Partida Rol por web

No temas a los caballeros negros, yo te protegeré con mi vida si es necesario. Mi nombre es Keygholad hijo de Tindítah, de la Casa de los Moldeadores de la Madera. Te saludo, hermana de mi raza, heredera del destino, sangre de los Antiguos, Don de nuestro noble pueblo.

Dice Key haciendo una elegante reverencia sin dejar de tocar la empuñadura de su arma.

Creo que más que afrontar un ataque contra los caballeros, sería más conveniente evitar un estéril enfrentamiento ahora en pro de una victoria futura sobre nuestros enemigos. Yo te protegeré hasta tu destino, pues deseo conocer a los silvanesti que sobreviven heroicos en esta ciudad próxima a nuestras añoradas tierras. 

Ampliando mi sonrisa, bajo los hombros, relajándome levemente

Muchas gracias por tus palabras caballero. Mi nombre es Quivalen Sath, de la familia Dralathalas, perteneciente a la Casa Mística digo agachando la cabeza devolvíendole el saludo

Alzando la cara de nuevo, con ojos tristes

Siente decirte que no vengo de Silvanesti, sino que iba hacia alli cuando me enteré de su caída a manos de los minotauros. Por desgracia estamos desperdigados por los bosques circundantes, sobreviviendo como pueden ¿Y vos? ¿de dónde venís?

Charláis amistosamente con los solámnicos. Aparte de la añoranza de la tierra natal, la conversación trata acerca de la posibiliad de que los caballeros de Solamnia recuperen Palantahs antes de que los caballeros de Neraka se recuperen del golpe sufrido durante la Guerra de los Espíritus. También os cuentan los últimos cotilleos y rumores de la formación de un nuevo gobierno de líderes locales en Sanction.

Sin dejarle continuar, le agarro del brazo

Bueno, será mejor buscar un lugar seguro donde hablar. Vayamos hacia el bazar, allí será más fácil escabullirnos

Tiro de él hacia la salida del callejón (contraria a la que entré) y nos encaminamos hacia el bazar, atentos a cada sombra y cada callejón, evitando el camino principal hasta que no sea estrictamente necesario.

2 de aelmont

Os levantáis con las fuerzas recuperadas después de la caminata de ayer y, tras desayunar, decidís dar una vuelta por la villa. Se trata de un lugar pintoresco en el que el fuerte carácter de las gentes de Khur y su pasión por los caballos pronto os queda patente. Desgraciadamente, también veis caballeros negros por doquier, aunque no parecen preocupar demasiado a la gente.

En una de las plazas que cruzáis, veis una multitud que se ha congregado. Parecen estar pendientes de algo, pero tendríais que acercaros y meteros entre ellos para ver qué miran.

Reaccionáis con gran celeridad ante la desesperación de esas criaturas, lo cual sorprende a las criaturas, que aún blande sus hondas.

Ahora que los ves mejor, te das cuenta de que son kóbolds.

Una extraordinaria casualidad, sin duda.  ¿Acaso sabéis su ubicación?

Os dirigís hacia la zona sur de la ciudad. Para llegar al bazar, tendrías que cruzar la puerta meridional, pero hay un grupo de caballeros negros allí estacionado y son pocas las gentes que cruzan la puerta a esta hora (anochece), todas ante su atenta mirada. Comienza a nevar levemente.

-¡Kobolds!--exclama Amílcar con repugnancia.

-Deben habernos seguido desde aquel pantano putrefacto--informa el humano a Kolthar mientras se acerca hacia el fuego y prepara una flecha en su arco para terminar dejándola volar hacia los asaltantes.

Sin embargo, el proyectil del nómada se desvía de su trayectoria debido a un ligero cambio en el viento y falla en su objetivo por mucho.

Poniendo una mano sobre su antebrazo

Será mejor buscar un refugio donde pasar la noche. Ahora las puertas están más vigiladas. Si lo intentamos solo levantaremos más sospechas.

Digo mientras busco alrededor algún cartel de posada

¿Qué ocurrirá allí?

Dice Touran mientras se acerca. Mientras se va acercando pregunta a algún lugareño que parezca venir de esa dirección.

Cerca de vosotros hay una posada, El Camello de Tres Patas. No tiene mala pinta y, vista la situación, decidís entrar.

Dentro, os recibe un risueño joven que se queda unos segundos parado cuando ve que son dos elfos los clientes: ¡Vaya, no hay muchos de su raza por aquí últimamente, excelentes señores! Tenemos una habitación ideal para ustedes: sólo les costará una moneda de acero. La cena está incluida. Mi madre es una excelente cocinera. Os dais cuenta de que el chico da por sentado que queréis la misma habitación para ambos.

Una vez que Touran se abre paso entre la gente, ve qué es lo que ha captado su atención: un trío de acróbatas está actuando. Se trata de una kénder, una semielfa y un nómada khurita. Aunque ellos ponen mucho interés, no son lo que se dice espectaculares: la gente comienza a reírse jocosamente y señalarles con el dedo cuando no completan con éxito alguna de sus piruetas. En un momento dado...

Al ver que su compañero se adelanta y se mezcla con la gente para ver que sucede siente el impulso de seguirlo pero a cierta distacia.

Según está hablando el muchacho, lanzo una ojeada a la posada observando a los parroquianos que pudieran estar atentos a nuestra presencia.

Una vez que acaba el chaval, agachando levemente la cabeza como para ocultar la sonrisa que asoma a mis labios, levanto una mano extendida

Preferimos dos habitaciones, y que nos suban la cena, si pudiera ser.