Partida Rol por web

La gema de Willem

Capítulo I: Hacia los Robledales

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04/10/2010, 11:59
Naedunëa Elwing

Notas de juego

No, no, no...yo no pienso eso :( es sólo que si el considera que es lo que debe hacer para recuperar su "honor de macho" (que él cree que ha perdido por no atraparlo) yo le dejo que lo haga si asi quita esa cara de decepción...

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04/10/2010, 12:07
Oliver Trastel

Oliver alzo la mirada cuando escucho a Nae dirigirse hacia el. Miro primero al Bandido y luego a Nae... ¿ Que quieres que haga con el ?, mi intencion era apresarlo para entregarselo a los guardias, ellos mejor que nadie sabran como proceder con este miserable bandido.

Oliver esbozo una pequeña sonrisa a Nae... Has estado brillante en tu actuacion, te felicito por ello, si no hubiera sido por ti... Oliver miro a su amigo Sigmund... Y por Sigmund, estos dos bandidos se hubieran escapado, ahora deberiamos entregarselo a los guardias para que ellos se hagan cargo.

Oliver se bajo del caballo, se agacho para ponerse a la altura del bandido ya que este se estaba despertando y le susurro.... Espero que estos guardias te hagan pagar por todas tus malas acciones.

Oliver volvio a subirse a su caballo con un energico salto y se situo al lado de Sigmund... ¿Los vamos a entregar a los guardias?

Notas de juego

Jajajaja, que no soy un satiro xD

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04/10/2010, 12:37
Director

Sigmund y Nae volvieron del bosque, para alivio del grupo, con los bandidos inconscientes debidamente amordazados. La mujer que había gritado y que hasta ese momento se mantenía acurrucada en el carro, había saltado del mismo para acudir corriendo al lugar donde yacía el cuerpo sin vida del comerciante muerto. En ese instante permanecía arrodillada llorando desconsoladamente.

Uno de los guardias que viajaban al frente de la caravana se adelantó hacia el lugar donde Nae y Sigmund habían depositado a los bandidos inconscientes y se dirigió a ellos con gratitud.

- Les agradecemos en nuestro nombre y en nombre del propietario de estas mercancías la ayuda que nos habéis prestado -inclinó su cabeza en señal de respeto -Nos dirigíamos hacia el poblado de Madará* cuando surgió del bosque este grupo de bandidos. Nos cogieron por sorpresa y poco pudimos hacer. Uno de los comerciantes se las dio de héroe y fue nuestra única baja. Todo parecía perdido hasta que llegasteis vosotros.

Con un rápido vistazo analizó a todos los presentes.

- Sois un grupo excepcional por la curiosa variedad de sus miembros y por vuestro temible poder en la batalla. Como muestra de agradecimiento y respeto no podemos hacer más que invitaros a acompañarnos en nuestro camino si resulta que nuestro destino fuera el mismo. Si no es así, espero que nos digáis alguna forma de agradecer vuestra inestimable ayuda ¿A dónde os dirigís?

Esperó espectante la respuesta de Nae, Sigmund o cualquiera de los miembros de vuestro grupo.

Notas de juego

*Madará = un pequeño poblado situado a unos 30 kilómetros al sur del lugar donde os encontráis.

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04/10/2010, 12:59
Naedunëa Elwing

A Nae se le iluminó la cara al oir la respuesta de Oliver, podía ser un hombre vengativo pero en cambio sabe lo que debe hacer y como comportarse...Oliver, no esperaba menos de ti. Entonces llevémoslos a los guardias.-asintió la joven.

Después de que el guardia se acercara y les agradeciera su actuación les dijo que podían continuar el camino juntos y les preguntó a donde se dirigían...Nae miró a Sigmund de reojo esperando oir su respuesta. Aunque ellos también vayan hacia al sur, no creo que debamos ir juntos está claro que se han dado cuenta del extraño grupo que formamos y luego podrían contárselo a alguien poniendo el peligro nuestra misión. Además tampoco creo que debamos decirles cual es nuestro destino inmediato, alguien podría soltarles la lengua fácilmente...espero que Sigmund piense igual que yo...

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04/10/2010, 13:05
Thorin

El fornido Enano saco su hacha del cuerpo del bandido Lo miro con repulsion durante unos segundos.''Hay cientos de formas de ganarse la vida y han escogido la mas rastrera que existe.Es lo que se merecen''pensaba el enano mientras encendia su pipa y sus compañeros apresaban a los escurridizos bastardos.Se quedo mirando hacia el carromato con la mente perdida.Era la primera vez que mataba a un hombre tan joven.Le rugieron las tripas de nerviosismo cuando se acercaron sus compañeros con los bandidos fugados.Se acerco al guardia con el que entablaban conversacion.Miro a Sigmund, intentado no reprocharle el acudir antes.Si lo hubieran hecho quizas el comerciante seguiria vivo.Aunque ahora no era el momento de hablar de ello.Dio otra calada y espero.

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04/10/2010, 13:11
Sigmund Belmond

Sigmund asintió a las palabras del guardia y respondió con voz fría y decidida- Ha sido un placer ayudaros. Me alegro de que no hubiera más bajas. - Le tendió la mano al guardia para estrecharla con fuerza.

Miró al Guardia con cara severa directamente a los ojos "es un soldado, lo comprenderá"- Lo siento pero el tiempo apremia y tenemos prisa en nuestro camino. No podemos seguir el paso de un carromato.

Se giro hacia su caballo y subió a este mientras aún con ojos severos miró al guardia- Gracias por vuestra hospitalidad, pero la mejor forma de agradecernos el favor sería olvidando este encuentro.

Miro a los compañeros que no estaban montados para que se dirigieran a sus monturas- Suerte en vuestro viaje compadre. - Dijo finalmente al guardia y espoleó a su caballo.

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04/10/2010, 13:26
Picco

Justo antes de que Sigmund se despidiese del guardia, un repentino movimiento surgió del bosque. Ojas agitándose y el inconfundible sonido de los cascos de una montura cabalgando hacia allí. Los presentes se pusieron en tensión cuando de pronto, entre los arbustos surgió Picco, el mediano, con una daga en alto emitiendo un estridente grito de guerra.

- ¡¡¡IIAAAAAAAAAAA!!!

Al entrar en escena y comprobar que la batalla había terminado se detuvo con gesto de sorpresa. Observó a Sigmund y el guardia que lo miraban serios, y poco a poco su cara comenzó a adquirir un tono rosado que intentó ocultar con un nuevo gesto de orgullo.

Se guardó la daga con dignidad mientras decía:

- Tienen suerte estos bandidos de que no haya llegado a tiempo o probarían el terrorífico sabor de mi daga -tras lo que emitió un cómico gruñido.

De pronto, uno de los bandidos que permanecían inconsciente en el suelo se movió sin llegar a despertarse y Picco se sobresaltó emitiendo un ridículo grito y haciendo recular a su caballo hasta los matorrales cercanos.

Sigmund continuó hablando con el guardia que le respondió justo antes de despedirse.

- Honorable guerrero. Te garantizo que mis hombres no hablarán de este encuentro pues acatarán las órdenes que les transmita, pero no puedo hacer lo mismo con el conductor y la señora. En cualquier caso, confío en que me escucharán y guardarán el secreto. Al menos haré lo que esté en mi mano para lograrlo.

Con una última reverencia de agradecimiento el guardia despidió a Sigmund y comenzó a dar órdenes a los otros guardias para que cargaran a los bandidos en el carro. El grupo abandonó el camino y se internó en el bosque para incorporarse a la senda por la que habían viajado durante la última jornada alcanzando el lugar donde finalmente se separaba del camino comercial y los llevaba directamente al corazón del bosque... al corazón de los elfos... a los Robledales.

Notas de juego

En una o dos horas actualizo. Podéis postear para despediros de la caravana

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04/10/2010, 13:53
Áran Piedra

Áran bajó del caballo de Sigmund y mientras hablaban con los guardias, él se dedicó a recuperar su arco y la flecha que había lanzado, además de ir a buscar su caballo y el de Aeldar, que aún seguían en el bosque.

Cuando volvió, el grupo estaba despiediéndose, y el pícaro aprovechó para saquear los cuerpos caidos con disimulo y después acercarse a los cautivos:

-Bien, vamos a ser francos. Nombre y banda a la que perteneceis, número de integrantes, líder y territorio. Decídmelo y tal vez os deje ir como cautivos de los comerciantes. Si no..

Áran terminó la frase colocando una daga en el cuello del primero y apretando hasta que vió brotar la sangre.

No tengo mucho tiempo, debo darme prisa en interrogarlos...

- Tiradas (5)

Tirada: 1d20(+4)
Motivo: Mi flecha
Resultado: 3(+4)=7

Tirada: 1d20(+4)
Motivo: Flecha Aeldar 1
Resultado: 3(+4)=7

Tirada: 1d20(+4)
Motivo: Flecha Aeldar 2
Resultado: 12(+4)=16

Tirada: 1d20(+7)
Motivo: Sigilo
Resultado: 20(+7)=27

Tirada: 1d20
Motivo: Saqueo/Rapiña
Resultado: 6

Notas de juego

Tiro un dado más el bono de destreza para intentar recuperar mi flecha y las de Aeldar. En caso de conseguirlo le devuelvo las suyas al elfo.

También tiro un dado para buscar, sin ponerle modificadores, y otro para hacerlos con sigilo (des+subterfugio).

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04/10/2010, 14:00
Thorin

Thorin subio al caballo negando con la cabeza ante la actuacion del mediano.''Medianos...siempre intentado lo que no son''.Espoleo a su pony junto al de Sigmund saludando con la cabneza hacia el guardia.Tenian que retomar la marcha.Miro a los ojos a Sigmund e inclino la cabeza por donde habian venido, intentado decir que se fuesen ya.

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04/10/2010, 15:06
Aeldar Tinúviel

Tras reducir al grupo de bandidos y haber capturado a los que se escapaban, Aeldar recogió su caballo, el cuál traía Áran y se subió ágilmente a él.

Es un honor el haberos podido ayudar. Dijo el elfo haciendo una reverencia y con la satisfación de haber hecho un buen trabajo.

Dicho ésto último Aeldar emprendió el camino inicial por el que debían ir, siguiendo así a sus compañeros.

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04/10/2010, 15:16
Director

Áran buscó, después de que terminara el combate, las flechas que habían gastado logrando recuperar únicamente una de las de su compañero elfo. Después, con total sigilo se dispuso a registrar a los caídos, siendo lo único rescatable un par de monedas de oro que guardaba uno de los bandidos.

Notas de juego

Áran, 2 monedas de oro. Luego están las espadas y los arcos, pero son peores que los que ya tenéis.

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04/10/2010, 15:41
Sigmund Belmond

Sigmund se giro hacia la compañía para asegurarse de que todo el mundo reemprendía el camino cuando se fijó en que Áran intentaba hablar con los Bandidos prisioneros con la ayuda de una daga.

Fijándose en que los guardias no miraban hacia él se acerco lo más raudo posible hacia el - ¡Aran! ¿Que haces? - Dijo con voz autoritaria y severa como riñendo a un recluta pero lo suficientemente bajo para que los guardias no oyeran- Vamos! Debemos seguir cuanto antes nuestro camino. Los demás ya marchan y debemos apretar el ritmo.

Se quedo mirando al artista mientras lanzaba pequeñas miradas a los guardas y controlar que no se dieran cuenta de su comportamiento.

Notas de juego

Igualmente no creo que sacaras nada de ellos Áran, estaban inconscientes. :P

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04/10/2010, 16:11
Director
Sin demasiadas distracciones el grupo abandonó el lugar y se puso de nuevo en movimiento. Poco después de reanudar la marcha el camino giró hacia el este, en dirección a los Robledales, alejándose definitivamente de otros senderos o de otras zonas pobladas. Aquello supuso un alivio para el grupo pues dejaba atrás aquel miedo a ser descubierto en cada giro del camino.
 
A medida que se adentraban en el corazón del bosque, los árboles parecían hacerse más grandes y fuertes. Cabalgaron durante esa jornadas hasta que se acercó la noche y acamparon cerca del sendero. Esa noche, mientras todos dormían, ocurrió algo que comenzó como un susurro apenas inaudible en medio de la noche.
 
Sigmund escuchó un gemido a su lado. Dirigió la vista hacia allí y descubrió que el cuerpo del mediano Picco estaba temblando a un par de metros de él. Preocupado se incorporó y distinguió el indudable sonido de un lamento. El mediano estaba llorando en silencio.
 
Antes de que pudiera decirle nada, el mediano se giró y se percató de que el guerrero lo estaba observando. Ensguida se secó las lágrimas del rostro y recuperó la compostura. Al observar la mirada interrogante de Sigmund el mediano habló en susurros.
 
- Echo de menos al duque... -dijo en voz baja-... al viejo duque, quiero decir...
 
Se sonó los mocos con un trozo de tela que Sigmund prefirió no identificar.
 
- Echo de menos a la pequeña Lía, y la señora... Hannaia... -un suspiro le hizo detenerse un segundo- Sigmund, sé que no estoy en situación de pediros nada ahora, pero... me complacería que me prometieras que las rescataremos Sigmund... necesito creer que hay una esperanza para ellas, que las sacaremos de allí...
 
Guardó silencio mirando a los ojos al guerrero esperando su respuesta. Después de esta no dijo nada y su respiración se fue relentizando hasta que acabó durmiénsose. Sigmund por su parte tuvo más problemas para hacerlo, una nueva losa de responsabilidad recaía sobre su espalda, pero como siempre hacía, la portaba con orgullo, decisión y rectitud.
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04/10/2010, 16:12
Director

 A la mañana siguiente se levantaron con la sensación de que una música los envolvía, pero en cuanto intentaban escuchar detenidamente la melodía, esta se diluía entre los sonidos naturales del bosque. Era una curiosa sensación que como Nae les explicó, era indicio de que estaban cerca de su pueblo.

El tiempo parecía haber mejorado y algún que otro rayo de sol se filtraba entre la densa capa de hojas que los cubría. Aquello, junto a la suave e incorpórea música que los acompañaba convirtió su paso en un alegre cabalgar que les hizo avanzar más de lo esperado.

Se detuvieron cuando el sol estuvo en lo más alto a los pies de una pequeña loma en un espacio en el que los árboles se apartaban junto al camino. Desde aquel lugar se podía oír un sonido de agua corriente. Nae se internó en solitario en el bosque siguiendo aquel sonido, y al poco volvió indicando a los demás que había encontrado un pequeño estanque del río donde dar de beber a sus caballos.

La elfa les explicó que la estrecha relación mágica que su pueblo mantenía con el agua era muy sensible allí, pues se encontraban muy cerca de los Robledales, por lo que debían mantener el máximo respeto a la misma. Podían beber de ella, e incluso ofrecérsela a los caballos, pero no debían perturbarla más de lo necesario.

Después de saciar su sed, todos (excepto los elfos) empezaron a notar una extraña sensación. Notaban su mente más despejada que nunca, y sus sentidos más agudos de lo normal. Incluso Picco bromeó con Thorin advirtiéndole que sus orejas se estaban afilando por momentos. Llegado el momento, Nae pidió a los demás que le permitieran algo de intimidad, y cuando todos se hubieron alejado del estanque, se desprendió de sus ropas y se internó en las cristalinas aguas.

Se trataba de una de las características de aquella magia élfica a través de la cual Naedunëa, sumergiéndose en el estanque, con su piel en estrecho contacto con el agua, podía comunicarse con su gente. Los mensajes transmitidos fueron claros: "Llegaremos en un día" y "Bienvenida a casa, hija de los Robledales. Tus compañeros serán bienvenidos".

 

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04/10/2010, 16:40
Director
Reanudaron la marcha y cabalgaron toda la tarde hasta que la noche cayó sobre ellos. Nae sacó su flauta ney y comenzó a tocar una embriagadora música, y al igual que ocurrió con la escurridiza melodía del bosque de aquella mañana, unas imperceptibles luces de colores empezaron a revolotear por los alrededores al ritmo de la música, pero en cuanto dirigías la mirada hacia ellas, estas se desvanecían como si nunca hubieran existido.
 
Pasaron la noche sin novedad y amanecieron animados por la perspectiva de alcanzar los maravillosos Robledales a lo largo de aquella jornada...

Notas de juego

La escena se acaba. Esta noche (o mañana por la mañana) la concluyo con la llegada a los Robledales y la cierro para abrir una nueva (el segundo capítulo). Estaría bien un post de cada uno a modo de conclusión de este primer capítulo, ya sea repasando lo vivido hasta ahora o pensando en lo que el futuro os deparará. Lo dejo a vuestro buen criterio ;)

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04/10/2010, 19:33
Aeldar Tinúviel

Después del encuentro con aquellos bandidos, el grupo reanudó la marcha hacia los Robledales con el ánimo de que pocas jornadas de viaje quedaban hasta su primer destino importante.

Desde que salió de su querida Aldulume muchos acontecimientos le habían abordado, más de los que se esperaba sin duda alguna, pero aún así, a Aeldar le llenaba de orgullo ser participe de ésta misión tan importante, a la vez que peligrosa.

Conforme avanzaban a paso ligero, Aeldar pudo comprobar cómo el bosque se iba haciendo más frondoso y los árboles parecían mucho más altos y fuertes, lo cuál le recordaba gratamente a su tierra.

Ya casi estamos. Pensaba el joven elfo con satisfación mientras cabalgaba, lo cuál le hizo mostrar una leve mueca de alegría en su rostro, mientras respiraba el aire fresco del bosque.

 

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04/10/2010, 19:54
Áran Piedra

Sigmund impidió que Áran interrogase a los bandidos prisioneros, lo que no le hizo sentirse muy alegre. Las noticias siempre corren rápidas entre los bandidos de las montañas, y si sabía quienes reinaban en aquellas regiones, cuántos éran y quién los dirigía posiblemente podrían evitarlos.

Sin embargo, la pelea le había servido para ver que el grupo funcionaba bien bajo presión. ¡Y había encontrado dos monedas de oro, cosa que no está nada mal! Respecto a las flechas, consiguió recuperar entera una de las flechas de Aeldar, y las de los bandidos eran todas de pésima calidad.

-Hey, Aeldar, encontré esto. Creo que lo perdiste durante la lucha en la garganta de uno de esos desgraciados -dijo tendiéndole la flecha-. Deberías cuidarlas mejor, no es fácil encontrar unas tan buenas como esta en el bosque, y un arquero tan bueno como tú las necesitará. Y... Gracias por cubrirme antes.

La marcha prosiguió por un bosque maravilloso que dejó embobado al joven humano, y el agua que bebió del río le supo mejor que ninguna antes. Aún seguía manchada su capa élfica por la sangre del bandido al que decapitó, pero no se atrevió a mancillar las aguas del río mágico con la sangre de un tipo de semejante calaña.

Si esto es sólo el bosque... ¿cómo será la ciudad de los elfos? Me muero de ganas por verla.

Notas de juego

Le doy su flecha al elfo.

Y Sigmund, uno de los bandidos sí estaba despierto, o al menos solo semiincosciente. De todas formas una daga pinchando en el cuello ayudaa recuperar la consciencia muy a menudo XD

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04/10/2010, 22:09
Thorin

Thorin se desperezo bajo la sombra de un enorme arbol justo despues de que la elfa se fuese a bañar.Miro a sus compañeros mientras sacaba su pipa y su hierba, satisfecho.Los animos estaban realmente altos aquella mañana, incluso se atrevio a bromear con el mediano.El dia era fenomenal, y el enano cantaba casi sin notarlo.

-Las vistas livianas
De un oro irreal
Corean los gnomos
su fuerza descomunal.

La maza de un orco
sin duda sera
un trozo de piedra
que un hacha partira

Armas de enano
Fuerza de gigante
lucha y bota por sangre real
Lucha y sangra
por la barba de Ardigal

No insultes su hacha
su barba o veras
como su puño
tu cara destrozara

Sombras cortadas
con ronquidos sinceros
de un dia bien duro
que no para de brillar

Jaja!

El enano tarareaba contento aquella antigua cancion, sin recordar bien la letra, inventandose algunas estrofas.Se desperezo de nuevo mirando a su compañero Aran.

-Aran! Ven un momento chico!-Una mirada brillante y pilluela se dibujo en el rostro barbudo y risueño del enano.

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04/10/2010, 22:51
Áran Piedra

Áran estaba de demasiado buen humor para negar nada a nadie, asi que acudió a ver qué quería el enano.

-¿Qué se te ofrece, Thorin? ¡Parece que la magia de este lugar ha conseguido levantarte el ánimo incluso a tí, a pesar de ser un enano!

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04/10/2010, 23:28
Thorin

Que sea un enano no significa que sea de piedra!-Dijo soltando una carcajada.-Hijo, ¿quieres probar la hierba de un Enano?-La sonrisa picarona de Thorin era un misterio para Aran, o eso pensaba Thorin.Esperaba que el humano comprendiese el hech ode que un enano le ofreciese de su propia hierba para fumar.