Partida Rol por web

Mientras iban cabalgando se pudieron escuchar algunos ruidos como de espadas casi imperceptibles para los demás pero no para Aeldar y Nae. El joven elfo dio en seguida la alarma y todos pararon a escuchar atentamente. Ahora se distinguía a la perfección como estaba ocurriendo algun tipo de enfrentamiento no muy lejos de su posición, pero Sigmund decidió que para la compañía lo mejor era avanzar y no detenerse. Nae no sabía que hacer, por un lado comprendía a su compañero pero por otra parte sentía que debían ir a ver que es lo que sucedía. Cuando iban a reanudar la marcha un grito de mujer se expandió por todo el bosque y el grupo volvió a detenerse. Esta vez no se podían quedar sin hacer nada. Áran y Aeldar irían hacer una rápida inspección mientras el resto esperaría su señal para atacar si era necesario.

-Está bien Sigmund, yo me quedaré aquí esperando la señal.- Contestó Nae acatando las órdenes que habían sido dadas. Sabía que su misión en el grupo era guiarlos sanos y salvos pero también esperaba que si en algun momento tuvieran que enfrentarse a algun peligro también contaran con ella, no sería tan buena arquera como Aeldar pero sabía defenderse.-Id con cuidado.

Mmm. Si les salvamos, además de poder hacernos con útiles y víveres del carro, podríamos usarlos como escondite (la gaurdia de un mercader nunca levanta sospechas a pesar de la diversidad de razas, ya que siempre suelen ser mercenarios).

-Aeldar, si queremos salvarlos, necesito saber que estás conmigo. Mi plan es simple. Dado que ambos somos buenos arqueros y algo sabemos de emboscar, una vez hayas mandado el aviso a los demás tensaremos nuestros arcos y eliminaremos al bandido que retiene al guardia y al arquero más próximo a él y nosotros.-bandidos 2 y 3- Luego saltaré sobre el otro arquero -4-, quedando nuestra posición fuera de tiro de sus arqueros restantes, y si no huyen, los contendremos hasta que lleguen nuestros compañeros a la carga a caballo. ¿Qué opinas?

Va a ser una buena pelea, espero que salgamos enteros...

La cosa se puso fea, cuando se escucho el grito de aquella mujer el grupo parecio discrepar entre la manera de actuar, Sigmund dio las pautas a seguir pero parece que aquella decision no hizo la menor gracia a Thorin...
¡¡¡ Thorin !!! dijo oliver energicamente sin llegar a levantar la voz.... se hara lo que sigmund crea conveniente.

A Oliver no le gusto el tono en el que hablo a Thorin pero lo que tenia claro era que nadie delante suya pondria en tela de juicio la decision de la persona que dirigia la expedicion.

Viendo como Aran y Aeldar se adentraban en la espesura del bosque Oliver se al lado de Thorin mientras Sigmund daba la orden de adentrarse un poco en el bosque para estar preparados por si el jaleo fuera una emboscada.

Thorin, perdona la manera en la que te he hablado antes, pero no me gusta que se cuestione una decision tan importante como esta delante de mi. Oliver le pego un pequeño golpe en el hombro al enano con la esperanza de que este no le guardara rencor.

Justo antes de desaparecer de la vista de Nae, Oliver se giro hacia ella y le dijo... Ten cuidado tu tambien Nae.

Aeldar y Áran se arcercaron y pudieron comprobar de primera mano la situación a la que se enfrentaban. Habrá que actuar con rapidez si queremos conseguir algo positivo.

Me parece buena idea, eliminando a los primeros, el resto podrá entrar sin problemas en la zona y acabar con el resto.

Dicho ésto el elfo reculó hacia atrás y tensando su arco lanzó una flecha en la dirección indicada y se preparó para el ataque.

Del lugar donde Aledar y Áran se habían perdido, surgió una flecha que surcó a toda velocidad las copas de los árboles y se perdió en dirección contraria clavándose a lo lejos en el tronco de un árbol.

La temida señal surco los aires "diablos, toca acción".

¡¡ADELANTE!! CABALGAD! - Y Sigmund espolo al caballo con todas sus fuerzas mientras le gritaba a la elfa - Nae! Síguenos, todos juntos! Debemos ayudar a nuestros compañeros.

Avanzo con su caballo a la máxima velocidad que le permitían los helechos y arbustos a su caballo mientras varias ramas golpean su yelmo y su férrea mano aferraba su espada bastarda desenvainándola.

Hacía ya un año que no entraba en combate y la sensación de que una bestia quería salir de su cuerpo le empezó a embriagar.

-Maldita sea, ¡Odio las batallas! - Intentando controlar a su pony, Calypso lo giró dificultosamente hasta ponerlo más o menos en dirección al lugar de donde oyeron los gritos de la mujer. Besó el símbolo sagrado de su cuello y desenvainó su espada corta. Está temblaba en su mano. A pesar de sus largos años de vida, no es que hubiese entrado en liza demasiadas veces, salvo para defenderse y salvar la vida.

Lanzando un grito, para animarse a sí mismo más que cualquier cosa -¡Po...po...por PELOR! ¡Por ... la Luz, la Vida y la... Justicia!- Arreó al poni en dirección a la batalla...

Áran tensó su arco.

-Que empiece la función... ¡Me pido al de enfrente! -3-

La felcha cruzó silvante el aire hacia su enemigo, y nada más oirse el impacto contra algo sólido, el pícaro saltó al claro esgrimiendo las dos espadas cortas en dirección a -4-. (Si aún puedo acecharle, master avisa porfa XD)

Tal vez así crean que les atacan en una proporción muy grande y huyan...

Áran dispara su primera flecha hacia el bandido más cercano armado con un arco. La flecha atraviesa el aire silbando y hace blanco.

Pues ahi va el daño. Pero por lo que lei en el libro subterfujio lo sumo porque las itradas de acehar son = 1d20+subterfujio+des, ¿o lo entendí mal?

¿Y a la tirada de ataque se le suma algo?¿Destreza, Fuerza,....?

El grupo estaba esperando con ansiedad el regreso de Aran y Aeldar, pero estos parecían demorarse, no era buena señal la demora de ambos. El grupo estaba expectante y desde el silencio se escucho el silbido de una flecha que traspaso la copa de los arboles de aquel bosque. Los malos presagios se convirtieron en realidad en aquel mismo momento.

Sigmund dio la orden de avanzar y justo en ese momento el grupo cabalgo rápidamente hacia sus compañeros en peligro. Oliver cabalgo lo mas rápido que pudo, en su camino se cruzaban las ramas de los arboles mas bajos y este no podía mas que intentar esquivarlas para no lastimarse.

Oliver empuño su espada corta y la desenvaino preparándose para la lucha que estaban a punto de emprender. Un leve cosquilleo apareció en el estomago del paladín recordando viejas batallas y recordando también el orgullo de salir airoso de las mismas. Dirigiendo su vista hacia Sigmund observo en este el brillo de sus ojos que delataban cuando menos emoción e impaciencia.

Después de lanzar la flecha de aviso, Aeldar se volvió a situar en posición de ataque, y tras comprobar cuál era el objetivo de su compañero, el elfo se dispuso a hacer lo propio con el que retenía a uno de los guardias.

Tensó la cuerda de su arco y apuntándo descargó la flecha que salió disparada hacia el bandido.

Como dos expertos arqueros Áran y Aeldar tensaron sus arcos y dispararon sin piedad sendas flechas en dirección a diferentes bandidos. La flecha de Áran atravesó el denso ramaje que los ocultaba para clavarse certeramente en el cráneo del bandido más cercano a su posición. La punta de la flecha asomó cubierta de sangre por el rostro del hombre que dejó caer su arco antes de que su cuerpo se derrumbara sin vida.

Por su lado, Aeldar acertó en el cuello del bandido que mantenía preso a uno de los guardias, la flecha se internó lateralmente en el cuerpo del hombre alcanzando zonas vitales que le arrancaron la vida de inmediato. Todos los presentes se giraron hacia el origen de aquel ataque, pero nadie tuvo tiempo de reaccionar, pues del espeso ramaje surgieron el elfo y el hombre con las armas listas para entrar en batalla.

Áran saltó hacia uno de los bandidos más cercanos atacándole con sus dos espadas mientras sentía el ligero tamborileo del cabalgar de caballos dirigiéndose hacia allí. En breve llegarían los refuerzos...

Cuando Oliver le dijo aquellas palabras Nae le dedicó una sonrisa amable, tantos dias juntos hacía que ya les cogiera cariño a sus compañeros y no le gustría que les pasara nada. Poco a poco vio como todos se fueron internando en el bosque y ahora solo tocaba esperar.

Un tiempo después se vió como una flecha cruzaba las copas de los árboles.No puede estar pasando esto...En ese momento Sigmund la llamó para que fuera con todos a ayudar a sus compañeros. Naedunëa espoleó fuertemente a su caballo y este respondió como correspondía, cabalgaron a gran velocidad entre las ramas y los arbustos para llegar lo antes posible al lugar donde se encontraban Áran y Aeldar. La joven elfa preparsó su arco y sus flechas para lazar encuento los tuviera a tiro.

-Vamos que ya estamos cerca.- intentó animar a sus compañeros.

Tras el primer disparo, el elfo dió un paso al frente y cargando de nuevo otra flecha en su arco disparó rápidamente para no darles tiempo a reaccionar a sus contrincantes.

Thorin estuvo a punto de contestar al joven que le habia faltado al respeto.Nadie hablaba en ese tono aun enano y se quedaba a sus anchas.

-Respeto las decisiones Oliver, ¡pero esto no es una dictadura!.-Sin mas, y comprendiendo la dificil situacion siguio cabalgando lo mejro que pudo atravesando la espesura, con una mano en su hacha preferida.Por fin iva a entrar en combate, todo aquello que habia pensado que seria una aventura se estaba cumpliendo.Era emocionante.