Partida Rol por web

Yûki dispara su rifle en rápida sucesión, sobrecalentando el arma y consumiendo munición a un ritmo alarmante. Sin embargo consigue abatir al soldado que se estaba encarando con Isae y a los dos que se habían posicionado en la puerta. Sachiko tira de Arisa hasta meterla con ella bajo la mesa, diciendo algo que se pierde en el estruendo de los disparos.

¡CERRAD LA PUERTA! - ordena Airin mientras lanza algo a la entrada del laboratorio. Un pequeño cilindro metálico que empieza a girar sobre sí mismo expandiendo una mortífera nube de niebla roja.

¡Y UNA MIERDA! - Toshiie dispara contra el soldado que está junto a la puerta, pero éste se agacha perdiendo el casco cuando la bala del mercenario le pasa rozando la cabeza...

Tú también - responde Kagura dulcemente.

No mueras - le pide Izume a Sakura, que carga una nueva granada y asiente en silencio.

Hideo y Sakura preceden a Takeshi al apartado donde se encuentra el intercambiador de vías. Varos arcos de vías vacíos en forma de "U" se conectan a la vía principal y cuentan también con plataformas para rotar vagones y locomotoras. Al fondo de todo hay una plataforma de control con todos los cambios de agujas y los controles de las plataformas. No parece haber un alma a la vista...

Sakura avanza barriendo el intercambiador con su fusil, pero algo en el alto techo llama la atención de Hideo y Takeshi.

Dos enormes figuras se balancean desde el techo mediante una maraña de tentáculos azules que surgen de sus cuerpos. Parecen kabane increíblemente musculosos y y con placas metálicas atornilladas al cuerpo. Se mueven con agilidad y gracia mientras se abalanzan sobre los tres intrusos, las garras por delante ansiando descuartizarlos.

Avanzamos deprisa cuando noto que algo no va bien. Había kabane cerca y algo se movía por los tejados. Ante el gesto y mirada que lanza Takeshi sé que no son imaginaciones mías a pesar de que Kinomoto-san no diga nada. Sin embargo antes de que pueda avisarla las dos monstruosidades se abalanzan sobre nosotros, aún así agarro a la mujer por el cuello de su uniforme y la alejo antes de que se convierta en puré a la vez que sin esperar un momento preparo la guadaña dispuesto a acabar con esas criaturas.

Isae decide responder a los gritos desesperados de Sachiko y emprende una carrera hacia el fondo del laboratorio esperando que la niebla roja la proteja de los disparos de los soldados. Pero éstos no están interesados en ella: mientras que uno dispara una granada contra la puerta de la jaula el otro cierra la puerta del laboratorio. La puerta de la jaula cae al suelo destrozada y los monstruos dejan de pelearse para mirar hacia las presas de fuera.

¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! - chilla Isae cuando el inhibidor hace que sienta un taladro atravesándole la cabeza. Sin embargo, un instante es todo lo que necesita. La resplandeciente luz blanca que surge de sus manos reconstruye el pecho destrozado de Arisa en cuestión de segundos, cerrando su herida y expulsando la bala. Rescatada de las puertas de la muerte Arisa se sienta y toma una amplia bocanada de aire.

¡Esto ya es demasiado! - grita Toshiie. Aullando de rabia el mercenario corre hasta tener línea de tiro directa contra el primer monstruo y dispara. Sin embargo el disparo no tiene más efecto que atraer la atención del monstruo sobre él.

Por favor, que alguien me diga que esto es una broma - dice Toshiie cuando el monstruo empieza a moverse hacia él...

Señalo la plataforma de control en cuanto la veo, ese es nuestro objetivo. Aunque la chica parece cubrir todo el perímetro estoy teniendo un mal viento, la sensación de que alguien nos está mirando. Entonces me doy cuenta de lo que es y toda la tensión nerviosa que he sufrido a lo largo de todo este tiempo explota en una deflagración de cobardía y velocidad punta. Ignoro si ellos lo han visto, así que mientras empiezo a correr por mi vida suelto un grito para que se den cuenta de que nos están cazando.

Mi objetivo: la plataforma de control.

- Desgraciada - gruñe Yûki ante la visión de aquella granada mientras intenta esquivar el radio de acción de aquella cosa con un gran salto la deposita algo más lejos del humo y le da linea directa hacia los monstruos recien liberados.

Aún no se ha percatado de lo sucedido con Arisa, pero si ha podido ver la luz blanca. En su interior ahora solo hay cabida para acabar con aquellas cosas, aun sabiendo que la bruja aquella la puede ver mientras ella no. Pero no importa.

Realiza uno, dos disparos...

La carrera y el esfuerzo casi la dejan exhausta, pero consigue, mediante su fuerza de voluntad, superar el dolor y recuperar a Arisa de entre los muertos. - Te...te tengo. - le susurra, mirándola con una sonrisa. Momentos después se gira y ve con horror como la niebla roja sigue aumentando, y que las jaulas de los uberkabane se han abierto, dejando via libre para aquellas monstruosidades. - Doctor...¿hay alguna salida?¿algo? - dice, mientras saca su arma, apunta al enorme kabane más cercano y le dispara con la ballesta de vapor. Quizá entre todos puedan hacerle algo a aquella mole aberrante. 

Tanto esfuerzo para acabar convertidos en Kabane en la guarida de unos fanáticos xenófobos. 

Izume está vivo y lo demás le importa bien poco por lo que se acerca con paso vivo hacia el hombre mientras Culo Bonito ayuda a Pelo Blanco a ponerse en pie y ambos se dedican palabras que implican una gran confianza entre ambos

¿Se darán el uno al otro o sólo el peliblanco a ese culito prieto? se pregunta con cierta curiosidad al tiempo que Hideo acude junto a Sakura y la acaricia con cuidado secándola las lagrimas

-"Coño"-no puede evitar soltar al pensar en el trío que aquellos tres deben montarse en las noches de más frío

Izume se dirige a ella que asiente y le guiña un ojo

-"No lo haré pero procura volver a mi sano y a salvo"-advierte antes de correr tras Culo Bonito una vez más-"Esto se está convirtiendo en una jodida costumbre"-masculla tras el hombre aunque esta vez les acompaña ¿Takeshi?Sí,al parecer el amante se llama de aquel modo

Están llegando a su destino,casi han entrado en el hangar cuando de repente Culo Bonito la coge por la pechera y la aparta con fuerza al tiempo que algo impacta donde segundos antes estaba ella.Con un gruñido la mujer carga su arma preparada para disparar a lo que sea que les ataca

Los disparos de Yûki derriban al monstruo más cercano. El otro rebota contra la dura piel metálica de su objetivo, que grita enfurecido. Arisa e Isae esperan a que los monstruos salgan de la jaula para tener una línea de fuego clara...

Los dos monstruos rugen de frustración cuando sus garras sólo consiguen arañar el suelo donde antes estaban Takeshi y Sakura. Se levantan del suelo en toda su imponente estatura de más de dos metros, con la malla de tentáculos azules que los cubren agitándose sobre su piel remachada con placas metálicas. Sus brillantes ojos rojos se posan en Hideo y Sakura.

Takeshi llega hasta la plataforma de control sin que ninguno de los monstruos se le eche encima, pero se encuentra ante una consola con indicadores y controles que apenas sabe descifrar.

Fuera, el enorme cañón del Raijin sigue disparando...

Apenas veo como Takeshi sale corriendo hacia la sala de control, solo esperaba que no hubiera ninguna sorpresa más por el lugar pues ahora estaba bastante ocupado con los gigantes que tenía delante. Habían atacado a lo bestia y en general parecían más preocupados por atacar que evitar daños así que con la guadaña en mano busco el único punto vital que deben tener y golpeo varias veces esperando hacer el daño suficiente.

La oscuridad no era la misma que cuando cerraba los ojos, ni la misma que cuando perdía su visión mental. La oscuridad en el breve momento en el que murió fue larga, silenciosa, fría. Sabía que había cosas a su alrededor, pero no podía tocarlas ni sentirlas. El dolor había desaparecido, al igual que su cuerpo. Incluso su mente permanecía más silenciosa de lo habitual. Se está... Ni siquiera fue capaz de pensar si estaba bien de verdad, sin sentir absolutamente nada. Pequeñas luces comenzaron a aparecer en la oscuridad, más lejos, más cerca... Incluso le pareció que algunas empezaban a tomar forma e intentaban decirle algo. ¿Obaa...?

Un fogonazo de luz la deslumbra en ese momento y siente que su mente debe tomar aire a la vez que su cuerpo, a la vez que intenta ubicarse y echar un vistazo rápido a toda la habitación. El inhibidor... sigue activo. Niebla roja. No hay guardias. Pero sí Überkabanes. Y los demás siguen...

A la psíquica le da un vuelco el corazón al ver cómo los monstruos comienzan a avanzar hacia Yûki y Toshiie y frunce los labios al oír quejarse a este último. Por un instante se puede ver cómo a Arisa se le escapa una fugaz sonrisa. Con fuerzas renovadas, se levanta, se prepara y echa mano del arco a su espalda. Todavía no te he demostrado de lo que soy capaz...

- ¡Tendrías que haberte quedado en la Ryugujou! - exclama, al tiempo que dispara contra el Überkabane que va a por él. La flecha silba por el vapor e impacta en el pecho del monstruo, haciendo que retroceda levemente. La psíquica se gira, con un curioso buen humor, hacia Lyashi y asiente - Gracias por salvarme. Ahora tenemos que sacar a los demás...

La negra hoja de la guadaña de Hideo se dirige certera al corazón del monstruo, pero éste hace algo que Hideo nunca había visto hacer a un kabane.

Defenderse.

Usando sus brazos y saltando hacia atrás el monstruo evita los mortíferos ataques del kabaneri. Cuando aterriza sobre las manos y pies lanza un rugido aterrador.

Los disparos de Arisa e Isae alcanzan a los monstruos en el pecho antes de que se abalancen sobre Yûki y Toshiie. El mercenario intenta evitar el golpe haciendo una pirueta hacia atrás, pero las negras zarpas le rastrillan la carne de la pierna arrancándole un aullido de dolor.

¡Cuidado! - avisa Kuroda - ¡Esos Überkabane tienen entrenamiento avanzado de combate!

¡NO ME JODAS! - grita Toshiie. Nada más aterrizar desenfunda su katana y se lanza de cabeza contra el monstruo. La hoja negra silba en el aire. El monstruo le da un manotazo y consigue desviarla, pero no lo suficiente como para impedir que le atraviese el corazón. La punta de la katana sale por la espalda del Überkabane acompañada de una pequeña lluvia de chispas azules. La luz rojiza de los ojos del monstruo se apaga y se desploma en el suelo.

La granada de humo rojo de Airin agota por fin su carga y deja una nube flotando cerca de la puerta...

Tras el flechazo, Arisa frunce los labios al ver cómo el kabane alcanza a Toshiie, pero se relaja al ver que éste consigue acabar con el monstruo de todas formas. Y ahora Yuki-san... Preparando otra flecha, la psíquica dispara de nuevo al corazón del otro Überkabane, clavando otra flecha silbante en su pecho. 

Consigo llegar a la plataforma sin que nada se me eche encima, y dedico un par de segundos a respirar hondo para intentar serenarme. Al levantar la cabeza y ver la consola tengo un momento de pánico y me echo ambas manos a la cabeza, en un mudo gesto de profunda desesperación. Durante un segundo no soy capaz de comprender lo que estoy viendo, y pestañeo con fuerza procurando mantener la calma.

Tras ese mal momento empiezo a descifrar los botones de la consola, y tengo una relativa confianza en mis habilidades para sacarnos de este infierno. Levanto la voz para que me oigan fuera.

-ESTOY EN ELLO.-

Yûki evita por muy poco el zarpazo del Überkabane, que se gira hacia ella levantando ambos brazos para atacarla de nuevo. Se escucha un siseo, un sonido de metal contra metal y la flecha de Arisa atraviesa el pecho del monstruo de lado a lado. La punta de hierro kabane rompe la piel de la espalda acompañada de una descarga de chispas azules. El überkabane cae al suelo y tras un par de espasmos queda tendido e inerte.

El silencio se apodera de la sala por unos momentos.

Ah, joder - maldice Toshiie mientras se deja caer al suelo - Ese maldito demonio casi me arranca la pierna.

¿Ya está? - pregunta Kuroda - ¿Se ha terminado?

Eso parece, viejo - contesta Toshiie - Y ahora ¿cómo salimos de aquí? ¿No hay otra puerta?

El científico niega con la cabeza - La única puerta es ésa - señala hacia la nube de humo rojo - Y con la mala ventilación de este sitio tardará mucho tiempo en disiparse.

Pues estamos bien - Toshiie se sienta y empieza a vendarse la pierna herida. Está a medio terminar cuando unos potentes golpes sacuden la puerta hasta arrancarla del marco. 

¡Dadnos un maldito respiro, joder! - Toshiie deja las vendas y echa mano de su pistola

¡NO DISPARES! - le dice Sachiko - ¡Que nadie dispare, por favor!

Del humo rojo surge la figura de una adolescente que examina el laboratorio con sus brillantes ojos rojos. Su piel tiene la palidez de un cadáver y el pelo que asoma bajo su capucha negra tiene el mismo color de la tiza.

Airin Zweihänder ¿Dónde está? - su voz es sorprendentemente ronca y fría.

¡Se ha marchado! - grita Kuroda asomando de su escondite - ¡Habrá ido a por refuerzos! ¡Tienes que ayudarnos a salir de aquí!

Cuando la chica se fija en el anciano todo su cuerpo se tensa por la rabia. Del guantelete de hierro negro que lleva en su mano izquierda surge una hoja manchada de sangre.

Sachi Kuroda - gruñe la chica que empieza a andar hacia él - Tú también tienes que morir...

Isea suspiró aliviada cuando vio caer a los dos Überkabanes, aunque estaba preocupada por la herida de la pierna de Toshiie, más que nada porque no iban muy sobrados de aliados, y el soldado había demostrado ser muy competente en lo suyo. La noticia de que no había más salidas y que debían esperar a que aquel humo rojizo se disolviera le hizo pasear su mirada por toda la sala, buscando ventanas o alguna alternativa, pero no parecía haber nada...*

La irrupción en la sala de una muchacha pálida, con los ojos rojizos y el pelo del color de la nieve sucia le hizo centrar su atención en ella, por un momento pensó que la desconocida se iba a ir, persiguiendo a la hermana de Kotaro, herida por ella, pero cuando ésta centró su mirada en el doctor, la rabia y el arma que sacó de la manga, literalmente, le hicieron temer de nuevo por su vida. - ¿Es que ésta espiral de muerte, venganza y asesinatos no va a acabar nunca? ¡Mírate muchacha, enfrentándote a varios desconocidos de los cuales no sabes nada, ni si están a favor tuyo o en tu contra, ni sus razones para estar aquí, ni si están más dolidos que tú o necesitan al doctor para algo bueno....todo para matar a un científico que se ha visto obligado a usar su ciencia en contra de su voluntad. ¿Y mientras dejas escapar a la causante de todo ésto? ¿Pero tú piensas? - le dijo, en un arrebato de pasión. 

- Te prometo que el Doctor se quedará a nuestro lado hasta que acabemos con ésto, y si lo pides con educación y amabilidad, se te dejará acusarle de lo que sea, y si nuestro líder lo estima oportuno, será sometido a un juicio. Tómalo o lucha contra todos nosotros, no nos vamos a dejar matar, sólo queremos parar ésta atrocidad de infecciones y virus, de xenofóbia y violencia descontrolada. - tras hablar, empuñó con fuerza la ballesta, dispuesta a usarla si era necesario, aunque en su rostro se veía que no quería y que sólo la usaría si se veía obligada a ello.