Partida Rol por web

-¡Puff! ¡Vaya asco! Casi mejor lo dejo como estaba--piensa Amílcar repugnado por el moho y sus posibles consecuencias.

Hank sigue a sus compañeros sin dejar de observar las estancias alerta por si apareciera cualquier nuevo problema.

-¡Sigamos!--propone Amílcar saliendo de la habitación después de examinar los restos del escritorio--Aquí sólo hay muerte y podredumbre.

Las dos estancias más alejadas son semejantes a las del norte: bancos rotos y restos de los habitantes del templo. Solo queda la puerta cerrada.

-Antes de abrirla, veamos si oculta algún tipo de trampa--comenta Amílcar al tiempo que se aproxima a la puerta para estudiarla a conciencia.

No hay trampas. Es una puerta de madera muy recia y sin cerradura.

Después de estudiarla, Amílcar abre la puerta sin mayores precauciones.

La puerta está atascada y no tiene cerradura.

Al ver que Amil no puede abrir la puerta, alzo las cejas ¿Kolthar?, haz los honores.

El caballero sonríe ante el comentario de la elfa y se prepara para ingresar en la sala una vez que el minotauro consiga "abrir", con el estilo que están convirtiendo en propio la puerta cerrada

- Bueno... acabemos con este piso - comenta mientras su mano se cierra con fuerza en el pomo de su arma encantada - Solo es una puerta... más... que debemos romper antes de revisar ese salón -

El minotauro saca la llave maestra de dos manos y hace lo propio con el gran hacha. Entre el esfuerzo de asestar golpes comenta.

Buf, abrir, abre, pero el día que queramos cerrar una puerta, mal vamos.

Kolthar levanta el hacha para repetir una vez más el tradicional procedimiento abrepuertas cuando, antes de que pueda reaccionar, de ¿la puerta? surge una especie de ¿brazo? que le golpea. La extensión es muy pegajosa y el minotauro se queda totalmente pegado. Os dais cuenta de que la puerta es mucho más profunda de lo que aparentaba, llenando parte de la estancia a la que pretendíais entrar.

Reconoces a la criatura como un mimo: un ser cambiaformas que se camufla adoptando forma de objetos. Su piel está cubierta de una sustancia adhesiva que se pega a todo lo que toca.

Al ver la cosa salir,

Tened cuidado. Es un mimo, un ser que adopta la forma de cualquier cosa. Si le golpeais correis el riesgo de quedaros pegados, como le ha pasado a kolthar.

Comprendiendo que lo mejor es que el caballero acuda a la posición ventajosa, Amílcar desenvaina el estoque mágico y trata de ensartar con él a la extraña y pegajosa criatura. A pesar de la cobertura que le proporciona el marco de la puerta, el enemigo sufre una buena punzada por parte del arquero.

Amílcar hiere al mimo, pero la viscosa piel del ser tira de su estoque.

Mientras, el mimo se retuerce y estruja con su cuerpo a Kolthar.