Partida Rol por web

Repentinamente, algo en el suelo hizo sacudir la propia tierra, un temblor hizo detener al caballo y encabritarse, nervioso. Aquel temblor cesó luego de unos segundos, pero había algo en el terreno...una especie de... sentimiento visceral que daba nauseas y que podía sentirse.... No había nada, sin embargo, a izquierda o a derecha...... Poco a poco la propia hierba comenzó a convertirse en negruzca y marchitarse, dejando polvo a su paso y haciendo de aquel lugar una especie de estepa... que progresivamente iba eliminando todo rastro de vitalidad del suelo bajo los cascos del caballo...

Aferró fuertemente las riendas y y tiró de ellas intentando controlar al caballo. Logró a pesar del encabritamiento calmarlo sin llegar a caerse alarmada por el  suceso. Se mantuvo unos minutos intentando hacer andar al animal, no había que tener mucha lógica para darse cuenta de que quedarse ahí no era buena idea.

-Vamos ya...no podía acabar bien el dia...-masculló mientras seguía afanada en hacer avanzar al animal.

El animal avanzaba poco a poco, aunque temblando de miedo, completamente.... poco a poco el suelo comenzó nuevamente a temblar, esta vez de manera progresiva...

Decidió bajar de su sitio y, aún sujetando las riendas, tironear del animal para animarle a ir mas a prisa. Mientras esto, permanecía bastante atenta al entorno...¿que podía estar causando eso? Magia sin duda, ¿pero acaso algun nigromante? Era lo único que se le venía a la mente, siempre ascociaba lo marchito con la nigromancia.

Aquella decisión no fue demasiado acertada...el temblor no se detuvo y de hecho nada mas tomar contacto contra el suelo, algo parecía herirle el alma a la muchacha. Era una sensación de ahogo, de un poder inimaginable que la hacía realmente sentir muy pequeña, como una hormiga entre dioses. Aquel temblor no se detuvo, sino que poco a poco fue cobrando mas fuerza....

Soltó un bufido y automáticamente volvió a montar a prisa. No sabía si al animal le afectaba aquello como a ella, pero el caballo lo iba a sentir de todas formas ya que no había manera posible de levantarlo del piso. Le espoleó con suavidad intentando que continuara el paso lento, pero paso al fin. No le gustaba sentirse pequeña...

Poco a poco el caballo avanzó, aunque aquel temblor no parecía cesar en ningún momento, generando que aquella tierra ahora se volvieze marrón, completamente marrón. Era como un espectáculo de colores, como si algo estuviera sucediendo bajo sus pies....

Apretó los labios de impaciencia, tenía una sensación ominosa, como si el suelo fuera a agrietarse de repente bajo los cascos del caballo. Poco a poco iba avanzando, pese a todo tenía una vena retadora y aventurera que le indicaba quedarse en el sitio y hacer frente a lo que fuera que sucediera. Pero su parte lógica le decía que sería mejor seguir su camino, y a regañadientes hacía caso a esta ultima.

Siguió avanzando. Sobre su cabeza el cielo pareció abrirse y dejar este lleno de oscuridad, como si se abriese una especie de portal....solo en aquel lugar. Lo sentía porque de repente el cielo se volvió negro. Era una sensación muy peligrosa. El caballo finalmente se desbocó volviéndose por unos segundos loco y tratando de tirar a la chica para alejarse de allí....

Cayó al suelo pero no soltó las riendas ni un segundo, intentando no dejar ir al caballo. Se puso de pie rápidamente antes de que los cascos del caballo alcanzaran a pisarle ejerciendo toda la presión que podía para amansar al animal, ignorando la abrumante sensación que sentía al tomar suelo nuevamente.

El caballo se amansó ligeramente, dejándola montar nuevamente mientras que avanzaba a paso continuo....aquella energía o lo que fuese seguía aunque poco a poco remitía, al igual que el agujero en el cielo se iba haciendo cada vez mas y mas pequeño...hasta el punto de desaparecer y volver a dejar la naturaleza tal y como estaba, devolviendo la pradera a su viveza....como si se tratara de un hechizo..

¿Que había pasado? Al parecer su montura iba tranquilizandose a la vez que la llanura volvía a su estado normal. Pero eso no bajaba la tensión que tenía, ni hacía decrecer el caudal de supocisiones que corrían por su mente. Algo había pasado y no sabía como podía afectarle en el futuro (especialmente en el cercano e inminente...)

Volvió a montar y animó al animal a ir bastante a prisa, no quería estar en medio si volvia a pasar algo así...

El animal comenzó a llegar a su destino. Podía observarse desde allí la ciudad portuaria de Rition Norte: Una ciudad rica situada al lado del mar de Ritión, un gran mas que separaba las dos partes del continente. Por lo poco que sabe, aquella ciudad era rica y famosa gracias al consejo, aquel lugar donde todos los grandes filosofos y sabios de la época estudiaban todos los males de las ciudades. Aún quedaban, sin embargo, como minimo 20 minutos para llegar alli a aquella velocidad..

Ya el paso volvió a normalizarse y a ésar del pequeño inconveniente había llegado antes de lo previsto incluso, había mandado empacar para dos días por si las moscas pero aparentemente no iba a ser necesario. Lo "dificil" sería ver si podía encontrar a aquel hombre. A medida que se acercaba iba rememorando lo que venía a hacer: Yreth, aunque toda la pista era que no se trataba de un humano común.

Sonrió levemente mientras dejaba que su mente hiciera mas pretenciones. Había llegado bastante "temprano" y quizá Tir ni hubiera salido del castillo con el tumulto general. Cuando llegara ya tendría ella todo el trabajo echo. Mientras pensaba esto soltó un leve respingo de forma altiva.

Orgullosa como siempre, esa es mi chica.

Pensó de forma cómica.

A los veinte minutos, arrivó en las puertas de Ritión norte. Dos guardias custodiaban la puerta, lanza en mano. Sus armaduras denotaban que pertenecían a la guardia. Aunque no hicieron ningun comentario cuando ella pasó, notó como la observaban.

Entonces alcanzó a ver todo mejor. Ritión norte era una ciudad diseñada en una inclinación hasta el mar, Todo tenía pendiente hacia abajo, y en el epicentro de la ciudad se encontraba el consejo. Las primeras calles no parecían demasiado pobres, aunque podía observar como se empobrecía la calidad de las paredes y hogares conforme se iba hacia los lados, los lugares marginales. Llegó hacia la gran plaza, lugar  en el que se encontraba el consejo. Era una plaza muy concurrida con una fuente en medio, una fuente perfecta que despedía agua y creaba un ambiente perfecto. Alrededor de la gran fuente, varios bancose n los que se sentaban mujeres y hombres, charlando animadamente. No, no había encontrado rastro alguno de Yreth, a primera impresión.

Resultaba notable el hecho de que había cierta actividad de soldados por la zona, identificables gracias a una armadura de plata que llevaban... El olor a pescado y a especias inundaba los sentidos de la muchacha. Sin embargo, las personas de a pie la miraban extrañados: Pocas personas llegaban a caballo y se mantenían estando con este montado en el interior de la ciudad.

Al parecer iba a tener que desmontar para ir tranquila, aunque eso cuando viera un sitio adecuado para dejar al caballo. Aminoró su marcha hasta caminar y bajó cerca de la plaza, aminorando el paso. Interrogar a alguno de aquellos nombres le parecía mas saludable que ir con una guardia a la que aún no conocía.

-¿Disculpe? Busco a alguien llamado Yreth- le dirigió la palabra a uno de los caballeros que a ojo le habían caído mejor.

Un hombre simpático la observó con curiosidad, frotándose la barbilla...

-Mmm... No, no me suena, para nada. ¡Disculpame, chica, por no serte util!

Le respondió, despidiéndose de ella y alejándose...

Sin embargo, había movimientos en la escena.

La puerta del consejo se abrió violentamente, y dos personas desde el interior cayeron al suelo en el recibidor de la puerta. Cubiertas de sangre...

Alguien apareció tras aquello: Un hombre que vestía completamente de negro, con una capucha cubriéndole el rostro... Dejó en el suelo dos pequeñas cuchillas de metal, las que había utilizado para asesinar a ambos consejeros, mientras que la guardia comenzaba a ir a por el.... para desgracia de ellos, morían uno tras otro, con cortes en el cuello o puñaladas en el estómago, aunque el hombre parecía nisiquiera inmutarse, avanzando impasiblemente hacia el centro de la plaza...

-Hmmm

¿Será?

Se mantuvo en su sitio observando que planeaba hacer aquel hombre, la guardia no parecía muy fina a la hora de atraparlo...

Se acercó de ella a paso natural. Cuando estuvo cerca de ella, sin ningun tipo de reparo la apartó del caballo con un movimiento con el brazo.

-Disculpame...esto ahora es mio.

Comentó, sonriendo levemente, con intenciones de subirse al caballo...

-Dos cosas- comentó mientras tiraba de la rieda del caballo haciendo que se apartara. Los iris tomaron un color azur bastante claro.

-Bonito espectáculo, pero buscate otro caballo para irte.

Apoyó con tranquilidad la espalda en el flanco del animal, apenas, mientras examinaba el cuchillo que había extraído de su funda con agudeza. Con cuidado, tras haber tomado una hoja purpurea de la bolsa de la cintura empezó a limpiarlo en apariencia, aunque el filo había tomado un tono ligeramente mas siniestro por el lustre sacado con la hierba.

-Si vas a intentar matarme por el animal, al menos deberías decir tu nombre, mal educado.

Posó la vista en el sujeto, atenta a su reacción, aunque transmitiendo calma.