Partida Rol por web

Se mantuvo junto a Karcos durante la disputa, por si hubiera que intervenir para neutralizar al hombreton, pero al final la labia del cazarrecompensas se impuso y pacificó la situación, de modo que invitó a los tres a sentarse en la misma mesa.

Apuró la jarra y pidió otra, para sentarse en la mesa que le ofrecía Karcos.

Akeelah se sento en la silla con su copa de vino en la mano , hizo un leve jesto con la cabeza como agradecimiento.- Estoy de acuerdo, me vendra bien saber mas sobre estas tierras, he llegado hoy,solo se lo que he leido en mi tierra, y siendo tanta la distancia que la separan de este lugar, es posible que sea inexacta, si estubiera mas informada seria mas util- Akeelah miro al hombre que acompañaba al tipo del sombrero que acababa de sentarse a la misma mesa- saludos, por cierto,desconozco vuestros nombres, y vosotros conoceis el mio...- pego un pequeño sorbo de su nueva copa.

Yo soy Karcos, cazador de bestias, buscador de fortunas y bueno, allí donde se necesite una buena espada o un virote en el sitio correcto allí voy - luego señaló al compañero que había entrado con él - Y éste es Cyrill, explorador y buen luchador... no te podría decir mucho más, nos conocimos esta mañana... tiene una loba que aguarda fuera de la ciudad. Yo he vivido en esta ciudad desde hará ya cuatro años, viviendo de los trabajos que buenamente podía, aunque la competencia de los Rantanos no era buena para el oficio.

No he estado más que una vez en Valleprofundo, y la vez anterior fue de paso, por lo que no conozco la villa. Está a poco más de un día de camino, algo menos a caballo. Si todos estáis de acuerdo, partiremos al amanecer mañana. Por mi parte tengo un par de compras que hacer... y si no tenemos ningún sanador, lo mejor sería aprovisionarnos con pociones de curación. Además de algunas antorchas y comida para el camino, aunque supongo que entre Cyrill y yo podremos cazar algo.  - Sacó un pequeño mapa del reino (sin los números) y señaló a una de las villas (1). - Aquí está Valleprofundo, en el camino tendremos bosque a la derecha, lo que significa fuego y comida, pero también peligro, por lo que tendremos que estar en guardia. Propongo que durmamos antes de llegar a la ciudad y llegar a la mañana siguiente frescos para el combate, por lo que pudiéramos encontrarnos allí.

Dejo de nuevo las 10 monedas de plata encima de la barra que había mostrado al entrar en el dragón oxidado. - Tabernera, supongo que esto valdrá para pagar el vino y el plato de pollo con huevos. Por otra parte, lo siento, no llevo oro suficiente para pagar por observar tu belleza. - dijo intentando ser amable por primera vez desde que entró en la taberna. Con la tripa llena y después de consumir algo de adrenalina tras el encaramiento con Akeelah, su cuerpo se encontraba mas relajado.

Cogió sus cosas y rodeo la mesa donde se sentaban Karcos y Cyrill junto a la mujer. - Soy Norwan, mano de Tempus. Si vuestras acciones en combate contra los Gnoll son valientes y nobles, mi dios os ayudará a sanar vuestras heridas. Si no, os tendreís que buscar la vida. Así que los temerosos harán bien en comprar brebajes sanadores.. - dejo pasar un momento mientras miraba a los dos hombres, ignorando a la mujer.

Mañana con las primeras luces estaré en el portón de la ciudad, esperándoos para partir a Valleprofundo. ¿Estamos?

Ambos, Karcos y yo estamos heridos de un combate esta mañana, un combate contra cinco grandtrasgos, yo me llevé la peor parte, bueno, los grandtrasgos se llevaron la peor parte... Quizá tras sacrificar a los cinco grandtrasgos en batalla Tempus tenga a bien ayudarnos a sanar las heridas. - Mostró una herida en el vientre que tapaba la armadura (-15 pg para que te hagas una idea).

Por mi descuida, no me hice más que una pequeña magulladura contra esos grandtrasgos, yo llegué cuando tres de ellos habían rodeado a Cyrill y tuve suerte en el combate, prácticamente el combate fue unicamente de Cyrill contra los cinco, yo creo que con un poco de descanso sanarán mis heridas.

Enarco una ceja al ver la herida de Cyrill, era un buen tajo, pero afortunadamente no sangraba mucho, aunque si lo suficiente para empapar de sangre sus ropajes.

¡Ja! Prodigiosa resistencia la tuya si has podido llevar esa herida sin que se notase. Eres duro, eso complace a Tempus. - hizo a un lado las ropas manchadas de sangre y puso su mano derecha encima de la fea herida. - Veamos si mi dios esta complacido con tu valentía de esta mañana.

Los pelos del brazo de Norwan se erizaron al momento. La venas de su mano se hincharon y su palma empezó a emitir un calor intensó. Notó la energía curativa de su dios pasar a través de su brazo, pero con mucha menor intensidad de la que estaba acostumbrado.

Apartó la mano después de unos instantes para ver que la herida de Cyrill había dejado de sangrar, pero todavía seguía abierta. - Parece que Tempus no está contento con tu actuar en la batalla, deberías ser más fiero la próxima vez. Ponte un vendaje limpio y duerme, mañana seguramente la herida este cerrada. - dijo con tono serio.

Sin mediar más palabra se encaminó hacia la puerta del dragón oxidado, con la mano todavía manchada de sangre seca.

-karcos, Karcos, ah!! Tu eres el de la piel de lobo de las nieves, he oido hablar de ti un poco- en ese momento el baboso que la había amenazado se acercó, y Akeelah cubrió su copa con la mano para que las babas de Norwan como el se había presentado no le estropearan el vino otra vez.-si, sera mejor comprar alguna poción - ignoro a Norwan-también sería útil que comprará un ballesta ligera y unos tiroteos , ya que conoces la ciudad agradecería que tu me consiguieras una. - luego se callo al ver la fea herida del explorador, si con esa herida podía mantenerse tan entero al comportarse, la había impresionado. Luego vio como el baboso curaba al explorador "lastima que no me pueda fiar de el, pero bueno, tampoco quiero que me toque

Al ver que el contratista se relajó, al igual que el desentendido que ocurría en otra parte de la posada se sintió satisfecho, hasta que escuchó las palabras que soltaba la lengua viperina de aquel hombre, lo miró fijamente mientras terminaba su coacción con una mirada que mostraba su interes por escuchar todo lo que tenía que decir al mismo tiempo que su cara se tornaba agresiva solo perceptible para unos pocos. La jarra de Mosto se quedó conjelada en el aire mientras estaba sujeta por un brazo totalmente inmovil, al igual que una cobra antes de atacar. Que le hace pensar a este tipo que le dará tiempo a avisar a nadie despues de ésta amenaza. Casi instantáneamente su mirada se relajó y su semblante se volvió nuevamente amable, mostrando una ligera sonrisa en el rostro al mismo tiempo que contestaba a aquel tipo despota, amenazante y mal educado con el que había iniciado una negociación, pues era consciente que salvo las dos mujeres que compartían mesa con él, lo más probable era que el resto de los presentes fuesen poco más que mercenarios y por desgracia para Liondel, el contratista los había contratado, por lo que si acababa con él también lo haría con la recompensa de los mercenarios, una posibilidad nada buena para los intereses de Liondel.

-Deberiais haber empezado por hay buen hombre, los amigos de mis amigos, ya sabe... son mis amigos, por lo que haré un esfuerzo por echaros un cable, aunque me juegue la vida, no será la primera ni última vez que hago ésto por un amigo de un amigo, jajaja. Se levantó de la silla acercándose más aún al contratista a quien sin corto ni perezoso puso una mano amistosa en el hombro.-Señora Tymora, servir algo de beber aquí a mi amigo....... Miró nuevamente al contratista....Por favor, sentaros y acompañarnos tomando algo mientras nos contais los detalles del trabajo, pues desconozco la zona como ya sabeis.... Por cierto, no es necesario que os tomeis molestias con lo que respecta a mis amigos, pues como suelo viajar de aquí y allá, me resultaria imposible atender a posibles cartas de respuesta de mis amigos, ya sabeis, las cartas tardan mucho en llegar de un sitio a otro y para entonces podría no estar yo aquí, podría inluso haber muerto a manos de unos Gnolls, jajajja, incluso vos podríais haber muerto de viejo o de algo peor, jajajaja, aunque esperemos que nada de eso suceda, no quería que nada malo le pasase a los amigos de mis amigos.

Con una cara como si se le hubiese pasado algo y mirando a las dos damas que estaban sentadas en la mesa dijo,-Oh, perdón por mi grosería, os presento a la bella señora Ammaranza y a la honorable señora Eralissa...... Por cierto, como se os conoce buen hombre? quizas algún amigo mío me hubiese hablado de vos....

No creo muchacho, que hayáis oído en tu tierra hablar de Declan Leuvaarden, por esas tierras se me conoce por otro nombre, pero el asunto es que tus viejos amigos me consideran alguien de confianza, me dieron tu descripción y tu nombre para encontrarte, y puse mis hombres a trabajar. Pero si, podría decirle que mis fuentes te han rastreado hasta... digamos... los bosques de Danaan, donde encontraron tu cadáver desfigurado y destrozado por los buitres y los lobos. Ven luego a mi casa, en el distrito comercial, la encontrarás dos casas a la izquierda de Textiles Lombardo... pregunta por ahí, ven solo, y hablaremos.

Volvió a sentarse en la mesa en la que estaba antes, sacó un frasco de tinta, cálamo y pergamino, y comenzó a escribir los nombres de los inscritos en la expedición. Entre ellos el de alguien que ni siquiera estaba allí, y quizá no existía, un tal Tirios, sin embargo, no escribió el nombre de Liondel.

Gracias, quizá tengas razón, no se si fue por el frío, por que me sorprendieron recién levantado o por que el terreno me era extraño, pero no estuve especialmente hábil en combate. Tomó un buen trago de cerveza. Mañana nos veremos en el portón, señor Norwan, Mano de Tempus.

Ah, si, el asunto del lobo de las nieves... murieron buenos hombres luchando contra la bestia, al final quedábamos yo y el lobo, pero él estaba lejos y yo tenía mi ballesta. Ya estaba herido, pero un disparo limpio entre los ojos no le mató, el siguiente le dio en el pecho. Cuando llegó hasta donde yo estaba, esquivé por poco sus fauces y le conseguí segar la garganta antes de que me matara... Un gran golpe de suerte: gané un buen dinero por esa pieza, quinientas piezas de oro por la piel, treinta por colmillo y las dos mil de recompensa por matarlo. Junto con unos miles que tenía ahorrado, me hice forjar esta espada. - Apretó la espada contra la funda de la espalda para liberarla y poder sacarla y ponerla sobre la mesa. Una hoja, parecida al típico estoque, pero de manufactura elfica, más gruesa y peligrosa. Completamente negra. - Es adamantina, el más duro de los metales. Me la forjaron los hermanos Manomartillo, pero no te aconsejo ir a su tienda a por una ballesta, no creo que tengan, sin embargo puedes ir a la Hoja Cantarina, donde a demás de tratar el metal, tratan la madera como nadie. Allí también trabaja un mago, Pterios... no me acuerdo del apellido... podrías ir a ver.

-Si , supongo que podria ir-Akeelah sonó desanimada, pues no le entusiasmaba volver a ponerse la Ropa de abrigo, y no entendía mucho de armas, hubiera agradecido que Karcos lo hubiera hecho por ella, pero bueno, conocer a un mago de la zona, podía ser interesante. -A cuanto esta esa tienda, y en que dirección? "si no esta muy lejos, puedo usar la magia"

Aún hay mucho tiempo, yo también tengo que ir a por  virotes, y luego pasarme por las bodegas a por un par de botellas de vino para el camino y algo de comida para el camino - Guardó de nuevo la espada en la funda de su espalda, y dio un nuevo sorbo a su cerveza, observando cómo Norwan marchaba hacia la puerta. - No está a más de cinco minutos andando. Te acompañaré, si quieres.

- Me vendrá bien tu compañía, y la acepto gustosa, después de todo eres un profesional. Akeelah dio otro pequeño sorbo a su copa y comenzó a hablar sobre sus habilidades para ponerse desacuerdo con sus compañeros - conozco algunos conjuros útiles para causar bajas si n entrar en combate directo, algún tipo de ilusión , combinada con trampas puede ser útil, mis principales conjuros de ataque se basan en el fuego, aunque poseo algunos que hacen que sea el objetivo quien se ataque a si mismo , o para reducir su fuerza Akeelah prosiguió con las explicaciones de sus conjuros, escuchando atentamente si sus compañeros tenían alguna sugerencia con alguno.

La discusión pasó a mejor vida sin necesidad de su intervención, mejor, porque tampoco tenía muy claro que lo hubiera hecho. Aquella mujer le había caído mal en cuanto habló, en cuanto vió el gesto de desprecio y captó aquel tono de superioridad que le era tan familiar que le dedicó al servidor de Tempus. Así que se sintió satisfecha por no haber tenido que tomar un decisión.

Lo que si hizo que se enciendese la señal de alarma fue la conversación que Liondel mantuvo con el reclutador, confirmando sus primeras impresiones con respecto a aquel hombre que había conocido hace poco. Realmente le traía sin cuidado si huía de alguien,o de algo, siempre y cuando a ella no le afectara, aunque fuera lo que fuera lo asustaba bastante, y es que todo el mundo tiene sus propios fantasmas.

Bueno dijo dirigiéndose a Liondel parece que ya han decidido por tí con lo que respecta a los gnolls empleo un tono un poco malicioso, aunque también es cierto que algo desenfadado Yo por mi parte creo que voy a ir a dar una vuelta por la ciudad, llevo metida en la posada desde que llegamos ahora habló a Eralissa te esperaré fuera un rato, echando un vistazo a la plaza mientras te decides con respecto al asunto ese señaló al grupito de aventureros que se había congregado en las mesa cercana.

Además, aquí terminaré de nuevo bebiendo

Se levantó y movió la mano en un ligero gesto de despedida a Liondel, para luego arrebujarse en su capa y salir de la posada en busca de un poco de aire fresco.

Salió de la posada con la tripa llena y con un nuevo trabajo. A pesar del enfrentamiento con al mujer de rasgos fuertes, aquella parada había sido productiva. Decidió salir a estirar las piernas y conocer un poco mejor Nighshade, quizá sería la última vez que la pisará. Sobretodo quería conocer la famosa forja de Tres Martillos, regentada por enanos. En su tierra natal, la casa Mousthen en las entrañas de Nurumbar, hacían grandes trabajos en la forja, creando perfectas hachas y martillos de Mithril. Quería ver con sus propios ojos de que eran capaces los ManoMartillo y comparar sus trabajos con los Mousthen.

Por las indicaciones que consiguió de boca de algunos transeúntes se encontraba en el distrito militar y la forja enana se encontraba en el distrito mercantil. Así que se encamino hacia el lugar donde la habían indicando, fijándose en todos los letreros de los comercios que se encontraba a su paso.

Asiste a la discusión en silencio, aunque instintivamente apoya la mano sobre la empuñadura de la espada. No quiere entrometerse, pero tampoco va a permitir que nadie se pelee dentro de la posada. El hombre de la tupida barba parece bastante hostil, a pesar de ser un hombre de fe. A juzgar por su ímpetu, seguro que su dios está orgulloso de él.

Cuando por fin la cosa se calma, recupera la sonrisa al escuchar a Ammaranza.

- Sí, enseguida estoy contigo. También quiero dar una vuelta por la ciudad, pero antes debo hablar con él - señala con el dedo a Declan y se levanta para encaminar sus pasos hasta la mesa donde se ha sentado y que ahora comparte con los recién llegados - Yo también estoy interesada en el trabajo que ofreces. Me gustaría ayudar a esos algodoneros.

Sin decir más, permanece en pie frente a él, esperando su aprobación