Partida Rol por web

Me siento frente a las maderas, tranquila. Mientras me concentro para encender el fuego. El viento silbaba afuera de la guarida como si amenazara a quien se atreviera a salir para enfrentarlo. Esperaba que por la mañana estuviese mas calmado el temporal para poder avanzar. Una vez que el fuego esta listo apoyo mi cabeza sobre el lomo de mi montura. Intentando descansar.

Encendió el fuego sin demasiadas complicaciones, y consiguió descansar, apoyada por el calor transmitido por el animal que utilizaba como almohada y que tambien trata de dormir algo..

..A la mañana siguiente, el viento parece haber amainado. Quedan los reflejos niveos de una noche de gran ventisca, aunque por suerte la nieve no había invadido la abertura de la cueva.. El fuego se había apagado, y ya solo quedaban los restos de ceniza. La cueva, a la luz del dia, parecía tener ciertos grabados en su interior, ahora legibles aunque en idioma rúnico, gracias a la luz del sol..

Me pongo de pie, estirándome. Antes de observar las paredes, al parecer alguien había pasado por allí dejando su rastro. Con suavidad me acerco a los pictografos pasandoles la mano. Intentando descifrar lo que decían.

Con calma observo aquellas paredes. Pasando con suavidad el dedo, para notar la superficie rugosa de la caverna que las rodeaba. Estar allí adentro era como mantenerse dentro de un libro rodeado de vida, paredes que contaban historias que podían ser de siglos atrás.

Sentía como mi corazón latía con fuerza, podía oírle a través del leve viento. Mi cuerpo se estremecía de la emoción. Solo oía mi respiración y la de Nagha en aquel sitio. Esto era alguna señal, nada pasaba por casualidad... Por algún motivo yo tenia que leer eso.

Me apresuro a mi bolso, sacando una pluma y un papel, para poder escribir aquello que los dibujos fueran a relatarme. Pero antes cambio de opinión y apoyo algunos papeles sobre la pared, pasando una moneda por encima, para copiar algunos de aquellos dibujos. Con una sonrisa me pongo a traducir una vez que termine.

Las letras parecían cobrar sentido en su libreta. El escrito podía tener sin problema alguno mas de varios siglos, y hablaba sobre el método de subir aquella montaña sin morir congelado. Se hablaba de distintas aberturas que resguardan del frio a medida que se va aumentando, y de la necesidad de crear un fuego en cada una de ellas para ahuyentar el frio... "Solo aquel que adore a la diosa del glaciar, logrará subir y observar su altar."

Observo la escritura final. Frunciendo el ceño, aquello era extraño... ¿Por que estaba esa escritura allí? No era mas sencillo ponerla en otro sitio, después de todo se notaba que era una montaña dedicada a nuestra diosa. Guardo los escritos, apagando el fuego antes de levantar a Nagha. No confiaba del todo en aquello que había traducido. Tal vez me había equivocado, meneo la cabeza, antes de acomodarme la ropa y salir con mi montura fuera de la cueva.

Afuera estaba mas calmado que la noche anterior, por lo menos la ventolera había pasado. Suspiro, antes de subir a mi fiel corcel y comenzar a ascender nuevamente, sacando los papeles. Iba a comprobar si realmente era cierto aquello que decían esas paredes.

Al subir, comienza a observar como se hace mas escarpado el camino hacia la cima. A sendos lados, a una distancia considerable, los muros la protegían, muros que a veces se abrían dejando ver grutas, gracias a que el viento había amainado levemente y le dejaba distinguir aquel tipo de detalles....  parecía siempre mantener la misma distancia una de otra, unos 20 metros, observando esto mientras que seguía avanzando. Poco a poco el viento comenzó a volverse mas poderoso.

Me subo la capucha, para protegerme del viento. ¿Que ocurría? Hasta hacia poco no soplaba de esa manera. Era algo sobrenatural sin duda... ¿Acaso esos escritos serian ciertos? Mostraban las grutas que los pictografos habían revelado.

Los saco con cuidado para prestarles atención, aferrándolos contra aquel cruel viento que nos azotaba sin piedad. De ser ciertos, entonces deberíamos poder llegar a la cima siguiéndolos.

La muchacha seguía avanzando. Pudo notar que las ráfagas de viento se hacían mas agresivas, poco a poco, pero que pronto volverían a ser una ventisca...

Definitivamente aquello no era natural, existía cierto rastro de energía no elemental, aunque parecía una energía arcaica, muy vieja...

Me acomodo la capucha. Bajando de mi montura para tomar sus riendas, no la forzaría a cargarme a través de ese viento. No me agradaba que fuera sobrenatural, sin duda algo o alguien lo estaba creando y todavía no podía contrarrestarlo. Avanzo a pie, lo mas rápido que puedo, llevando a mi caballo a mi lado. Si seguía así, entraría en una de las cuevas para evitar aquella ventisca.

Sin embargo, el viento amainaba cuando cruzaron cierto límite. Era como si hubieran pasado el foco del mismo. No había sol, solo un cielo sin nubes, dejada atrás. Ya quedaba poco para la cima, podía sentirlo en su respiración y en el aire, mas puro que de costumbre.... No vio demasiada cosa: Todo estaba nevado, pero allí acababa la inclinación. Era una especie de pequeña meseta que luego remontaba otra inclinación hacia la cumbre de la montaña, donde podía observar una especie de cueva o algo parecido...

Observo el sitio, entrecerrando los ojos. Aquel lugar era extraño sin duda. Avanzo a toda velocidad con mi montura hacia aquel lugar. Lo mejor seria explorar lo suficiente para ver en donde me estaba metiendo.

Algo se siente extraño. El conocimiento de la magia arcana hace que la muchacha sienta algo celestial. Algo mas allá de aquel viento, que ahora azota la montaña. Poco a poco pudo observar como una brecha avanzaba lenta pero sinuosamente por la montaña, amenazándola de partirla en dós. El sonido de la montaña la hizo por un segundo estremecerse: Aquel poder no era humano.

Me pongo en guardia, observando a mi alrededor todos los posibles atacantes. No me gustaba aquello, sin duda era un problema y algo o alguien estaban intentando asustarme. Pero no me rendiría tan fácilmente Estaba lista para cualquiera que quisiera atacarme. Me mantengo escondida esperando.

Sin embargo, pasa el tiempo y no hay nada ni nadie que aparezca por allí. ¿Sería que también la esperaban tal y como ella esperaba a otro? ¿O simplemente era algo mas natural?

Aún sin la respuesta a la pregunta, una ráfaga de viento mas potente atravesó la colina y recorrió toda la montaña: Menos mal que se hallaba escondida. Aquel alus podría haberla matado. Ahora una grieta, tímidamente bajaba cuesta abajo por la montaña, creando una brecha que parecía querer partir la montaña en dos.