante escudo de acero, de su cinturón colgaba una hacha que parecía bien afilada, junto a una simple daga de hoja curva.

Se apoyo en la barra con el cuerpo, mientras con la mano derecha empezó a tamborilear algo nervioso. Sin apartar la mirada de la muchacha le llamó la atención para que le sirviese. - Bella mujer, trae una buena copa de vino y algo de comer. Cualquier cosa asada o hervida me servirá. Tengo bastante hambre. - dijo con voz gutural y hosca.

Mientras esperaba que la muchacha le atendiese, observaba de reojo a los presentes en la taberna. Seguramente todos habían presenciado el despliegue del nuevo rey y afinó la oreja, intentando escuchar algunas de sus opiniones y enterarse de lo que se cocía en la capital.

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23/07/2012, 16:33

En respuesta a la presentación de las dos mujeres Liondel se presentó ante ellas con un nuevo gesto de cortesía hacia ambas, inclinando la cabeza levemente.

-Es un placer......mmm Liondel, de aquí y allá.... para serviros a vuestras mercedes.

Al poco de las presentaciones se Liondel siguió a las dos mujeres a la posada, tal y como requería Eralissa.

Al entrar en la posada, ésta seguía igual, con la excepción de que habia un nuevo forastero, con armadura, bastante llamativa no por lo deslubrante y bella de ésta, sino por lo castigada que estaba, tal vez se tratase de un buscador de fortunas, tal vez fuese un mercenario, solo espereba que por el bien de éste, no fuese otro pretendiente a ingresar en la orden de los Rantanos.

Les dijo a ambas compañeras mientras señalaba una de las mesas junto a la chimenea, una de las que había sido ocupada por ellos la pasada noche y ésta mañana. -Mirar, hay está nuestra mesa reservada... por lo que se ve, siguen llegando mas viajeros...Creeis que alguno tenía intención de ingresar en los Rantanos?

-Señorita Tymora, nos podría servir algo para beber?

 

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23/07/2012, 19:51

Bueno, supongo que si cazo una rata y hago un asado, no sería propio de una taberna como ésta, a si que no te haré cualquier cosa - dice sonriendo a pesar del hablar hosco del recién llegado - Si quieres algo asado, aún queda algo de anoche, pollo con patatas, también tengo algo de caldo de verduras recién hecho, y puedo hacerte unos huevos si quieres.

La muchacha se acerca con una jarra con vino tinto corriente, demasiado fuerte para los paladares refinados, demasiado pobre para las gargantas más pobres - Son dos monedas de plata la jarra caballero.

Mientras Norwan decidía qué comer, se acercó a Liondel ¿Qué quieres, cerveza, vino, sidra, hidromiel? ¿O quizá algo sin alcohol para reestablecerse de la noche anterior? - Miró a Ammaranza y le guiñó un ojo.

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23/07/2012, 20:26
Artas

De afuera de la taberna se oye una voz, familiar, más para unos que para otros, que con un estruendoso grito ordena a los caballeros reagruparse, ahora que habían comenzado a partir hacia sus hogares.

¡Caballeros, fiiiirmes!

El rey no ha dicho nada al respecto así que tenéis mi autorización para entrar a la ciudadela y tomar los bienes que allí encontréis, que se han ido acumulando en las bodegas de la orden y os lo repartáis entre todos, de modo que tengáis para comer y vivir bien, un tiempo al menos, y no tengáis que rebajaros a ingresar en la Garra Roja. Si alguien aún tiene ganas de servir como caballeros,  mi consejo es marchar hacia Alwin, y entrar en los Capas Blancas, y servir al Conde de Vintal.

Y como si todavía fuese su capitán, entraron uniformemente para ir sacando los bienes de la orden, que pese al voto de pobreza, habían acumulado en las arcas.

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23/07/2012, 21:36
Norwan

El pollo de la noche anterior servirá para quitarme el hambre, pero sin patatas, añade un par de huevos fritos, al menos comeré algo recién hecho. - contestó a Tymora cuando volvió a la barra, poniendo diez monedas de plata a la vista - Y no te preocupes por el dinero, no soy ningún apestoso rufián.

Se sirvió una copa de vino y se la bebió de un golpe, sin molestarse en catarlo, no esperaba gran cosa y solo quería quitarse la sequedad acumulada en su garganta. Oyó las ultimas instrucciones que Artas daba en la plaza a los ya excaballeros Rantanos y sonrió levemente al oír como decía que era rebajarse el unirse a los Garras Rojas. Si esas palabras llegaban al nuevo rey de seguro no le harían ninguna gracia, su sierpe lanzaría fuego hasta por el culo, pensó.

Al perder de vista las bonitas curvas de la tabernera, centró la mirada en las dos mujeres que acompañaban a un hombre en una mesa cercana a la chimenea. Una de ellas le llamó la atención por su belleza y por su brillante armadura pesada. Sería la primera vez que sus ojos veían a una mujer hermosa y con portes de ser diestra en el combate. En su lejano reino, las mujeres nunca empuñaban un arma, estaban solo par traer hijos y servir a sus maridos. Y Norwan pensaba igual, ese era su lugar, los músculos y la lucha eran cosa de hombres.

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23/07/2012, 23:07
Director

La plaza comienza a olvidarse del bullicio anterior, al parecer las gentes tienen cosas mejores que hacer que preocuparse por los caballeros que custodian las puertas de la ciudad, y no parece haber escándalo alguno, aunque seguro que la caída de los Caballeros Rantanos daría que hablar un tiempo. Los caballeros comenzaban entonces a salir de la ciudadela, con sus armaduras, sin símbolos más allá de los grabados en las armaduras y los escudos, para marchar hacia diferentes ciudades. Algunos se congregaban en pequeños grupos, otros, la mayoría, se iban a sus casas, dentro de la misma ciudad, la casa de sus padres, donde no habrían dormido en años.

A la taberna entra en ese momento una mujer, no fea, pero de rasgos demasiado fuertes como para ser considerada muy bella. Los rizos negros le caen en cascada hasta los hombros, las cejas negras son dos pinceladas horizontales en la ancha frente, la afilada nariz agudiza la mirada de un gris penetrante. La boca ancha, expresiva y sensual se curva en una ademán desdeñoso o simplemente arrogante. Viste ropas de abrigo de lana, nada del otro mundo, aunque parece no sentirse cómoda con esas ropas, y unas botas de cuero que ante un ojo experto, cuestan más que el resto del conjunto entero.

Notas de juego

Esto, por fin va cogiendo forma.