Partida Rol por web

Mientras voy retrocediendo, sigo hablando con el espíritu:

-Mira que somos gente pacífica, no nos gusta lo que estamos haciendo.

Lanzo disrupción dos veces.

El grito de Jorandash me hace reaccionar y me doy cuenta de que es ahora cuando tengo que hacer algo. La magia que han usado conmigo me hace mas fuerte, con la daga en la mano aun, doy un paso y luego otro y me lanzo sobre el espectro intentando dañarlo. 

Swen se concentra y parece entrar en trance, pero una mueca de disgusto se refleja en su rostro.

Kenvent conjura sobre su espada y se mueve hacia el espectro.

Jorandash se detiene ante Aldar y hechiza su lanza.

Todavía solo frente al espectro, Erikand lanza un certero mazazo directo a la cabeza del muerto viviente; De haber estado vivo, el golpe habría sido mortal, pero en lugar de ello, la maza atraviesa su cuerpo sin causarle ningún daño. Mientras tanto, el espectro trata en vano de absorber la vida de Erikand.

Kenvent, Aldar y Jorandash se incorporan a la melee pero Loranda se tropieza en el camino y cae aparatosamente, enredandose con sus propias ropas. Kilder y Swen continuan su ataque en la distancia.

No se como, tropiezo y caigo dandome un buen golpe, maldiciendo en silencio hago una mueca intentando no quejarme y llamar la atencion del espiritu. Desde el suelo veo como los demas siguen luchando por acabar con el fantasma del guerrero. 

Las palabras de Jorandash se clavan en mi orgullo broliano como cuchillos ardientes y, tras lanzar un grito de rabia con los ojos cerrados, invoco la magia de Orlanth sobre la espada y me lanzo hacia el espectro.
Sin embargo, al verme ante el ser etéreo, el terror vuelve a apoderarse de mí y blando la espada sin acertarle. Siento una vergüenza terrible al no poder ayudar a Erikand y vuelvo a quedarme paralizado ante la visión del espectro.

-Vamos compañeros, este espectro no quiere entrar a razones, y no le debe quedar mucho, hagamos lo que mejor sabemos hacer... paliza en grupo.

Entre hechizo y hechizo, grito:

-¡Erikand, moléstale, toca todas sus cosas, jejeje!

Erikand sabe que tiene la bendición de Swen, a diferencia del resto del grupo. Y no consigue hacerle daño de ningún modo...
Erikand sonrie. Observa ese ataúd. Tiene que, como ha dicho Kilder, molestar mucho al espectro para que sus ataques vayan hacia él. Así que está claro... Podría algo molestarle más a ese espectro que destrozar sus cosas y sobretodo, profanar su cuerpo?

Erikand observa la tapa del ataúd... Si es fina como para que un mazazo la pueda romper, no se lo pensará más veces y le golpeará con su maza para poder jugar con el cuerpo inerte del espectro. Si no, intentará abrir el ataúd para poder jugar con el cuerpo.

Swen sigue concentrado el proyectar su mente hacia el espíritu. Aquellos que lo vieron parecen intuir en un imperceptible cambio del aire a su alrededor al ser que se quedó junto a él cuando fue a buscar a los elfos.

Con su habitual determinación, Jorandash ataca al espectro y el filo d esu espada, al atravesarlo, desgarra una pequeña parte de su misma esencia.

Lanzo un grito incoherente, más para descargar mi rabia que para infundir ánimos y ataco con mi lanza, preguntándome si, magia por magia, no hubiera sido más sabio aprovechar mi mayor destreza con la daga.

Afortunadamente, mi lanza atraviesa los jirones que constituyen la traslúcida carne del espectro.

Swen sigue trabado en una lucha espiritual contra el espectro, que parece que va perdiendo fuerzas lentamente. Jorandash y Aldar logran golpearle con su magia y Kilder también merma lentamente sus fuerzas. El espectro sigue tratando de acabar con Erikand, aunque sin éxito y éste aprovecha la debilidad del rival para abrir de una patada la tapa del ataud.

La tapa cae con gran estruendo y polvareda; La armadura que descansaba sobre ella se hace pedazos contra el suelo, podrida por cientos o miles de años de inactividad. En el interior del sarcófago yace el cuerpo momificado de un guerrero, con un semblante tranquilo que contrasta con el rostro desencajado por la desesperación de su forma espectral. El cadáver lleva algunos objetos ornamentales pero lo que mas destaca es una runa grabada a fuego en su frente y que brilla tenuemente en la oscuridad de la cripta.

Erikand sonrie. No esperaba encontrarse una ruba en ese lugar. Seria lo que le daba vida al espectro? Quizá esa runa le hiciese daño. Erikand arranca la cabeza del esqueleto putrefacto. Y sigue provocando al espectro:
-Era esto lo que protegías?
Erikand prueba golpearle con la runa

Una gota de sudor frio desciende por la sien de Swen mientras la sombra difusa de su propio espíritu reverbera sobre su cuerpo. Una intangible lucha se está produciendo entre el chamán y el enloquecido espíritu del guerrero. Está poco a poco reduciendo su poder.

¿Me engañan los ojos o el espectro parece cada vez más tenue y difuso? Sonrío con ferocidad mientras coordino mis ataques con los de Jorandash.

Pero esta vez un rápido movimiento del espectro hace que falle mi ataque. Me retiro un paso para recuperar el aliento y veo a Erikand con el cráneo en la mano. Una idea insensata pasa por mi mente.

- ¡No le ataques con la cabeza! ¡Destrúyela! -le chillo, deseando acabar con esto de una vez por todas.

-¡Erikand, destruyele el cráneo, sólo nos falta que se levante el esqueleto o un zombie del ataud!

Sigo lanzándole los hechizos tan rápido como puedo haciendo movimientos con las manos.