Partida Rol por web

R1U-K3N acercó el libro de Bonal a la puerta, en ese momento ambas cosas comenzaron a brillar, la escotilla comienza a abrirse. El pozo vertical es una mezcla de tierra suelta y piedra arcaica, y sus muros están cubiertos por una decoración viva de ciempiés y demás insectos. El largo descenso os lleva aún más hacia el interior de la torre Dorasharn. Al cabo de un rato, el pozo comienza a escorarse en un ángulo más suave, y si os sujetáis con firmeza podéis caminar sobre uno de sus lados. Más adelante el pozo se convierte ya en un túnel casi horizontal; vuestros pasos se pueden mantener con buen ritmo sin peligro.

El túnel se abre a una enorme cámara, aunque su boca se encuentra sobre unos 6' sobre el suelo de aquella. No podéis ver las paredes más lejanas en medio de la oscuridad, y las ruinas de los muros más cercanos no son más que sombras más densas en la eterna noche del interior de la torre, pero sentís un cambio de la corriente y la presión que indica un gran espacio abierto ante vosotros

El guerrero se aferra como puede al pozo, intentando no resbalar y caer.

En los muros se ven insectos, ciempies y variada clase de bichos.

"Puaj...espero no nos encontremos abajo con sus versiones gigantes..." - piensa mientras se intenta afirmar en los bordes.

"Se ve algo abajo ??" - pregunta esperanzado al ver primero como baja el forjado...

Una vez parado y antes de descender a la cámara, al notar que no ve mas allá, extrae una antorcha y la prende.

Red observó con atención  cómo sus compañeros de misión conseguían abrir la escotilla. El joven mensajero fue el último en bajar, cerrándola tras él para evitar que otros pudieran seguirlos.

La entrada daba a un pozo húmedo y lleno de insectos, donde había que esmerarse para descender sin resbalar y caer. De nuevo Red fue el último en hacerlo, evitando así que alguien se lo llevara por delante. Tras otro túnel en el que ya se podía caminar, por fin llegaron a suelo firme y no tardaron en dar con una amplia sala sumida en la oscuridad, hasta que el misterioso humano de pelo oscuro encendió una antorcha. - Vaya, ya tenemos fuego- Susurró Red - ¿ Tienes alguna más?  Y esperando respuesta, el joven se quedó en la entrada, ballesta en mano, esperando que los demás comenzaran recorrer la sala

R1U-K3N fue el primero en descender, luego continuaron Ferreguld y Red. Mithas era el siguiente. Guardo el arco ante de comenzar la bajada y con la habilidad natural que caracteriza a los elfos, baje con rápidez y cautela. Al llegar abajo vio que ya habían encendido alguna antorcha.

-Buena idea, parece que no vamos a tener fuentes de luz naturales.

Volvió a sacar el arco y preparó una flecha, por lo que pudiera pasar.

Soy el más sorprendido de que mi hipótesis haya funcionado y el forjado haya podido abrir la puerta.

Comienzo a bajar el último cada vez más seguro de mí mismo y más rápido para ver que puede haber allí abajo.

Finalmente pago tanta autoconfianza fallando durante el descenso y acabo cayendo.

– ¡Apartados!

Llegáis hasta abajo del pozo, casi todos bien, Ferreguld enciende una antorcha que os permite ver algo, parece un lugar derruido, paredes medio derruidas por doquier, es un amplio lugar, pero la luz de la antorcha no os deja ver más allá, incluso aquellos que ven en la penumbra solo ven oscuridad. Si está allí lo que habéis ido a buscar, debéis avanzar para poder ver algo.

Un incesante sonido de fondo se alza desde los muros y escombros a vuestro alrededor. Os lleva un momento reconocerlo, pero al final lográis identificar chasquidos y zumbidos entre toda la cacofonía. No es muy diferente al sonido de los insectos en el bosque del Rey, excepto porque la sala parece amplificar y reverberar el ruido de forma inquietante

Una alfombra negra se desliza por el polvoriento suelo en vuestra dirección. No, no es una alfombra, sino una masa de brillantes escarabajos negros que chasquean y chirrían, abalanzándose en tropel contra vosotros con famélicas intenciones.

A pesar de estar convencido de que acabaría el descenso dando vueltas sobre sí mismo llevándome por delante a alguno de mis compañeros, aunque finalmente logro mantener el equilibrio, aunque tardo unos metros en estabilizarme completamente.

Al ver lo que se nos aproxima pienso en lo que nos indico nuestra patrona que lleváramos.

– Fuego, necesitamos fuego. ¿Dónde esta Ferreguld con su antorcha?

Red intenta determinar la procedencia exacta del sonido y su origen, es decir, que tipo de criatura o criaturas lo emiten, dónde y a qué distancia se encuentran exactamente. Parece algún tipo de colonia de insectos, pero....

Una alfombra negra se desliza por el polvoriento suelo en vuestra dirección. No, no es una alfombra, sino una masa de brillantes escarabajos negros que chasquean y chirrían, abalanzándose en tropel contra vosotros con famélicas intenciones.

Los escarabajos rodean a R1U-K3N subiendo por su cuerpo, mordiéndoles, por suerte para el forjado su piel era tan dura que no conseguían hacerle ningún daño

Lorian queda completamente sorprendido al ser atacado por aquella masa de escarabajos que comienzan a producirle incontables mordiscos con sus pinzas.

Intenta reaccionar con una ráfaga de golpes, pero su maestro habría quedado terriblemente avergonzado por lo patético de sus ataques, como mucho sus pisotones habrán aplastado un escarabajo cada uno.

– ¡Lorian concéntrate, concéntrate!

La verdad es que R1u no sabia si adoptarlo como mascota o matarlos ... no tenia claro si estaban atacandolo o solo molestandolo, asi que , decidio disotearlos sin piedad , pisoteandolo de formas repetidas ( como soy monje voy a hacer lluvia de ataques contra esos escarabajos ... con ello matarlos y quitarlos de mi pierna ... incluso haciendolo con las piernas)

Parecía que el camino al tesoro iba a estar lleno de imprevistos.
Vio como los monjes trataban de acabar con los escarabajos y trató de hacer lo mismo que ellos. Confiaba en poder espantarlos con los golpes que estaba propinando al enjambre y obligarlos a marcharse en otra dirección.

R1U-K3N aunque no siente daño por la plaga de escarabajos comienza a sentir náuseas, son demasiadas de ella, prácticamente a él no se le ve, solo se ve una mancha negra con la forma del forjado, los escarabajos no dejan de intentar meterse por sus oídos, boca y nariz. El forjado no consigue hacer nada, está demasiado ocupado quitándoselas de encima.

Mithas y Lorian empezaron a dar golpes para intentar espantarlas pero había demasiadas de ellas para matarlas a todas o para que se esfumaran.

Siento como esas criatura se va metiendo en cada centimetro de mi cuerpo ... no me hacian daño, pero sentia como me impedia moverle libremente ..

Red observó atónito como, en un abrir y cerrar de ojos, una masa ingente de pequeños escarabajos cubría al forjado por completo. Los golpes de sus compañeros eran inútiles contra la gran cantidad de insectos. Entonces recordó el consejo que les dijo la chica antes de partir - ¡¡ El Fuego, utilizadlo para quemarlos y ahuyentarlos!!! Grito el joven a sus compañeros de aventura.  

Ferreguld se inquietó. Sus peores temores se hacían realidad al ver a ese mar de criaturas.

Sus compañeros ya habían descendido a la especie de habitacion y los veia inmersos, como los escarabajos intentaban entrar en ellos. Lamento no tener un conjuro que atacara a grupos de bichos y solo atino a buscar fervientemente un lugar que no se viera cubierto de estos bichos (aun no llegaban a el).

"Tengo solo unas cuanta antorchas...tomad" -djo mientras repartia tres antorchas, y con el fuego, intentaba alejar los bichos ccerca de el.

Ferreguld usa su antorcha de forma improvisada, algunos de los escarabajos se dipersan, otros mueren, pero sigue habiendo los suficientes para molestar a R1U-K3N que comienza a sentir los estragos que están haciendo en su dura piel. Ferreguld busca un lugar donde ir o donde los escabarabos no vayan, pero la luz es demasiado pobre como para poder ver más allá de donde se encuentran. Pasa una de sus antorchas a Red que es el único que está justo a su lado

Al ver que Ferreguld no conseguía librar al forjados de los escarabajos que le estaban comiendo vivo, a Red se le ocurrió hacer algo que quizás pudiera funcionar. El joven comenzó a mover sus brazos lentamente mientras entonaba frases en un idioma antiguo hasta que sus manos señalaron hacia el forjado. Tras eso cogió la antorcha que le cedían y la prendió con la ya encendida.