Y por qué tanta celeridad en llegar al puesto de guardia cercano? Les pregunto a mis compañeros. No me fio un pelo de esta cría
Adega notais que empieza a molestarle por los comentarios de Catixa hasta que notais que se pone roja y dice Quieres que te deje las cosas claras. solo se que te he ayudado a que no te mueras y sabes que? mi hermano va a morir como no le ayudemos.
Yo he estado en el castillo y creo que la unica forma de entrar alli es ganandote la confianza de ellos, es lo que se me ocurre.
Por supuesto que me has ayudado, pero también me has hechizado durante el combate para que los soldados tubieran ventaja, bonita. Le digo con retintin. Así que si estás molesta por algo empieza a ganarte nuestra confianza, en vez de ir por tu cuenta. Pero qué se habrá pensado esta mocosa?
Esto no nos va a llevar a buen puerto. Es el momento de intervenir en la conversación. Tras escuchar las palabras de Catixa y ver que esto empezaba a ser una pelea de gatas, cariñosamente le cojo a Catixa por el brazo para que me preste atención. Una vez consigo que ella centre su atención en mi y que deje de pelearse como una fiera con una niña que no da razones, empiezo a hablar por gestos con ella.
Tras sentir mi brazo cogido por alguien, miro. Veo a Iñaki mirandome con cara seria directamente a los ojos. Me trato de tranquilizar un poco, y tras ver los gestos que me hace, le pregunto a la cría. Bien, has dicho que tu hermano está dentro, y que hay un destacamento más adelante. El digo señalando a Iñaki, Quiere saber que tienes en mente. Le pregunto a la niñata.
Bueno chicas, calmad vuestra lengua y dejar que se explique, luego ya habra tiempo para las represalias.
Digo con algo de enojo pues la situacion empieza a entrar en un bucle sin fin.
Alan, Alan, siempre tan inoportuno. Pienso mientras miro al personaje friamente a los ojos.
Mientras dura la pelea de verduleras, el almogávar observa a todo el grupo con curiosidad e impaciencia a partes iguales preguntándose qué es lo que decidirán hacer al final. Le lanza una mirada a Iñaki para que tenga bien atada a su fierecilla. En cuanto a la moza... bueno, él decidirá qué hará con ella más tarde y pensará en la recompensa. Ahora no. No sería la primera vez que ataca y saquea un castillo, es más, tiempo ha fue una de sus especialidades, siempre al mando de oficiales preparados y no soldaditos. Los gritos y el ruido metálico de las espadas sustituyen parte de la conversación hasta que ésta se convierte en mero ruido de fondo. Cuando vuelve en sí, decide esperar a ver qué es lo que tiene que añadir la zagala. Su decisión, no obstante, ya está tomada, diga lo que diga ella.
Cuando la paciencia se agota, blande el hacha a modo de arenga, con decisión y patetismo.
Mo sé, a Tancredo, a bote pronto, se me ocurre entrar a la Leory Jenkins y ver qué pasa, pero es que la estrategia a mí se me da muy mal.
Como ha dicho nuestra dulce Agueda, ese soldado, lo mejor será ir para allá, echar un vistazo y no decidir nada hasta que valoremos las posibilidades. Tancredo se niega a vestirse de lagarterana para entrar en el castilo, lo aviso. El teatro lo suspendió de pequeñito, por eso se metió a "almorránar", profesión con incontables posibilidades.
Bien chic@s se os a planteado una situacion ahora decidis
Adega, por si no os ha quedado claro todavia, dice de ir a un pequeño destacamento ganarse la confianza de estos y asi poder entrar en el castillo sin ninguna dificultad. y alli ya se plantea la situacion. Pero desde dentro.
sus argumentos son: es vuestro trabajo ya que asi y matando a Don Lope conseguireis la recompensa de los campesinos.
El otro argumento es ayudar a Adega a que no maten a su estimado hermano. este concepto estais todos de acuerdo porque algo en vuestras cabezas lo apoya (magia? quizas)
Decidir...
Cuentanos algo más de esa patrulla que está de camino al castillo. Cuantos hombres son? Te conocen a ti? Le pregunto a la niña.
Agueda se levanta, tras la larga conversación e insiste:
- Insisto en que podriamos hablarlo de camino al Castillo, es evidente que todo nos guía hacia allí. De camino podremos pensar como actuar... y si entramos o nos infiltramos, ¿no?
Agueda se muestra un poco inquieto, la inacción le está pudiendo... y su dolor de oreja no ayuda a dulcificar su carácter.
Tancredo emite un gruñido de satisfacción y con un gesto impaciente insta a los demás a moverse por fin. De forma impensable, está de acuerdo con el doncel desorejado y cree que es inútil discutir todo esto aqui, parados e inactivos mientras allá quién sabe qué puede estar ocurriendo.
Así pues, en un arrebato impulsivo, el almogávar se dirige hacia la mujerzuela, la agarra del brazo y le azuza con un perfectamente audible: -¡Vamos!
Tras ver la actitud del básico almogar: Vaya, si nuestro bruto amigo sabe emitir algo más que gruñidos!!!! pienso sorprendido ante tan abundate dialecto. Tras esto, miro a Catixa. Su cara no me da a entender más que las cosas así no saldrán bien. Al verla, le digo algo por medio del lenguaje de gestos.
Con rabia contenida por la actitud de mis compañeros, me muerdo la lengua para no decir nada. Nunca la improvisación fue buena en las batallas, pero vosotros sabreis. Tras entender lo que me dice Iñaki con sus gestos, asíento, y le digo algo más en el mismo lenguaje.
De reojo, Agueda observa a los amantes y:
- Si voy a batir mi espada junto a vosotros, no quiero femeninos secretitos... Discutamos de frente lo que debamos por el camino... en la lucha no nos beneficiarán las dudas.
El tono de Agueda es seco pero amistoso, como mucho tenso por la batalla. Es como si el golpe en su oreja le hubiera puesto unos cuantos años más...
Tras la conversación por gestos, miro al hombre fijamente. Quién se ha creido este imbecil que es para inmiscuirse en nuestra conversación? De repente, noto como Iñaki dobla el brazo, tras lo cual lo agarro, y con aire indiferente empiezo a caminar hacia donde nos indica la niña, pasando por delante de Agueda sin mirarle a la cara.
Mirando a Agueda sin darle demasiada importancia, doblo el brazo para que Catixa me lo coja e iniciemos el camino. Ten cuidado con lo que dices muchacho, hay veces que no puedo frenar sus impulsos. Pienso mientras empiezo a caminar junto a mi señora.
Adega mira la situacion tensa entre el grupo que acaba de conocer y haciendo caso omiso a los gestos contesta a la pregunta de Catixa El destacamento no es muy grande seran 6 soldados como mucho. esta cerca de aqui. No, no me conocen, es mas iba a conocerlos cuando nos encontramos de bruces con vosotros
Adega continua el camino hacia el supuesto campamento.
Tras unos cuantos minuntos, no llega a la hora veis de lejos unos fuegos de campamento, acompañado de un aroma a carne asada.
Huelo el aroma a carne a la brasa, ummmmmmmm que daria por un plato caliente de ese asado, podriamos decirle que nos den algo de suministros si no nos reconocen, ¿no creeis chicos?
Agueda calla, pero sus ojos muestran que no se fia.
Agarra la empuñadura de su espada frotándola con... casi con ansia.
- Apartémonos algo más del camino, no sabemos su condición y se aparta del camino, entre las sombras del borde.