Partida Rol por web

La estrecha e inclinada escalera desemboca en una pequeña habitación que parece ser algún tipo de santuario. En la pared del otro lado hay un pequeño altar con una bella estatua de metal que representa un pino.

Parece un santurario a E'li, el nombre que los elfos usan para Paladine, su dios más importante, explica Craster.

Buscando trampas allá por donde pisa, Amílcar avanza despacio hacia la efigie para examinarla mejor.

-Esto no me gusta un pelo. Apuesto a que habrá sorpresita de nuevo.

En esta empresa que los dioses nos han encomendado nunca nada fue fácil. No creo que ahora sea distinto.

Comenta el minotauro con la espada en alto para que el nómada pueda ver a que se enfrenta.

Tras unos minutos de tensa espea mientras Amílcar examina minuciosamente la sala, el nomada hace un gesto a los demás de que no ha encontrado ninguna trampa.

Gnart se queda en la entrada de la sala al enterarse de que es un símbolo religioso.

Sin llegar a tocarla por si las moscas, el arquero inspecciona la estatua de abajo a arriba.

En cuanto Amílcar toca la estatua, ésta comienza a brillar.

Gnart retrocede poco a poco. No sabe mucho de magia ni de dioses, pero sí que tiene claro que sus ancestros no están muy bien vistos por los dioses del bien...

Paralizado por el bello espectáculo, el nómada de las llanuras se queda con la boca abierta de par en par observando a la resplandeciente efigie.

Mmmm. Algún tipo de magia protectora o reparadora, sin duda, murmura Craster.

Lástima que no sepamos usarla.

Volvéis arriba y os encontráis frente a la única puerta que os falta por explorar. Parece que no tiene trampas, pero sí que está atascada.

Kolthar sonríe y de entre sus enormes espaldas saca un hacha a dos manos bastante mellada.

Me alegro de haber traído la llave maestra, ¿le doy?

-Dale, dale. Así al menos sabrán que venimos, que tampoco es plan de coger a nadie en paños menores--ironiza el abanasinio haciéndose hacia un lado para dejar espacio al minotauro.

Kolthar avanza con el hacha por delante en actitud defensiva por si la puerta es de las que atacan. Una vez que comprueba que la puerta no le hace nada, descarga el hacha sobre la puerta una y otra vez, haciendo saltar trozos de madera con cada hachazo.

Kolthar derriba la puerta con su hacha. Parece que el minotauro es bastante hábil en esta cuestión.

Genial. Si algún cadáver estaba descansado, créeme que ahora vendrá a saludarnos, farfulla Craster.

Tras la puerta veis una empinada escalera que desciende.

-¡Buen trabajo, Kolthar! Ahora me toca a mí--afirma Amílcar colocándose a la cabeza de la comitiva en el descenso--Aún así, no te quedes muy atrás, pues necesitaré la luz de tu espada.

Amílcar no encuentra trampas mientras descendéis. A diferencia de la sala anterior, el techo, paredes y suelo están cubiertos con losas pequeñas de colores, aunque el color se ha desgastado un poco y algunas losas están rotas o faltan. A lo largo de las paredes, las losas representan imágenes de un combatiente elfo empuñando una espada gris y envuelto en lo que parece ser un aura titilante de luz gris pálida. El combatiente lucha contra una horda de goblins en la pared izquierda, contra un ogro con cuernos (un ogro mago, os dice Kolthar) en la pared del fondo, e incluso contra un pequeño dragón rojo, una imagen que cubre toda la pared derecha.

Los dibujos del techo y del suelo son más abstractos, formando remolinos de colores que no parecen tener ninguna consonancia ni razón. Repartidas por la habitación hay cuatro estatuas elegantemente talladas en rica madera roja. Las estatuas representan a guerreros elfos, cada uno vestido con una fantástica cota de mallas y en situación de "atentos", con las hojas levantadas en un noble saludo.

Esta sala puede estar llena de trampas o de defensas... - dice Gnart mientras mira de reojo las cuatro estatuas.

Craster, ¿puedes saber si las estatuas podrían cobrar vida?

Podría, podría...

Desde la entrada, Craster murmura unas palabras y se concentra como si estuviese meditando.

Siento varias auras mágicas. Las estatuas emiten magia poderosa, pero también hay indicios de magia en el suelo, justo en el centro de la habitación. Y en la pared del fondo.