De mala gana soltó al soldado, dejandolo caer al suelo desde la mesa con desprecio.
-Aún no he acabado contigo, recuerda que la deserción se castiga duramente- Hizó señas al resto del grupo llamandolos a reunirse en torno a la mesa de forma confidencial-De acuerdo, preparaos para un viaje de dos días aparte de lo que tardemos en recorrer la caverna. Hay que viajar al sudoeste de los pantanos, imagino que vendrá en ese mapa, y allí al pie de una colina entre la floresta encontraremos el lugar donde pueden estar los amigos de Vertino y otros cautivos...¿estamos todos decididos? Por lo que sé, será una misión arriesgada y la cueva es peligrosa.
Permanecía impasible mientras hablaba con serenidad y mirando a todos a los ojos. Transmitía tranquilidad y confianza, tratando de imbuir su determinación a sus compañeros.
Perdón por saltarme el turno pero tenía que decirlo.
El soldado cayó al suelo con lágrimas contenidas, en parte por la humillación y en parte por el miedo. Se levantó y corrió hacia el exterior presa de un miedo incontrolado. Los aventureros estaban dispuesto a continuar con su plan. ya rondaba el mediodía y la pequeña Lillian deplegó el mapa encima de la mesa para enseñarlo a sus compañeros.
Bueno me despido hasta el lunes. Entonces ya os pondré el mapa en NOTAS. Entiendo que querréis partir inmediatamente.
El clerigo habia vuelto de su ausencia con una actitud demasiado altanera...mientras nos daba instrucciones nos miraba a los ojos,como si fuera el elegido para dirigir la encomienda. Thalos no iba a seguir las ordenes de ningún hombre sin cordura,fanático de un dios,como lo era Sildar y esperaría el momento oportuno para hacérselo saber.
-Mi hacha esta decidida,pero te advierto Sildar que soy un hombre libre, luchare bajo mis propias leyes....manifestó Thalos mientras se acercaba su cara a la del clérigo con fuego en su mirada y cólera contenida.
- Cada uno pelea por sus propias convicciones y las lealtades que le deba al dios que quiera profesar. Pero si es necesario siempre hay que subyugarse a las ordenes de otros que puedan saber más que una misma. - digo en referencia a los comentarios de Thalos. - Y tú pequeña, el fin puede justificar los medios, pero no quiero ver tus dedos escurridizos en las alforjas ajenas nuevamente, hay otros métodos para conseguir lo que una desea sin necesidad de hurtar o robar.
Mmmm no entiendo lo que dice la paladina...si el fin justifica los medios...¿Por que robar esta mal?¿Quien es ella para decir que unos saben más que otros?Uffff tantas clases de personas diferentes me abruman,tantos dioses y reglas...En mi pueblo los sabios son los más viejos y no llevan armadura...
Thalos se siente confuso,pero no sabe bien como expresar lo que siente, no quiere paracer un barbaro tosco y tonto ante los demas.
-¿Y que pasa si los dioses de Jillian se complacen cada vez que hurta?No molestes a mi amiga Elderane.
Expresa el moceton,en tono firme pero no agresivo a la pequeña devota, mientras con un brazo amarra a la ladrona a su cuerpo.
Sildar sonrió con calma...barbaros, aún no saben que viven bajo la bota del Rey Uriens y su libertad es solo la soga que se cierra con un nudo corredizo...su destino está en manos de Velex, en el mejor de los casos. Se dirigió a examinar el mapa con cautela, coincidía con los datos que el Sargento le había dado...¿Quizás debería hablar de él?...
Justo como me lo han descrito- dijo mientras miraba a Jillian- Elderane lleva razón, tu acción nace de buenas intenciones pero sigue siendo un robo aunque sea a un ladrón...a la vuelta lo correcto será entregarlo al oficial al cargo de los exploradores de la fortaleza, lo encontraran de suma utilidad.
Se marchó a por su equipo y armas, caminando con tranquilidad. Se detuvo en el primer escalón y se giró hacía el grupo.
Thalos, apresta tus armas...- dijo con tono conciliador- Pronto necesitaremos de ellas.
¿partimos ya? ¿queda algo por hacer?
- ¿Justo como te lo han descrito? - pregunto con claras dudas en mi cara - ¿Pudiste averiguar algo en tu recorrido por la ciudad que nosotros no?
Ya con mi armadura ataviada y mis armas dispuestas, solo me quedaba ir a buscar algunas raciones para emprender el viaje, aunque no sabía por cuanto tiempo sería y si Sildar tenía mayor información probablemente podría prepararme mucho mejor.
Elderane, Sildar y Thalos se enfrascan en una conversación en el momento en el que extiendo el mapa sobre la mesa.
Miro a izquierda y derecha mientras hablan, tanta risa me abrió el apetito.
Estoy pensando en la emoción del viaje, *espero que no llueva, odio la lluvia, mientras la paladín menciona algo del fin de los medianos. Empiezo a recontar mis raciones de viaje, *una, dos, tres,... cuando Thalos le contesta que nuestros Dioses hurtadores nunca lo permitirían y me rodea con su brazo gigantesco, levanto la mirada hacia él con la boca abierta *ooooh! solo su brazo es cómo una sierpe de las lagunas, me doy cuenta que Sildar me mira mientras comenta que nací buena.
Le dedico al clérigo una enorme sonrisa, feliz por su cumplido.
- ¡Vamos cuánto antes! - digo feliz y emocionada.
El enfrentamiento dialéctico me divierte, sobre todo ahora que parece centrado en otros. Casi me río abiertamente ante la respuesta acerada de Thalos, acerca de los dioses de Jillian y los hurtos...pero me contengo como puedo tras echar un vistazo al ceño fruncido de Sildar. Con la perspectiva de una aventura en común, no es momento de enfrentamientos, y menos aun con la escasa seguridad en mis artes, demasiado precarias como para ponerlas a prueba sin un acero amigo de respaldo.
—Lo que está claro es que el destino nos ha unido a los que estamos alrededor de esta mesa, para bien o para mal —Me encojo de hombros—. Prefiero pensar en lo primero. Yo estoy dispuesto, ahora echemos un vistazo a ese mapa...
Acomodando mi acero,asiento con la cabeza ante el consejo de Sildar y me siento listo para partir,pero al dar un vistazo alrededor tengo la sensación de que alguien falta...
-¿Donde esta el hombrecillo del bosque?Uhmmmm...declara Thalos en referencia a Elessar.
Al parecer y como bien había intuido la mediana había recuperado el mapa de los bolsillos de ese soldado, mientras se mantenían entretenidos en vagas discusiones Jillian desplegó el mapa sobre la mesa,por fin algo interesante, estoy aquí grandullón, aun no me he ido, tendrás que aguantarme un poco mas...pues si ya lo tenemos todo cuanto antes emprendamos el camino mejor...
El grupo da por finalizada su estancia en la Fortaleza y tras consultar el mapa rapiñeado con fabulosa astucia y maña se disponen a preparar sus cosas para partir. El sol está ya bastante elevado y ha pasado el mediodía, debín apresurarse para aprovechar las horas de luz lo máximo posible. ¿Qué les deparaba el destino? ¿Volverín a ver la fortaleza y disfrutar de los placeres de la vida? ¿Sacarían provecho y sacarín algo material que aprovechar? Sólo el teimpo despejarí estos interrogantes. Sucediera lo que sucediera estaban dispestas a vivir la primera aventura de sus vida y esperaban sobrevivir a ello y que no quedara sólo ahí. Quien sabe, igual les deparaba una larga vida aventurera de provecho, algunos sirviendo a su deidad, otros saciando su sed y otros cumpliendo sus propias espectativas de vida.
Pues cambio de escena.