Partida Rol por web

La niña se sobresalta ligeramente al oír tu voz, pero antes siquiera de que le de tiempo a girarse y puedas ver su rostro, una voz femenina grita detrás de ti de forma autoritaria.

- Korsakhan! - Grita la voz en un idioma desconocido para tí y lo suficientemente alto como para que la niñ le oiga tambien... - Que haces aqui escondido detras de niña? Aqui fiesta privada, no mayores excepto mi vexilla... - Te mira con tono desafiante, clavando el mango de su hacha en el suelo frente a ella y agarrandolo con fuerza, dispuesta a atacar si es necesario.

El piso superior te recuerda a una de las colmenas de las abejas gigantes allá en el valle de las flores. Decenas de puertas se abren a habitaciones individuales y éstas llenan los pasillos de la planta. Buscas a Kenvent moviendote rápido y con sigilo pero rápidamente te das cuenta de que puede que no lo encuentres en toda la noche.

De pronto una voz femenina, fuerte y autoritaria grita una palabra desconocida: - ¡Korsakhan!

Corres hacia el origen de la voz y te topas con una sala repleta de libros, mesas y estantes, que se abre en un balcón sobre el jardín inferior. La luminosidad de la luna roja lo tiñe todo de un tono carmesí y su luz te permite contemplar una inquietante escena: Kenvent está en el centro de la sala, todavía ataviado con su disfraz y frente a él, junto a la puerta, está la mujer grandota que acompañaba a Kilder y Loranda, sujetando amenazadoramente su hacha frente a tu compañero desarmado. Al fondo, justo en el balcón, puedes distinguir la silueta familiar de una niña.

Las palabras de Kilder no hacen más que aumentar la desconfianza del chamán hacia él. Intenta conectar con Erikand pero rabia se lo impide momentáneamente. Finalmente su mente de adentra en la del comerciante y su voz resuena en su cabeza como si fuera un pensamiento.

- No me fio el pirómano. Tiene un alma traicionera. No le digáis nada de mi presencia aquí, quizá pueda seguirlo si intenta algo o... protegeros. Si quieres decirme algo piénsalo.

- Esas palabras... sigo sin confiar en él. Házme el favor de no decirle que estoy cerca. Podría ser de utilidad que no lo sepa.

Swen observa el mundo físico desde el de los espíritus. Busca las auras de Kenvent o Aldar. Si viera que se acercan trataría de contactar con ellos advirtiéndoles del comentario de Kilder.

-"De utilidad para quien?"- pregunto mentalmente sabiendo que Yorsar me escucha- "Hace rato que Aldar fue en busca de Kenvent, tampoco Vehexa ha regresado con la niña...Ella esta en desventaja puesto que no os conoce. Espero que no me la jueguen, he confiado en vosotros, sabeis que yo tambien busco a esa niña"- miro a mi alrededor con la esperanza de ver a cualquiera de los tres aparecer- "Confio en que no le ocurra nada a Vehexa, tambien en que no rapten a la niña por su cuenta." 

-Creo que no hace falta que nos separemos, pero Vehexa no viene no se porque, asi que sera mejor que la busquemos. Es una mujer grande y destaca entre los demas, no sera dificil dar con ella. Vamos- pensativa y extrañada por la tardanza de Vehexa apresuro el paso caminando a lado de Kilder. 

- ¿Acaso te he dado motivos para desconfiar de mí alguna vez? -su voz denota profunda extrañeza y dolor por la simple posibilidad de que se cuestionen sus principios- Simplemente Kilder... es Kilder... siempre me costará confiar en él... y sus palabras no me han tranquilizado.

-"Confio en ti, siempre lo he hecho. Pero Aldar y Kenvent deberian haber venido ya. No hablamos de Kilder querido Yorsar, de hecho despues de escucharlo estoy mas tranquila, no creo que os delate. Hablo de Aldar, y de Kenvent, vieron como Vehexa iba en busca de la niña, y quedamos en que la trajera. Ninguno de los tres ha regresado y temo que la haya seguido para raptar a la niña"- mi voz muestra el cariño que siento por Swen- "Espero estar equivocada, solo espero eso." 

Eres tu Swen? maldita sea, cómo eres capaz de meterte en mi cabeza? Esto es seguro no? Yo también dudo de su lealtad Swen. No sé si es prudente llegar a decirle algo. Él no te puede ver verdad? Mejor síguele. Puedes mantener esta conversación a distancia? No quiero que estés sólo con él. De todos modos tendremos que buscar a los demás. O a la niña.

Mientras pensaba en ello, entró en la fiesta de nuevo y empezó a buscar a sus compañeros, a la niña o lo que antes le llamase la atención.

Erikand se mueve hacia adentro segundos después que Loranda y Kilder, a una distancia prudencial, buscando también a la niña, o a sus compañeros. Quizá la giganta esa también le llevaba a la niña.

- Dudo que pueda saber de mi presencia y no creo que me espere en esta forma. Quizá pueda pensar en mis amigos y prevenirse contra ellos. Estaré atento por si algo me pudiera ocurrir. Mientras permanezca cerca podremos comunicarnos de esta manera durante unos minutos.

Aunque permanece atento a la posible aparición de las auras de Kenvent o Aldar el espíritu de Swen no se aleja de Loranda y, especialmente, de Kilder.

Kilder y Loranda buscan durante unos minutos, después preguntan y se dirigen hacia una escalinata que da acceso a una planta superior. Kilder encabeza la marcha y Loranda dedica un gesto a Erikand para que la siga.

En la planta superior la calma se agradece; Aquí no hay fiesta, ni baile, ni risas histéricas. Desgraciadamente, el lugar se asemeja a un laberinto: Interminables pasillos repletos de puertas que se abvresn a habitaciones individuales o no y que os dan la sensación de estar pasando todo el rato por el mismo sitio.

Tal es la confusión de la búsqueda que Kilder apenas repara en el tipo disfrazado de lagartija que camina a cierta distáncia del él y Loranda.

Finalmente dais con una sala grande, repleta de libros, mesas y estantes, posiblemente una sala de estudio, rematada en un enorme balcón abierto que da al jardín inferior y que deja ver la majestuosidad de Sedenya, la Luna Roja suspendida en el cielo. En el centro de la sala veis la figura de Vehexa, hacha en mano pero sin llegar a ser amenazadora; Frente  a ella está Kenvent, abrazado a una niña que solloza de alegría; Ha cambiado mucho, ha crecido y ya no muestra ese aspecto asalvajado de cuando la conocisteis, pero no hay duda de que se trata de la pequeña Ahrrya. También reparais en la presencia de alguien disfrazado de oso que se oculta en un rincón, observando la escena.