Partida Rol por web

Las ultimas semanas en la cabaña de guardia transcurren de forma rápida y tranquila. Vuestras largas guardias y caminatas por el hielo se acortan y la proximidad de la primavera suaviza el frio. Jorandash pasa los últimos dias escribiendo un largo informe en un libro de campaña con una pluma frente al fuego.

La última noche, cenando junto al fuego teneis una sensación extraña. Deseabais con todas vuestras fuerzas que llegara este dia y terminar con la misión que os condenaba, pero ahora mismo, la incertidumbre sobre el futuro se hace más presente que nunca. ¿Qué será de vosotros? ¿Adonde vais a dirigir vuestros pasos si os conceden la libertad? ¿Y si no? Cpon estas preguntas cenais en silencio, hasta que Jorandash lo rompe, informe en mano.

-Han sido unos meses duros, sin duda. Nos encomendaron esta misión con la idea de que ninguno de nosotros regresara, y no solo estamos sanos y salvos sino que nos hemos hecho más fuertes que antes. -Jorandash agacha la cabeza, como si le avergonzara lo que va a decir. -Si os soy sincero, yo no tenía fe en vosotros. pensaba que los brolianos erais gentes salvajes y sin honor alguno, pero me habeis demostrado que no es así. Habeis luchado con valor, habeis sabido ser fieles a vuestra palabra y lo que nunca olvidaré: No dudasteis en salvar mi vida cuando me arrojaron a ese pozo infestado de muertos. Jamás podré pagaros por lo que habeis hecho por mi. Me habeis dado una importante lección.

Entonces abre su libro y va pasando páginas hasta llegar a la última.

-Esta página es vuestra. Hablo sobre cómo habeis sabido obedecer órdenes y del servicio prestado a Carmania y al Imperio Lunar. debería bastar para que os dejaran libres en el juicio que se celebrará a vuestra vuelta, pero... No me perdonaría que no fuera asi. Por ello os propongo una alternativa. Tengo contactos en el Imperio que podrían interceder en el juicio si aceptais servir en el Imperio Lunar como soldados. No solo os librariais del juicio sino que recibiriais un entrenamiento exclusivo; Serviríais durante un par de años y después ganaríais el status de Ciudadanos. Como Ciudadanos podríais moveros libremente por todo el imperio sin que nadie os molestara jamás. -Jorandash se fija en vuestros rostros tratando de averiguar algo pero prosigue. -O si lo deseais... Puedo añadir en el informe vuestro heróico fallecimiento. Si os doy por muertos no habrá juicio ni nadie os buscará jamás, pero debereis buscaros la vida por vosotros mismos, regresar a Brolia lo antes posible y procurar no salir de allí nunca. Es otro tipo de libertad, si es eso lo que quereis.

Meneo la cabeza. En mi caso no hay demasiado en qué pensar. En Carmania tengo a mi familia, sí, pero nunca pasaré de ser un cazador anónimo que come de las migajas de los nobles. Mi hermano intenta prosperar precisamente con lo que nos está ofreciendo Jorandash pero... ¿si no lo acepté antes, por qué lo voy a hacer ahora? ¿Ganarme la vida matando a gente como los brolianos? Habrá formas de hacerles saber a mi familia que sigo vivo y bien. O tal vez no. Tal vez sea mejor dejar que entierren a Aldar.

Y en Brolia... en Brolia éramos queridos y respetados, al menos hasta la masacre provocada por los lunares.

Le dirijo una mirada significativa a Kenvent.

- Kenvent... ¿podremos regresar a Brolia? ¿Tenemos realmente abierto ese camino? ¿Aún sin la niña?

Sin escuchar las palabras de Jorandash, me sumía ne mis pensamientos, fruncía el entrecejo mientras pensaba, movía los labios, agarraba mi nuevo bastón con fuerza, tanto que se notaban mis venas en la mano... Mi mirada era sombría, con una especie de luz en el fondo, mientras mas pensaba, me brillaban mas los ojos, puede que alguna lágrima apareciese en ellos, ya fuese por pena, por resignación, o por impotencia...

Esta vez han sido mis compañeros, teníamos el poder para vencer a nuestros enemigos, un gran ejercito que no temía ni padecía, habrían luchado hasta el fin, pero no, ellos tenían que destruir el orbe, estoy seguro de que lo podría haber manejado yo solo, sin su ayuda... Ahora vuelvo a estar encerrado entre ellos. Ay Kenvent, siempre hablando de venganza, la has tenido delante, y no la has aprovechado... No puedo separarme de ellos, son un poco torpes algunos. Voy a tener que vigilarles de cerca, en cualquier momento, aparecerá otra ocasión de venganza. la pobre Loranda cada vez está mas desquiciada, necesita sentirse útil (pensamiento de mujer supongo), intentaré ayudarla también. Swen ya tiene bastante con lo suyo. Erikand es el único que veo aun un poco en sus cabales, y bueno, Aldar es Aldar...

Seguiré un tiempo con ellos, he de protegerles, porque en cualquier momento pueden ser mis marionetas de venganza... que decidan ellos lo que hacemos.

Antes de hablar, una especie de sonrisa apareció en mi boca:

Eso si, me lo pasé muy bien quemando la torre, por lo menos me llevo un buen recuerdo...

-A mi me da igual mientras sigamos todos juntos, compañeros, jajaja -risa macabra medio ahogada que salió del fondo de mis pulmones-

Las palabras de Jorandash consiguen que viejos recuerdos acudan a mi mente. Me quedo pensativa durante unos minutos y me dirijo a el en tono conciliador. 

-Me gustaria discutir esto con mis compañeros. Te ruego que nos dejes solos un momento, es una decision complicada y es mejor que tu presencia no influya en lo que cada cual tenga que decir.

Espero a que Jorandash nos deje solos y me pongo comoda en la silla. Hace tiempo que no tengo mucho que decir, pero esta ocasion es diferente. 

-Tan solo Aldar y Kilder han dicho lo que piensan- miro a Swen, Erikand y a Kenvent- Aldar cree que regresar a Brolia es lo mejor, el precio que tendria que pagar es lo que lo dieran por muerto. Kilder en cambio dice que le da igual donde vayamos con tal de que sigamos juntos. A mi no me da igual. Se perfectamente donde quiero ir y tengo mis razones. Sin darme cuenta miro a Kilder con una extraña sonrisa en la boca- Podriamos regresar a Brolia, pero como? como fracasados? como un grupo de perdedores que se ha dejado arrebar a la niña a quien protegia? como un grupo de cobardes que se ha dejado encerrar y humillar por un puñado de perros lunares? Creeis que en Brolia nos recibirian con los brazos abiertos?- suelto una exclamacion llena de sarcasmo a modo de carcajada- No, me niego. Me niego a volver a Brolia y contarles que Arrhya ha desaparecido. Me niego a volver con las manos vacias y decirles que hemos estado en una carcel medio desnudos, que apenas teniamos alimentos, que se han burlado de nosotros y que nos han dejado libres a cambio de perder nuestra identidad dandonos por muertos- me levanto y me sirvo un poco de vino, luego prosigo- Desde que Felkenna nos traiciono no hemos hecho mas que obedecer sus ordenes, no hemos podido decidir nuestro destino. Ahora si podemos, podemos y lo haremos, al menos yo lo hare. Podemos alistarnos, entrenarnos, aprender a luchar como ellos para nuestro propio beneficio y luego ser libres- aprieto los dientes y hablo con rabia- Pienso matar a esa perra lunar, y pienso encontrar a la niña, solo entonces volvere a Brolia, siendo yo, Loranda, llevando la cabeza bien alta y mi orgullo intacto. Hemos aguantado a Jorandash- miro de reojo hacia la puerta- Lo hemos seguido y hemos hecho lo que nos ha ordenado, incluso le hemos salvado la vida- hago una pausa para sonreir con ironia- Que son dos años en el ejercito lunar? para mi nada, el fin justifica los medios y sabeis? mi fin es pasar por una de ellos y vengarme, lo jure cuando estaba en la celda y lo cumplire. Recordad, vosotros tambien jurabais venganza, pues esta es la ocasion, la oportunidad que esperabamos con la ventaja de que ellos mismos nos entrenaran, si somos listos daremos con Arrhya y podremos devolverla a su pueblo- de momento he dicho todo lo que queria y miro a mis compañeros uno a uno- Voy a alistarme y juro que si Felkenna se cruza en mi camino la matare. Morire el dia que mi alma abandone mi cuerpo y no antes. Si tengo que sacrificar dos años de mi vida lo hare, no volvere a Brolia como una fracasada. 

Me levanto lentamente, y hago un rápido movimiento apuntando a Loranda con la calabera de mi bastón:

-Maldita sea, la muchacha tiene razón. Deberíamos dejar de huir, y aprovechar la ocasión. Nosotros veníamos en busca de la niña, y ni la hemos visto. Hasta que no la liberemos, no nos iremos de aquí. Y recordad, que si se nos da por muertos, y alguna vez nos encontrasen, podríamos meter en algún problema al amigo de Erikand, y sin contar, que si no "exisitimos" nadie podría impedir nuestra muerte.

Me levanto y comienzo a andar.

-Y claro, si nos podemos vengar de alguna manera...

Pongo una mano sobre el hombro de Loranda:

-Yo me quedo con ella, estoy harto de parecer un conejo asustado buscando agujeros donde esconderme. Sacaré todo lo que pueda de esta oportunidad, y algún día me iré con la cabeza bien alta mientras noto el calor de las llamas a mis espaldas.

Niego con la cabeza, aunque no puedo evitar sonreír.

- Loranda ha sido muy inteligente al pedirle a Jorandash que se fuera. No quería decir que nos marcháramos sin la niña, o al menos olvidarla. Solo era un mensaje entre líneas. Pensadlo- apoyo la espalda en la pared y cruzo los brazos- Si nos alistamos, durante dos años no seremos dueños de nuestro destino. Pueden enviarnos al confín del mundo si quieren. Lo sé bien, no veo a mi hermano desde que se hizo legionario lunar.

Me rasco la nuca, más como un tic nervioso que porque me pique.

- Sin embargo, si volvemos a Brolia, nos darán por muertos. Jorandash no va a seguirnos para saber si volvemos a entrar en el Imperio. Podemos usar otros nombres... habremos muerto, no existiremos ¿qué mayor libertad que ésa? Dos años es mucho tiempo, tal vez la propia Arrhya haya cambiado totalmente para entonces.

Al oír la oferta de Jorandash, cierro los puños con fuerza, para contener la rabia que hierve en mi interior. Por suerte, Loranda es avispada y aparta al perro de nuestra vista para que podamos hablar con mayor tranquilidad. Al mismo tiempo, me enorgullece enormemente comprobar cómo mis compañeros parecen no haber perdido las ganas de seguir luchando y no someterse a una solución fácil. No puedo evitar esbozar una sonrisa al oír que no se han olvidado de mi sobrina, ni de la traición de Felkenna, aunque cada uno defiende un modo distinto de llegar al fin del asunto. Me levanto para exponer mi opinión:

-Jorandash es un perro muy listo. Y al igual que la bruja que nos traicionó en Brolia, no hace más que mentirnos para conseguir sus objetivos, que no son otros que los de defender los intereses del imperio lunar -doy un golpe fuerte sobre la mesa-. Nos prometió que si cumplíamos esta misión, seríamos libres, pero en vez de la libertad, nos ha dado una alternativa: o volver a Brolia y no causar problemas, o formar parte de su ejército para matar en el nombre de su maldita diosa roja. Finge que nos ayuda, cuando en realidad nos está poniendo un velo en los ojos para no cumplir lo que prometió. Debimos haberlo matado mucho antes de llegar aquí. Ahora hemos cumplido sus órdenes y arriesgado nuestras vidas, pero volvemos a estar como al principio: engañados y prisioneros -miro a todos fijamente para comprobar su reacción y dejar que piensen en lo que digo. Al cabo de unos instantes, prosigo-: No quiero escoger ninguna de las opciones de Jorandash, lo que quiero es... escoger nuestra propia opción -digo señalándome el pecho y luego el de los demás. Luego dirijo la mirada a Loranda y a Kilder-. Como dice Aldar, si nos alistamos en el ejército lunar, seguiremos cumpliendo órdenes como hemos hecho con Jorandash. Pero esta vez será mucho más difícil escapar. Y yo no me creo que al cabo de dos años nos den la libertad. Solo nos darán más mentiras para que sigamos cumpliendo sus órdenes. La libertad solo la conseguiremos si decidimos recuperarla por nuestros medios. Por eso, el plan de Aldar me parece lo mejor. Que nos den por muertos. Entonces podremos ir en busca de Arrhya.

Miro muy seriamente a Aldar y luego al resto, esperando oír su opinión.

Asiento en silencio. Ésa era mi idea desde el principio. Miro los rostros de mis compañeros, esperando su punto de vista.

Aprieto levemente el hombro de Loranda, mientras entre dientes, se pueden oír mis palabras:

-Egoístas cerrados de mente. -hago un movimiento para señalarles con mi bastón, quedando este a escasos centímetros del cuello de Loranda- Habláis de libertad, y queréis huir, esperando como ratones a que vuelva el ejercito a por nosotros, si, los no muertos nos dirán, aquellos que deberían estar enterrados en el hielo, pero... ¡SORPRESA! -Me doy unos golpes con el dedo en la sien- la libertad está en la mente, no en las piernas. Me parece vergonzoso que queráis iros, así sin mas, -imito la vos de Kenvent- Si, ya volveremos otro día a por la niña, ahora me he de meter en un agujero. -otra vez yo- No se si os recordáis de cierta profecía, pero no recuerdo que dijesen fechas, puede que estemos trabajando a contrarreloj. Además, os recuerdo que desde que estamos dando vueltas por estas tierras, nuestro poder a aumentado mucho, nuestra sabiduría, nos estamos haciendo muy fuertes. Os recuerdo que si, hemos acompañado al perro, pero de todos los objetos que hemos conseguido, el no ha visto ninguno, ni ha reclamado. Nos ha tratado como mercenarios, no como esclavos, y esa me parece que ha sido su forma de pagarnos. -escucho el maullido de un gato en la casa, y en esos momentos me parece muy, muy molesto. Me giro, y dibujando el símbolo del infinito en el aire con el bastón, lo quemo delante de los ojos de todos- Esto, esto es poder, cuando vinimos aquí, nadie imaginó que podríamos llegar a hacerlo. Alistarnos dos años, no es ser esclavos, sino que Jorandash, en cierto modo, nos está brindando la oportunidad de ser unos infiltrados en sus filas. A él le interesa un golpe de estado, aunque no lo diga, y el que no se haya dado cuenta, es para darle de tortas con una piedra en cada mano. Nos están dando la oportunidad de estudiarles desde dentro durante dos años, y poder buscar algún tipo de venganza, y de encontrar a la niña-vuelvo a apoyar una mano en el hombro de Loranda- Nuestra chica está cansada de huir, siempre ha querido vivir aquí, desde la primera vez que nos brindaron la oportunidad de estudiar, de vivir como ciudadanos, pero nos dejamos guiar por el instinto, y no le hicimos caso. Ha sido la que mas ha sufrido de todos, lo ha sacrificado todo. Miradle los ojos, cada día se levanta con mas ojeras, está agotada de todo esto, aun mas, no creo que la ilusión de su vida sea hacernos de comer cada día a todos, y menos aun no poder bañarse si no es en un río helado. Haced caso a la chica, y no seáis egoístas por una vez en la vida. Ella siempre ha tragado con nuestras decisiones, sin rechistar no levantar la voz, es hora de que las mujeres elijan...

Escucho con atencion hasta que las palabras de Kilder llegan a mis oidos. Noto su mano apoyada en mi hombro y me vuelvo un momento para mirarlo. Realmente estoy asombrada.

-Kilder piensa como yo- empiezo a pensar que el frio y la miseria ha afectado su mente pero no digo nada- Huir es una opcion, ya no seriamos nosotros, tendriamos que cambiar nuestra identidad y vivir siempre con el riesgo de que alguien nos reconozca, con el tiempo tal vez encontraramos a la niña y cumplieramos nuestra venganza. Pero creo que el camino que yo propongo es mas rapido. Viviriamos entre ellos, seriamos entrenados por ellos y lo mas importante, tendriamos informacion de primera mano, siempre hay quien se va de la lengua o quien cuenta mas de lo que deberia. Ahorrariamos tiempo porque no haria falta que encontraramos la manera de llegar hasta el imperio. Es facil, seriamos infiltrados, espias y podriamos sabotear muchos de sus planes. Hay otra cosa, yo no soy muy diestra en la lucha, dos años de entrenamiento me vendrian bien, estaria preparada por ellos mismos para cuando llegara el momento de actuar- de pronto escucho el maullido de un gato y acto seguido Kilder lo achicharra, un escalofrio recorrre mi cuerpo e instintivamente me muevo para evitar la mano que esta apoyada en mi. Niego con la cabeza y miro a Swen y a Erikand que todavia no se han pronunciado- Que nos envien al confin del mundo si quieren, viajar es una ventaja, asi lo veo yo, cuanto mas mundo recorramos mas informacion obtendremos. Y lo haremos de forma legal, como soldados lunares sin despertar sospechas. Como bien ha dicho Kilder..., estoy cansada de huir, de vivir como los salvajes, de esconderme...- suspiro profundamente. Hecho de menos algunas comodidades. Necesito vivir de forma civilizada para poner en orden mi mente. Algun dia me vengare de la maldita lunar y necesito estar en plena forma para que mi venganza sea un exito.  

Erikand escucha con atención. Se le ve pensativo, desde el principio, desde que Jorandash ha hablado, se ha levantado y ha empezado a dar vueltas a la habitación, meditando. Las opciones son claras, vivir como proscritos o servir al imperio. La verdad es que ambas tenían varios problemas, en cuanto al primero, toda la dificultad recaía en la viabilidad para encontrar nuestra venganza y a la niña. Nadie dudaba que la segunda opción fuese la más fácil, pero la honorabilidad y las mentiras serían parte del juego. Era una cuestión moral y de confianza. Confiar en un imperio que les había traicionado? Era difícil sin duda. Les habían prometido la libertad después de esta especie de "misión" y ahora Jorandash dudaba de esa promesa.

Escucha atentamente a todos ellos, realmente todos tenían razón en su punto de vista. Es cuando Loranda le mira para que se pronuncie que se acerca la mesa y mira a todos.
- Antes de nada, me gustaría aclararos algo: a mi tampoco me gusta el imperio después de los que nos han hecho a todos. Veréis, tampoco confío en que el Imperio nos deje libres, ni ahora ni nunca. Recordad que nos prometieron ser libres después de estos meses de servicio, y ahora Jorandash duda que ellos cumplan su palabra... - coge aire mientras mira a Kenvent - Pero tampoco hemos hecho este viaje para ser proscritos. Entonces, qué sentido tiene haber venido hasta aquí y haber hecho todo lo que hemos hecho, si matando a Jorandash desde un buen principio ya hubiésemos conseguido esto?- Erikand coge un poco el aire y sopesa sus palabras. - Jorandash... Bueno, hay que reconocer que no ha sido un mal tipo, él sólo cumple ordenes. Incluso ha accedido a ir él solo con una panda de traidores! Él nos ha dado la opción de alistarnos como soldados y de ganar la libertad en dos años. Pero... Y si nos la ganamos antes esa libertad? Bueno, hay que reconocer que hemos triunfado donde una vexilla lunar ha fracasado. Eso debe significar algo. Hemos combatido bestias que posiblemente la mayoría de soldados ni siquiera saben que existen, y tenemos experiencia. Podemos intentar subir más rápidamente nuestro estatus frente a los lunares y conseguir esa libertad antes. Y si no la libertad, podemos conseguir información para extorsionar si vivimos cerca de ellos. Como proscritos sólo podremos vivir ocultándonos, y precisamente no somos muy buenos ocultándonos. Al menos yo. - Miro al resto. Quizá Aldar o Loranda supiesen algunas cosas sobre el sigilo, incluso Kenvent, pero dudaba mucho que Swen o Kilder supiesen nada sobre este "arte".- El problema de esta segunda opción sería para Swen y Kilder. Que perderían la libertad para hacer sus prácticas... "ocultistas". A nosotros ya nos iría bien un entrenamiento e infiltración en el ejército enemigo. Además, sabríamos golpear dónde, cuándo y cómo más duele llegado el momento. Pero me temo que para nuestros amigos el manejo de un arma es la opción menos llamativa. Quizá pudiesemos convencer a Jorandash para que les diesen la libertad a ellos dos.

Erikand se vuelve a mover. Camina y se coloca frente a Kenvent.
- Y aunque he dado mi opinión, si de mi votación se consigue un empate de opiniones, no la tengáis en cuenta. Ya os lo dije una vez. Haré lo que el grupo quiera. Y si eso significa masacrar espectros, aplastar muertos, reducir trolls de las nieves o combatir un ejército lunar, que así sea.

Swen se mantiene absorto ante la proposición de Jorandash. Luego, cuando los demás comienzan a debatir sus posturas, parece mantener su propia conversación llena de negaciones enérgicas con la cabeza, asentimientos resignados y alguna que otra palabra murmurada, unas suaves y calmadas, otra tajantes. Su descentrada atención parece volcarse algo más hacia el grupo cuando interviene Kenvent pero luego sigue con su propia conversación. Finalmente, resignado, abre la boca indeciso.

- No puedo dejar de reconocer las ventajas que veis a infiltrarnos en el Imperio -escupe esa palabra- pero, debo atender otras obligaciones. Yo y mis amigos jamás serviremos a aquellos que masacraron a los nuestros. Ya ha sido bastante dura para nosotros esta misión. Servir al Imperio -escupe al suelo como si su simple mención le ensuciara la boca- durante dos años podría también desembocar en que termináramos atacando a los nuestros, o que nos obligaran a trabajar junto a aberraciones caóticas como la que destruimos justo antes de la traición de la perra lunar. Yo prefiero que me den por muerto, que se olviden de mi, ya me las apañaré para buscar a Arrhya. Sé que no será tan fácil como desde dentro de sus filas, pero no me atará a nada. El viento no puede ser gobernado ni dirigido -una clara alusión a Orlanth-, el aire encerrado se vuelve rancio e irrespirable. La «muerte» puede valernos para volver a Brolia, anunciarles lo sucedido y reclutar a quien quiera unirse a una misión de rescate. Los nuestros deberían saber que pretende el imperio con Arrhya para prepararse y estoy bien seguro que encontraríamos gente dispuesta a apoyarnos en su búsqueda. También podríamos comenzar su búsqueda directamente... o... incluso... en esto me tenéis que instruir vosotros... ¿sería posible que unos «muramos» y otros no? Quizá los «muertos» podamos seguir de cerca a los alistados. No se... habría que darle muchas vueltas a esa idea... sería bastante más complicado que deambular todos «muertos» por el Imperio -vuelve a escupir-.

Tengo los brazos cruzados y el gesto serio.

- No lo entendéis. Durante los dos próximos años nuestra vida dejará de ser nuestra. No nos enseñarán, nos machacarán, nos destruirán y nos volverán a montar a su gusto -me separo de la pared y camino por la habitación y moviendo los brazos- Como dice Swenn, nos obligarán a hacer cosas como las que hicieron en Brolia ¿os acordáis? Destruir un pueblo que no nos ha hecho nada, no sé si os suena. Y no podremos decir que no. Si escogéis ese camino, podéis dar por sentado que ésa será la última decisión que tomaréis en mucho tiempo. Las tomarán por vosotros y no podréis negaros. Y desde luego, estáis locos si pensáis que dentro de un regimiento, en el fin del mundo, vamos a ser unos "infiltrados" ¡Bastante tendremos con seguir vivos!

Me apoyo en la mesa, cojo aire y concluyo.

- Meterse en el ejército no es una fiesta. Nos utilizarán para MATAR gente, en Carmania, en Brolia, en el Paso del Dragón o donde haga falta ¿Cómo podéis dar por sentado que permaneceremos aquí? Nos pueden enviar a Prax,   a la frontera con Pent o  a Sartar, si quieren -miro a Loranda a los ojos- Después de dos años en el Ejército Lunar, y si sobrevivimos, lo último que nos importará será la niña, creedme.

Apoyo las manos en la mesa:

-No veo donde está el problema en masacrar gente..., si no recuerdo mal, quemamos una aldea completa cuando vivíamos como salvajes, y nadie se opuso, sino mas bien, nos animamos. -pongo una sonrisa mientras recuerdo- Aishhh, vaya tiempos. -Luego sigo replicando-, y vaya, veo que tienes miedo a que te laven el cerebro, si yo fuese alguno de vosotros, -no señalo a nadie en especial- igual lo tendría... aunque mi cabeza está muy bien amueblada como para que me asuste eso.

Le mantengo la mirada, intentando contener mi enfado. Es evidente que está cada día más trastornado.

- Yo no masacré a nadie, loco del fuego, y los brolianos me permitieron mantenerme al margen -mis ojos van ahora hacia Loranda- Con los imperiales puedo estar seguro de que no tendré esa suerte .

Swen ignora deliberadamente a Kilder, su rostro muestra claramente que se siente insultado por sus últimas palabras.

- Aldar acaba de darme más motivos para descartar la idea del alistamiento. Incluso lo último que pensaba. ¿Alistarnos nos asegurará información sobre Arrhya? No hay ninguna certeza sobre ello. Podríamos terminar en cualquier lugar de Genertela sin saber nada de ella. Estaremos atados de manos. «Muertos» podremos movernos libres como el viento. Me niego a volver a estar atado. Muchos sabéis que he aguantado estos meses a regañadientes y mis «amigos» se niegan también a aceptar más servilismo.

Doy un trago a mi vaso, mientras el licor cae por la comisura de mis labios, me limpio con el dorso de la mano. mientras mascullo entre dientes:

-Egoístas que sólo saben pensar en su provecho... ¿No os dais cuenta de una cosa?, la única persona que se ha sacrificado todo este tiempo ha sido ella -señalo a Loranda con la calavera de mi bastón- ella ha perdido mucho mas que ha ganado. Siempre ha querido poder estudiar y tener una vida un poco mas tranquila, con alguna comodidad, y la hemos arrastrado por todo el barro y la nieve que hemos podido. Se ha destrozado las manos por nosotros, y por un capricho de la vida, se le acaba de otorgar una nueva oportunidad de hacer lo que ella quiere. Su opción no me parece nada mala. tened en cuenta, que en cualquier momento podríamos deserta y huir, tal y como vais a hacer ahora. No estamos cerrando ningún camino, sino que estamos abriendo un abanico de posibilidades al estar en el ejército...